El 10 de diciembre del 2006, en una conferencia internacional sobre el Islam en Europa celebrada en la Universidad Hebrea de Jerusalén, el Prof. Menahem Milson presentó los puntos de vista del pensador reformista árabe Lafif Lakhdar sobre el tema de la integración versus la identidad comunal étnica separada entre los musulmanes en Europa.

Lo siguiente es la trascripción de la conferencia.

Introducción: Una corta biografía

Lafif Lakhdar es un intelectual tunecino que vive en París. El nombre «Lafif Lakhdar» es la trascripción francesa de su nombre árabe, «Al-‘Afif Al-Akhdar». Es uno de los intelectuales reformistas más avanzados hoy en el mundo árabe. Sus artículos son publicados regularmente en los portales liberales Elaph y Middle East Transparent, y luego son publicados por docenas de otros sitios orientados a la reforma. Es un crítico franco e implacable del Islamismo y del terrorismo islamista.

El 24 de octubre del 2004, los portales liberales árabes www.elaph.com y www.metransparent.com publicaron un manifiesto escrito por árabes liberales – entre ellos Lafif Lakhdar – en el que solicitaron a las Naciones Unidas establecer un tribunal internacional para la persecución de terroristas y a gente e instituciones que incitan al terrorismo.

La importancia especial de esta petición fue que no sólo se habló del terrorismo y terroristas en términos generales, sino que específicamente menciona por nombre a varios clérigos islamistas principales como promotores del terrorismo que deberían ser perseguidos por el tribunal – entre ellos, el prominente y brillante de los medios de comunicación Jeque Yousuf Al-Qaradhawi, una de las autoridades principales de la Hermandad Musulmana.

No es sorpresa luego que el prohibido movimiento tunecino islamista Al-Nahdha, encabezado por el Jeque Rashed al-Ghannushi, haya declarado apóstata a Lafif Lakhdar, el cual muchos islamistas entienden como una llamada a ser asesinado.

Lafif Lakhdar nació en 1934 en una familia campesina pobre al noreste de Túnez. De los nueve hijos en su familia, siete murieron en la infancia, y sólo él y un hermano sobrevivieron. Debido a la pobreza de la familia, su única instrucción fue medio año en una escuela francesa y estudios del Corán en el pueblo. Cuando creció, fue a la universidad religiosa de Al-Zaytouna dónde la matricula para los estudios no sólo era libre de costo, sino que también ofrecía habitación y suficiente «manutención» para vivir. Después estudió leyes, y la practico durante varios años.

En 1958, representó en un juicio a un opositor tunecino, que fue declarado culpable y condenado a muerte, seguido a lo cual el movimiento de Lafif Lakhdar fue restringido por la policía. En 1961, escapó a Túnez y huyó a París dónde se unió al círculo de partidarios del líder del FLN argelino Ahmad Ben Bella, y eventualmente, cuando Ben Bella fue elegido Presidente de Argelia, Lakhdar se convirtió en uno de sus consejeros más allegados. Cuando Ben Bella fue depuesto en 1965, Lakhdar huyó a Argelia, y paso varios años vagando a lo largo de Europa y el Medio Oriente.

A finales de los 60s, Lafif Lakhdar estaba en Jordania y cerca del liderazgo de la OLP. En 1970 se mudo a Beirut, dónde fue una figura prominente en los círculos marxistas e izquierdistas. En sus propias palabras, el hambre lo hizo socialista. Sin embargo, la guerra civil en el Líbano provocó una fisura entre él y sus socios izquierdistas de siempre, ya que no podía aceptar su apoyo para las fuerzas que minaron y amenazaron destruir la única democracia en el mundo árabe. Luego regresó una vez más a París, dónde vive hasta el día de hoy.

En el 2005, un estudio del pensamiento de Lafif Lakhdar fue publicado en Beirut bajo el título El Abogado del Diablo. El autor, el pensador político jordano-americano Dr. Shaker Al-Nabulsi, explica que tomó el título de uno de los artículos de Lafif Lakhdar en el que se describe a si mismo como el abogado del diablo, explicando que no sólo está listo para desafiar la sabiduría común, sino también está listo para desafiar constantemente sus propios puntos de vista en busca de la verdad.

«La educación árabe-islámica convierte a un amante de la paz en un agresor, y un agresor en un terrorista»

Los puntos de vista de Lafif Lakhdar sobre el Islam y los musulmanes en Europa brotan de su forma de ver en la cuestión general de la relación entre la religión y el estado por una parte, y su forma de ver sobre la necesidad de reforma en el Islam por la otra. Un escrito que él envió para ser leído en el Congreso sobre Modernidad y la Modernización Árabe, que fue celebrado en Beirut durante el 30 de abril y el 2 de mayo del 2004, es un resumen eficaz de sus puntos de vista de estos temas. El enfoque principal del artículo es en la necesidad de transformar la educación en el mundo árabe – la educación en general, y la educación religiosa en particular, en todos los niveles de enseñanza. Este énfasis en la educación es un rasgo central del pensamiento de Lakhdar. En una paráfrasis del sarcasmo de Jean Piaget donde el sistema educativo francés vuelve al genio en un talentoso, y al talentoso en un mediocre, dijo que la educación árabe-islámica – con la excepción del sistema colegial tunecino – convierte a un amante de la paz en un agresor, y a un agresor en un terrorista.

Según Lakhdar, la razón del por qué las elites árabe-islámicas, a lo largo del mundo árabe, optan por este tipo de educación religiosa es que las elites políticas en el mundo árabe, que no tienen legitimidad social democrática, compensan esta deficiencia promoviendo la educación islamista, que es por naturaleza anti-moderna y anti-racionalista.

Para Lafif Lakhdar, el secularismo es la propia base de una sociedad saludable. Para estar seguro, no es el único pre-requisito, pero es ciertamente uno indispensable. Él define «secularismo» como la separación de la religión de la política. Él distingue tres categorías de países: teocracia, el estado secular, y países en un estado de transición entre las dos. Según Lakhdar, la teocracia fue esparcida durante la Edad Media, y mientras existe todavía en el mundo cristiano sólo en el Vaticano, en el mundo islámico existen varias teocracias: la República Islámica de Irán, Arabia Saudita, Sudán, y, hasta el 2002, el estado del taliban en Afganistán. La mayoría de los países islámicos, sin embargo, están en un estado de transición de la teocracia a un estado secular.

Lakhdar dice: «Un estado en transición de la teocracia al secularismo es uno cuya constitución determina que el shari’a [ley religiosa islámica] es la primera fuente de legislación…

«Las mujeres y los no-musulmanes en este estado de transición son ciudadanos de segunda clase, e incluso a veces ciudadanos de cero clase. Por ejemplo, a una mujer se le prohíbe participar para optar por la presidencia o incluso para un cargo menor, debido a que en muchos países islámicos las mujeres son todavía consideradas como si les faltara la inteligencia necesaria para gobernar, y faltándole la posición religiosa necesaria para realizar un ritual religioso. Los ciudadanos no-musulmanes son todavía tratados como dhimmis…»

Los musulmanes están destinados, al igual que el resto de la humanidad, a adoptar la modernidad y el secularismo

Según Lafif Lakhdar, los países árabes y musulmanes no pueden escapar de convertirse en seculares. La dirección del desarrollo histórico es hacia el secularismo, que es el sello de la modernidad. Los musulmanes están destinados, al igual que el resto de la humanidad, a adoptar la modernidad, y, como resultado, el secularismo.

«La separación de lo sagrado y lo mundano es una consecuencia de la modernidad. Mientras más lejos vayamos en la historia, más vemos que la separación de las dos es la rara excepción, mientras la regla es que están unidas, particularmente entre las tribus primitivas.

«La esclavitud psicológica de los islamistas a sus antepasados – es decir, al Profeta, sus Compañeros, y sus seguidores – paraliza sus mentes no menos que el culto antepasado [paraliza] la mente de las [tribus] primitivas. La lógica divina traída por los antepasados lo es todo, mientras la lógica humana de nuestras mentes no es nada…»

«Hasta ahora, el secularismo ha fracasado en el intento de avanzar en el mundo árabe, porque el Islam no ha sufrido todavía la reforma religiosa necesaria por el cual el Judaísmo y el Cristianismo pasaron en Europa. Una religión que ha sufrido reforma es una religión moderna que reconoce la separación de la religión y declara, y acuerda en restringirse a si misma a la esfera religiosa, siendo el estado responsable por los asuntos mundanos.

«La segunda razón del fracaso del secularismo para avanzar [en el mundo árabe] como un sistema político completo es la cobardía de los líderes políticos. El Islam no sufrió reformas en Turquía… aun así a pesar de esto, gracias al liderazgo del Kemal musulmán Ataturk, la teocracia otomana – el Califato – llego a su final, y en sus ruinas surgió un estado secular que no está avergonzado de su identidad secular».

Lakhdar resalta el papel del líder Kemal Ataturk en desembarazarse a su país de una forma medieval de régimen en uno moderno. En otras palabras, Lakhdar sugiere que los países árabes estarían mejor si sus líderes tuvieran el valor de establecer regímenes seculares como lo hizo Kemal Ataturk. Aquí podemos ver el papel dual de Lakhdar: por una parte, es un observador erudito de historia social que describe lo que ve como el resultado inevitable de desarrollo social (a saber, el secularismo); y por otro lado, es un reformista apasionado, que está ansioso de poseer el secularismo ahora y castigar a los líderes árabes por no escoger el camino hacia el progreso.

El secularismo no es anti-religioso

Lafif Lakhdar rechaza el argumento de que el secularismo es anti-religioso. Él dice que aquéllos que hacen esta denuncia o son ignorantes, o insinceros – como algunos de los líderes islamistas. La Francia secular, por ejemplo, no impide la construcción de mezquitas en el país.

De la misma forma, él declara que no existe nada que le impida al estado secular ofrecer una educación religiosa – mientras sea una educación religiosa moderna que haya sufrido reforma. Para que la educación religiosa sea modernizada y reformada, él agrega que «el alumno debe estudiar religión con la ayuda de las ciencias modernas – la historia comparativa de las religiones, la sociología de las religiones, la psicología, la antropología religiosa, la interpretación de los textos sagrados, y filosofía – para desarrollar el pensamiento crítico en las próximas generaciones.

«En Túnez», explica, «los estudiantes en la Universidad religiosa Al-Zaitouna aprenden filosofía moderna e islámica a lo largo de todos los cuatro años de estudio. Aquéllos que estudian las ciencias, incluyendo a los estudiantes de medicina, aprenden filosofía moderna a lo largo de sus estudios. No existe nada como la filosofía y las humanidades para fortalecer el pensamiento contra la propaganda política religiosa de los islamistas. Este tipo de educación religiosa moderna reformada no es meramente deseable para el estado secular en la región árabe e islámica – es una necesidad». Esto, él cree, es el antídoto para el extremismo religioso.

Lafif Lakhdar enfatiza que el secularismo no significa una ruptura con el Islam. Él explica que es una interrupción con la autocracia y la teocracia en el mundo musulmán, pero por otro lado es una renovación de otros elementos en el Islam – tales como la teología racionalista del Mu’tazila, el pensamiento filosófico musulmán, que expuso los textos santos a la interpretación de la mente humana y el sufismo, es decir, el misticismo islámico.

Lakhdar, un auto-secularista declarado, no niega un papel de la religión en la vida moderna, mientras no sea personal, privado – y, por supuesto, una forma voluntaria de religión. Él escribe que admira la experiencia mística en general, y le atraen particularmente los escritos del gran místico islámico medieval, Muhyi al-Din Ibn al-‘Arabi. (En este aspecto, la actitud de Lakhdar es recordativa de la del ex laureado Premio Nóbel egipcio, Naguib Mahfouz.)

Los musulmanes europeos deben integrarse a las sociedades europeas y adoptar valores culturales modernos

En una entrevista reciente, Lafif Lakhdar resumió sus puntos de vista sobre el asunto crucial que enfrenta a Europa y los musulmanes allí – a saber, la integración contra el multiculturalismo. «Dentro del Islam en Europa, existen dos tendencias contradictorias. [La primera es] la tendencia que insiste en la independencia cultural de los musulmanes y la separación de las sociedades europeas y la preservación de todas las costumbres islámicas – incluyendo aquéllas que están en contradicción con los valores humanos universales prevalecientes en las sociedades humanas contemporáneas, tales como la de los europeos. La otra tendencia a la que yo pertenezco, dice lo contrario: Esta insiste en la integración cultural de los musulmanes europeos en las sociedades europeas, y la adopción de los valores culturales universales de Europa, para modernizar sus valores tradicionales, la mayoría de los cuales no están adaptadas a las necesidades de nuestro tiempo».

«Esta integración necesaria no significa que dejen sus valores espirituales, sino sólo esas costumbres que contradicen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y las otras convenciones internacionales que se derivan de esta…»

Lakhdar declara que la primera tendencia – la cual puede ser nombrada la tendencia comunal – es dominante. También denota que ellos se niegan a hablar sobre los «musulmanes europeos», e insisten en referirse a los «musulmanes en Europa», como para resaltar la separación de identidad cultural entre los musulmanes y los europeos, considerando que él mismo habla de una manera determinada del «Islam europeo».

Segun Lakhdar, los islamistas han logrado su posición dominante entre los musulmanes en Europa a través de una monopolización virtual de los medios de comunicación – no sólo los medios de comunicación árabes, sino también la de los medios de comunicación franceses y europeos, que dan preferencia a portavoces que apoyan la manera de ver comunal – tal como Tariq Ramadhan – y virtualmente ignoran a muchos intelectuales árabes que están a favor de la integración (tales como Taher Ben Jaloun, Muhammad Arkoun, Malek Chebel, y el propio Lafif Lakhdar).

El flujo de petrodólares fortalece a los enemigos de la integración, y les permite establecer sus propios medios de comunicación impresos, publicar traducciones de predicadores islamistas en idiomas europeos, y enviar predicadores del Islamismo a todos los suburbios y comunidades pobres musulmanes.

Hay otro factor que opera a favor de la tendencia islamista anti-integracionista, a saber, la actitud de los intelectuales occidentales liberales. Así es cómo Lakhdar presenta este tema: «Por qué algunos de los intelectuales europeos y los medios de comunicación ingleses y americanos apoyan la tendencia de anti-integración?»

La respuesta dada por Lakhdar es tal como sigue: «La primera explicación es que es el resultado de la demagogia política: cuando el ala derechista está en el poder y toma una decisión o asume cierta posición, el ala izquierda, es decir, la oposición, automáticamente se le opone – no porque estén convencidos que las decisiones están equivocadas, sino porque deben asumir una postura diferente.

«Segundo, la culpa que se siente [a causa del colonialismo europeo]… qué afecta a muchos intelectuales europeos los empuja a apoyar las [exigencias islamistas de que las muchachas musulmanas usen] el hijab en la escuela o [la exigencia de que está bien para los musulmanes], en ocasión de la fiesta musulmana del sacrificio, el matar a la oveja en sus baños, o el derecho de las familias musulmanas para circuncidar a sus hijas».

Lafif Lakhdar enojadamente llama este acercamiento culpa «patológica» dejada de lado: «La tercera razón es el relativismo cultural, el cual es aun más peligroso que los dos factores anteriores, porque se deriva de una convicción filosófica que se ha convertido en algo aceptable en Europa, de hecho en la totalidad del mundo occidental».

Lakhdar continúa indignadamente: «Un buen juicio reconoce que existen valores humanos universales, tales como los derechos humanos, y si uno no acepta esto, entonces cada sociedad humana puede convertirse en una sociedad darwiniana, es decir, una sociedad donde ‘la supervivencia del más apto’ y la del mundo entero se convierte en una jungla gobernada por la ley de la selva».

Lakhdar explica que las bases religiosas ideológicas del acercamiento separatista, comunal es la doctrina islamista de al-wala’ w’al-bara’. Esta doctrina declara que los musulmanes deben aliarse a si mismos y sólo obedecer a los musulmanes, y que deben disociarse a si mismos de todos los no-musulmanes. La insistencia de los islamistas en el hijab – una costumbre que Lakhdar rechaza – es una de las expresiones de esta doctrina: Las mujeres musulmanas deberían tener una apariencia que las diferencie de su ambiente circundante. Él dice que el hijab, ambos en Europa y en los países musulmanes, es una expresión clara de la subyugación y humillación de las mujeres – una actitud que debe ser cambiada para que las sociedades musulmanas progresen.

Él rechaza la crítica de la prohibición del gobierno francés sobre el hijab en las escuelas, crítica que a menudo emplea el idioma de los derechos humanos y la libertad religiosa. Lakhdar argumenta que aquéllos que critican la política francesa la hacen ver como si existe una prohibición sobre el hijab en general – qué no es, por supuesto, el caso; la prohibición sólo aplica a llevar puesta la pañoleta islámica en la escuela, pero no en otra parte sea en el hogar o en público. Según Lafif, el hijab en la escuela es una forma de propaganda religiosa, y por consiguiente, debería justamente ser prohibida.

Conclusión

Los puntos de vista de Lafif Lakhdar sobre el Islam en Europa están arraigados en lo que él sostiene ser valores universales, y que los ha hecho suyos: el humanismo, el liberalismo, la democracia – todo lo cual naturalmente implica la igualdad de las mujeres y la no-discriminación sobre bases religiosas o étnicas. No es ningún secreto para el de que cree que las sociedades europeas modernas estén más avanzadas en estos aspectos que los países musulmanes árabes, y es su punto de vista de que el mundo musulmán debe adoptar las normas occidentales de democracia y separación entre la iglesia y el estado. Por consiguiente, está fuertemente a favor de la plena integración de los musulmanes en la sociedad europea. En una reciente entrevista, propuso una fuente interesante como modelo para esta integración: le recomendó a los musulmanes que adopten el antiguo principio judío del dina de-malchuta dina, o «la ley de la tierra es la unión», como la base para la ley islámica europea de la minoría – una opción de hecho atrevida. De hecho en forma, así como también en volumen, Lafif Lakhdar es una voz valerosa y original en el pensamiento árabe contemporáneo, un reformista sin rastro de apologías.

*Menahem Milson es Profesor de Estudios Árabes en la Universidad Hebrea de Jerusalén y Presidente de MEMRI