En un editorial en el diario saudita Al-Watan, el príncipe saudita Saud bin Mansour bin Saud bin ‘Abd Al-‘Aziz [1], confrontó a los árabes liberales y reformistas sauditas y los ideales occidentales de la democracia. Sin citar nombres, dijo que estas personas estaban promoviendo la democracia occidental a pesar de todos sus defectos y a pesar del hecho que el Islam es vasto superior. Llamando a la democracia «demo-khratiyya» (es decir, «demo-mendacidad»), el príncipe dijo que los escritores que criticaron a Arabia Saudita necesitaban un «sangramiento ideológico» para purgar sus ideas corruptas.
Lo siguiente son extractos traducidos de su artículo: [2]
Lamentablemente, algunos medios de comunicación árabes están pregonando la democracia en lugar del Islam
«La democracia de acuerdo con su interpretación [es decir, la de los reformistas árabes] es un régimen social occidental que trabaja para los intereses de la mayoría, bajo muchas protecciones y condiciones, con el propósito de [permitir] estabilidad política, desarrollo y progreso, así como también reduce la corrupción, la pobreza y el hambre y la libertad de expresión. Esta libertad que siempre está plasmada como una placa sobre la pared de la democracia – en [pleno] conocimiento que Platón lo llamó el gobierno del pueblo por sí mismo y para sí mismo.
«Para mayor desgracia, algunos de los portavoces de los medios de comunicación árabes están pregonando la [democracia] como medio de [progreso], olvidándose que los principios de la democracia incluyen el de la separación entre religión y estado. Esclavizan al término [es decir, democracia] para sus propios torcidos intereses, así como su parloteo lo cual le da a sus escuchas un dolor de cabeza.
«Se han olvidado los dueños de estos voceros [es decir, los medios de comunicación árabes] que el Islam estableció una orden que es incompatible con la ideología extranjera, y que es una religión sana y pura – y que el respeto por el individuo en el Islam es… supremo? [Se han olvidado que el Islam] es la mejor fuente para la adecuada libertad y para [los ideales de] la humanidad y que es el mejor protector de la humanidad?
«Aquellos quienes se apresuran a apoyar la ‘apertura’ occidental – cuya flechas parecen ser suaves pero [transportan] una carga mortal – se han olvidado de nuestros principios y nuestra claridad? ¿No se han dado cuenta [estas personas] de que Occidente está siempre comercializando la democracia como un sistema civil y secular, no como un [sistema] religioso? [golpeado por] las ondas del Alzheimer político donde continúan diciéndonos que el Islam no es democrático.
«Maldición sobre cualquiera que quiera hacer cumplir esta demo-khratiyya sobre todas las cuestiones políticas y constitucionales. Maldición sobre todas las dictaduras que se disfrazan como demo-khratiyya para destruir lo que definen como países del tercer mundo!
«Debería recordarse que el Reino de Arabia Saudita es el Custodio de los Dos Lugares Santos, y que los hijos o residentes de la patria nunca se les ha negado sus derechos. La estructura de nuestro país es perfecta [gracias al] Islam, que ha establecido el [concepto de] shura [es decir, consulta] y la protección de los derechos, la libertad, la justicia y todo lo [demás] de valor, según lo establecido por esta generosa religión».
«Los escritores [que critican a Arabia Saudita] necesitan de un sangramiento ideológico a fin de eliminar [sus] ideas corruptas»
«Miembros de los medios de comunicación árabes y musulmanes son avaros cuando se trata de poner en relieve esta libertad islámica y no representan a nuestro sistema islámico justo. Seamos más maduros que estas ideas, que llevan un estilo de división barato destinado a dividir el país en facciones y grupos.
«Cómo podemos ser indiferentes al hecho de que los distintos medios de comunicación árabes están repletos de ideas importadas atrapadas como bombas?! Por no mencionar la perversión representada por los vídeo clips o [las telenovelas], que algunas personas ven con interés más que al propio mes de Ramadán para que puedan disfrutar de la basura de estos artistas, comerciantes y actores. Todo esto tiene como objetivo el desmantelamiento de la obligación religiosa, bajo la consigna de la democracia.
«… La mayoría de nuestras plataformas mediáticas árabes [están repletas de] sensacionalismo, intercambio de insultos, libertinaje, agitación, fitna [es decir, conflicto civil], perversión y reaccionismo. Leemos cosas asombrosas escritas por algunos escritores [sauditas], en donde el término «los sauditas» es utilizado de una manera generalizada para incluir cualquier cosa vergonzosa y cualquier cosa que cruce las líneas rojas.
«Estos escritores necesitan de un sangramiento ideológico a fin de eliminar [sus] ideas corruptas. Deben ser enseñados a no generalizar como ignorantes.
«Oh mi país, apresúrate a la gloria y a la grandeza de tener a tus hijos aferrados al Islam, a la arabidad y a todo lo saudita!»