En dos recientes artículos en la prensa paquistaní, periodistas paquistaníes culparon al gobierno por la confrontación en Lal Masjid (La Mezquita Roja). Justo antes de que la mezquita fuese atacada, Najam Sethi escribió en el diario pro-Cachemira Roznama Nation (La Nación Roznama) para describir la historia de los lazos de los hermanos Ghazi con los servicios de inteligencias paquistaníes; seguido a la confrontación, Hamid Mir escribió en el diario de derecha centrista Roznama Jang («La Guerra Diaria«) que el gobierno había manipulado de mala forma la situación y había alienado a la opinión pública.
Lo siguiente son extractos de los artículos:
Najam Sethi: Los hermanos Ghazi tienen una historia llena de conexiones con las agencias de inteligencia de Pakistán
En vísperas a la operación militar contra Lal Masjid, el antiguo periodista paquistaní Najam Sethi escribió, en la edición semanal del diario pro-Cachemira Nación Roznama, que el gobierno paquistaní tuvo una historia de apoyo para los encabezados de la Lal Masjid, y acusaron al gobierno de organizar la confrontación para impresionar a la opinión publica internacional:
«Los hermanos Ghazi [e.d. Abdul Rashid Ghazi y Abdul Aziz] tienen una historia llena de conexiones con las agencias de inteligencia de Pakistán.
«Su padre, Abdullah, había estado ofreciendo servicios en varios jihads de Pakistán en el país vecino [e.d. Afganistán] a cambio del cual se le otorgaron beneficios a [los hermanos Ghazi].
«Mientras pasaba el tiempo, la administración de su mezquita [e.d. la Lal Masjid] comenzó a [construir] extensiones ilegales en suelo adyacente del gobierno, y el gobierno, temeroso de [las agencias de seguridad], no pudo hacer nada.
«En 1998, Abdullah Ghazi se convirtió en una víctima del terrorismo sectario [chi’a contra sunni] y perdió la vida. En el 2004, cuando los jihadistas y Al-Qaeda… intentaron asesinar al General Musharraf, se recuperados explosivos y un cohete del automóvil de Abdul Aziz, y en base a esto fue luego arrestado. Aun así el Ministro de Asuntos Religiosos Ejaz-ul-Haq intervino, y fue liberado.
«El punto importante es que a pesar de sus puntos de vista pro-taliban y pro-Al-Qaeda, sus simpatías y la ayuda a los dos [grupos], y su oposición a América, los hermanos Ghazi no desaparecieron, como [otras] personas de su estirpe, a manos de las agencias de inteligencia!
«El segundo punto es que el asunto de la Lal Masjid está atrayendo toda la atención de los medios de comunicación en un momento cuando asuntos de importancia nacional, tales como la independencia de la magistratura y la decisión sobre el destino del [suspendido] jefe de justicia, están en peligro. El ‘drama’ de la Lal Masjid estaba alcanzando su pico durante marzo y abril… Cuando el Principal de Justicia [Iftikhar Mahoma Chaudhary] lanzó largas marchas por el país, el ‘brigadier Ghazi’ para desviar la atención de la gente, comenzó a secuestrar mujeres, niños, y policías, y también atacó tiendas de CD y música en Islamabad.
«Luego el gobierno siguió pretendiendo estar en ‘conversaciones’, a pesar del hecho que [ya] en abril habían establecido las cortes del shari’a y estaban advirtiendo de ataques suicidas a través del país.
«Cuando [los líderes] de la Lal Masjid emitieron un fatwa en contra de la [Ministra de Turismo] Nilofer Bakhtiar [por abrazar a un instructor de lanzamiento en paracaídas], el gobierno le quitó su ministerio. Incluso después de eso, las actividades continuaron. En mayo secuestraron a cuatro policías, y en junio tomaron a siete ciudadanos chinos como rehenes. Durante estos tres meses, el gobierno no intentó rodear a la Lal Masjid o supervisar los movimientos de estos líderes, aunque el propio General Musharraf había dicho recientemente que gran cantidad de armas estaban allí presentes y que las instalaciones eran una fortaleza de los terroristas de Jaish-e Mohammed y de los atacantes suicidas de Al-Qaeda.
«Aun así, el presidente no se molestó en clarificar cómo llegaron estas armas y los militantes a la [Lal Masjid] a pesar de… de las poderosas y omnipresentes agencias de [inteligencia].
«Otro punto importante es que estos mullahs, habiendo atraído la atención de los medios de comunicación, han estado liberando a secuestrados sin recibir ningún rescate.
«El tercer punto es que los ‘brigadieres de la Lal Masjid’ han fracasado en obtener las simpatías de otros madarsas y grupos religiosos. Esto es bastante extraño, ya que uno habría esperado que sus exitosas ‘actividades’ religiosas inspiren actividades similares – aun así la mayoría de los grupos religiosos se apartaron y los criticaron fuertemente por su[s] métodos.
El «Maulana Fazlur Rahman, un político alerta, ha dicho una y otra vez que los hermanos Ghazi están bailando junto a la melodía de las agencias de [inteligencia] para que la atención de la gente se desvíe de los problemas enfrentados por el General Musharraf en el país, e impresionar sobre el mundo externo de que el extremismo islamista se ha convertido en tal serio peligro que sólo un comandante moderado y progresista como el General Musharraf puede enfrentar este desafío.
«Los medios de comunicación nacionales han sido explotados [en este episodio], y los medios de comunicación internacionales han sido engañados. A los islamistas extremistas se les ha avergonzado, y no tienen credibilidad…» [1]
Hamid Mir: Estoy conmocionado por el cómo la gente está hablando sobre el gobierno; los enfrentamientos son probable que esparzan el radicalismo
En un artículo el 16 de julio, 2007 en el diario centro derechista Roznama Jang («La Guerra Diaria «), Hamid Mir, un periodista paquistaní muy conocido quien ha entrevistado a Osama bin Laden, escribió que la mayoría de los pakistaníes, mientras no estén a favor de la Lal Masjid, estaban enfadados con el gobierno por el derramamiento de sangre, y que era probable que los enfrentamientos llevaran a la expansión del radicalismo:
«Me han inundado con cartas, correos electrónicos, y llamadas telefónicas. Gente enfadada me está preguntando, ‘Usted puede entrar en las regiones de Afganistán, Irak, y el Líbano destrozadas por la guerra para cumplir sus obligaciones periodísticas, entonces por qué no pudo usted entrar en la Lal Masjid en… Islamabad?’
«Yo cité varias razones; Los recordé las limitaciones del toque de queda allí; pero el enojo de la gente no parece estar menguando…
«Durante los últimos tres a cuatro días, el tipo de conversación que ha estado teniendo lugar dentro y fuera de Pakistán… sobre el gobierno me ha conmocionado. Todas mis líneas telefónicas están intervenidas. Las instituciones que intervinieron mis teléfonos deberían converger al General Pervez Musharraf los detalles de los tipos de llamadas que estoy recibiendo. El hecho extraño es que pakistaníes comunes están enfadados con el gobierno sobre la tragedia de la Lal Masjid, y al mismo tiempo están también infelices con la oposición.
«Muchas mujeres han expresado sorpresa al apoyo de Benazir Bhutto por el uso de la fuerza contra la Lal Masjid. Mucha gente joven ha cuestionado el por qué la Conferencia de Todos los Partidos organizada por Nawaz Sharif en Londres no condenó abiertamente la tragedia de la Lal Masjid. Pakistaníes comunes nunca habían apoyado las vías de protestas por los [líderes de la] Lal Masjid sobre el martirio de las mezquitas, pero el uso indistinto de la fuerza contra la Lal Masjid dejó incluso al [activista de los derechos humanos] Asma Jahangir, quien fue crítico de la Lal Masjid, humeante. Ella no considera que el extremismo sea una respuesta al extremismo.
«Dos preguntas están siendo planteadas por la gente común. ¿Primero, por qué las conversaciones entre Abdul Rashid Ghazi y el gobierno fracasaron? ¿Segundo, por qué no fueron identificados los cuerpos de los estudiantes masculinos y femeninos que fueron martirizados dentro de la Lal Masjid y Jamia Hafsa? ¿Y, se hizo que los cuerpos desaparecieran?
«Hasta donde estoy consciente, Abdul Rashid Ghazi hizo todo los esfuerzos por hacer que las conversaciones fueran exitosas, hasta el último momento. Él quería salvar las vidas de sus colegas, pero con dignidad.
«La razón del fracaso de las conversaciones fue, junto a la conducta del gobierno, también la conducta del ‘ulama, quien estaba presente junto al [ex primer ministro] Chaudhary Shujaat Hussein fuera de la mezquita hasta el último minuto. La conducta de muchos [de éstos] ‘ulama no fue seria.
«Chaudhary Shujaat Hussein y el [líder islamista radical] Maulana Fazlur Rahman Khalil estaban hablando por teléfono con Abdul Rashid Ghazi, y muchos ‘ulama presentes con ellos se estaban divirtiendo. Una vez, alcanzó el punto dónde algunos amigos de Chaudhary Shujaat Hussein tenían que formalmente pedir que el ‘ulama dejase de reírse.
«Mientras las conversaciones, que comenzaron a las 6 PM continuaron hasta tarde en la noche, los ‘ulama ordenaron la comida de… [un área de clase alta de] Islamabad y empezaron a comer, mientras que Chaudhary Shujaat Hussein y Fazlur Rahman Khalil sobrevivían con bizcochos y agua. Los dos le preguntaron a Abdul Rashid Ghazi si había comido; él dijo que ‘no’ y les dijo, ‘Nosotros realmente le consideraremos nuestro simpatizante si pudiera enviarnos comida para un centenar de personas’. Chaudhary Shujaat Hussein les envió inmediatamente a sus hombres a que organizaran la comida para 300 personas.
«Entretanto, Abdul Rashid Ghazi había acordado en entregar a algunos de sus así llamados amigos extranjeros porque eran estudiantes jóvenes. Él también tuvo que salir de la Lal Masjid y del Jamia Faridia. Los ‘ulama presentes allí [como parte de las conversaciones] querían que el Jamia Faridia fuese entregado a la [asociación de madarsas pro-Musharraf] Wafaq-ul-Madaris, pero el gobierno no tuvo la voluntad de hacer esto. No fue un asunto mayor.
«El verdadero problema era salvar a la Lal Masjid y las vidas de centenares de estudiantes varones y hembras. Pero el Maulana Hanif Jalandhri y sus amigos ‘ulama se retiraron de las conversaciones por la disputa. Sólo el Maulana Fazlur Rahman Khalil permaneció allí. Al final, convenció a Abdul Rashid Ghazi de enviar a 20 hombres y mujeres fuera, pero entretanto la batería de su teléfono celular estaba muerta, y fueron desconectados.
«El Maulana Fazlur Rahman y Chaudhary Shujaat Hussein estaban intentando reestablecer la conexión, pero luego la operación militar comenzó. Para los hombres hambrientos y sedientos dentro de la Lal Masjid y Jamia Hafsa, no había ningún camino sino la resistencia, y las mujeres desvalidas aceptaron silenciosamente entrar en la boca de la muerte. ¿Cuántas mujeres y muchachas fueron martirizadas? Ésta es una pregunta por el cual el gobierno no tiene una respuesta satisfactoria.
«El día después del martirio de Abdul Rashid Ghazi, el gobierno llevó a los periodistas en una gira por la Lal Masjid, y les mostró cantidades de armas, incluyendo lanzadores de cohetes. La gente pregunta por qué Abdul Rashid Ghazi y sus hombres no usaron estos lanzadores. En luz de la rabieta de la gente, los Wafaq-ul-Madaris decidieron declarar el 13 de julio un día de protesta.
«Es extraño que mientras la tragedia de la Lal Masjid tuvo lugar en Islamabad, el liderazgo de Wafaq-ul-Madaris no organizó ninguna protesta en Islamabad; más bien le aseguró al gobierno que los estudiantes de [sus] madarsas no protestarían en Islamabad. En una mezquita en Rawalpindi [la ciudad gemela de Islamabad], durante los rezos del Viernes, un predicador criticó a Abdul Rashid Ghazi, y la gente le tomó por el cuello y comenzaron a gritar consignas.
Incluso el liderazgo de [la alianza de los partidos religiosos en el poder al noroeste, y en oposición en Islamabad] el Majlis Amal estuvo ausente de Islamabad [el día de las protestas]. Un discurso de Abdul Ghafur Haideri ante una pequeña congregación fue una fachada. El pragmatismo de Wafaq-ul-Madaris y el Majlis Amal significó que las protestas políticas no eran fuertes. Pero hubo un aumento en los ataques suicidas. El abatimiento de la juventud [y su decepción en] el liderazgo religioso podría llevar a un surgimiento en el extremismo.
«La pregunta importante es: ¿Llevará la operación de la Lal Masjid a una disminución en el extremismo en Pakistán? La respuesta es no.
«El día después de la operación, un ministro del gobierno de estado inauguró un club de baile en el sector F-10/3 de Islamabad. [2] En esta área, una tienda de vinos fue abierta. ¿Reducirá el establecer clubes de baile y tabernas el extremismo en Pakistán? La verdad es que el extremismo religioso es, en efecto, una reacción al extremismo liberal y secular. Hasta que el liberal pro-occidental y la elite gobernante secular no pongan fin a su extremismo, la moderación no crecerá en la cultura [paquistaní].
«Piensen durante algún tiempo! Si las políticas del gobierno británico pueden hacer allí extremistas a los médicos musulmanes, entonces por cual camino el extremismo de nuestros gobernantes llevará a nuestros semi religiosos y educados jóvenes?» [3]
[1] Nación Roznama (edición de Londres), 7-13 de julio, 2007.
[2] La referencia es a la Ministra de Salud Shahnaz Sheikh; La versión de Sheikh de los eventos es que ella fue invitada a inaugurar un club de salud, y cuando se dio cuenta era un club de baile que había dejado luego de 10 minutos.
[3] Roznama Jang (edición de Londres), 16 de julio, 2007.