El liberal egipcio ‘Dr. Abd Al-Mun’im Sa’id, director del Centro para Estudios Estratégicos y Políticos Al-Ahram, publicó en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat un artículo [1] analizando las razones por la falta de democracia en el mundo árabe. En este, acusó a los círculos educados árabes en el no completar su papel histórico de promover la democracia. Sa’id declaró que el educado había cometido un error uniéndose en las fuerzas con elementos anti-democráticos en la sociedad, y que todavía consagraban injustificadamente sus energías a resistirse a las fuerzas externas, en lugar de construir una sociedad democrática.

Lo siguiente son extractos del artículo:

El modelo de democracia y de «excepción árabe»

«Las discusiones de ‘una excepción árabe’ han emergido nuevamente, esta vez en la Biblioteca de Alejandría, dónde tuvo lugar la conferencia anual sobre la iniciativa de reforma árabe. [Esta iniciativa] es una red que comprende 10 centros de investigación árabes, que emprendieron investigar los problemas [relacionados a] la reforma en el mundo árabe.

«Debe hacerse notarse que esta red es un vestigio de la época cuando los temas de democracia y de reforma política y económica eran de importancia superior en la región árabe, [e.d.] después de los ataques del 11 de Septiembre – qué, según el punto de vista prevaleciente, fue el resultado de la supuesta incapacidad árabe [para construir la democracia].

«En ese punto, fue necesario enfrentar este desafío haciendo surgir consciencia a la necesidad de oponerse a la tiranía en la región árabe. Ese período fue también marcado por las presiones extranjeras de aquéllos que creyeron que la victoria sobre el terrorismo era imposible sin la reforma democrática en el mundo árabe.

«Durante las discusiones celebradas en muchas de las capitales del mundo, se originó allí un término – ‘la excepción árabe’ – el cual se convirtió en inmensamente popular después de la Guerra Fría, cuando muchos países en Europa Oriental, Asia y América del Sur se habían convertido en democracias, mientras el mundo árabe había permanecido inalterado [e.d. no-democrático]. [Porque] este término tenía una [connotación] negativa, representando a los árabes como una rareza [rechazando] la democracia, los círculos educados árabes… prefirieron usar expresiones similares en el significado pero dando círculos alrededor de la noción de ‘distinción’ – el cual es un poco menos insultante que ‘excepcionalmente’.

«Sin embargo, las dos expresiones, ‘excepción’ y ‘distinción’, desaparecieron de la escena internacional, así como también del léxico árabe, siguiendo a los numerosos desarrollos en el mundo, que llevó a ambos bandos – los árabes y el [resto del] mundo – a verse cada uno como lo que realmente eran, dejando las interpretaciones y las valoraciones políticas a los académicos.

«Es precisamente en [ese foro] que, en la Biblioteca de Alejandría, los académicos árabes fueron descritos como ‘excepcionales’ o ‘distintivos’ – lo qué fue una señal de indolencia intelectual o académica de su parte – porque mientras una situación es vista como ‘distintiva’, ‘excepcional’, o ‘anormal’, esta inmediatamente se torna exenta de los principios generales que gobiernan el pensamiento científico.

«Es muy extraño que emergiera de ahí un entendimiento entre un grupo de liberales árabes y un grupo fundamentalista respecto a la distinción de las sociedades árabes, que brota de lo que ellos se refieren ‘transformar a la nación árabe en un objetivo’ – a veces por colonialismo, en otros momentos por el imperialismo, e invariablemente por Israel…»

Todos los países en el mundo han experimentado una falta de democracia

«Bajo el escrutinio, este acuerdo general entre los círculos educados árabes y los académicos árabes surge como una de las razones principales por la falta de democracia en el mundo árabe. De hecho, no existe nada excepcional en el mundo, así como no existe nada especial en el mandato de individuos en el mundo árabe. Todos los países del mundo han probado el colonialismo, el imperialismo y varios tipos de opresión, partición, desintegración y el atraso económico. No obstante, gracias a las clases educadas, pensadores y estadistas, [las naciones del mundo] han podido dar con la forma de saber y el coraje para avanzar hacia la democracia.

«Del tiempo de la Carta Magna hasta el presente, las elites gobernantes se han esforzado habitualmente por mantenerse en el poder, derivando ventajas desde sus posiciones y abusando, engañando a la gente y a veces gobernando por coerción, a veces sometiéndose a las presiones. Sin embargo, las presiones [sobre las elites gobernantes] creadas por las contradicciones [internas] han habilitado al educado a intervenir y efectuar… el cambio, [provocando] una transición del statu quo a un orden que era más avanzado, más democrático y más tolerante. Y no hay nada nuevo sobre todo esto».

Las elites educadas árabes siempre han preferido oponerse a las fuerzas extranjeras en lugar de fortalecer la sociedad

«El sufrimiento infligido en el mundo árabe en tiempos modernos por las diferentes fuerzas extranjeras no es muy diferente al sufrimiento de otros países durante períodos históricos diferentes. Lo que es [único] al mundo árabe es que las elites educadas árabes siempre han preferido oponerse a las fuerzas extranjeras, en lugar de mejorar la situación dentro del mundo árabe promoviendo desarrollos en las esferas económicas, sociales, culturales y educativas, con el objetivo de hacer de las sociedades [árabes] más democráticas y adelantadas, y [por consiguiente] más capaces de resistir a las provocaciones exteriores.

«Precisamente es este punto que fue debatido, en el siglo 19, por Jamal Al-Din Al-Afghani [2] y el Imam Muhammad ‘Abduh, [3] el anterior promoviendo el conflicto [con las fuerzas extranjeras], mientras la última acción constructiva promovida [desde dentro] a través de la educación. [Al-Afghani] se refirió a los puntos de vista de [‘Abduh] como derrotista y fracasado.

«Esta controversia resurgió a principios del siglo 20 entre Mustafa Kamel y el Partido Nacional en Egipto, y también entre el Jeque Muhammad ‘Abduh y otros reformistas egipcios. Esta controversia persistió en Egipto, y en una forma u otra en otros [países] árabes también. [En Egipto,] las partes contradictorias eran el Partido Constitucional y el partido Wafd, así como también ‘Adli Yakan [4] e Isma’il Sidqi, por una parte, y Sa’d Zaghlul [5] y Mustafa Al-Nahhas, [6] por la otra.

«Durante los últimos dos siglos, siempre que el argumento surge sobre si oponerse a las [fuerzas] extranjeras… o continuar la acción constructiva desde dentro, el partido que llamó a la resistencia y a combatir las fuerzas extranjeras obtuvo un apoyo más amplio. Este acercamiento, [sin embargo], ha sido usado como influencia para obtener un mandato tiránico centralizado, [basado en el principio de que] ‘ninguna voz debería elevarse sobre el resonar de la batalla’. Esta consigna no sólo es aplicable respecto a la declaración del ex presidente de Egipto [Gamal] ‘Abd Al-Nasser seguido a la derrota de 1967; de hecho, todavía está siendo usando – aquí y ahora – por el Hizbullah y por un grupo grande de académicos árabes, así como también por los políticos libaneses y árabes, que insisten son la verdadera voz de la nación, incluso a costa de la destrucción de todo el Líbano y todos sus residentes.

«[Similarmente], la excusa principal ofrecida por Hamas por su golpe de estado contra la Autoridad Palestina fue que el último había puesto el forjamiento del gobierno sobre la lucha por la liberación. [Sin embargo, el golpe de estado de Hamas] no trajo realmente la liberación al individuo o a la tierra; más bien, fue un acto de venganza… «

Las clases educadas árabes son culpables por la falta de democracia en el mundo árabe

«Parece ser que ‘la excepción’ y ‘lo distintivo’ no son atributos de los países árabes o el mundo en general; más bien, estas condiciones caracterizan la opción hecha por las elites políticas y educativas [árabes], que han sido explotadas por las elites gobernantes – así estén en el gobierno o en la calle [árabe] – para ganar poder y controlar, y retardar el adelanto de la democracia en los [países] árabes hasta el fin de todas las guerras. [Sin embargo], no hay ninguna indicación de que estas guerras pueden ganarse [durante muchos años por venir], ya que las sociedades árabes son esencialmente débiles.

Para hacer las cosas peor, además del problema de retardar el proceso de democratización [optando por] la resistencia… una creencia inquebrantable ha surgido donde el estado [está titulado] a interferir en los asuntos de privacidad de un individuo, así sea bajo el pretexto muy bien conocido de proteger la seguridad nacional, o por la causa de ayudar a los pobres, al necesitado, y al de bajos ingresos – aunque fueron los estados árabes que inicialmente redujeron estos grupos a su condición miserable y los abandonaron.

«Son así los círculos educados árabes los responsables por la actual situación en las sociedades árabes, ya que no han cumplido su papel histórico…»


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 14 de mayo, 2008.

[2] Un activista político musulmán en Irán, Afganistán, Egipto, y en el Imperio Otomano durante el siglo 19. Uno de los fundadores de modernismo islámico, y defensor de la unidad pan-islámica.

[3] Un estudioso religioso, jurista y reformista liberal, que lideró el difunto movimiento del siglo 19 en Egipto y otros países musulmanes para revitalizar las enseñanzas islámicas e instituciones en el mundo moderno. Como mufti (consejero legal islámico) de Egipto (desde 1899), afectó las reformas en la ley islámica, la administración, y la educación superior.

[4] A veces llamado Adly Pasha. Una figura política egipcia. Sirvió como primer ministro de Egipto, del Partido Constitucional Social Libre, entre 1921 y 1922, de nuevo entre 1926 y 1927, y por última vez en 1929. Tuvo varios cargos políticos prominentes que incluyen ministro del exterior, ministro del interior y portavoz del senado.

[5] Una figura política egipcia. Sirvió como primer ministro de Egipto desde el 26 de enero, 1924 hasta el 24 de noviembre, 1924.

[6] (1897-1965) Nacionalista egipcio y político, líder del partido Wafd. Fue instrumental en el proceso que lleva al establecimiento de la Liga Árabe, uno de sus logros mayores. El fracaso militar de 1948 y el subsiguiente incendio del Cairo en 1952 trajeron el descrédito a todo el establecimiento político, incluyendo a los líderes Wafd. El golpe militar de 1952 acabó con su carrera política.

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