La desintegración del bloque sunni saudita

Durante los últimos dos años, los estados del Golfo han sido parte de un bloque sunni establecido por Arabia Saudita para contrarrestar las aspiraciones de Irán por obtener hegemonía regional. Durante este período, Arabia Saudita hizo esfuerzos para distanciarse de Irán de los «asuntos árabes», mientras los estados del Golfo ya estaban en conflicto político con Irán sobre el tema de las tres islas (Tunb Mayor y Menor, y Abu Moussa) que Irán había tomado por la fuerza de los EAU en 1971, y seguido a las recientes declaraciones por antiguos líderes iraníes amenazando la soberanía de Bahrein. [1] Algunos en Arabia Saudita incluso llamaron en los estados del Golfo a formar una alianza militar contra Irán. [2] Esta política del Golfo vis-à-vis con Irán estaba en línea con los esfuerzos americanos para aislarla en ambos las arenas internacionales y regionales.

Qatar es el único estado del Golfo que se ha abstenido de cooperar con el bloque saudita del golfo. De hecho, durante la última década, esta ha tomado de forma consistente una línea anti-saudita, y se ha aliado a si misma con el eje opositor sirio-iraní. Como parte de este eje, esta apoyó al Hizbullah en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas trabajando para bloquear la Resolución 1701, y, diferente a otros estados del CCG, se abstuvo de condenar la toma de Gaza por Hamas. Qatar también hizo esfuerzos para prevenir el aislamiento de Siria siendo el único país árabe en abstenerse en el voto sobre la Resolución 1737 del Concejo de Seguridad que establecerá un tribunal internacional por el asesinato de Al-Hariri. Además, el canal de televisión del gobierno de Qatar Al-Jazeera atacó de manera consistente a Arabia Saudita y apoyó a Irán y a Siria, así como también a sus apoderados Hizbullah y Hamas.

El bloque saudita del golfo colapsó hace aproximadamente seis semanas cuando Qatar, en una jugada sin precedentes y sin consultar a los otros estados del Golfo, invitó al Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad a asistir a la cumbre del Concejo de Cooperación del Golfo (CCG) en Doha. (La revista saudita Al-Majalla llamó a esto «el fin del juego americano». [3] ) el Golfo declara, sorprendidos pero conformes, aceptamos este dictado iraní-Qatar, aunque de mala gana – a pesar del hecho que Irán no había dado ninguna declaración implicatoria respecto a su programa nuclear, el asunto de las tres islas, o las recientemente amenazas hechas por los líderes iraníes contra Bahrein.

La desintegración del bloque también fue el resultado de dos factores adicionales. El primero fue el informe del Presupuesto de la Inteligencia Nacional norteamericana, dada a conocer por el Presidente Bush durante la cumbre del CCG, donde evaluó que Irán había suspendido su programa de armas nucleares. El informe, que levantó la amenaza de un ataque militar norteamericano sobre Irán, fue públicamente visto como una victoria iraní, y le permitió a Irán tomar una táctica política más agresiva vis-à-vis con los estados del Golfo. Como parte de esto, Ahmadinejad presentó en la cumbre del CCG un programa de 12 puntos de cooperación económica y militar Golfo-iraní.

El segundo factor en contribuir al colapso del bloque fue la creciente preocupación en el Golfo de que la misma publicación del informe de NIE, así como también las negociaciones de Irán-Estados Unidos sobre el asunto iraquí, indicaron un cambio en la política americana hacia un entendimiento con Irán, que llegaría a expensas de los intereses de los estados del Golfo.

Aunque los estados del Golfo respondieron fríamente a las propuestas de Ahmadinejad en la cumbre, y aunque protestaron eso en su discurso, él había aliviado sus preocupaciones sobre las aspiraciones de Irán por la hegemonía regional, y se había referido al Golfo como «Persa» en lugar de «Arábigo», el presidente iraní si pudo lograr su objetivo; en la cumbre, varios antiguos funcionarios del Golfo hablaron de fortalecer las relaciones con Irán.

La reacción americana al colapso del bloque saudita-Golfo fue despachar al Secretario de Defensa norteamericano Robert Gates al Golfo para una visita inmediata, durante el cual repitió su llamada a los estados del Golfo a unirse y obligar a Irán a congelar su enriquecimiento de uranio.

La reacción saudita al colapso, por otro lado, fue vacilante e incierta. Invitando a Ahmadinejad a la cumbre, Qatar había violado su acuerdo con Arabia Saudita de refrenar los pasos que van contra el consenso dentro de la Liga Árabe. [4] Pero a pesar de esto, el Ministro del Exterior saudita Príncipe Saud Al-Faisal expresó apoyo por la invitación; es más, seguido a la cumbre, el Rey saudita ‘Abdallah invitó a Ahmadinejad a asistir a las ceremonias de Hajj en la Meca. La única crítica saudita a la invitación de Ahmadinejad a la cumbre del CCG vino del editor del diario pan-árabe saudita Al-Sharq Al-Awsat, Tariq Alhomayed. [5]

La desintegración del frente saudita-Golfo puede impactar la buena voluntad futura de los estados del Golfo de ser parte de un frente pro-americano en la región. Las voces en el Golfo han expresado preocupación sobre la inconsistencia de la política americana, y ha cuestionado si los estados del Golfo confían en la defensa de los Estados Unidos, sugiriendo que estos estados deberían tener una política independiente hacia Irán, en lugar de alinearse únicamente con los Estados Unidos. [6]

* Y. Yehoshua es Director de Investigación en MEMRI; I. Rapoport y Y. Mansharof son compañeros de investigación en MEMRI; A. Savyon es Director del Proyecto de Medios de Comunicación Iraní; Y. Carmon es Presidente de MEMRI


[1] El resentimiento hacia Irán, en especial su «interferencia en los asuntos árabes», fue expresado en varias ocasiones por el Ministro del Exterior saudita Príncipe Saud Al-Faisal. En una entrevista de marzo 2007 con Newsweek, informó que, durante una reunión entre los dos, el Rey Saudita ‘Abdallah le había dicho bruscamente al Presidente Ahmadinejad: «Usted está interfiriendo en los asuntos árabes… Así lo niegue o no, esto está creando sentimientos negativos para Irán y nosotros pensamos que usted debe detenerlos».

[2] Artículos en la prensa del Golfo advirtieron contra la amenaza iraní, y llamaron en los estados del Concejo de Cooperación de Golfo (GCC) a formar un frente unido contra este. El redactor saudita Yousef Al-Kuwailit escribió en el diario Al-Riad: «¿Por qué no están [los países del Golfo] mostrando algo de interés en establecer su propia fuerza [militar]…? Nos hemos olvidado de cómo Saddam Hussein invadió Kuwait?…» Al-Riad (Arabia Saudita), 1 de noviembre, 2007. Para más detalles sobre la llamada a formar una alianza militar para repeler la amenaza iraní, véase MEMRI Despacho Especial No. 1769, «Redactores Sauditas Llaman en los Estados del Golfo a Formar un Frente Anti-Irán, «20 noviembre, 2007, http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=sd&ID=SP176907.

[3] Al-Majalla (Arabia Saudita), 22 de diciembre, 2007.

[4] En una reunión de septiembre del 2007, con el Rey Saudita ‘Abdallah bin ‘Abd Al-‘Aziz, el Emir de Qatar Jeque Hamad bin Khalifa Aal Thani prometió mantener los esfuerzos de mediación de su país – especialmente respecto a Palestina, Irak y el Líbano – en línea con el entendimiento alcanzado por el CCG y la Liga Árabe. Al-Jarida (Kuwait), 25 de septiembre, 2007.

[5] Alhomayed escribió que la invitación fue un premio que Ahmadinejad no merecía, y agregó: «Invitar a alguien como el [ex presidente iraní Mohammad] Khatami habría sido entendible, ya que él es uno de aquéllos que llaman al diálogo y a

[6] En un editorial en el diario de los EAU Al-Ittihad, el redactor Khaled Al-Dakhil escribió que un sentimiento surge en el Golfo donde «el paraguas de defensa americano no está proporcionando la estabilidad necesaria en la región, pero se ha convertido realmente en una fuente de inestabilidad… hay señales que indican un cambio esperado en la estrategia de seguridad de los estados del CCG. Al-Ittihad (EAU), 12 de diciembre, 2007.