La retirada estadounidense de Afganistán junto al crecimiento exponencial de aquellas partes del país bajo el dominio de los talibanes ha causado alarma en Rusia. El experto en política exterior del diario Kommersant Maxim Yusin, pintó una serie de escenarios sombríos. Los talibanes pudieran invadir a las ex-repúblicas soviéticas de Asia Central; decenas de miles de afganos tayikos y uzbekos que huyen de los talibanes pudieran desestabilizar a Tayikistán y Uzbekistán; Tayikistán no podía sellar su frontera por lo que sería necesario el retorno de la guardia fronteriza rusa. Si Asia Central se radicalizase, afectaría negativamente a Rusia, ya que «millones de personas de estas repúblicas trabajan en nuestro país». En realidad, la situación era peor que la obtenida en el año 2001 al comienzo de la intervención estadounidense, porque al menos para ese entonces la Alianza del Norte proporcionó un área neutral contra los talibanes, pero ahora las fronteras de las antiguas repúblicas soviéticas quedaron al descubierto. Yusin concluyó: «Afganistán puede pasar muy pronto de un dolor de cabeza estadounidense a uno ruso. Y, los problemas parecen estar apenas comenzando.[1]
Zamir Kabulov, el solucionador de problemas de Putin para la región, se inclinó hacia los talibanes y en contra del gobierno de Kabul. Algunos comentaristas creían que se podía llegar a un acuerdo con los talibanes, que tenían sus propios intereses en no ir demasiado lejos. Otros comentaristas afirmaron que no se podía confiar en las garantías de los talibanes y que el movimiento estaba interesado en tranquilizar a Rusia hasta que estos hubiesen consolidado el poder. En el escenario más sombrío, Rusia pudiera verse obligada a emprender acciones militares quizás en cooperación con los chinos.
El siguiente informe analiza la reacción rusa ante la retirada estadounidense de Afganistán junto al resurgimiento de los talibanes y lo que esto presagia para Rusia:
La visión optimista oficial: Los talibanes pueden ser confinados en Afganistán y pueden ser utilizados para contrarrestar al EIIS
La postura enunciada por los más altos funcionarios rusos es que Rusia está dispuesta a acudir en ayuda de sus aliados en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva en caso de que se enfrenten a una agresión. El canciller de Rusia Sergei Lavrov, declaró: «Desplegaremos cualquier medio, incluyendo el uso de las capacidades de nuestra base militar, situada en la frontera entre Tayikistán y Afganistán, para evitar cualquier acción agresiva contra nuestros aliados. Anteriormente, el 5 de julio, 2021 el presidente ruso Vladimir Putin mantuvo conversaciones telefónicas con el presidente de Tayikistán Emomali Rakhmon, sobre la situación en la frontera entre Afganistán y Tayikistán. El Kremlin anunció que el líder ruso «confirmó su disposición a proveer la ayuda necesaria a Tayikistán».[2]
Curiosamente, Lavrov culpó por la situación a los estadounidenses y al gobierno de Kabul, este afirmó que «Estados Unidos no solo está retirando sus tropas de Afganistán. Las está retirando de facto habiendo admitido que su misión de 20 años fracasó rotundamente. La amenaza terrorista no ha disminuido. Al contrario, se ha multiplicado por mucho desde el año 2001, cuando los estadounidenses fueron al lugar. La amenaza de las drogas ha aumentado en órdenes de magnitud. Además, existe material en Occidente que indica que probablemente soldados estadounidenses participaron en el transporte de cargamentos de droga».
«El problema principal es el que usted mencionó – la amenaza de ataques terroristas allí se ha incrementado. Los talibanes se han vuelto más beligerantes, porque el acuerdo existente presuponía la formación de un gobierno de transición que prepararía las condiciones para la formación de instituciones gubernamentales más estables. Desafortunadamente, los líderes de Kabul son reacios a organizar algo de transición. Temen que esto los aleje de su trabajo político activo. Resulta ser que ellos y los estadounidenses, que se están retirando del país, están dejando que la situación se resuelva a través del uso de la fuerza militar. La situación se agrava aún más por el hecho de que, además de los talibanes, universalmente reconocidos como parte de la sociedad afgana y como resultado del estancamiento de los procesos políticos y la consiguiente reanudación de las hostilidades, se están formando nichos para los militantes del EIIS y no para los talibanes».[3]
Zamir Kabulov, Representante Especial de Putin en Afganistán, fue más explícito al condenar a los líderes de Kabul y expresar respeto por los talibanes. Este afirmó que el gobierno de Kabul insistía en que los talibanes primero lo reconocieran y luego se prepararían para las conversaciones y condenó este tipo de estratagema: Esto es pura hipocresía. Este es un intento de cerrar los ojos ante la realidad existente, por lo tanto, estas son palabras vacías. Lo que de verdad necesitamos son acciones».
La solución era fomentar las condiciones para las conversaciones entre los afganos y quizás ampliar a aquellos patrocinadores externos a fin de incluir a Rusia.[4]
Kabulov impulsó la teoría de que los talibanes eran mala noticia para el EIIS que se sintieron muy bien en Afganistán acumulando concentraciones de 3 a 4 mil combatientes. «Estos ahora se enfrentaban a un enemigo implacable: Ellos (los talibanes) los odian y no los capturan; los aniquilan. Por lo tanto, los éxitos de los talibanes allí drenan su sangre y dependen del EIIS por motivos de ataques y sabotajes contra la zona de Asia Central».[5]
Ria.ru, el comentarista Petr Akopov, quien generalmente hace eco y amplifica las posturas oficialistas, se esforzó por afirmar que los talibanes no representaban una amenaza para Rusia o sus aliados. La amenaza para las repúblicas de Asia Central, afirmó Akopov, no provenía de los talibanes sino de varias formaciones armadas de las provincias del norte de Afganistán, que pudieran ser derrotadas o expulsadas del país por los talibanes.
Otro problema fue la insistencia estadounidense en mantener bases fuera del país o instalar a sus intérpretes en los países limítrofes con Afganistán. Akopov cree que estos intérpretes pudieran ser reubicados fácilmente en los Estados Unidos y el hecho de que los estadounidenses los quieran cerca traiciona un motivo oculto estadounidense de enredar a los vecinos de Afganistán con los talibanes: «‘Ustedes los vecinos de Afganistán afirman que no permitieron que los estadounidenses desplieguen sus bases en su territorio, no dejaron que los servicios de inteligencia estadounidenses trabajen en contra de Afganistán desde su territorio, ¿no es así? Pero, ¿qué están haciendo miles de ciudadanos afganos que trabajan para los Estados Unidos y viven de su dinero, en su territorio? ¿Están vacacionando? ¿O realizan trabajos subversivos en contra de Afganistán?” “Será difícil responder a las preguntas planteadas por las nuevas autoridades talibanes».[6]
En otro artículo para Ria.ru, Akopov comentó sobre la visita de una delegación de los talibanes a Moscú y afirmó que los talibanes ya no se ajustan a la descripción de una organización terrorista con la que Rusia no-negoció. «El tema es que a pesar de 20 años de ocupación estadounidense, los antiguos gobernantes de Afganistán siguen siendo la fuerza más destacada del país. Ahora los estadounidenses se están retirando y los talibanes están retornando». Los talibanes estuvieron dispuestos a cooperar con Moscú para llegar a un acuerdo negociado. Desafortunadamente, el gobierno de Kabul creía que los estadounidenses se quedarían para siempre y no negociarían de buena fe.
El programa óptimo de Moscú fue un arreglo interno-afgano; el programa mínimo es «la contención de los problemas afganos y la protección de los países vecinos (principalmente las repúblicas de Asia Central) siendo estos aliados o amigos».
Akopov trató de negar las preocupaciones en referencia a los talibanes. Estos no eran los muyahidines que combatieron contra la URSS con el respaldo de Estados Unidos. Tampoco eran criaturas de los servicios de inteligencia paquistaníes. Estos fueron un movimiento auténtico. «Durante casi tres décadas de existencia, este inusual y muy reservado movimiento ha demostrado su resistencia y el apoyo de una parte significativa de los pastunes, que constituyen la población principal de Afganistán. El Emirato Islámico de Afganistán proclamado por los talibanes tiene ya un cuarto de siglo de creado, el estado existió 20 años en la clandestinidad y estuvo involucrado en la guerra de guerrillas. No es el punto así a uno le gusten sus ideas sobre el islam, el estado o la sociedad».[7]
Los talibanes decidieron reforzar tales esperanzas enviando por tercera vez este año una delegación de la oficina de Qatar a Moscú para mantener conversaciones, al final del cual realizaron una rueda de prensa, donde intentaron disipar temores sobre su retorno al poder.[8] Estos prometieron combatir tanto a ambos los narcóticos como al EIIS.
Kommersant se mostró muy escéptico ante estas garantías. Los talibanes prometieron no tomar por la fuerza los centros de las provincias para evitar víctimas entre la población pacífica. Sin embargo, «inmediatamente después de la conferencia de prensa, aparecieron las noticias sobre los fuertes enfrentamientos en las afueras de la ciudad de Kandahar (la segunda mayor ciudad del país)».
Los representantes de los talibanes también intentaron refutar las acusaciones de que el movimiento era opuesto a la ciencia y el progreso. Muhammad Suhayl Shaheen, jefe de la delegación de los talibanes, enfatizó que todos los ciudadanos en Afganistán, incluyendo las mujeres, deberían poder recibir una educación «desde la escuela hasta el nivel de doctorado». Shaheen trató de acreditar la idea de que los talibanes y el EIIS eran enemigos acérrimos: «Tuvimos duros enfrentamientos con el EIIS. Este grupo ha sido eliminado de las provincias del norte y del este, por ejemplo de Nangarhar y Kunar». Según Shaheen, los combatientes talibanes rodearon recientemente a un grupo de 2.600 combatientes del EIIS y los transfirieron a las autoridades de Kabul. «Prometimos que nadie utilizará la tierra de Afganistán en contra de las potencias vecinas, regionales y mundiales, incluyendo los Estados Unidos y sus aliados.» El EIIS es un grupo extranjero, no tiene raíces en nuestro país», agregó el representante de los talibanes.
Los expertos tanteados por Kommersant se mostraron muy escépticos. El profesor Rustam Burnashev, experto en seguridad en Asia Central, comentó lo siguiente: «Esto es manipulación de términos. Tanto los talibanes como el EIIS son ‘términos generales’ que pueden ser utilizados para cualquier cosa. Por ejemplo, no hay certeza de que los grupos que actualmente ‘toman el control’ de la frontera tayika poseen alguna afiliación con los representantes de los talibanes, que negocian con Moscú. Lo mismo ocurre con el EIIS». Burnashev también advirtió» que cuando los talibanes vinculan a sus adversarios con el EIIS, esto es simplemente un triquiñuela ideológica para obtener el apoyo de las potencias extranjeras”.
Andrey Serenko, director del centro analítico de la Sociedad Rusa de Científicos Políticos se burló de las promesas hechas por los talibanes de “combatir la producción de drogas (los ingresos de esta actividad constituyen al menos la mitad del presupuesto de los talibanes (es decir, alrededor de un billón de dólares)) o garantizar que la guerra no se extenderá más allá de las fronteras de Afganistán». Serenko cuestionó las credenciales de los visitantes de Moscú de hablar en nombre de los talibanes y afirmó que existían desacuerdos entre la oficina de los talibanes en Qatar y quienes de facto manejan el movimiento sobre el terreno. «Las promesas genuinas pueden ser hechas por diferentes personas, pero estos no vienen a Moscú ni a otras capitales. Quizás no desean asumir compromisos ridículos».[9]
Para ver el despacho en su totalidad en inglés junto a las imágenes copie por favor el siguiente enlace en su ordenador: https://www.memri.org/reports/russias-options-following-taliban-takeover-afghanistan-cooperation-taliban-or-containing
[1] Kommersant.ru, 6 de julio, 2021.
[2] Russian.rt.com, 8 de julio, 2021.
[3] Mid.ru, 8 de julio, 2021.
[4] Tass.ru, 14 de julio, 2021
[5] Lenta.ru, 14 de julio, 2021.
[6] Ria.ru, 7 de julio, 2021.
[7] Ria.ru, 10 de julio, 2021.
[8] Gazeta.ru, 8 de julio, 2021
[9] Kommersant.ru, 10 de julio de 2021.