Lucha de poderes en Irán – Parte IV: Elecciones prefabricadas del Majlis, eliminación de la representación política reformista, la abolición del ‘mandato del jurisprudente

Introducción

Las elecciones para el Octavo Majlis fueron celebradas el 14 de marzo del 2008 en Irán. Al igual que en elecciones anteriores, el régimen iraní continuó en su eliminación de la representación política reformista. La mayoría de los candidatos reformistas en estas elecciones fueron inhabilitados por el Concejo Guardián, el cuerpo conservador autorizado constitucionalmente para reconocer a los candidatos del Majlis quienes están encabezados por el Ayatola Ahmad Jannati.

Con los reformistas fuera del camino [1], las elecciones para el Octavo Majlis se redujeron a una contienda para la lucha entre las varias facciones conservadoras, e.d. conservadores radicales que apoyan al Presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad, y otros conservadores tradicionales, incluyendo a sus críticos, que le oponen.

Implicaciones de las elecciones: Cambio estructural al Régimen Islámico de Irán – eliminación de la representación política reformista, abolición de facto de Velayat-e Faqih (el mandato jurisprudente)

Los esfuerzos del régimen por eliminar cualquier representación política reformista no sólo incluyen inhabilitación de candidatos reformistas, sino también el prohibir la actividad reformista, incluyendo la publicación de diarios y la actividad de las organizaciones de mujeres. [2]

En las elecciones presidenciales que colocó a Mahmoud Ahmadinejad en el poder, el Líder Supremo iraní Ali Khamenei todavía enfatizaba que el régimen iraní consistía de un «ala» reformista y una conservadora, cada uno equilibrando al otro y ambos fieles al régimen. Cuando, en esa elección, el Concejo Guardián descalificó a todos los candidatos reformistas, Khamenei pidió que aceptaran a los dos candidatos reformistas más prominentes, Mostafa Moin y Mohsen Mehralizadeh. [3]

Sin embargo, en la campaña para las Octavas elecciones del Majlis, los reformistas estaban eliminados de facto, con el consentimiento de Khamenei.

Los ayatolas fieles al régimen, liderados por Khamenei – quiénes en efecto vigilan y dirigen el sistema político de Irán de entre bastidores – construirían más bien la base del sistema político del país colocando a ex funcionarios del IRGC, a quienes ellos ven como fieles al régimen, en cargos oficiales.

Con estos movimientos, Khamenei está violando la estricta prohibición del Ayatolá Ruhollah Khomeini sobre el personal militar que entra en la esfera política. En los últimos dos años, la toma militar del sistema político se ha casi completado, y los resultados de las elecciones del Octavo Majlis dieron la última aprobación a la eliminación del principio de Khomeini de Velayat-e Faqih, el mandato del jurisprudente. [4]

La toma del régimen fue denotada por MEMRI en un informe especial publicado poco después de que Ahmadinejad fue elegido presidente en junio del 2005 (véase MEMRI Investigación y Análisis No. 229, «Irán ‘Segunda Revolución islámica'»). [5] Según el informe, «con los resultados de la elección de junio del 2005, Khamenei y sus seguidores conservadores en el establishment religioso y en lo militar (e.d. en el IRGC y la [organización]) [paramilitar] Basij ha completado su ‘Segunda Revolución Islámica’… apuntada a consolidar su control sobre los centros de poder en todos los niveles: las municipalidades, el Majlis, y la presidencia».

Elecciones prefabricadas: Una política de eliminar a reformistas, al fraude y la poca concurrencia

Las elecciones para el Octavo Majlis fueron marcadas no sólo por la descalificación de la mayoría de los candidatos reformistas, sino también por las demandas de un fraude electoral masivo y otras violaciones. Hubo quejas de que el IRGC y el Basij interfirieron en los lugares de votación, y de hecho tomaron la vigilancia de las votaciones en muchas provincias. [6]

Mientras fuentes oficiales informaron que la concurrencia de votantes fue de 65%, algunos círculos conservadores insistieron que fue del 73% o superior, «mostrando» el apoyo popular por el régimen. [7] Interesantemente, el régimen clamó que la concurrencia en Teherán fue del 40%, pero ambas fuentes conservadoras y reformistas dijeron que fue mucho más baja, colocándolo en 30% o menos. [8]

Junto con las protestas políticas expresadas por el boicot a las elecciones, está claro que los votantes que apoyan la reforma están desilusionados, alienados y apáticos, particularmente en luz de los movimientos comprensivos del régimen en reprimir la libertad de expresión cerrando decenas de diarios reformistas, arrestando a notables periodistas por criticar al régimen, e inhabilitando a figuras públicas reformistas, algunos actualmente en el cargo, de participar en las elecciones. [9]

Por consiguiente, parece ser que, esta vez también la mayoría de los votantes en Teherán prefirieron boicotear las elecciones. De hecho, boletines preliminares de los resultados para la provincia de Teherán muestran que cerca de la mitad de los candidatos tendrá que participar en la próxima ronda de elecciones, que se espera sea celebrada el 25 de abril. Otra estadística notable que surgió fue que en Teherán, un distrito identificado con los reformistas, ni siquiera un miembro reformista del Majlis fue elegido. [10]

El Majlis – Una arena para rivalidades personales

Ya que Irán no tiene una tradición profundamente arraigada de partidos ideológicos para diferir las plataformas económicas, sociales y otras, las afiliaciones políticas y lealtades están basadas principalmente en lazos personales. Por ejemplo, entre las figuras prominentes que al parecer participaran para portavoz del Majlis está el actual portavoz Gholam Ali Haddad-Adel, un socio del Presidente Ahmadinejad, así como también el rival de Ahmadinejad Ali Larijani, quien en el 2005 participo contra él en las elecciones presidenciales y quién recientemente renunció a su cargo como secretario del Concejo Supremo de Seguridad Nacional, aparentemente debido a diferencias de opinión con Ahmadinejad sobre la política nuclear de Irán. [11]

En las elecciones del 14 de marzo, Larijani escogió participar en el distrito Qom dónde supo que tendría el apoyo de los ayatolas tradicionales. Un tercer candidato para portavoz del Majlis es el Alcalde de Teherán Mohammad Baqer Qalibaf, quien fue también candidato presidencial en el 2005, y quién busca una posición en la política nacional. Todos los tres candidatos son conservadores y fieles al Líder Supremo Khamenei.

El liderazgo iraní siguiente a las elecciones: Khamenei, Ahmadinejad, Rafsanjani, ayatolas pro-régimen

Los resultados de las elecciones no tienen el impacto significativo en el proceso de toma de decisiones en el sistema político de Irán, porque ese poder descansa primero y por encima de todo con el Líder Supremo Ali Khamenei y con el Presidente Mahmoud Ahmadinejad, quien coloca la política doméstica y exterior con recursos de su gobierno, y con los varios concejos de designados, tales como el Concejo Supremo de Seguridad Nacional, que se ocupa de la política nuclear de Irán.

A pesar de las críticas públicas en el conservador Séptimo Majlis a los manejos de Ahmadinejad de los asuntos domésticos, Ahmadinejad ha ganado el apoyo público del Líder Supremo Ali Khamenei. Recientemente, Khamenei alabó el manejo de Ahmadinejad y los logros políticos sobre el tema nuclear, delante de los líderes del régimen – entre ellos el principal rival político de Ahmadinejad Rafsanjani. [12]

En luz de los resultados de las elecciones para el Octavo Majlis, y en luz de la abolición de facto de la abolición del principio de Velayat-e Faqih del Ayatolah Ruhollah Khomeini, el mandato del jurisprudente, llenando al gobierno de activistas ex-militares, varias preguntas surgieron que serán resueltas en los próximos meses:

¿Hasta qué punto Khamenei es una fuerza que lidera, dirige y maniobra entre varias coaliciones entre bastidores y grupos de poder, y hasta qué punto él es liderado por los ayatolas fieles al régimen tales como Ahmad Jannati?

¿Cómo tratan los ayatolas fieles al régimen de Rafsanjani, y cómo tratan a Ahmadinejad?

¿Cuánta libertad tiene Ahmadinejad en hacer política? ¿Cuál es la actitud de su facción radical al Líder Supremo Khamenei, particularmente después de que su mentor, el Ayatola Taqi Mesbah-e Yazdi, fue derrotado en la reciente elección de la Asamblea de Expertos?

¿Cuáles son las relaciones de poder entre los conservadores radicales y los ayatolas tradicionales?

Parece ser que el Líder Supremo Khamenei está actuando de acuerdo con la institución de hace 2,500 años del shah tradicional persa. Pero la pregunta todavía queda: ¿Qué tipo de shah? ¿Khamenei hoy día está jalando los cordones y dirigiendo los varios grupos de poder cuando lo crea conveniente o es un títere-shah, manipulado por los grupos de presión en el liderazgo para sobrevivir políticamente?

* A. Savyon es Director del Proyecto Mediático Iraní; Y. Mansharof es compañero de investigación en MEMRI.