El 25 de febrero de 2014, durante un debate en la Cámara de Representantes del Parlamento jordano, varios diputados, encabezados por Ali Al-Sanid, pidieron la salida de prisión de Ahmad Daqamseh, quien está cumpliendo cadena perpetua por el asesinato de siete colegialas israelíes en la Isla de la Paz en Naharayim (Al-Baqoura) en la frontera entre Israel y Jordania el 12 de marzo, 1997.[1] En sus declaraciones, Al-Sanid, quien ha estado trabajando durante varios años para obtener la liberación de Daqamseh, llamó a Daqamseh héroe y dijo que sus acciones habían «[reflejado] los deseos y la conciencia de los jordanos». Una semana despues, el 2 de marzo, los elogios hacia Al-Sanid por Daqamseh fueron publicados como un artículo en su columna regular en el diario jordano Al-Dustour.[2]


Ahmad Daqamseh, Fuente: Alarabalyawm.net, 5 de enero, 2014.


Ali Al-Sanid. Fuente: Addustour.com, 2 de marzo, 2014.

Durante los últimos años, varios memorandos parlamentarios han sido presentados al gobierno jordano pidiendo la liberación de Daqamseh, junto a mítines y manifestaciones pidiendo su liberación que a veces son celebrados en el Reino Hachemita. Hasta la fecha, estás demandas no han sido cumplidas.

A continuación se presenta una traducción de extractos de la declaración de Al-Sanid en el debate parlamentario:[3]

«Permítanme hablar de un hombre extraño, sin igual entre los hombres; de un caballero que, montado en la gloria, actuó maravillosamente por su causa nacional; de un preso quien fue fuente de preocupación para sus carceleros y cuyo nombre está relacionado con el sufrimiento de su nación. Este hombre juró por Alá – y, luego, por la sangre y por balas de plomo, como los mártires – de que Palestina es árabe, que permanecerá mientras los árabes permanezcan, que la historia tendrá su ajuste de cuentas… y que vivimos en la esperanza de su liberación y que deducimos de él [nuestros] principios y posturas.

«[Este hombre juró] que la historia del conflicto árabe-sionista sobre la patria sagrada continuaría – la patria robada por los que roban países de sus buenos vecinos, cuya sangre ha fluido como ríos durante 100 años. Algunos [de estos residentes] fueron asesinados, otros heridos, otros expulsados ​​- y a algunos le ocuparon sus tierras. Este conflicto está destinado a continuar hasta que los derechos sean restaurados a los [verdaderos dueños de esta tierra].

«Hermanos míos, hablo del soldado jordano que abrieron fuego en un momento de paz, [así] reflejan los deseos y la conciencia de los jordanos, y su resistencia a un acuerdo de humillación [es decir, el tratado de paz entre Israel y Jordania] sin paralelo en la historia. [Este acuerdo] se produjo a expensas del pueblo, la tierra, la identidad, y los derechos históricos de la nación [islámica]. Este abrió la puerta a los sionistas y socavó los derechos de los árabes.

«Me hice amigo de este prisionero, Ahmed Daqamseh, en la cárcel.[4] He llegado a conocerlo de cerca; He sentido su espíritu nacionalista, y he visto los motivos religiosos que este expresó [en el incidente] en Al-Baqoura. Este hombre merece ser libre, merece ser liberado de la injusticia que le han hecho a fin de que pueda regresar con su familia y a su hogar, a sus hijos, a los que dejó cuando eran pequeños y que ahora tienen casi 20 años de edad.

«[En el pasado], la Cámara de Representantes [jordano] presentó un memorando parlamentario firmado por la gran mayoría de sus miembros, 110 de ellos, pidiendo que sea puesto en libertad después de pasar 15 años de su vida en prisión, sufriendo detrás de altos muros, barras y puertas de hierro, con ojos enfermos.[5] Este no ha sido incluido en el indulto del rey, y [su castigo] se ha convertido en algo estándar, ante los ojos de los sionistas, a la gravedad de la pena que los árabes deben impartir en casos similares.

«Este héroe, que expresó los sentimientos y la causa justa de los jordanos, sigue siendo rehén en prisión, una marca de vergüenza sobre los gobiernos de Jordania [durante los últimos años], lo que nos sitúa en desventaja respecto a [nuestro] jurado enemigo, que no se inmutó en desarraigar a un pueblo árabe de su tierra, esparciéndolo a lo largo de la diáspora como refugiados, y expropiando sus tierras. [Este enemigo] comete todos los actos de asesinato, terrorismo y tortura brutal de los hijos de [este pueblo árabe] – incluyendo mujeres, niños y ancianos, sin la más mínima consideración por la santidad de su sangre y su derecho a la vida.

«Esta situación hace imperativo que el actual gobierno preste atención a la voz del pueblo, representado por sus parlamentarios. [Esta voz] pide la liberación inmediata del héroe, soldado jordano Ahmad Al-Daqamseh, [a fin] de poner fin a su sufrimiento. De lo contrario, este gobierno confrontará el consenso del pueblo jordano…»


[1] Garaanews.com, 25 de febrero, 2014. El debate parlamentario fue en protesta contra el previsto debate del Knesset israelí sobre la soberanía israelí por el Monte del Templo, propuesto por varios miembros del Knesset. Un total de 47 miembros del parlamento de Jordania presentaron un proyecto de ley que llama a derogar el tratado de paz jordano-israelí, y al día siguiente la mayoría de ellos votó a favor de expulsar al embajador de Israel de Jordania. Alarabiya.net, 26 de febrero, 2014.

[2] Al-Dustour (Jordania) 2 de marzo, 2014.

[3] Khabarjo.net, 25 de febrero, 2014.

[4] Al-Sanid cumplió condena de un año de prisión por difamación.

[5] La referencia es a una petición en abril, 2013.