A continuación se presentan extractos de una entrevista con Abd Al-Malek Rigi, líder del movimiento Jundallah en Irán, la cual fue puesta al aire en Al-Arabiya TV el 17 de octubre, 2008:

Para ver el clip en MEMRI TV, visite: http://www.memritv.org/clip/en/1897.htm:

«Queremos tener los mismos derechos que el pueblo chiíta iraní – eso es todo»

Abd Al-Malek Rigi: «Lo único que le pedimos al gobierno iraní es que sean ciudadanos. Queremos tener los mismos derechos que el pueblo chiíta iraní. Eso es todo. No queremos discriminación entre sunnis y chiítas en este país. Los chiítas son libres de hablar sobre sus creencias en público, criticar y desafiar las creencias sunni, por medio de sus libros y medios de comunicación. Un sunni, sin embargo, no se le permite defender sus creencias, y responder a las mentiras que los chiítas arrojan contra ellos en televisión, en la radio, en la prensa y así sucesivamente. A los sunnis no se les permite defender sus creencias de ninguna manera.

«Si un estudioso sunni se atreve a hablar, lo arrojan inmediatamente a la oscuridad de la cárcel – no porque haya cometido algún crimen, sino meramente por defender su fe, respondiendo a un libro que contiene mentiras sobre su escuela de pensamiento, o en clarificar una sospecha surgida por los chiítas.

«Segundo, los chiítas públicamente se mofan y burlan de las creencias sunni, y lo hacen a través de los canales mediáticos oficiales. Por ejemplo, nosotros veneramos a Mu’awiya, uno de los compañeros del Profeta Muhammad, pero los chiítas lo ven a él como un infiel. Ellos tienen derecho a creer en esto, porque es su fe. Sin embargo, existe un acuerdo general de la nación islámica de que era compañero del Profeta Muhammad, y una de las personas que crearon una versión escrita del Corán.

«Mientras estemos bajo el mandato de un gobierno, debemos respetar los sentimientos de cada uno de los otros’. Por ‘respeto’, queremos decir que sería mejor si se abstuvieran de desacreditar a Mu’awiya – pero si escogen hacer eso, deberían darnos la oportunidad de clarificar la verdad, responder a sus alegatos, discutirlo con ellos, y argumentarlo sobre la base de evidencias».

«Incluso en países hostiles al Islam, como los Estados Unidos, G. Bretaña… quizás incluso en Israel, a usted le permiten predicar su propia religión – pero los sunnis en Irán están privados de estos derechos básicos»

«Pero nos encontramos en un atolladero. Hemos sido privados de todos estos derechos legítimos, y no nos permiten predicar nuestra fe de ninguna manera.

«Yo fui personalmente encarcelado en Kurdistán. Mi único crimen fue predicar mi fe sunni. Nunca hemos usado el proselitismo entre los chiítas. Todo lo que hicimos fue abrir los ojos de nuestros hermanos sunni sobre algunas de sus creencias.

«Fui encarcelado sólo por predicar mis creencias [sunni] – algo que es permitido a través del mundo. Incluso en países que son hostiles al Islam, tales como los Estados Unidos, G. Bretaña y otros países – quizás incluso en Israel – a uno le permiten predicar su propia religión.

«Pero los sunnis en Irán son privados de estos derechos básicos. Los sunnis en la capital de Teherán, que numeran más de medio millón, se les ha prevenido, desde el comienzo de esta maldita revolución, abrir una sola mezquita dónde incluso pudieran practicar sus ritos religiosos». […]

«Muchos de nosotros nos hemos martirizado… no obstante, estamos preparamos para alcanzar un entendimiento»

«El gobierno iraní controla a la gente solo a través de los medios de comunicación, y por las armas, asesinatos y sangre. Ustedes pueden haber leído lo que Shahriari, el representante del gobierno, dijo en una entrevista con el diario Sobhi Zahdan: ‘Hemos arrestado a 700 miembros del Jundallah, y están actualmente en nuestras prisiones’. Él dijo: ‘Llamamos al gobierno a que se de prisa y les de muerte, porque la tesorería de los musulmanes no tiene suficientes fondos para alimentar a esta gente’. Ése es el valor que ellos atribuyen a los ciudadanos sunni.

«Nosotros los consideramos ocupantes. Han ocupado a nuestro país. La oportunidad para el diálogo podría perderse un día, y nosotros no estaremos de acuerdo en celebrar un diálogo con ellos para entonces. Hoy, muchos de nosotros nos hemos martirizado, y muchos han sido ejecutados. Han matado a nuestros jóvenes, y han comenzado a matar a nuestras mujeres. Han ejecutado a algunos de nuestros estudiosos religiosos. Usted puede haber escuchado que colgaron a dos estudiosos sunni hace dos meses. No obstante, estamos preparados para alcanzar un entendimiento. Sin diferencia a todos estos crímenes, estamos preparados para celebrar un acuerdo de diálogo con ellos». […]

«No tenemos ninguna conexión con Al-Qaeda… estos son rumores esparcidos por el gobierno de Teherán

Entrevistador: «Tiene usted algún lazo, o ha celebrado reuniones, con Al-Qaeda?»

Abd Al-Malek Rigi: «No, no tenemos ninguna conexión con Al-Qaeda. Jundallah es un movimiento islámico, pero no todo movimiento islámico está conectado a Al-Qaeda o al taliban. Somos un movimiento de despertar islámico, que no tiene y nunca tuvo, ninguna conexión con Al-Qaeda o el taliban. No tenemos intención alguna de contactarlos en un futuro cercano. Estos son rumores esparcidos por el gobierno de Teherán.

[…]

«El gobierno de Teherán está intentando crear una fisura entre Jundallah y los sunnis por medio de estos rumores. Pero nosotros siempre hemos declarado que no tenemos nada que ver con los Estados Unidos o con Al-Qaeda».

[…]

Entrevistador: ¿Puede usted decirnos exactamente qué capacidades tiene? Cuántos miembros posee?»

Abd Al-Malek Rigi: «Desde que establecimos nuestro movimiento, hemos estado entrenando a nuestros hombres y los hemos estado enviado a [Irán]. Dejamos a muy poca gente en nuestras bases militares. Éste es nuestro plan. Sufrimos de problemas económicos, y tenemos pocos recursos. No podemos mover a todos nuestros soldados hacia las montañas. Hemos entrenado a más de 20, 30, o 50 hombres todos los meses, y luego los enviamos. Hasta ahora, hemos entrenado a más de 2,000 hombres. Les hemos dado entrenamiento político, militar e ideológico. Pero el número de personas en las montañas no excede de 200».