En un artículo publicado el 10 de agosto, 2017 en el diario argelino Al-Shurouq, el periodista Sultan Barkani escribió que la disputa de los musulmanes con los judíos en lugar de política es básicamente religiosa. Este afirmó que los judíos han conspirado contra los musulmanes desde los días del Profeta Mahoma y son ellos los responsables de la mayoría de los desastres que han ocurrido en el ummah (comunidad) musulmana. Al controlar los medios de comunicación, el cine, arte y la moda dijo, controlan la mente y el carácter de los musulmanes, incitándolos a la promiscuidad y la depravación y los convierten en débiles y derrotistas. Este hizo un llamado a los musulmanes a que busquen dentro de sus almas y regresen al Islam antes de que sea demasiado tarde y antes de que los judíos y sus laicos agentes despojen al ummah musulmán de todo lo que posee.
Lo siguiente son extractos de su artículo.[1]
Sultan Barkani (imagen: echoroukonline.com)
«Todos sabemos que los judíos odiaban al Profeta Mahoma y combatieron contra su da’wa [llamado al Islam]. También sabemos que tramaron contra el ummah [musulmán] después de los tiempos del Profeta, de que los Califas Justos [los primeros cuatro Califas] fueron asesinados debido a sus calumnias y las disputas que estos provocaron y que los desacuerdos entre los compañeros [del Profeta] estallaron debido a su traición y engaño. Sabemos que los judíos siguieron conspirando contra el califato islámico hasta que finalmente lograron derrocarlo en el primer cuarto del siglo XX[2] y que aprovecharon la debilidad del umma para conquistar la tierra bendita [de Palestina] y convertirla en el cuartel general de su intriga contra el ummah. Pero es eso todo lo que los judíos hicieron y siguen haciendo en contra nuestra y nuestro ummah?
«Hoy día, muchos de nosotros creemos que nuestro conflicto con los judíos es solo porque ocuparon Palestina, pero la verdad es que nuestro conflicto con ellos es religioso, porque odiaron a nuestro Profeta y conspiraban contra nuestra religión y fe, y continúan haciéndolo. También estuvieron detrás de la mayoría de las calamidades que afectaron al ummah antes del derrocamiento del Califato y la conquista de Palestina y continúan detrás de la mayoría de los problemas que la afligen. Fueron ellos quienes dividieron al ummah en pequeños países. [Luego] nombraron a gobernantes no ambiciosos para que los encabezaran y los envolvieron en escándalos de corrupción e inmoralidad, para de esta forma presionarlos y llevar a cabo sus planes en los países musulmanes.
«Son los judíos quienes controlan los medios de comunicación que afligen hoy al ummah: medios que difunden la lujuria e ideas [dudosas] religiosas, llenan los corazones de los musulmanes con debilidad, convierten a los alimentos, bebidas, la ropa, cosméticos y los autos en sus mayores deseos…. les hacen temer al poder y a las armas de los enemigos y los convierten en cobardes cabezas huecas. Estos medios de comunicación luchan contra los buenos rasgos y moral difundiendo corrupción y depravación, destruyen la unidad familiar y alientan a las esposas a burlarse y a oponerse a sus esposos e hijas para rebelarse así en contra de la autoridad de sus padres.
«Lamentablemente, los judíos no se contentan con ocupar a nuestra amada Palestina, sino que también desean controlar nuestros corazones, nuestras mentes y nuestros intereses a través de los medios de comunicación, que estos han logrado dominar, someter y dirigir. Los judíos ahora controlan directamente las compañías que crean y producen películas en Estados Unidos y luego las distribuyen alrededor del mundo, tales como las compañías de cine Fox, Goldwyn-Metro, Warner y Paramount. Incluso más importante aún es su control de Hollywood, cuyas producciones cinematográficas son admiradas por muchos jóvenes musulmanes. Algunos dicen: ¿Qué tenemos nosotros que ver con Hollywood, Fox, Goldwyn y sus amigos? [Pero] el problema es que nuestros impresionables medios árabes, controlados por laicos y multimillonarios, se alimentan de lo que esas compañías [estadounidenses] anuncian y [buscan] emular, sin ninguna consideración por la fe del ummah o sus características únicas. Al controlar directamente a las productoras de cine más grandes del mundo, los judíos controlan indirectamente muchos canales [de televisión] árabes que se sabe diseminan debilidad y depravación, tales como las de [propiedad saudita] MBC y Rotana, cuyos propietarios son gente que formó lazos de amor con los judíos y lo hicieron muy profesionalmente.
«Al igual que los judíos controlan las compañías cinematográficas, estos controlan los medios que brindan noticias e información. Los diarios y canales más importantes, que influyen en la opinión pública estadounidense y sobre las decisiones de los políticos y funcionarios de edad [estadounidenses], son [todos] judíos y los medios de comunicación árabes los utilizan como sus fuentes. Por ejemplo, el canal [saudita] Al-Arabiya, conocido por sus tendencias secularistas, recibe su información y material informativo de canales estadounidenses y modela sus programas copiando los programas de sus estaciones de televisión hermanas: NBC, CBC y ABC.
«Los judíos y sus amigos entre los laicos [árabes] también se sienten contentos de presenciar la manera en que se propaga la ropa inmodesta en los países árabes, ya que la ropa diseñada por las casas de moda judías ha comenzado a infiltrarse en las tiendas musulmanas. Este [tipo de vestimenta] es promovido al presentarlo como lo último en la moda y el pináculo de la cultura, del progreso y el buen gusto, [para que esta ropa] salga volando virtualmente de las estanterías. Los judíos conspiraron para hacer que las mujeres y las chicas musulmanas caminasen [prácticamente] desnudas, [de esta manera] hicieron un pacto con el diablo [y] lograron su objetivo, [ya que] muchas jóvenes [musulmanas] comenzaron a vestirse como las jóvenes en las ciudades de Europa.
«Los judíos también se sienten complacidos en controlar [el mundo del] arte, al que han convertido en una herramienta para propagar la depravación y la degeneración social. Glorificaron a cantantes dementes y los colocaron en el foco de atención, invirtieron fondos [en ellos] y alentaron a las productoras para que distribuyan sus canciones promiscuas para que lleguen a todos los hogares. Alentaron a figuras importantes a que muestren respeto por estos cantantes, los promuevan y los presenten como pioneros y emblemas de toda creación artística… Los judíos tramaron todo [de esta manera] y lograron sus metas introduciendo canciones crudas en todos y cada uno de los hogares. ¿No escuchamos [estas] canciones de amor y lujuria que suenan fuertemente en cada celebración de bodas en estos días? Gracias a la crudeza de estas canciones que hablan de amor y de relaciones prohibidas, la palabra ‘amor’, que la gente alguna vez se avergonzó de pronunciar frente a sus padres o hermanos, ahora se escucha con regularidad en los hogares y en las celebraciones de bodas.
«Los judíos nunca tuvieron que aparecer en los medios de comunicación en persona y bajo sus nombres verdaderos y sus clérigos nunca tuvieron que aparecer en público para corromper nuestra religión y nuestro mundo. Ellos logran todo esto a través de [sus] agentes y colaboradores dentro de los países musulmanes. [Estos son] los laicos, que llevan a cabo los planes de los judíos y aplican los Protocolos Talmúdicos[3] al ummah [musulmán], propagando debilidad y degradación moral y haciendo que [los pueblos] aborrezcan la pureza y la inocencia. [Los agentes de los judíos] componen novelas y literatura crudas en lugar de [libros que contengan] información útil y dirigen a los medios de comunicación para que estos santifiquen la ideología del secularismo, que ha hecho que los musulmanes confinen la religión a las mezquitas y sus hogares y la mantengan distante de la realidad [cotidiana].
«Es hora de despertarnos, que entendamos, busquemos nuestras almas y nos arrepintamos. Aceptar nuestra derrota en la guerra con los judíos y aceptar ser títeres en sus manos es [equivalente a] la derrota que engendra una mayor derrota. Ellos dirigen nuestro pensamiento y nuestros intereses, establecen nuestras prioridades y controlan lo que llevamos puesto y lo que decimos. Debemos volver rápidamente a nuestra fe, antes de que sea demasiado tarde y lleguemos a la lamentable etapa en que los judíos y los laicos nos despojen de todo…»
[1] Al-Shurouq (Argelia), 10 de agosto, 2017.
[2] Al parecer es una referencia a la caída del Imperio Otomano al final de la Primera Guerra Mundial o a la abolición que realizó la República de Turquía al Califato.
[3] Aparentemente una referencia a los Protocolos de los Sabios de Sión.