En su columna el 24 de julio, 2017 en el diario egipcio Al-Masri Al-Yawm, la periodista Sahar Al-Ga’ara, quien a menudo aborda el tema del extremismo en Egipto, condenó duramente a los medios de comunicación egipcios por proveer una plataforma a los elementos extremistas que incitan a la violencia, especialmente contra la mujer y los coptos. Ella escribió que, motivado a mediciones de audiencia e ingresos por publicidad, los propietarios de estos canales ayudan a difundir el extremismo que impregna a la sociedad egipcia y conduce al terrorismo. Llamando a involucrar a intelectuales y a figuras culturales en el discurso público a fin de contrarrestar la influencia de predicadores extremistas, Al-Ga’ara también instó al Consejo Supremo de Medios de Comunicación de Egipto a que multe e incluso revoque la licencia de los medios que esparcen el extremismo. Además, pidió enjuiciar a los predicadores extremistas en los medios de comunicación por cargos de incitar al asesinato.

Sahar Al-Ga’ara (imagen: cairoportal.com)

Lo siguiente son extractos de su columna:[1]

«‘Los medios de comunicación no tienen a Alá’. Estas duras palabras describen con precisión la relación que tienen algunos canales por satélite con los [predicadores] estrella y los íconos de la corriente salafista, que hábilmente participan en takfir [acusaciones de herejía] contra los coptos, dirigen la más vil de las acusaciones e insultos al [mundo del] arte y reprenden día y noche a los musulmanes por ser malos y por extraviarse [del Islam] al celebrar Sham Al-Naseem[2] o el Día de la Madre…[3]

«El problema no es solo los ridículos fatuas y los terroristas estrellas [que los emiten. El problema son] los canales que utilizan estos rostros horrendos… para ganar millones por la publicidad que genera, ganarse millones de visitas en YouTube y en las redes sociales y [de esta manera] infiltrarse en la sociedad. [Esta sociedad] luchó contra el fascismo religioso de la Hermandad Musulmana, [pero] ahora está sucumbiendo… a una pandilla de lunáticos que han perdido la cabeza junto a algunos miembros de la Hermandad Musulmana financiados por el estado Wahhabi [Arabia Saudita].

«¿Dónde está la conciencia de los [magnates] de los medios de comunicación que encontraron estos circos takfir y luego invitaron a algunos iluminados y los enzarzaron en un debate con algún yihadista takfiri?… ¿Quién es responsable de difundir el extremismo que allana el camino al terrorismo? El jeque que proclamó que era permisible asesinar a los coptos, o tal vez al [magnate] de los medios que lo trajo [como experto], permitiendo así que las estrellas del terrorismo volvieran a ser el centro de atención?

«Estoy en contra de cualquier ley que niegue [la libertad de] pensamiento. Pero si las ideas son hostiles y fomentan el odio hacia la mujer y las órdenes sufíes y prohíben tratar con bancos, lo que socava los propios cimientos de la economía egipcia y si los fatuas extremistas llevan a algún graduado de Al-Azhar a apuntar y masacrar turistas,[4] entonces hacer que estas personas [no aparezcan en los medios de comunicación] es un tema de seguridad nacional. Cuando un joven moderno como [el predicador] Sherif Shehata aparece [en los medios de comunicación] como experto social y jurisprudente religioso y declara que ‘un hombre que no hostiga a una mujer que utiliza ropa reveladora o maquillada no es hombre’,[5] a esto se le considera una amenaza a la seguridad pública, porque constituye incitación en abusar del honor de la mujer, así solo sea verbalmente…

«Algunos canales que transmiten a través de satélites se han convertido en plataformas para destruir el estado e izar la estandarte de la guerra salafista en la sociedad, con el objetivo de restaurar el control de los llamados ‘hombres de la religión’ sobre el pueblo egipcio por medio de su impacto sobre gente simple y sencilla… La guerra contra el extremismo y el terrorismo comienza con la protección del intelecto egipcio de la locura religiosa… y en involucrar a nuestros intelectuales en difundir una cultura de iluminación.

«Es extraño que el Consejo Supremo de los Medios de Comunicación no criminalice los fatuas que acusan a gente de herejía y permiten sus asesinatos, considerando que sí se tomó la decisión de imponer una multa de 200,000 libras egipcias (alrededor de $11,000) en cualquier canal por satélite y 100,000 libras egipcias (alrededor de $5,500) en cualquier canal de radio que transmita un lenguaje ofensivo.

«Nos enfrentamos a una pandilla terrorista organizada que difunde su agenda y se muestra en los distintos canales de los medios de comunicación, que lo acepta o por ignorancia o por avaricia para ser expuesto y por [ganancias] publicitarias. Mantengan alejados de los medios de comunicación a estos feos rostros enfermos de corazón y procésenlos por incitar al asesinato y por amenazar la seguridad pública y el bienestar de la sociedad. Enjuícienlos para evitar una guerra civil en el país».


[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 24 de julio, 2017.

[2] Una fiesta tradicional egipcia celebrada el lunes siguiente a la Pascua copta.

[3] Predicador salafista egipcio Yasser Burhami, por ejemplo, emitió una fatua prohibiendo celebrar el Día de la Madre. Véase Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 19 de marzo, 2017.

[4] La referencia es aparentemente a un incidente en julio en el que un joven egipcio apuñaló a dos alemanes.

[5] Véase Al-Watan (Egipto), 13 de marzo, 2013.