Organizaciones de Derechos Humanos de Egipto objetan la entrada de Egipto al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas

En mayo del 2007, Egipto fue elegido al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas como representante de los países de África del Norte, para un período de tres años. Los círculos del gobierno egipcio presentaron esta decisión como un indicativo de la importancia de Egipto en la arena internacional, y como un reconocimiento del peso que Egipto le asigna a la protección de los derechos humanos. Las organizaciones egipcias de derechos humanos, por otra parte, apelaron la denuncia de las Naciones Unidas clamando que Egipto viola regularmente los derechos humanos y es por lo tanto no elegible para incluirlo como miembro en el consejo de los derechos humanos.

Los siguientes son extractos de las respuestas publicadas en los medios:

Embajador egipcio a las Naciones Unidas: El voto refleja la fe de la comunidad internacional en Egipto

El Ministro de Asuntos Exteriores egipcio Ahmad Abu Al-Gheit indicó que Egipto al haber obtenido la membresía en el Consejo de las Naciones Unidas es una nueva prueba de autoestima y respecto de esta ante los ojos de la comunidad internacional. Según él, este logro es una clara respuesta a todos los intentos de cuestionar la reforma política en Egipto y denigrar el progreso alcanzado por esta en el área de los derechos humanos. Al-Gheit agregó que, como miembro del consejo, Egipto promoverá la legislación internacional que prohíbe insultos a las religiones y trabajará para reforzar la ley humanitaria y proteger a los civiles en los conflictos armados. [1]

El embajador de Egipto en las Naciones Unidas Magd Abd Al-Fatah también expresó satisfacción por la obtención de la membresía de Egipto en el Consejo de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Él indicó que esta refleja la fe internacional en Egipto y endosa su liderazgo en desarrollar estándares para los derechos humanos en África. Luego determinó que “Egipto actuaría en cooperación con otros países miembros para poner fin a las políticas duales de la comunidad internacional, la politización, y el tratamiento selectivo en los asuntos de derechos humanos. Según él, Egipto está en contra de la imposición de los estándares internacionales para los derechos humanos que se oponen a los principios culturales y religiosos de las sociedades árabes”. [2]

Crítica en Egipto: Las acciones de Egipto contradicen los valores de derechos humanos

Incluso antes de la elección de Egipto al concejo, 19 organizaciones egipcias de derechos humanos emitieron una apelación a las Naciones Unidas, llamando en esta a no incluir a Egipto en el concejo. [3] El mensaje declaró: «Las organizaciones firmantes debajo expresaron su perplejidad a [la decisión] de Egipto a proponer su candidatura al Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Esta [decisión] está en desigualdad de condiciones con su verdadera postura sobre los derechos humanos, especialmente en luz de sus ataques, en años recientes, sobre las previsiones constitucionales y legislativas [salvaguardando los derechos humanos en Egipto], y en luz a sus acciones que violan los principios más básicos de los derechos humanos.

«Las organizaciones abajo firmantes llaman en los miembros de la Asamblea General de las Naciones Unidas a honrar el compromiso que emprendieron en el establecimiento de esta asamblea, y considerar la historia de los derechos humanos de países candidatos al voto para el Concejo de [Derechos Humanos]. Las organizaciones enfatizan que la credibilidad y efectividad del concejo dependen de la elección de miembros que están comprometidos a las normas internacionales de derechos humanos. La elección de candidatos conocido por su hostilidad hacia los [asuntos] de derechos humanos… puede minar la credibilidad del Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y dificultarla en el cumplimiento de su deber para mejorar la situación de los derechos humanos, no sólo en nuestra región árabe sino en el mundo entero.

«Las organizaciones desean señalar que los informes de las organizaciones regionales e internacionales de [derechos humanos] [egipcias], así como aquéllas de los comités de derechos humanos de las Naciones Unidas, describen a Egipto como uno de los países que despliegan mayor [grado de] desprecio por los derechos humanos, ya que la historia egipcia está repleta de graves violaciones a los derechos humanos, llevados a cabo a gran escala y sobre largos períodos de tiempo. Además, Egipto está designado en el mundo como país ‘No Libre’ y ‘Faltándole una Prensa Libre’… A pesar de los esfuerzos del gobierno egipcio, en los últimos años, para mejorar su imagen ante los ojos de la comunidad internacional, la realidad está en desigualdades con su [nueva] imagen, y los últimos años han visto [incluso] la extensa deterioración [en la situación de los derechos humanos en Egipto]…»

El documento trajo varios ejemplos de violaciones de los derechos humanos en Egipto. Este declaró que la tortura es una práctica común en las instalaciones de detención egipcias; las fuerzas de seguridad egipcias llevan a cabo arrestos arbitrarios, sobre todo bajo la ley de emergencia que ha estado en lugar desde 1981; existen crecientes amenazas a la independencia del sistema judicial, y los civiles son a veces juzgados en cortes militares; las autoridades persiguen a los NGOs y restringen sus actividades; casos de fraude y fabricaciones de elecciones y resultados de encuestas de votación públicas continúan; la libertad de protesta pacífica y de asamblea es reducida; y existen crecientes restricciones a la libertad de religión así como también a la creciente discriminación religiosa.

El documento también mencionó que las autoridades egipcias continúan castigando a ciudadanos por expresar y publicar sus opiniones, tal como en el caso del productor de Al-Jazeera que fue arrestado por producir un documental que expone la tortura en Egipto, [4] y en el caso del blogger egipcio Abdelkareem Suleiman, quien fue sentenciado a cuatro años de prisión por «desacreditar religiones» e insultar al Presidente Mubarak». [5] Las cortes egipcias han comenzado a revisar los casos de varios editores de diarios acusados con publicar material que daña al presidente. [6]

Fue denunciado luego que la enmienda a la constitución egipcia pasada en marzo del 2007 le permite a los aparatos de seguridad violar el derecho a la libertad y la seguridad personal, y también violar el derecho de los ciudadanos a la privacidad registrando hogares sin una orden judicial, bloquear teléfonos y monitorear el correo.

La apelación de las organizaciones finaliza con lo siguiente: «Las organizaciones abajo firmantes entienden que la mayoría de los países árabes [que son candidatos a la membresía en el Concejo de Derechos Humano de las Naciones Unidas], excluyendo posiblemente a Marruecos, el Líbano y Mauritania, están enumerados entre los países que desprecian los principios internacionales de derechos humanos, y por consiguiente es difícil identificar al mejor candidato… entre ellos basados en un criterio objetivo… Nosotros [no obstante] sentimos que la nominación de Egipto implicaría [que las Naciones Unidas] alienta al gobierno egipcio y a otros gobiernos como este a [continuar] sus políticas hostiles a los derechos humanos.

Sa’d Al-Din Ibrahim: Egipto no merece ser miembro en el Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas

El presidente del Centro Ibn Khaldoun en el Cairo, Sa’d Al-Din Ibrahim, declaró que Egipto no merece ser miembro en el concejo ya que está condenado en todas las clasificaciones e informes internacionales. Ibrahim agregó: El Concejo Nacional de Derechos Humanos de Egipto no es nada más que una farsa. Sus informes son ineficaces, les falta transparencia e inclusive no se parece ni remotamente a los intachables informes de las organizaciones internacionales de derechos humanos». [7]

Director del Centro Árabe para la Independencia del Sistema Judicial y Abogado Nasser Amin declaró en el semanario del gobierno egipcio Octubre: «Egipto no es bajo ningún medio elegible para ser miembro en el Concejo de Derechos Humanos de las [Naciones Unidas], por numerosas razones. El hecho de que existen países entre [los miembros] del concejo que violan los derechos humanos no significa que otro tal país puede unirse al concejo, ya que esto significaría concederle inmunidad a países que violan los derechos humanos… Si Egipto quiere unirse [al concejo], debe tomar primero pasos serios para mejorar la situación de los derechos humanos en el país». [8]

Crítica dentro de Egipto a la protesta de organizaciones de derechos humanos egipcias

Críticas de naturaleza opuesta también fueron escuchadas, e.d. el descontento con la protesta de organizaciones de derechos humanos contra la elección de Egipto al Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Hafez Abu Sa’ada, Secretario General de la Organización Egipcia de Derechos Humanos y miembro del Concejo Nacional de Egipto de Derechos Humanos, denunció a las organizaciones de derechos humanos que habían protestado contra la candidatura de Egipto para la membresía en el Concejo de Derechos Humanos. Sa’ada expresó apoyo en que Egipto se una a esta asociación mundial, diciendo que habilitara a los activistas de derechos humanos a colocar presión en el gobierno egipcio para cumplir sus obligaciones respecto a los derechos humanos, en detener la violación de la libertad de opinión y expresión, y de revocar las leyes de emergencia que restringen los derechos humanos. [9]

Sa’id Abd Al-Hafez, encabezado del Foro del Diálogo para el Desarrollo y Derechos Humanos, declaró: «Yo objeto a los comunicados y peticiones contra la candidatura de Egipto [al Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas], ya que [tal protesta] no es responsabilidad de las organizaciones de derechos humanos y sus activistas. Su conflicto es con el régimen político, no con el estado. El buen nombre de Egipto es muchísimo más importante que todas esas controversias. Deberíamos haber preparado recomendaciones para mejorar la situación de los derechos humanos en Egipto y colocarlas como condiciones para los elementos involucrados, a ser implementados después de que Egipto se una [al Concejo de Naciones Unidas]…» [10]

El editor del diario Al-Gumhouriyya Muhammad Ali Ibrahim escribió en su columna diaria: «Naturalmente, me sentí feliz por la elección de Egipto [al Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas], por muchas razones, principalmente porque aquéllos que han estado haciendo toda la bulla sobre las violaciones a los derechos humanos en Egipto… están parcializados y están intentando denigrar al régimen y al estado.

«Los activistas de derechos humanos, tal como se autodenominan están actualmente comprometidos en nada más que en intentos de incitar al mundo en contra de Egipto, manteniendo los contactos con otras organizaciones alrededor del mundo, y haciendo acusaciones infundadas en contra del gobierno, basadas en casos aislados y esporádicos que ellos [sin embargo] describen como representativos de la situación general de los derechos humanos en Egipto.

«Yo creo que cualquiera que seleccionó objetivamente a Egipto como miembro legítimo del Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas lo hizo después de examinar y evaluar numerosos factores, tales como la dimensión de la oposición en el Parlamento y la representación política de todos los elementos políticos – incluyendo a la Hermandad [Musulmana], a pesar de su hostilidad hacia el gobierno y el estado…

«Yo no puedo entender por qué los activistas de derechos humanos egipcios están tan determinados a difamar a su país en el exterior. ¿Se espera que ellos cumplan [cierta] función contra el gobierno? Está el dinero americano apuntado a fortalecer la democracia en el mundo árabe encauzado hacia estas organizaciones para que escriban sus dudosos informes y representen sus deshonrosos papeles?…» [11]

Karem Gaber, redactor para el semanario egipcio Roz Al-Yousef y presidente de su Junta Directiva, escribió: «La membresía de Egipto en el Concejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas es una rotunda bofetada al rostro de las 19 organizaciones de [derechos humanos] egipcias que firmaron el comunicado llamando a las Naciones Unidas a no aceptar a su país en este cuerpo tan altamente respetable…

«Por qué decidieron estas 19 organizaciones de [derechos humanos] egipcias desalentar el jubilo de este gran evento nacional, cuándo ellos sabían que sus esfuerzos estaban condenados al fracaso [de antemano], y que lo único que lograrían es el alboroto y la difamación de [los medios de comunicación] del buen nombre de [Egipto]? ¿Es posible que [su conducta] proviniera de su deseo de demostrar su lealtad, y asociación con, los países que los financiaban, que denunciaban informes [críticos] [sobre Egipto], y dictaban su agenda? O quizás se habrían sentido avergonzados a no tomar este paso, después de haber liderado [tales] prolongadas campañas de ataque y crítica contra el gobierno egipcio. Es decir, [quizás] su silencio habría despertado dudas acerca de los informes que ellos escriben y envían al exterior.

«Cuáles son los argumentos de apoyo que esas 19 organizaciones le presentaron a la Naciones Unidas. En otras palabras, por qué querían impedirle a Egipto que obtuviera la membresía en el Concejo Internacional de Derechos Humanos en las Naciones Unidas? Qué hechos se encuentran en el comunicado [enviado a las Naciones Unidas]? [Examinémoslos:]

«1. Tortura en las cárceles… – Esta ficción plantea la cuestión de si las autoridades egipcias se mantienen en silencio ante los casos aislados que [ocasionalmente] ocurren, o si ellos, de su propia iniciativa, llevaron a los perpetradores a juicio. [La respuesta es] que el propio Ministerio del Interior ha enjuiciado a un número grande de funcionarios acusados [por estas ofensas]…

«2. Civiles juzgados en cortes militares… – La respuesta a esta ficción es que esto se hace de acuerdo con la ley y la constitución, y sólo acude al caso de movimientos terroristas y extremistas. La mayoría de los países en el mundo hoy día usan esta opción cuando están obligados a tratar con una amenaza a su seguridad o estabilidad.

«3. Persecución a NGOs… – La respuesta a esta [denuncia] es que, si el gobierno [de hecho] interfiere en esta forma, por qué no intervino contra las 19 organizaciones que incitaron a las Naciones Unidas contra Egipto? ¿Por qué permanece callada sobre las fabricaciones, las quejas y mentiras presentadas en los informes de estas organizaciones, que se identifican con cualquiera que les de dinero, y con las corrientes extremistas y terroristas? ¿Por qué se les permite recibir apoyo y ayuda del extranjero, sin cuestionarlas sobre sus fuentes de financiamiento?

«4. El encarcelamiento de un periodista egipcio de Al-Jazeera… – La respuesta a esta [denuncia] es que este periodista fabricó escenas de una violación a una mujer con velo en una estación de policía, en un momento cuando todo el país estuvo preocupado por las declaraciones del [Ministro de Cultura egipcio] Farouq Hosni sobre el velo. [12] El periodista de Al-Jazeera, lleno de odio y resentimiento hacia Egipto, decidió verter aceite en el fuego reclutando a extras [para personificar] a funcionarios que violan a mujeres con su velo en instalaciones de detención…» [13]