El 3 de julio del 2009, la periodista y activista sudanesa Lubna Al-Hussein fue arrestada, junto con otras 12 mujeres, por llevar puesto pantalones, en virtud de una ley que determina un castigo de 40 latigazos por llevar puesta «ropa indecente». Al negarse a declararse culpable, Al-Hussein, dimitió de su cargo en la ONU y renunció a su inmunidad diplomática, exigiendo ser llevada a juicio, en lo que se convirtió rápidamente en una celebridad para los derechos de las mujeres en Sudán.

Lo siguiente son extractos de una entrevista con Al-Hussein, la cual fue presentada en el canal de televisión de Egipto Al-Mihwar TV el 17 de diciembre, 2009.

Solo en Jartum, 43.000 mujeres fueron arrestadas en un año debido a sus vestimentas

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Yo no fui la única mujer en ser arrestada. Decenas de miles de mujeres fueron arrestadas… En un año…»

Primer entrevistador: «En la portada de su libro hay una foto que dice mucho. Sus pantalones son anchos y están cubiertos por una blusa larga. Si sólo nos centráramos en la fotografía…»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Esta es la ropa que llevaba puesta cuando me arrestaron. Quiero señalar que este velo es pesado y grande, y yo usualmente no lo uso. Llevo puesto un velo ligero. Pero ese día me había lavado el pelo, así que llevaba puesto esto».

Primer entrevistador: «Así que una mujer puede conseguir que se le flagele por usar prendas como esa?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Por supuesto. Tal como le dije, no soy la única. Hay decenas de miles como yo. En un solo año, 43.000 mujeres fueron arrestadas debido a sus prendas de vestir – no en todo Sudán, sino sólo en Jartum, según lo declaro el comisario general de la policía».

Segunda entrevistadora: «Lubna, usted es periodista, y los periodistas son modelos de la actividad iluminada en la sociedad. ¿Qué ha hecho usted en Sudán para cambiar esta ley?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Esta ley, triste decirlo… esta cláusula contiene tanto violencia moral como física. La violencia física se manifiesta en el castigo de flagelar, que rebaja la dignidad humana. La violencia moral se manifiesta en el hecho de que es denominada por sus «actos indecentes», y esta es la razón por el cual decenas de miles de mujeres antes que yo no tenían el coraje de protestar. Los tribunales que juzgan estos casos no son tribunales ordinarios. Son tribunales especiales que se establecieron durante la presidencia de [Omar] Al-Bashir. Se les llama ‘tribunales de orden público’, pero sus nombres siguen cambiando. En estos tribunales, el acusado no tiene derecho a defenderse a sí mismo».

Segunda entrevistadora: «No, en lo absoluto?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «No».

Primer entrevistador: «No hay ningún abogado?»

Segunda entrevistadora: «Entonces, ¿por qué hay entonces un juicio?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Disculpe?»

Segunda entrevistadora: «Entonces cuál es el punto en realizar un juicio?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «En mi caso, debido a la publicidad y el apoyo público que he recibido, contraté a un abogado que me defendió, pero el juez se negó a darle a los testigos de la defensa la oportunidad de ser escuchados. Esto es lo que sucedió. Todo estaba decidido de antemano y…»

Primer entrevistador: «Lubna, ¿le pregunto usted [al tribunal] cual es la definición de ‘prendas de vestir indecentes? Lo qué usted está usando no es… lo qué se define como ‘ropa indecente’?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Depende del estado de ánimo del policía».

«Dicen que esta es la ley islámica, pero de hecho, esta es la Ley de Al-Bashir»

Primer entrevistador: «Pero si alguien lleva puesta una blusa larga, pantalones largos, y su pelo lo tiene cubierto, que hay de indecente al respecto?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «No sé. La ley está en manos de las autoridades».

Primer entrevistador: «Las autoridades interpretan [la ley]».

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Sí. [La ley dice]: ropa de vestir que ofende la sensibilidad pública. Permítanme decirles, estuve en un lugar con 400 personas, y no ofendí a nadie. La misma ley que exige darle cuarenta latigazos a una mujer por usar pantalones, exige que se castigue a un hombre que viola a un niño, a una niña o a una mujer con un mes en la cárcel. Sin embargo, dicen que esta es la ley islámica, pero de hecho, esta es la ley de Al-Bashir».

Segunda entrevistadora: «Fue el veredicto aplicado sobre usted, Sra. Lubna?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «No, no lo fue, pero fue la excepción. No sé por qué. Todas las mujeres son castigadas con azotes y con una multa. A todo el grupo… éramos 13 mujeres, y 12 fueron sentenciadas a azotes y a una multa. Fui multada, pero cuando quise pagarla, se negaron a aceptar el dinero».

Segunda entrevistadora: «Así que toman a mujeres que usan ese tipo de indumentaria y sin un juicio, aplican el veredicto?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Inmediatamente. En el mismo lugar. Fuimos arrestadas el viernes, por lo que se retrasó hasta el domingo siguiente. La última en ser detenida es una joven cristiana de 16 años de edad – ni siquiera musulmana – del sur de Sudán. No llevaba puesto pantalones como yo, sino una falda que dijeron era ajustada».

Primer entrevistador: «Es una falda considerada una prenda indecente, o no?»

Lubna Ahmad Al-Hussein: «Ellos dijeron que era indecente. Depende del estado de ánimo del policía».