En una columna el 2 de abril, 2011 en el diario egipcio Al-Dustour, el liberal copto Magdi Khalil afirmó que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto no reconoce la legitimidad de la revolución actual, sino más bien la de las revoluciones de 1952 y la constitución de 1971. Agregó que la actual constitución temporal que fue declarada recientemente, así como también la ley de los partidos políticos y la prohibición a la protesta, son una continuación directa de la era Mubarak y no representan los ansiados cambios. Khalil dijo que la revolución estaba destinada a la reconstrucción de Egipto como un país moderno, pero lo que está sucediendo ahora nos está llevando de nuevo a la Edad Media y esta transformando a Egipto en un estado religioso fracasado.
Lo siguiente son extractos del artículo: [1]
El diálogo nacional es una pérdida de tiempo
«… Durante las reuniones de diálogo nacional [a cargo de viceprimer ministro Dr. Yahya Al-Gamal], he escuchado muchas cosas importantes y útiles – pero lo más importante fue la pregunta planteada por la asesora [y jueza] Tahani Al-Gebali. Ella se preguntó qué aparatos, dentro de la administración, estaban detrás de la constitución [temporal], de la ley de partidos políticos y de la prohibición a la protesta. ¿Fue la comisión [que realizo el bosquejo del proyecto de enmiendas constitucionales, liderado por Tareq] Al-Bishri, o el ministerio de justicia?
«El Dr. Al-Gamal no respondió a esta pregunta central e importante – que, en mi opinión, significa que existe una brecha entre aquellos que tratan con el diálogo [nacional] y aquellos que se ocupan de la toma de decisiones. Esto hace del diálogo un arduo desperdicio de tiempo, que preocupa a algunos de los intelectuales [egipcios] y los neutraliza en este momento crítico cuando las leyes y las decisiones son formadas por [otro] elemento que no está interesado en este diálogo.
«¿Que es lo que están discutiendo los participantes en este diálogo de todas formas? el Comité de Redacción de la Enmienda Constitucional fue compuesto sin diálogo; El referéndum se vio obligado a dirigirse en cierta dirección sin diálogo, la ley de partidos políticos fue aprobada sin diálogo y la ley que prohíbe las protestas pacíficas también fue promulgada sin diálogo. Y sin embargo, la propia revolución tuvo éxito precisamente porque desafió esta prohibición…
«La nueva Asamblea del Pueblo, la composición de lo que se conoce de antemano, supervisará la formulación de una nueva constitución y la promulgación de muchas leyes de gran importancia. Si este es el caso, ¿que es lo que están discutiendo los participantes en este diálogo? ¿Y qué valor tiene este diálogo cuando los principales temas ya han sido decididos…?»
«La constitución temporal está distorsionada y no esta bien»
«La pregunta planteada por el asesor Tahani Al-Gebali fue la [pregunta más importante formulada durante] la sesión de diálogo, ya que levantó sospechas de que el [Comité de Redacción de la Enmienda Constitucional], encabezada por Al-Bishri, determinó todas las leyes, declaraciones y modificaciones en colaboración con el ejército. Estamos buscando una receta que anuncie un futuro en el cual Egipto y su pueblo tendrán el papel de observadores pasivos, tal como lo hicieron en el pasado. Así que no es de extrañar que la ley de partidos políticos sea un campo minado de problemas y la constitución temporal esté distorsionada y no este bien y le da nueva vida a la ya muerta constitución de 1971. Además, la ley que prohíbe las protestas se pretende provoque el fracaso de la revolución. Las enmiendas constitucionales fueron elaboradas específicamente para servir a una facción determinada y el referéndum [sobre ellas] fue manejado de una manera que sirvió a esta facción. No es de extrañar que la Hermandad Musulmana y las otras facciones religiosas le dieran la bienvenida a las medidas adoptadas por el Consejo [Supremo] de las Fuerzas Armadas, que dará lugar eventualmente a un cisma religioso en la sociedad egipcia…
«Me sorprendió la considerable longitud de la convocatoria [a la constitución temporal]. Esta consta de 62 artículos, la mayoría de los cuales han sido tomados de la constitución de 1971 lo cual es inaceptable ante los ojos del pueblo, con la adición de varios artículos que fueron aprobados por el referéndum. Lo extraño es que el General Mamdouh Shaheen [miembro del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas y ministro adjunto de defensa], dijo que la nueva constitución incluirá estos artículos. Al decir esto, en realidad estaba delineando los principales artículos de la nueva constitución [antes de que fuese incluso redactada].
«Lo que es peor, este describió el artículo II de la constitución, [que define al Islam como la religión oficial y el Sharia como la fuente principal de legislación], que es también el segundo artículo de la constitución [temporal], como un ‘artículo supra-constitucional’, lo que significa que anularía artículos anteriores, o los ataría como grilletes al Sharia… ¿Cómo puede un artículo de la constitución ser presentado como si estuviese por encima de la constitución?… Darle al artículo dos un estatuto [supra-constitucional ] destruirá la propia constitución en favor de la ley del Sharia, vaciará los artículos de ciudadanía, igualdad y libertad de su contenido, profundizará la discriminación religiosa, contravendrá las cartas internacionales y más importante – dará un golpe mortal a las consignas de la revolución, que abogan por [el establecimiento de] un [estado] civil…»
El Consejo Supremo se niega a reconocer la legitimidad de la revolución
«El problema básico es que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas no reconoce la legitimidad de esta revolución, sino más bien la de la [revolución] de julio de 1952 y la constitución de 1971. Es por ello que el referéndum fue sobre los artículos propuestos por el ex presidente, los cuales fueron adjuntados al resto de los artículos de la Constitución de 1971 y juntos realizaron la declaración de la nueva constitución [temporal]… Si el consejo hubiese reconocido la legitimidad de la [revolución] del 25 de enero, no hubiese necesitado estas enmiendas, o un referéndum sobre estas. [Sólo necesitaríamos] un breve anuncio de una constitución [temporal], que incluiría los artículos más importantes que deben aplicarse durante el período transitorio, hasta que una nueva constitución sea redactada.
«Por lo tanto, yo declaro personalmente mi oposición a estas modificaciones constitucionales, a la ley que prohíbe las protestas, a la ley de los partidos políticos y a la constitución [temporal]. Todas ellas constituyen una continuación [directa] de la era del corrupto Mubarak, quien hizo un pacto con los movimientos religiosos con el fin de crear cisma y tensión religiosa que llevaría a Egipto al atraso. La revolución estaba destinada a la reconstrucción de Egipto como un país moderno, dirigiéndose hacia el futuro. Pero lo que ha ocurrido hasta ahora indica un intento por arrastrar a Egipto de nuevo hacia la Edad Media, de nuevo a ser un país religioso fracasado».
[1] Al-Dustour (Egipto), 2 de abril, 2011.