En un artículo titulado «Por qué No Vivimos Como Pueblos Libres?» en el diario londinense Al-Sharq Al-Awsat, el director del Centro de Estudios Políticos y Estratégicos de la casa editora Al-Ahram, ‘Abd Al-Mun’im Sa’id, criticó el silencio del mundo árabe ante la opresión de los religiosos y las minorías étnicas tales como el Baha’i en Egipto y los kurdos y yazidis en Irak. La ausencia de protesta contra la intolerancia étnica, dijo, es una de las razones de la ausencia de libertades en el mundo árabe.

Lo siguiente son extractos del artículo de ‘Abd Al-Mun’im:

«En todos los estados árabes, no hemos podido pasar la prueba de la libertad de religión»

«A un país le puede faltar libertad por innumerables razones, que pudieran estar relacionada a los gobernantes [o] tiranos, así como también a las instituciones económicas y sociales [en ese país]. En nuestros días, estas razones son discutidas en voz alta y son repetidamente referidas por presentadores y periodistas de los canales de televisión por satélite. Pero existe una razón que nunca es mencionada: Aquéllos que quieren libertad [para si mismos] pierden el derecho a discurso cuando esta se refiere a [salvaguardar] la libertad de otros – en particular respecto a los derechos políticos y sociales, en especial la libertad de religión.

«La historia humana ha demostrado que la adhesión a una cierta religión, escuela de pensamiento, o ideología es una opción estrictamente personal, que depende del individuo, su historial, y los factores que contribuyen a su paz mental. Nosotros nunca entenderemos por qué algunas personas se convierten en musulmanes y otros en budistas, o por qué los musulmanes se separaron en sunnis y chi’itas, o los cristianos en protestantes, católicos, y otras corrientes mutuamente hostiles, que lucharon entre si durante años interminables.

«Parece ser que la respuesta [a este rompecabezas] puede ser encontrada en cualquier religión: Alá nos creó a cada uno de nosotros para que perteneciéramos a una de las numerosas y diversas naciones y tribus, con el objetivo de que nos conozcamos mutuamente e intercambiar ideas – ya que si no fuera por esto, toda la humanidad sería lo mismo, ángeles o diablos.

«En todos los estados árabes, hemos fracasado en la prueba de la libertad de religión y afiliación étnica… aun cuando [el grupo en cuestión] comparta nuestra misma religión o escuela de pensamiento. Cuando Saddam Hussein mató y enterró a los kurdos, la nación árabe permaneció callada, o murmuró en asombro. Este silencio implicó la empatía con la lucha de este régimen fascista [e.d. Saddam Hussein] contra el imperialismo, y el miedo a la autonomía kurda – el último traducido como una posible causa de la desintegración de Irak, mientras deseábamos su unidad. Lo que es especialmente sorprendente es que el silencio de los árabes sobre el problema kurdo es uno de los factores que finalmente llevaron a la invasión americana de Irak y la independencia de facto de los kurdos, aun cuando [de jures] la región kurda [fuese] parte de la no todavía establecida Federación de Irak.

«En Egipto en particular, hemos salido mal en más de una prueba [de la libertad de religión], e.d., en lo que le concierne al Baha’i y a los cristianos que se convierten al Islam. Negar la libertad de religión [a estos dos grupos] fue explicado al igual que fue en todos los [otros] casos de violación [de derechos humanos] – [denunciando que estas religiones están conectadas con] el colonialismo y que su validez vis-à-vis con otras religiones es por consiguiente [sospechoso]. Y lo que sucedió en Egipto también sucedió en otros países árabes».

El destino de los yazidis – Un trágico ejemplo

«La prueba más reciente que todos nosotros no pasamos tiene que ver con los yazidis en Irak. Según los diarios, los yazidis fueron masacrados por grupos extremistas sunni, mientras que la población árabe miraba desde una distancia segura, mezclando historias que representaban a la comunidad yazidi como adoradores de Satanás.

«Hasta este incidente, yo no sabía nada sobre este grupo excepto su nombre, que aparecía cada vez que la conversación tocaba sobre los diferentes grupos étnicos y escuelas de pensamiento en Irak. La matanza de 500 miembros de la comunidad de yazidis, y la postura de [no-intervención] tomada por el mundo árabe, han traído este tema, que tuvo que ser reconocido en su vanguardia – [ya que indica] hasta que punto esta gente se ha convertido en una forma de prueba para la libertad de religión en el mundo árabe.

«Una vez que aprendemos sobre los yazidis, nos sorprendemos de encontrar que profesan una religión antigua que precedió al monoteísmo. A pesar de numerosos y repetidos esfuerzos por sobre centenares de años [para introducir otras religiones en la comunidad yazidi], los yazidis mantuvieron su propia fe – incluso ante los desafíos ideológicos y religiosos [propuestos por otras religiones]. [El desafío principal,] viniendo principalmente del Islam, le concernía al concepto de principio de la religión yazidi, que tiene que ver con el papel que las religiones monoteístas le asignan al ‘ángel’, o al ‘pavo real’, [tal como se llama] en el vocabulario yazidi, y al ‘Satanás’ (iblis) – el que se negó a postrarse ante Adán [el primer hombre, que moraba en el Jardín del Edén].

«Sin embargo, incluso apartando la pregunta de la validez – o falta de esto – de sus creencias, el punto importante es que este grupo se ha mantenido en su fe a pesar de la fuertes presiones y matanzas a las cuales han sido sujetas una y otra vez a lo largo de la historia, especialmente durante el período otomano y el mandato de Saddam Hussein…

«Ni los juicios de los yazidis acabaron con la caída de Saddam Hussein y su gobierno. Al-Qaeda marchó hacia Irak, trayendo con sigo él fundamentalismo sunni extremo, que creía en el asesinato y la masacre como solución a la controversia – incluso para discordancias menores, ni tampoco ‘una secta que le rindiera culto a Satanás’, tal como se es doblado en muchos idiomas!

«No está claro qué motivos llevan a esta gente a adherirse a su fe y mantenerse aparte de los árabes, kurdos, cristianos, musulmanes o judíos. La minoría yazidi comprende menos de 300,000 personas, divididos entre dos distritos; están totalmente desprotegidos, sin ningún aliado en el mundo entero, excepto [varios] grupos pequeños en Siria, Turquía, Armenia, y Alemania. Esta gente está confinada a su propio grupo, están en un miedo constante del mundo externo, y nunca han experimentado algo como la persecución, la opresión y el asesinato».

La libertad personal empieza cuando el más débil de los débiles [se le concede] la libertad!»

«Es por esta misma razón que la libertad de religión ha, a lo largo de la historia, sido en general una de las piedras angulares más significativas de la libertad. Ya que la libertad, en última instancia, suma la habilidad de escoger, es el fuerte, el rico, y la mayoría – ya que el último tiene los medios y recursos – que siempre disfruta de una opción más amplia de posibilidades diferentes. [Tal libertad, sin embargo] es como la nada para un individuo o para un grupo que es débil, marginal o una minoría cuya religión nadie entiende.

«La conexión entre la fe y la libertad se torna obvia cuando es para defender al débil, o a aquéllos que han sido marginados por sostener puntos de vista diferentes [de aquéllos de corriente principal]. Defender a tales personas es el primer [paso] hacia el defender la libertad personal y política de los miembros de [cierto] grupo político.

«Los hechos sobre la comunidad yazidi en Irak… vinieron a la luz por causa del apedreamiento de una muchacha de 17 años por miembros de esta secta, como castigo por abrazar al Islam para casarse con el hombre al que amaba. Toda la secta se volvió en contra de una sola persona desvalida, sólo porque su religión le prohibía a esa persona que abrazara otra religión. Seguido a este incidente, grupos islámicos inmediatamente procedieron a asesinar a 23 yazidis mientras iban en camino a sus trabajos.

«Una vez más, estamos siendo testigos de un crimen perpetrado por la mayoría, en todo su poder y fortaleza, contra una minoría indefensa. Como si no fuese suficiente que Al-Qaeda volara cuatro vehículos en pueblos con poblaciones indefensas y desarmadas, ninguno de los cuales hubiese proselitizado su religión fuera de los límites del pueblo.

«La pared de silencio fue erigida en el mundo árabe [respecto a este incidente], al igual que ha sido en el pasado. El silencio implicó conformidad y satisfacción, como si los ángeles y los diablos hubieran finalmente juntado las dos partes de la ecuación [e.d lo bueno y lo malo].

«Mientras que los fuertes son siempre tiranos, asesinos, y verdugos de los débiles, no existe ninguna razón en estar sorprendidos de los resultados de las acciones de la mayoría, o simplemente por aquéllos con armas y cañones.

«La libertad personal comienza cuando el más débil entre los débiles [se le concede] la libertad!» [1]


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 5 de septiembre, 2007.