El 8 de marzo, 2016 el periodista saudita Muhammad Aal Al-Sheikh escribió en su columna en el diario saudita Al-Jazira, que hoy, Irán es el enemigo No. 1 de Arabia Saudita y los países del Golfo, suplantando al histórico enemigo Israel. Cualquier ciudadano del Golfo que no esté de acuerdo con esta evaluación agregó, es un traidor.

Argumentando que Irán se está aprovechando del tema palestino como pretexto para «infiltrarse muy dentro del mundo árabe, despedazando su manto árabe y arrastrando a la sociedad árabe en apoyar su plan de expansión», este enfatizó en que los palestinos no deberían esperar ninguna salvación por parte de Irán. También advirtió a los chiitas del Golfo de que eran meros peones de Irán, que estaban siendo utilizados para promover las aspiraciones nacionales persas.  

A continuación se presentan extractos traducidos de la columna de Aal Al-Sheikh:[1]

 

Muhammad Aal Al-Sheikh (Imagen: Kn19.com)

«El enemigo persa es el enemigo No. 1 y el Enemigo sionista es [sólo] el Enemigo Nº 2. Debemos presentar esta verdad directamente, sin adular a nadie, a todos aquellos [que tratan] de extorsionarnos con el cuento de que Israel es el Enemigo Nº 1 de los árabes y que Irán nos apoya en el tema palestino. Este cuento pudiera todavía ser verdad respecto a los árabes del norte [de la Península Arábiga] y en Egipto, porque Israel amenaza a [Egipto] y a su seguridad y estabilidad. Pero en cuanto al reino [saudita] y los estados del Golfo, es Irán y no Israel, que encabeza la lista de los enemigos y los peligros que nos acechan, a lo que nos enfrentamos y nos amenazan. Irán se está aprovechando del tema de los palestinos y la liberación [de Palestina] como pretexto para infiltrarse profundamente en el [mundo] árabe, despedazando su tejido árabe y arrastrando a la [sociedad] árabe a que apoyen su plan de expansión.

«Es cierto que el tema palestino ha sido durante toda la historia la causa árabe Nº 1 y la liberación de Jerusalén del yugo de la ocupación israelí ha sido, sin lugar a duda, el tema No. 1 para nosotros, siendo nada más importante que este. Sin embargo, en este momento, y ante la ambición persa de que el gobierno musulmán extremista iraní está apoyando con todos sus recursos y por el cual moviliza todas sus fuerzas y capacidades, el enemigo persa toma prioridades – y debe tomar prioridad – por el peligro israelí.

«Por ejemplo, cuando [el ex presidente iraquí] Saddam [Hussein] invadió Kuwait, ocupó su territorio, expropió su soberanía y la anexionó a Irak, el enemigo Nº 1 de Kuwait$ y el enemigo No. 1 del [resto de] nuestros países del Golfo, no fue Israel, sino el Irak de Saddam. Por otra parte, no me avergüenzo de decir que cualquiera en el Golfo, en particular entre los kuwaitíes, quienes priorizaron la liberación de Palestina sobre la liberación de Kuwait de las garras de las fuerzas de ocupación de Irak fue considerado un claro traidor. Los libaneses necesitan darse cuenta de esto, al igual que los egipcios y los palestinos…

«No creo que ningún residente razonable del Golfo considere el peligro [planteado por] el enemigo sionista mayor que [el que plantea] el enemigo persa. Los palestinos, libaneses y sirios, cuya tierra está total o parcialmente ocupada por Israel, esperan de nosotros – por cualquier razón y excusas – que seamos corteses con ellos y priorizar al peligro israelí sobre la planteada por el enemigo persa. Estos están delirando.

«Por otra parte, permítanme decir esto sin rodeos: Todo ciudadano de cualquiera de los cinco estados del Golfo, que prioriza el peligro israelí sobre el del enemigo persa, ya sea desde una perspectiva panárabe o islamista, está sacrificando su patria, su seguridad, su estabilidad y tal vez su propia existencia por la causa de su vecino. Bajo cualquier norma nacional, a esto se le llama traición absoluta.

«Este tema tiene que ver con nuestra propia existencia y no existe negociación alguna sobre esta o el descartarlo o descuidarlo. Es una cuestión sobre el cual los residentes del Golfo, ya sean sunitas o chiitas, acuerden por igual. Yo sé que para una minoría entre los chiitas comunes del Golfo, la afiliación sectaria es el factor más importante y lo colocan por encima de la afiliación nacional. A ellos les digo: Los persas no tienen ningún interés en sectas o incluso en la religión. Lo que realmente les interesa a ellos es utilizar [su] [afiliación] sectaria como señuelo para movilizarlos en contra de su tierra natal, como una quinta columna. Tomemos por ejemplo, a los árabes del [distrito Ahwaz en Irán].[2] A pesar de que son de Los Doce chiitas, estos están oprimidos y excluidos [en su propia patria] y los persas están erradicando su identidad [árabe] y con ello sus derechos humanos. Las regiones [de Irán] donde viven son las menos desarrolladas y tienen las más altas tasas de pobreza y desempleo – [aunque] son las más ricas en recursos naturales ​​[del país]. Eran la secta y la fe importantes [para los persas], estos no estarían combatiendo contra la identidad [ahwazí] y el patrimonio y obligando a [los ahwazis] a asimilarse a una identidad persa y no los dejarían que hablen su idioma [árabe], la lengua del Corán… El objetivo y propósito de los [persas] es [avanzar] el control de la raza persa [en la región] y establecer un imperio persa con Bagdad como su capital – tal como dijo un erudito religioso persa en un documentado comunicado de prensa…»[3]

[1] Al-Jazirah (Arabia Saudita) 8 de marzo, 2016.

[2] En referencia a los últimos esfuerzos árabes por promover el nombramiento de Ahwaz de Irán, véase MEMRI Investigación y Análisis No.1233,  Parlamentarios en los países del Golfo instan a reconocer la provincia de Ahwaz en Irán como un país árabe ocupado, 9 de marzo, 2016.

[3] Posiblemente una referencia a una declaración de marzo, 2015 por Ali Younesi, asesor del presidente de Irán Hassan Rohani, en la que dijo que Irán es ahora de nuevo un imperio y su capital es Irak. Véase MEMRI Despacho Especial No. 5991, Asesor del presidente iraní Rohani: Irán es un imperio, Irak es nuestra capital; Defenderemos a todos los pueblos de la región; El Islam iraní es el Islam puro – carente de arabismo, racismo y nacionalismo, 9 de marzo, 2015.