El 9 de marzo, 2004, el Rey de Arabia Saudita Fahd Abd Al-Aziz oficialmente aprobó el establecimiento de la primera organización no-gubernamental del país. La nueva Organización Nacional para los Derechos Humanos (ONDH) tiene 41 miembros, nueve de ellos mujeres, y es presidida por el Dr. Abdallah Bin Saleh Al-‘Ubeid, miembro del Concejo Saudí de Shoura y anterior secretario general de la Liga Mundial Musulmana. Los nuevos miembros de la organización y del comité ejecutivo, quienes también son miembros del Concejo Saudí de Shoura participan en las actividades de la ONDH «en capacidad individual y no oficial.» La ONDH tiene cuatro comités: el de rastreo y vigilancia, investigación y el de recomendaciones, asuntos familiares y cultura, y publicación.
El Presidente de la ONDH Dr. Abdallah Bin Saleh Al-‘Ubeid explicó que la organización se esforzaría por proteger los derechos humanos de acuerdo con los principios del régimen saudita, basados en el Corán y el Sunna, [1] así como también las convenciones internacionales de derechos humanos, de una manera que no cree conflicto con el Shari’a, [2] y en cooperación con las organizaciones internacionales. El Príncipe Saudí a la Corona Abdallah apoyó la misión de la organización y prometió proporcionarle con toda la ayuda gubernamental necesaria. [3]
Presidente de la ONDH: Amputaciones y Azotamientos no son Violaciones de los Derechos Humanos
En una entrevista con el diario árabe con sede en Londres Al-Hayat, el Dr. Al-‘Ubeid explicó que la ONDH no está apuntada a presionar al régimen saudita y que no tiene poder para imponer su voluntad sobre el estado. Agregó, «La organización cooperará internacionalmente con todas las organizaciones e instituciones de derechos humanos reconocidas, pero no se aliará con ellas con el propósito de presionar a elementos dentro de Arabia Saudita que no cooperan con ella. Los únicos medios de presión que la organización tiene son el de [exponer] elementos no-cooperativos en su informe anual los cuales serán entregados al encabezado del estado. La organización no puede forzar sus posiciones sobre el estado. Sin embargo, cooperará con el estado para hacer público los errores cometidos en los derechos humanos por individuos y entidades del gobierno.»
Comentando sobre las violaciones de los derechos humanos por el gobierno saudita, Al-‘Ubeid dijo: «Teóricamente, el reino pone las leyes, y el régimen se asegura que estas leyes no contradigan al Shari’a islámico. Es de seguro asumir que aquellos que son designados por el estado para apoyar las leyes están comprometidos a hacerlas cumplir. Pero hay algunas infracciones debido al desconocimiento [de las leyes] o debido al celo excesivo en apoyarlas. El estado no endosa estas infracciones y tiene los medios, financiera y administrativamente, para manejarlas…»
Discutiendo la manera en la cual las quejas serán manejadas, Al-‘Ubeid dijo: «Cuando alguien se dirige a la organización y clama de que fue encarcelado por razones políticas, miramos en su queja y a la evidencia que presenta. En principio, la organización no tiene ningún problema en examinar cualquier asunto. Pero eso no significa de que cada problema será simplemente aceptado porque alguien lo planteó. Alguien puede decir que es un prisionero político, pero de hecho le ha hecho daño a otros, y hay criminales quienes fueron sentenciados en prisión u otros castigos. No todos los que fueron castigados fueron de hecho maltratados. Quizás fue él quién violó las libertades de otros. Esperamos que la organización, junto con otras instituciones, ayudará a cualquiera que tenga una queja – y fue [de hecho] privado de sus derechos – para restaurar sus derechos… [Sin embargo] lo qué una persona considera una violación de sus derechos no puede [realmente] ser así. Hay reglas y leyes religiosas que gobiernan al hombre y a la sociedad. Una de las desventajas de las proclamaciones internacionales de derechos humanos, y de algunas organizaciones de [los derechos humanos], es que [ellas se enfocan en] los derechos del individuo como la sola cosa [a ser considerada]. es sorprendente que los protocolos internacionales de [los derechos humanos] no hablan de obligaciones [humanas], sólo de los derechos [humanos]…»
Hay aquellos que consideran ciertos asuntos una violación de los derechos humanos, mientras nosotros los consideramos un resguardo a los derechos humanos – por ejemplo, las ejecuciones, amputar la mano de un ladrón o azotar a un adúltero. Hay aquellos que piensan que todos los castigos del Corán violan los derechos humanos. Por consiguiente, la posición del ministerio del exterior saudita, y la posición de muchos países islámicos e incluso algunos de los países occidentales, es que las proclamaciones internacionales de los derechos humanos y sus relativos protocolos son [sólo considerados] principios generales, y que su aplicación está sujeta a las leyes [de cada país]… Nosotros, en el reino, somos parte del mundo en la medida en que [los principios generales de] los derechos humanos [sean concernientes]. Pero domésticamente estamos gobernados según al Shari’a de Alá, así que lo que para [algún otro] se asemeja a una violación de los derechos humanos es [de hecho] nuestro deber y nuestro derecho en lo que concierne a alguien que cometió un crimen o un pecado.»
Refiriéndose al estatus independiente de la organización, Al-‘Ubeid explicó: «La organización es una entidad nacional popular no-gubernamental que no tiene ninguna afiliación con instituciones del gobierno. Ninguno de sus miembros mantiene una posición gubernamental. Los miembros de la organización son consultores… miembros de facultades en las universidades… o retirados. Ninguno tiene lazos a la rama ejecutiva del estado, y es por eso que el estado puede establecer organizaciones propias de [derechos humanos]…»
Al-‘Ubeid también habló sobre los saudíes detenidos por los Estados Unidos en Bahía de Guantánamo: «Nosotros agregaremos nuestros esfuerzos en esta área a aquellos de las organizaciones internacionales que buscan asegurar que sean tratados de acuerdo con las convenciones de los derechos humanos. Nosotros haremos todo lo posible, en cooperación con el gobierno y las instituciones civiles, para lograr esta exigencia a la salida de nuestras actividades.» [4]
Crítica a la ONDH
Una acalorada discusión respecto a la independencia de la ONDH siguió inmediatamente al anuncio de su establecimiento. El anterior juez Jeque Abd Al-Aziz Al-Qassem mantuvo que la organización era de hecho gubernamental, no civil. Como evidencia, declaró, «Ninguno de sus miembros podría haber anunciado su establecimiento antes de obtener aprobación oficial.» Sin embargo, alabó a la organización como «el primer paso hacia crear una cultura de derechos humanos y su implementación en la sociedad saudita.» [5]
Otras críticas se refirieron a las prioridades de la organización. En su columna en el diario en idioma árabe con sede en Londres Al-Sharq Al-Awsat, Tariq Al-Hameed comentó sobre la declaración de Al-‘Ubeid de que el asunto de los detenidos en Bahía de Guantánamo es la prioridad tope de la ONDH. Al-Hameed mantuvo que este asunto estaba siendo manejado por el gobierno, y no debe ser manejado por una organización civil. «Nosotros esperamos que la organización civil tratará de los problemas domésticos de interés al ciudadano que no está inmerso en detalles políticos, el ciudadano que está buscando soluciones a los problemas en su vida diaria… El miedo más gran es que mañana veremos los problemas palestinos, iraquíes y afganos en la agenda de la ONDH… Esto contradecirá el centro de la misión de la organización y lo qué se espera de ella…» [6]
Una Organización de Derechos Humanos del Gobierno Saudita
Siguiente al anuncio del establecimiento de la ONDH, el Ministro Diputado del Exterior Saudita para Asuntos Políticos Príncipe Turki Bin Muhammad anunció el inminente establecimiento de una organización de derechos humanos del gobierno. En una entrevista con el diario en idioma árabe de Londres Al-Hayat, explicó que lo que parecía ser la deliberada fundación de la organización del gobierno después de la fundación de la organización civil, fue de hecho planeada para «asegurar el logro de sus metas como se esperaba.» La organización, dijo, sería una entidad de alto nivel encabezada por un individuo calificado con una conexión directa al rey.
En lazos entre las organizaciones civiles y gubernamentales de derechos humanos, el Príncipe Turki Bin Muhammad dijo: «Esperamos que las dos organizaciones cooperen afianzando y reforzando los derechos humanos en Arabia Saudita. No hay ningún lazo entre los dos: Una es nacional y fue establecida en base a los deseos de la sociedad saudita. La organización nacional de los derechos humanos tiene su propia misión y es totalmente independiente. La otra es gubernamental, y coordina las actividades de las instituciones del gobierno con el propósito de servir a los derechos humanos en el reino. La organización gubernamental no tiene ninguna protección sobre la organización nacional. Cada una de ellas es independiente.»
Cuando se pregunta por el alcance de las violaciones a los derechos humanos en Arabia Saudita, Turki Bin Muhammad contestó: «Basado en mi trabajo, y mi involucramiento en este asunto durante ocho años, puedo decir que no hay ninguna violación significante de los derechos humanos, como se alega falsamente por grupos sospechosos. Pueden haber algunas transgresiones por individuos [o instituciones], pero ellas no se elevan al nivel que podría describirse como violaciones de los derechos humanos. Yo pienso que estos casos pueden ser manejados cuando estos surjan.»
Explicando por qué Arabia Saudita se negó a permitir a una delegación Internacional de Amnistía a investigar las violaciones de derechos humanos en el reino, Turki Bin Muhammad dijo que Amnistia Internacional había tomado «una posición hostil hacia el reino, la cual corrompió su objetividad.» Él agregó que «Arabia Saudita invitó a organizaciones no-gubernamentales a visitar el país, incluyendo a una de las organizaciones internacionales no-gubernamentales más importantes – Human Rights Research [Investigación de Derechos Humanos]. Visitaron Arabia Saudita y se reunieron con oficiales, intelectuales y civiles. Visitaron las prisiones y recogieron información con el cual ellos no estaban familiarizados. Finalmente, prepararon un positivo informe sobre lo que escucharon y observaron. En cuanto a Amnistía Internacional, desafortunadamente ha tomado posiciones hostiles en el pasado, especialmente respecto a nuestra fe y valores… No nos oponemos a la cooperación con cualquier organización que trate con los derechos humanos, mientras que sus puntos de partida sean imparciales y creíbles.» [7]
En la conferencia de derechos humanos del 17 de marzo, 2004 en Ginebra, Turki Bin Muhammad rechazó las exigencias de los Estados Unidos y otros países occidentales para acelerar el proceso de reforma en Arabia Saudita. Él dijo que Riad perseguiría la reforma basada en las necesidades de la sociedad saudita, no en ideas y teorías de fuera. El Príncipe Turki también descartó alegaciones de discriminación contra las mujeres en la sociedad saudita, señalando que 49% de los 4.3 millones de estudiantes del país son mujeres y de que las mujeres también mantienen un tercio de todos los puestos públicos. [8]
* Aluma Dankowitz es la Directora del Proyecto de Reforma de MEMRI’s.
[1] Los dichos y obras del Profeta Muhammad, marcaron el ejemplo obligatorio para los musulmanes.
[2] Ley Islámica.
[3] Al-Hayat (Londres), marzo 10, 2004.
[4] Al-Hayat (Londres), marzo 12, 2004.
[5] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), marzo 11, 2004.
[6] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), marzo 13, 2004.
[7] Al-Hayat (Londres), marzo 12, 2004.
[8] Arab News, Noticias Arabes (Arabia Saudita), marzo 18, 2004.