A continuación se presentan extractos de un discurso pronunciado por el Presidente de Sudán, Omar Al-Bashir, transmitido en el canal de televisión Jartum TV y publicado en Internet el 23 de julio, 2013.

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Omar Al-Bashir: «Los primeros diez días de Ramadán – los días de compasión – finalizaron, nos movemos hacia los diez días siguientes a la absolución, y oramos para que Alá nos guíe en los últimos diez días, para que estemos entre los salvados del Infierno durante Ramadán. Todos tenemos esperanzas que nuestro Señor tendrá misericordia de nosotros, nos absolverá, y nos salvará del fuego del Infierno.

«Pero no sólo debemos usar nuestras bocas en nuestros rezos, porque la creencia es un asunto del corazón sólo cuando se manifiesta a si misma en las obras de cada quien.

«Debemos realmente esperar que nuestro Señor responda a nuestras plegarias en este mes sagrado, y nos salve, a nuestros padres, y a sus padres del fuego del Infierno.

«¿Cómo puede Alá respondes nuestras plegarias, cuando nosotros – y cuando digo «nosotros» me refiero a todos nosotros, desde el presidente hasta los últimos soldados… Todos queremos que nuestro Señor acepte nuestras plegarias, pero ¿cómo puede ser esto posible? ¿Cómo es esto posible cuando asesinamos y derramamos la sangre de los musulmanes por la más trivial de las razones? Les digo, lo hacemos por la más trivial de las razones.

«Lo que ocurría en Darfur no era gran cosa, aun así costó cientos de vidas. Cuando vimos lo que estaba ocurriendo allí al principio, pensamos que no merecía siquiera el sacrificio de un cordero, por no hablar del asesinato de un ser humano.

«¿Cómo es posible sancionar el asesinato de musulmanes, aunque sabemos muy bien que la destrucción de la Kaaba es menos grave ante los ojos de Alá que la muerte de un musulmán?

«Sabemos que el asesinato de un musulmán… uno podría decir: «No supe hacer nada mejor», pero tenemos estudiosos islámicos con nosotros, tenemos jeques, estudiosos del hadith, y jurisprudentes islámicos, y todos estaríamos de acuerdo en que pueden ser absueltos de cualquier pecado, excepto por el pecado de asesinar a un compañero musulmán». […]