En un artículo en el diario saudita en inglés Arab News titulado «Se Ha Abierto Una Ventana a la Paz en el Medio Oriente, Aprovechemos la Oportunidad», el destacado empresario y escritor de los Emiratos Khalaf Ahmad Al-Habtoor afirma que los árabes e Israel tienen actualmente un interés personal en resolver sus diferencias y hacer las paces, para de esta manera unir fuerzas en la lucha contra sus enemigos comunes: Irán y sus aliados. Sin embargo, subraya que esa cooperación entre Israel y los árabes será difícil sin avanzar hacia la resolución del conflicto palestino-israelí. A este fin, aconseja tanto a palestinos como israelíes a que pongan a un lado sus quejas y expectativas poco realistas, y trabajen juntos para encontrar una solución pragmática y factible al conflicto. Dirigiéndose al Primer Ministro israelí Netanyahu, este le insta a recurrir a Arabia Saudita y los estados del Golfo, en los que encontrará verdaderos aliados para promover la paz con los palestinos y también para combatir contra los enemigos comunes de Israel y los árabes.

Lo siguiente son extractos de su columna:[1]

Khalaf Ahmad Al-Habtoor (Imagen: Habtoor.com)

«La raza humana [ha sido]… exitosa en resolver los conflictos más amargos. ¿Quién pudiera haber imaginado que Alemania y Japón se convertirían en dos de los aliados más cercanos de Estados Unidos, o que el Muro de Berlín caería y liberara naciones soviéticas satélites del comunismo? La humanidad siempre encuentra un camino hacia la paz, con una excepción, el conflicto palestino-israelí, que se ha arrastrado penosamente de una u otra forma desde la creación del estado israelí, condenando a millones de seres humanos a la miseria.

«Esta insostenible situación ha dado lugar a guerras una tras otra entre israelíes y árabes y el hecho de no alcanzar un acuerdo no se debe a la falta de intentos por parte de los mediadores. En el año 2000, un estado palestino estuvo cerca de ser una realidad, pero se vio frustrado por cambios del liderazgo en Israel y Estados Unidos, donde los votantes optaron por halcones.

Cualquier esfuerzo en esa dirección desde ese entonces ha sido nada más que un símbolo. Las esperanzas palestinas se han atenuado y la mayoría teme que hayan sido abandonadas por la comunidad de naciones y por unos fatigados medios de comunicación palestinos.

«He estado batallando por mis hermanos y hermanas palestinos desde que corrí a casa cuando chico para escuchar los discursos semanales del Presidente egipcio Gamal Abdel Nasser en la radio. El ex-Presidente palestino Yasser Arafat fue mi amigo personal y hasta el día de hoy hago lo que puedo para aliviar las cargas financieras de los palestinos en extrema necesidad. No hace falta decir que me gustaría ver emerger en mi vida un estado palestino dentro de las fronteras de 1967, pero la realidad dicta que el pragmatismo debe prevalecer sobre lo que se ha vuelto un espejismo.

«Fui idealista en una época, ya no lo soy más. Los sueños poco realistas no sirven para un pueblo que anhela un lugar donde puedan vivir pacíficamente y prosperar con dignidad. La dolorosa verdad es que la resistencia contra un estado militarizado con capacidad nuclear solo ha servido para provocar una reacción violenta brutal, alentando a la potencia ocupante a cavar más profundo sus talones. En resumen, es hora de implementar nuevas estrategias que requieren de un pensamiento creativo y coraje de todos las partes. Una nueva página debe ser volteada; realizar un borrón y cuenta nueva donde el dragado de las injusticias del pasado no tiene cabida. Ahora es el momento de escribir un nuevo capítulo, israelíes y árabes juntos.

«‘Israelíes y árabes juntos’ – la misma frase ofenderá los oídos de muchos partidarios israelíes y palestinos atrincherados, pero dado que somos parte en el conflicto, ¿existe alguna otra manera? Si es así, háblenme de ello. Para citar al fallecido Primer Ministro israelí Yitzhak Rabin, cuya vida fue sesgada debido a sus esfuerzos de paz en sociedad con Arafat: «Uno no hace las paces con amigos. Uno lo logra con los enemigos». Ustedes se estarán preguntando, ¿por qué ahora, cuando existe un presidente pro-Israel en la Casa Blanca e Israel tiene un primer ministro de línea dura?

«A mi manera de ver, es ahora o nunca. Primero, el Presidente de Estados Unidos Donald Trump, se sentiría extasiado si fuese el único líder estadounidense que lograra tal acuerdo. Segundo – y lo más importante, los enemigos implacables de Israel también son los enemigos de casi todos los estados del Golfo y sus aliados árabes. Combatir esas amenazas mutuas tiene como base la cooperación entre los países amenazados. Tal como dicen, el enemigo de mi enemigo es mi amigo.

«Existe un estado que, junto a sus aliados y agentes abiertos y encubiertos, es el mayor defensor del terrorismo en la región y más allá: Irán. Este opera sobre valores medievales, anhela un imperio al estilo otomano y disemina una ideología atrasada muy venenosa. Su agresión perjudica al mundo árabe y este es visto en Israel como una amenaza a su propia existencia. La estrecha cooperación entre Arabia Saudita e Israel en ese frente detendría en seco las ambiciones de Irán.

«El difunto Rey saudita Abdullah ofreció una rama de olivo durante la Cumbre de la Liga Árabe del 2002 en el Líbano en la forma de una Iniciativa de Paz Árabe, una propuesta sólida basada en una solución de dos estados. Israel dejó el ofrecimiento en suspenso. El cronograma no era el correcto.

«El paso lógico ahora es que Israel reconozca la legitimidad de las aspiraciones palestinas acordando un estado palestino viable o, al menos, que trabaje por una solución de un estado con seriedad y dedicación. Tanto la parte israelí como la árabe deberían ofrecer garantías de seguridad respaldadas por los Estados Unidos.

El jefe de defensa de Israel Gadi Eisenkot, le dijo esta semana al diario árabe en la red Elaph que Israel estaba listo para compartir información de inteligencia con los estados árabes ‘moderados’ tales como Arabia Saudita para de una manera frustrar a Teherán, a la que acusó de ‘tratar de tomar el control del Medio Oriente… debemos evitar que esto suceda».

«No pudiera estar más de acuerdo, pero a falta de una visión para mejorar las vidas de los palestinos, el consolidar las relaciones con Israel engendraría emociones conflictivas dentro de las mentes de los líderes y pueblos árabes. Sin duda, renunciar a la tierra habitada mayoritariamente por palestinos es un precio relativamente pequeño que pagar por una paz duradera con casi todo el mundo árabe lo que traería recompensas mega-económicas, diplomáticas y sociales para todos los estados participantes. La única alternativa es un estado en el que israelíes y palestinos vivan lado a lado, disfrutando de los mismos derechos.

Por último, le recordaría al Primer Ministro israelí Benjamin Netanyahu, que la ventana de oportunidades abierta a medias para poner fin a las tensiones de hace décadas puede cerrarse tan rápido como se abrió. Esta ha sido creada por una confluencia de circunstancias en las que los israelíes y los árabes deben superar esquemas nefastos de un enemigo común.

«Señor Netanyahu, esta es su oportunidad de hacer historia, no solo como patriota israelí sino como pacificador, un hombre capaz de mostrar pragmatismo en beneficio de su pueblo y el nuestro. Permítanos dejar atrás nuestro odio y nuestros temores para que podamos darle libertad a generaciones de palestinos mientras le propinamos una golpiza a aquellos que desean hacernos daño.

«Como primer paso, le aconsejo que se acerque al liderazgo saudita, así como también a otros estados miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, como los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, con una resolución sincera. Si lo hace, creo firmemente que encontrará un terreno fértil en el que se pueden plantar las primeras semillas de la paz. Sea lo suficientemente valiente como para dar ese salto. Cree un legado del que pueda estar orgulloso en salvaguardar a generaciones de israelíes y árabes en el futuro».


[1] Arab News (Arabia Saudita), 23 de noviembre, 2017.