En dos recientes artículos publicados en los medios de comunicación sauditas, periodistas libaneses instaron a su país a seguir el ejemplo de los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin y avanzar hacia el logro de una paz con Israel. El periodista chiita libanés Nadim Koteich abordó este tema en una columna titulada «¿Cuándo habrá paz entre Israel y el Líbano»? en el diario saudita en Londres Al-Sharq Al-Awsat. En la columna, publicada el 15 de septiembre, día de la firma del acuerdo de paz entre Israel, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, este escribió que lo único que impide la paz entre el Líbano e Israel es Hezbolá, que se ha hecho cargo de todas las tomas de decisiones del Líbano y cuya supervivencia depende en perpetuar el conflicto con Israel. Este luego revisó los supuestos puntos de discordia entre Israel y el Líbano y argumentó que ninguno de estos puntos de discordia son problema verdadero que no pueda resolverse. Esto incluye, por ejemplo, el tema de las Granjas Shebaa, una pequeña zona en disputa en la frontera entre Israel y el Líbano. Koteich afirmó que este tema sirvió alguna vez como pretexto para preservar la presencia militar de Siria en el Líbano y hoy día sirve como pretexto para preservar las armas de Hezbolá. Este concluyó diciendo que «lograr la paz hoy día es mejor que lograrla después».[1]
Escribiendo en el portal en inglés de la red saudí Al-Arabiya, el periodista e investigador libanés Makram Rabah se centró en las pérdidas económicas que el acuerdo de paz entre Israel con los Emiratos Árabes Unidos puede infligirle al Líbano. Este escribió que el acercamiento de Israel al Golfo le permite ocupar una posición económica que anteriormente ocupaban el Líbano y los libaneses: Los estados del Golfo contrataban anteriormente a expertos libaneses con el fin de proveerle varios servicios, tales como ayudar a construir escuelas, hospitales y empresas, que ahora estos pueden recurrir a los israelíes. Por lo tanto dijo, al Líbano le interesa repensar su postura frente a Israel y adaptarse a las tendencias regionales. Al afirmar que muchos libaneses anhelan secretamente la paz con Israel, este concluyó que «la negativa de Beirut a reajustar su política hacia Israel no es nada inteligente ni constructiva y el querer afirmar neutralidad mientras en realidad sirve como peón en la estrategia regional de Irán es perder el tiempo».
Políticos y periodistas libaneses presentaron argumentos similares en entrevistas que fueron televisadas. El ex-ministro del interior Sejaan ‘Azzi, por ejemplo, dijo que Israel no representa una amenaza para el Líbano y que este nunca ha tenido ambiciones de ocupar territorios libaneses y el periodista Rami Na’im dijo que las próximas negociaciones para demarcar las fronteras terrestres y marítimas entre los dos países conducirá sin duda a una eventual normalización de relaciones entre estos dos países.
Lo siguiente son extractos de los artículos de Nadim Koteich y de Makram Rabah además de las entrevistas realizadas por Sejaan ‘Azzi y Rami Nai’m.
Periodista Nadim Koteich: «No existen problemas verdaderos entre Israel y el Líbano»
El periodista libanés chiita Nadim Koteich escribió en el diario Al-Sharq Al-Awsat: «Tras el acuerdo de paz entre los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin con Israel, parece ser que, desde la perspectiva de intereses, el Líbano debería ser lógicamente el próximo país en avanzar hacia un acuerdo de paz con Israel. Lo único que evita esto es la toma de decisiones soberanas del Líbano por parte de un grupo ideológico [es decir, Hezbolá] que no puede existir a menos que continúen las hostilidades entre los dos países y que, sin justificación alguna, ha emprendido la tarea de liberar a Jerusalén y poner fin a la existencia de Israel.
«¿Cuál es el problema entre el Líbano e Israel? Ningún político libanés puede dar una respuesta clara y práctica a esta pregunta, excepto sembrar miedo sobre el proceso de naturalización de los refugiados palestinos en el Líbano, un tema al que volveré más adelante. Cuando, luego del acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel, se le preguntó al Presidente de la República libanesa Michel ‘Aoun, sobre el considerar una perspectiva de paz entre el Líbano e Israel, este dio una respuesta muy general, mencionando los ‘problemas’ entre los dos países que tenían que resolverse antes de poder contemplar una paz conjunta. Su generalizada respuesta no refleja ninguna falta de patriotismo de su parte… La razón es que no existen problemas verdaderos entre Israel y el Líbano, al menos el tipo de problemas reconocidos por el mundo, problemas en relaciones exteriores o en las leyes del derecho internacional.
«Después de todo, la ocupación del sur del Líbano por los israelíes terminó en el año 2000 y pudo haber terminado mucho antes, si el Líbano hubiese podido perseguir mejor sus intereses sin tener en cuenta las agendas sirias y luego iraníes. Más que eso, la ocupación tal vez nunca hubiese sucedido si el Líbano hubiera mantenido su neutralidad hacia la lucha armada en contra de Israel, tal como lo hizo en 1967, gracias a la brillante maniobra de su difunto canciller Fouad Boutrus y al pragmático enfoque nacional de su presidente para ese momento Charles Helou.
«En cuanto a los ideólogos – ya sean estos los antiguos grupos de izquierda que ayudaron a destruir Beirut con el propósito de defender Jerusalén y que entregaron Beirut a Yasser Arafat… o la milicia iraní, Hezbolá – sus respuestas a la pregunta sobre el problema entre el Líbano e Israel vira entre el nivel ideológico y el oculto. Ustedes los escucharán hablar sobre las ‘ambiciones israelíes’ y se preguntarán qué vara se puede utilizar para medir estas ambiciones y monitorear su flujo, con el fin de ayudar al responsable de tomar las decisiones a elegir entre una escalada [respecto a Israel] y un arreglo [con este]. El término ‘ambiciones’ es solo un pretexto para perpetuar el conflicto con Israel que beneficia a estos grupos, así sea ideológicamente, permitiéndoles expandir su presencia y la presencia de las fuerzas regionales que los representan, o prácticamente reforzando su estatus e influencia dentro de la arena política libanesa y más allá de esta.
«El término ‘ambiciones’ es tragicómico, en especial el discurso obsoleto sobre las ambiciones de Israel respecto a las aguas del río Litani, las cuales se han convertido en aguas residuales bajo la supervisión de los municipios leales a la resistencia [es decir, Hezbolá], especialmente en el valle Beqa…
«En cuanto a las ambiciones de Israel respecto al gas y el petróleo en las aguas territoriales del Líbano, estas son ambiciones ‘comunes’ que pueden surgir entre dos países vecinos cualesquiera y pueden ser manejadas de acuerdo las leyes del derecho internacional, por las empresas privadas que deseen perforar, excavar y producir petróleo y gas. En el caso de los gobiernos libanés e israelí, este tema puede ser negociado por las Naciones Unidas, Francia o algún tercer país. Sin mencionar el hecho de que el área disputada entre el Líbano e Israel es el resultado de un error técnico de mapeo del Líbano.
«Quedan dos temas objetivos por analizar, es decir, la ocupación de las Granjas Shebaa, que fueron ‘descubiertas’ luego de la retirada israelí en el año 2000 y el tema de naturalizar a los refugiados palestinos en el Líbano, cuya cifra no supera las 174.000 personas, según el Censo General de Residentes de los Campamentos de Refugiados y Centros de Población Palestina en el Líbano, realizado en el año 2017 por el Comité de Diálogo Libanés-Palestino en colaboración con la Administración Central de Estadísticas Libanesa y la Oficina Central de Estadísticas Palestina.[2]
«Una mirada de cerca a los resultados de la campaña contra la naturalización de estos refugiados los alarmará, por los temores demográficos históricos de los cristianos libaneses [es decir, su preocupación de que el naturalizar a los refugiados palestinos, la mayoría de los cuales son musulmanes sunitas, inclinará la balanza demográfica a favor de los musulmanes a expensas de los cristianos], llevó a los partidos cristianos a entrar en guerras que provocaron la emigración de cientos de miles de cristianos. Estas guerras provocaron el mismo desequilibrio demográfico que los cristianos temían ocurriera e incluso perpetuaron este desequilibrio al precipitar la última ola de emigración cristiana hacia Canadá, Australia, Estados Unidos, Francia y otros lugares. Más tarde, el sector chiita heredó este temor y ahora sus miembros están completando la política de autodestrucción perpetrada por el estado, el régimen, los recursos y las instituciones estatales – tanto es así que todos los libaneses ahora están hablando de emigrar del Líbano, al menos tanto como los palestinos hablan de ello, especialmente después de la explosión ocurrida en el puerto de Beirut. ¿Por qué deberían los palestinos en el Líbano aceptar recibir ciudadanía libanesa cuando los propios libaneses están buscando otras vías alternas?
«El tema de las Granjas Shab’a puede resumirse diciendo que su estatus es incierto, en términos de quién posee soberanía sobre estas… La razón a esta incertidumbre es la persistente negativa de Siria en presentar documentos que demuestren la propiedad del Líbano sobre las Granjas Shab’a, que estuvieron bajo gestión siria desde la época de la independencia de Siria hasta el año de 1967. Además, Siria impidió por la fuerza que el Líbano estableciese cualquier signo de soberanía sobre estas, por ejemplo, estableciendo puestos de guardia o una estación de aduanas en la frontera. Las granjas sirvieron entonces como pretexto para mantener al ejército sirio en el Líbano tras la retirada de Israel y después de esta retirada incitaron a los libaneses a exigir una retirada similar del ejército de Assad del Líbano… Más tarde, las granjas se convirtieron en un pretexto para preservar el armamento de Hezbolá. También eran la única zona donde Hezbolá todavía podía emprender acciones armadas contra Israel, aunque esporádicamente, luego que la ONU aprobara la Resolución 1701 y después de que el ejército libanés y el incremento de la Fuerza Provisional de las Naciones Unidas para el Líbanos (FPNUL) desplegadas a lo largo de la frontera contra los deseos de Hezbolá para ese momento.
«Las granjas, cuya superficie no supera los 24 kilómetros cuadrados, se han convertido desde entonces en una encrucijada… que encapsula muchas de las luchas geopolíticas en la región… Los libaneses deben capitalizar el impulso de estos nuevos acuerdos de paz en el región al exigir que el tema de las Granjas Shab’a se incluya en las agendas de los gobiernos de los Emiratos Árabes Unidos y de Bahréin, como parte del precio por lograr una paz en la región, así como también la suspensión a la anexión del Valle del Jordán fue una de las condiciones exigidas a Israel por los Emiratos Árabes Unidos.
«Los líderes del plan de paz del Golfo desean que los resultados de este plan trasciendan las fronteras de los Emiratos Árabes Unidos y de Bahréin, con el fin de promover una nueva conciencia y pensamiento árabe que vea los problemas y proponga soluciones, trascendiendo los viejos mecanismos y el falso monopolio iraní sobre el tema de la liberación y restauración de la tierra… Lograr la paz hoy es mejor que lograrla después. En cuanto a aquellos que desean asustar a los libaneses diciendo que Israel quiere destruir el Líbano, deberían detenerse un momento y preguntarse a sí mismos: ¿Qué guerra israelí y qué equipos israelíes pueden destruir Beirut en segundos, como lo hizo la gran explosión ocurrida en el puerto?»[3]
Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes y videos de las entrevistas copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/lebanese-journalists-lebanon-must-advance-towards-peace-israel
[1] Cabe señalar que, el 6 de octubre, 2020 tras el anuncio del presidente del parlamento libanés Nabih Berri, de que se acordó un marco para comenzar las conversaciones con Israel sobre la demarcación de la frontera terrestre y marítima entre los dos países, Koteich publicó otro artículo titulado «Una vez más, ¿cuándo habrá paz entre Israel y el Líbano?» En este, reiteró la afirmación de que existen pocos temas operativos que impidan un acuerdo de paz entre los dos países y agregó que la paz es posible y de hecho es «la única opción razonable». Al mismo tiempo, cuestionó la sinceridad de la voluntad de Berri y de Hezbolá en alcanzar un acuerdo con Israel sobre la demarcación de la frontera y afirmó que esto requiere primeramente extender el acuerdo de tregua entre el Líbano e Israel y que el gobierno libanés lo ratifique. Este hizo especial hincapié en la necesidad de demarcar la frontera en la zona de las Granjas Shebaa, con el propósito de poner fin a la práctica de utilizar este tema como pretexto para preservar las armas de Hezbolá. (Al-Sharq Al-Awsat, Londres, 6 de octubre, 2010).
[2] En relación a este censo, véase la serie de MEMRI Despacho Especial No. 7406 – Luego que censo halla 174.422 refugiados palestinos en el Líbano, algunos libaneses temen que se establezcan permanentemente en el país, otros piden otorgarles derechos civiles, 30 de marzo, 2018.
[3] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 15 de septiembre, 2020.