El portal iraní Asr-e Irán, cercano a los círculos pragmáticas del país, ha criticado los ataques a la embajada saudí en Teherán y el Consulado saudita el 2 de enero, 2016 en Mashhad por manifestantes enfurecidos a la ejecución ese día del prominente clérigo chiita Nimr Al-Nimr por Arabia Saudita. El portal también criticó implícitamente al régimen iraní por permitir los disturbios y estableciendo a que Irán fuese representado como un estado sin ley.
Un artículo publicado el 3 de enero 2016 en el portal, titulado «Arabia Saudita Sonríe Tras Eventos en Teherán y Mashhad: Un Autogol de Irán», declaró que la ejecución del Jeque Nimr Al-Nimr fue estratégica y orientada a matar dos pájaros de un sólo tiro. Eliminó a un oponente del régimen saudí y le tendió una trampa a Irán, a sabiendas de que la inevitable y enfurecida reacción anti-saudita allí les daría a los saudíes un triunfo diplomático sobre esta.
Expresando indignación a individuos y grupos en Irán – haciendo alusión a los partidarios del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (CGRI) quienes se oponen a la política del gobierno que busca mostrar una imagen positiva del país en el mundo – el artículo critica a estos actores por dañar las relaciones exteriores de Irán tomando la ley en sus propias manos. De esta manera dijo, obligaron al gobierno iraní a pedir disculpas por sus acciones extremistas e inclinaron la balanza diplomática de poder a favor de los opositores iraníes.
Lo siguiente es la traducción del artículo:
«Al ejecutar al Jeque Nimr, Al-Saud logró dos principales objetivos: Eliminó con éxito una fuerza anti-régimen y también enredó a Irán en una crisis existencial»
«Anoche (2 de enero), Teherán y Mashhad fueron los lugares de los severos ataques por manifestantes en la Embajada de Arabia Saudita [en Teherán] y al consulado [en Mashhad], tras la ejecución del Jeque Nimr [Al-Nimr, en Arabia Saudita]. La protesta fue una expresión a la rabia y estupor chiita por este incidente.
«Al ejecutar al Jeque Nimr, Arabia Saudita demostró que está buscando aventuras en la región y desea una confrontación con Irán. Al-Saud [es decir, la familia real saudita] quiere llevar a Irán hacia una guerra – una guerra que no representa el conflicto entre Irán y Arabia Saudita, sino más bien el conflicto entre chiitas y el Sunna, que puede impulsar el cisma en el Medio Oriente hasta su nivel más alto.
«Esta ejecución ha demostrado de que no existe lógica en Arabia Saudita – sin embargo, detrás de esta acción existe una gran estrategia que no debe ser ignorada por Irán y los chiitas. Fue claro para casi todos, incluyendo a Al-Saud, que la ejecución del Jeque Nimr desencadenaría graves protestas chiitas en Arabia Saudita, Irak e Irán. Ellos [los saudíes] sabían muy bien que las protestas en Irán serían peores que en otros países…
«Al ejecutar al Jeque Nimr, Al-Saud logró dos objetivos principales: Eliminó con éxito una fuerza anti-régimen y también enredó a Irán en una crisis existencial.
«La estrategia saudita tras esta ejecución tuvo como objetivo perjudicar el honor de Irán, regional y mundialmente. Al-Saud sabía muy bien que lo primero que los furiosos iraníes podían hacer era atacar su embajada y tal vez incinerarla también – y esto es exactamente lo que pasó ayer por la noche en Teherán y Mashhad».
«Estos ataques enviaron el balón de la corte saudita a la iraní – con un auto-gol iraní, gracias a ciertas personas»
«Estos ataques lanzaron el balón de la corte saudita a la iraní – con un auto-gol iraní, gracias a ciertas personas. Los titulares de ayer en los medios de comunicación mundiales fue el ataque en Irán a la Embajada saudita y no la ejecución del Jeque Nimr. En lo concerniente a los medios de comunicación mundiales, [los manifestantes] que asaltaron los muros de una embajada extranjera en Irán es mucho mejor noticia que la ejecución del propio Jeque Nimr en Arabia Saudita.
«Por supuesto, la ejecución del Jeque Nimr debe ser condenada. Pero el ataque a la Embajada de Arabia Saudita por gente furiosa por la ejecución fue exactamente lo que el régimen de Riad había esperado. Este régimen [saudita] sabía que algunos en Irán no esperarían a que el gobierno [actuara] y en su lugar pondrían en práctica sus propias decisiones en política nacional y extranjera. Estos ataques permitieron que el régimen de Riad se presentara como el partido oprimido y decir que Irán no es un [país] seguro.
«Esto está perfectamente ilustrado por las expresiones de preocupación expresadas por el secretario general de la ONU respecto a la ejecución del Jeque Nimr y el ataque a la Embajada saudita en Teherán. Un incidente que pudiera haber sido aprovechado al máximo por Irán contra el régimen saudita se ha convertido en un garrote en contra de la República Islámica [de Irán].
«Si estos que actuaron por cuenta propia hubiesen permitido al aparato diplomático de Irán hacerle frente a esta acción saudita inhumana a través de canales adecuados – es decir, la ONU, la Organización de Cooperación Islámica [OCI] y las instituciones de derechos humanos – la solidaridad internacional podría haberse consolidado en contra de Al-Saud.
«En lugar de atacar la embajada saudita, este grupo [iraní], que siempre actúa [de todas maneras] por su propia cuenta, pudo haber llamado a un día de ‘rabia contra Al-Saud’ y celebrar una manifestación masiva, esto hubiese ayudado en gran medida al gobierno [iraní] en su conflicto con Arabia Saudita.
«Pero ahora, en lugar de condenar a Arabia Saudita, el [gobierno iraní] debe responder por las acciones de [algunos de] a sus ciudadanos contra una embajada extranjera. Tristemente, algunos en Irán tienen una visión superficial sobre los temas políticos, especialmente en el ámbito de política exterior. Ellos piensan que acciones agresivas y extremistas tales como atacar una embajada pueden ser utilizadas para resolver problemas.
«Hoy, Irán y Arabia Saudita están en un estado de ‘guerra fría’- una partida de ajedrez en la que cada movimiento debe ser prudente y lógica para que el oponente pueda ser vencido. Ahora, imagínense cómo, en medio de este juego de ajedrez político, gente en nuestro propio bando llega [al escenario] y con sus acciones, inclinan la balanza a favor del oponente».
«No podemos resolver cuestiones políticas atacando y quemando embajadas»
«No podemos resolver problemas políticos atacando y quemando embajadas. Debemos saber que asaltar los muros de cualquier embajada en Teherán es un grave ‘auto-gol’, que puede crearle muchos problemas a la República Islámica. Un ejemplo evidente de esto es cómo el juego de la ejecución del Jeque Nimr ha sido pasado de Riad a Teherán. Ni siquiera pensemos en los fondos públicos que tendrán que ser utilizado para pagar por el daño a la propia embajada.
«No debemos permitir que un determinado sector [impulsado] por decisiones emocionales arriesgue la seguridad nacional de Irán y la conduzca a ser vista como el mal actor en la crisis del Medio Oriente».