El periodista progresista Dr. Mamoun Fandy [1] publicó un artículo en el diario árabe de Londres Al-Sharq Al-Awsat criticando a las Naciones Unidas por escoger Qatar para organizar el Centro de Derechos Humanos para el Sudeste de Asia y la Región Arabe. Qatar, Fandy argumenta, no es nada diferente de sus países vecinos respecto a su historial en derechos humanos y también por tener como anfitriones a líderes islamistas tales como Yousef al-Qaradhawi [2]. Lo siguiente son extractos del artículo: [3]

Qatar no es nada diferente de sus países vecinos respecto a derechos humanos

«‘Las Naciones Unidas escogerán Qatar para servir como centro a los derechos humanos en el Sudeste de Asia y la Región Arabe’, anunció Al-Jazeera Tv el 6 de enero, 2005. [Tengo] una pregunta para el secretario general de las Naciones Unidas, para todos los activistas de derechos humanos en la organización internacional y otros en la sociedad civil global: ¿por qué Qatar?

Sabemos que la Declaración Universal de los Derechos Humanos asegura la libertad de pensamiento, los derechos de las mujeres y los derechos económicos de los obreros. ¿Qué hace Qatar diferente de sus países vecinos respecto a esta bien conocida lista de control, el cual calificaría al país a convertirse en el centro para los derechos humanos?

Por ejemplo, hasta donde concierne las detenciones políticas y la tortura, ha cambiado la historia de Qatar durante los últimos veinte años con respecto a su actitud hacia los oponentes del régimen político?!

La respuesta a esto aparece en informes publicados por todas las organizaciones de derechos humanos internacionales, tales como Amnistía Internacional o los Observadores de Derechos Humanos. ¿Podemos decir que todos los residentes de Qatar disfrutan de la libertad de opinión y de la libertad de expresión? O han sido cegadas las Naciones Unidas por las pantallas de Al-Jazeera … de ver lo que sucede detrás de estas pantallas. La población entera del mundo árabe [sabe] que Al-Jazeera no nos dice ni una sola cosa sobre lo que sucede en Qatar. Sus lentes sólo son libres fuera de las fronteras [del país]…

El Honorable Secretario-General: ¿qué sucedería si un residente de Qatar hubiese decidido realizar su derecho a la libertad de pensamiento? Estaría el protegido por el nuevo centro de derechos humanos de las Naciones Unidas?! O convertiríamos las resoluciones de derechos humanos en una absurdidad y burla, incluso por parte de los países que firmaron estas resoluciones.

Tal decisión, en convertir cierto país en un centro para derechos humanos, debe ser juzgado sobre la base a las calificaciones del país organizador. ¿Cuáles son las calificaciones de Qatar en esta área? ¿Se olvidó el honorable Secretario-General de que existe tal cosa como los ‘derechos civiles’ para las minorías y para aquellos que pertenecen a diferentes escuelas [religiosas] de pensamiento? ¿Se han olvidado las Naciones Unidas de que antes de alcanzar tal resolución esta debería considerar la historia del país respecto a los derechos de los trabajadores, garantías para los árabes no-privilegiados, y las despreciables condiciones de los obreros asiáticos las cuales apuntan al racismo desdeñable [qué va] más allá del asunto de los derechos humanos?

No tengo explicación alguna por esta decisión excepto [por la posibilidad] de que un grupo de cabilderos recibieran una fortuna por proteger a algún país u otro para que se convirtiera en un centro de derechos humanos conectado a las Naciones Unidas.»

¿Se confundirán los fatwas del Jeque al-Qaradhawi y los informes del centro de derechos humanos?

«… ¿Es concebible que un país en qué los fatwas del Jeque al-Qaradhawi sean publicados justificando el terror y el asesinato de ciudadanos en un país en que instalarán el centro de derechos humanos en la región? ¿No se confundirán los fatwas del Jeque y los informes del nuevo centro?

… Puedo decir honestamente de que esta región [Qatar] es el lugar más improbable en que uno pudiera imaginar [emitir] resoluciones sobre derechos humanos. No estamos hablando sobre Suecia, Noruega u Holanda sino sobre un mundo que no sólo hace acusaciones de apostasía [adherentes a otras] religiones sino también hacia las [adherentes a otras] escuelas [de creencias]. Estamos en el reino de la discriminación contra las mujeres… La pregunta de los derechos humanos es demasiado importante para ser abaratada por una campaña de relaciones públicas de cualquier país…»