El 23 de noviembre del 2007, el jeque sirio ‘Abd Al-Mun’im Mustafa Halima, quien también es conocido como Abu Baseer Al-Tartousi, reside en Londres, y es considerado uno de los teórico principales de la corriente contemporánea salafi-jihadista en el Islam, anunció en su portal (www.altartosi.com, que tiene como servidor a FortressITX en New Jersey, Estados Unidos) un artículo titulado «En Referencia al Jihad en Irak». En el artículo, condenó la facilidad con que los grupos sunni jihad se acusan entre si de herejía y colaboración con el enemigo, y escribió que estos grupos llegan finalmente hasta el punto de matarse entre si, violando la prohibición estricta en el Islam contra el derramar sangre musulmana. Al-Tartousi llamó en los grupos jihad en Irak a unir líneas y basar su actividad en el principio del shura (consultación) – criticando implícitamente así los intentos de Al-Qaeda por imponer su control sobre otros movimientos jihad. Al mismo tiempo, condenó inequívocamente a aquéllos que colaboran con los americanos, declarando que nada puede justificar tal acto. Finalmente, advirtió en contra del fenómeno de admiración ciega a los líderes contemporáneos del jihad que se ha extendido en ciertos círculos. Esta admiración, dijo, les causa dirigir el «terrorismo ideológico y psicológico» en cualquier clérigo o predicador que les aconseja que ellos detestan o que juzguen ofensivo al objeto de su admiración. [1]

Lo siguiente son extractos del artículo:

Una de las aflicciones peligrosas es la tendencia a exagerar sin razón los pecados de grupos rivales

«Últimamente, muchos hermanos se me han acercado y me han pedido opinión por los desarrollos en el frente iraquí, en especial el fenómeno de los grupos jihad que combaten entre si – un lado acusando al otro de traición y de colaborar [con el enemigo], y el otro llamando a sus rivales ‘chi’itas’ y acusándolos de rebelarse en contra del legitimo gobierno musulmán.

«¿Cómo podemos nosotros acabar con estas embarazosas riñas internas? ¿Y qué [bando] debería un musulmán apoyar? [Me sentí] obligado a dar mi consejo y expresar mi opinión sobre esta materia, sabiendo muy bien que cualquiera que se dirija a estas grandes preguntas [se expone] al reproche y a la invectiva por parte de sus rivales y enemigos, pero… la verdad es algo precioso, y debe ser revelada…

«Primero, debe admitirse que aquéllos [como yo] quiénes viven fuera de Irak y lejos de esta – no importa cuan conocedor, sabio y bien informado están sobre la situación [en Irak] – no tienen ninguna solución para todos los problemas que se discuten y se discutirán, ya que una gran parte de la solución involucra las actividades prácticas en el campo, [tales como] reuniones [en donde] los varios bandos presentan [sus posiciones], y nada de esto puede hacerse por aquéllos que viven fuera del área y estén lejos de esta… Pero esto no excusa a un musulmán de dar consejo…

«Mi consejo a los hermanos en Irak y a aquéllos que viven en otras partes [y se encuentran] en circunstancias similares es tal como sigue: La razón de cada catástrofe que ocurre en la nación [musulmana] es o por negligencia [en observar los principios del Islam] o por el celo, extremismo y la rigidez… Sería sabio para [todos] los grupos que trabajan para el Islam, ambos a nivel de comando y a nivel del individuo [combatiente], abastecerse de vez en cuando… y considerar si han sido afligidos con el extremismo… [para que puedan estamparlo] antes de que tome control de ellos y se vuelva difícil erradicar…

«Uno de las aflicciones peligrosas que se extienden entre los muchos grupos comprometidos en da’wa… es [una tendencia] de exagerar sin razón alguna los pecados de [los grupos] rivales. [Los miembros de un grupo] presentan pequeñas transgresiones [cometidas por otro grupo]… como serias violaciones que llevan a la perdición, y tratan a [sus rivales] de manera apropiada, privándolos de sus derechos a un grado mayor o menor. Las grandes violaciones son igualmente exageradas… y presentadas como el peor tipo de herejía. Una vez que acusamos a [nuestros rivales] de herejía, alcanzamos la fase en que las prohibiciones [del shari’a] son violadas, y la sangre [musulmana] es derramada ilegalmente…

«El peor y más peligroso [error] es acusar a otros [musulmanes] de herejía sobre la base de conjeturas, sospechas, probabilidades y nociones infundadas [basadas en] la propia interpretación [de los hechos]. Permítame dar un ejemplo para ilustrar mi significado: Un combatiente jihad musulmán puede, en alguna fase de su lucha, llegar a la conclusión de que no existe ninguna alternativa sino sentarse con el enemigo y negociar con él, o incluso [firmar] un hudna o acuerdo de reconciliación con él por un período limitado de tiempo, [o] concederle protección según las leyes del shari’a… Todas estas medidas aparecen en el Sunna del profeta y fueron [empleadas por el propio Profeta] en sus relaciones con sus enemigos.

«Aun así, si uno de los combatientes jihad quienes arriesgan sus vidas en batalla [decide] emplear una de éstas [medidas], otros – especialmente sus rivales que esperan por él, anticipándose a un movimiento falso – se apresuran a llamarlo pecador, y [comienzan a] criticarlo, condenarlo y acusarlo de traición y de colaboración [con el enemigo]. Luego viene la fase de acusaciones de herejía, y finalmente la fase en que se violan las prohibiciones y la sangre [musulmán] es derramada ilegalmente – todo esto mientras la trasgresión inicial ni siquiera sumó un verdadero pecado religioso.

«Un combatiente jihad puede tener razón o estar equivocado… Cuando está equivocado, es nuestro deber decírselo, aconsejarlo y colocarlo en el camino correcto – pero no debemos exagerar su error y presentarlo como traición [y] colaboración y, finalmente, como herejía abierta, que lleva al derramamiento de sangre [musulmana]…

«Desgraciadamente, lo que he descrito anteriormente está pasando hoy en muchos de los frentes del jihad, y cuando uno investiga el problema, encuentra que las controversias [que llevan a la disputa] no justifican tal división, y la guerra y la lucha armada entre los mujahideen... Todos los grupos activos en el campo de batalla… deben intentar y mantener [las controversias] en proporción, según [la carta del] shari’a, sin agregar algo o ignorar alguna parte [del shari’a]. Ellos deben llamar las cosas por sus nombres, tal como esta puesto en el shari’a, sin extremismo y sin [indebida] asperezas».


[1] El artículo de Al-Tartousi es muy similar en contenido a un discurso del 23 de octubre, 2007 de bin Laden, en donde declaró que cuando los combatientes jihad yerran, sus hermanos en armas deben aconsejarles según las leyes del shari’a, y debe evitar la lucha interna. Al igual que Al-Tartousi, bin Laden también habló en contra del «fanatismo» y en contra de la obediencia ciega a comandantes del jihad. Véase MEMRI Despacho Especial No. 1751, «Bin Laden Llama En Todos los Grupos Jihad a Unirse Bajo Una Sola Estandarte y ‘Mantener a los Soldados de la Herejía Bebiendo De La Amarga Taza de la Muerte’; les Aconseja Evitar la Obediencia Ciega a Individuos, Organizaciones y Héroes», 26 de octubre, 2007 http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP175107.

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