En su columna en el diario de Londres Al-Hayat, el columnista jordano Moussa Barhouma, ex-editor en jefe del diario jordano Al-Ghad, denunció los ataques terroristas perpetrados en Occidente por extremistas musulmanes, que dijo refleja ingratitud hacia los países que han absorbido a inmigrantes musulmanes y les han otorgado libertad para profesar su religión. Estos países, agregó, acogieron a los musulmanes con la ingenua creencia de que todas las religiones abogan por la caridad, el amor, la felicidad y la vida, pero aun así los musulmanes extremistas les pagan con ataques mortales en nombre del Islam.
Este hizo hincapié en que los ataques terroristas en Occidente dañan y perjudican no solo la imagen del Islam, sino también a los musulmanes que viven en Occidente, amenazando su futuro allí e incluso exponiéndolos al peligro de ataques en represalia y venganza. Este argumentó que estos musulmanes son en parte responsables por esta situación, porque adoptan una posición neutral en relación a los ataques terroristas, como si estos ataques no tuviesen nada que ver con ellos. Por lo tanto, este les pidió que dejaran de quejarse por la discriminación y exclusión que sufren en Occidente, lo que no puede justificar de ninguna manera el asesinato de inocentes y, en cambio, promover una interpretación de los textos islámicos que se adapte a la naturaleza tolerante de su nuevo entorno.
Lo siguiente son extractos de su artículo.[1]
«El futuro de los musulmanes que viven en Occidente definitivamente será oscuro mientras sigan aumentando los ataques [terroristas] que, así les guste o no, son perpetrados en su nombre. Hoy día [los musulmanes en Occidente] están siendo culpados [por este terrorismo] y en el futuro esta acusación puede traducirse en acciones, dado que tal como dice el dicho ‘violencia engendra violencia’ y la reacción será la misma que la acción [es decir, tomará la forma de terrorismo contra ellos]. Tal vez a los musulmanes en Occidente se les responsabilizara [por esta situación]… porque reaccionan ante los incidentes [terroristas] sin hacer nada y deciden adoptar una postura neutral, a pesar de que dichas acciones son un problema existencial para ellos y que amenazan su paz y tranquilidad, [ya que los hace ser] considerados como inhumanos…
Moussa Barhouma (imagen: ammonnews.net)
«El discurso de discriminación y exclusión hacia los [musulmanes en Occidente] no puede excusar de ninguna manera [un incidente en el que] un individuo de 20 años atropella a civiles, incluyendo a niños, en un lugar público destinado para pasear y disfrutar, no en el campo de batalla o durante alguna actividad destinada a evitar el dispararle y asesinar a musulmanes. ¿Qué justificación lógica o razonable puede haber para alguien – al afirmar falsamente que Alá lo está facultando – en poner fin a esta inocente [escena de] alegría humana y convertirlo en un funeral y en un destino de muerte sangrienta?
«Los musulmanes de Occidente son responsables de esto, en cierta medida, porque no realizan ningún esfuerzo por crear una ética musulmana que se adapte a su nuevo entorno. El Islam afgano no es adecuado para el medio ambiente europeo, ya que es fanática y demagógico y no apto para el momento y lugar. Los defensores de este Islam afgano y de similares [denominaciones extremistas del Islam] que han sido apoyadas por organizaciones terroristas, no entienden que el texto religioso es inmutable, pero su significado si cambia, tal como lo indicó el Profeta cuando dijo [en un hadith]: ‘O [miembros de] la comunidad musulmana, ustedes conocen mejor los temas de su mundo’. Las mentes de estos jóvenes engañados y a quienes les lavaron el cerebro no están llenos con los valores básicos nobles de la fe, sino con el discurso de odio que [el líder del EIIS] Abu Bakr Al-Baghdadi [comenzó] a esparcir hace tres años… cuando dijo en su discurso, que [inspiró] a estos insolentes criminales, de que ‘los musulmanes de hoy tienen el poder de aplastar y destruir las falsas ideas del nacionalismo y la democracia’. El mundo imaginado por Al-Baghdadi es el mismo mundo imaginado por Bin Laden, es decir [un mundo dividido en] dos bandos: el bando del Islam y la fe y el bando de la herejía y la hipocresía. [El último bando] incluye a todas las ‘naciones y religiones infieles, principalmente los Estados Unidos y Rusia, que están siendo operados por los judíos».
«El hecho de sentar las bases para confrontar ideológicamente este discurso [de odio] e interpretar los textos religiosos de acuerdo al carácter del nuevo bando [es decir, el bando de los musulmanes en Occidente] requiere de gran valor por parte de los jurisprudentes, clérigos y académicos activos en la esfera pública. [Estos deben] establecer nuevos principios de comportamiento religioso que preserven los objetivos del sharia y actúen para inculcarlos como parte de la nueva realidad. Sin entrar en las razones [para ello], se puede suponer que la mayoría de los musulmanes en Occidente practican el Islam basados en las interpretaciones textuales que estos aceptaron en el pasado, antes de inmigrar a las ‘tierras de la herejía’, tierras que les otorgaron la libertad de practicar su fe. El Occidente ‘infiel’ de hecho, cree que el objetivo de la religión, cualquier religión, es traerle felicidad al pueblo, difundir gracia y el amor, establecer la paz y promover la vida. Estas sociedades occidentales no saben que esta religión que vive entre ellos [es decir, el Islam] le permite que sus seguidores que asesinen niños y a personas felices que pasean [por la calle]… a través de cinturones suicidas, coches bomba y camiones que aplastan todo en su camino, sin discriminación alguna y sin ninguna piedad.
«¿De dónde proviene toda esta violencia? ¿Cuál es la fuente de toda esta crueldad y la fuente por el cual todos estos locos extraen sus numerosas [supuestas justificaciones religiosas]? Los occidentales están perdidos, preguntándose por esta extraña religión. De hecho, no una religión [en lo absoluto] sino más bien una ideología destructiva y militante que odia la vida y disfruta de escenas de asesinato al igual que un asesino enfermo disfruta al [ver] la sangre de sus víctimas.
«Si los musulmanes en Occidente desean salvarse a sí mismos, deben tomar medidas substanciales para salvar los textos religiosos de las interpretaciones de los estudiosos religiosos ignorantes. De lo contrario, no podemos descartar que en el futuro estos serán los aplastados por las ruedas de un camión y no habrá escasez de personas que se regocijen por lo que verán. Ya que en el mundo demente en el que vivimos, lo fantástico e imaginario se ha vuelto algo inevitable»
[1] Al-Hayat (Londres), 6 de septiembre, 2017.