El 28 de junio del 2004, se puso fin a la ocupación de Irak oficialmente y la Autoridad Provisional de la Coalición (APC) como administradora civil de Irak dejó de existir. Dos días después del fin de la ocupación, la responsabilidad legal del ex dictador de Irak, Saddam Hussein, fue transferida a los iraquíes. Con el fin de la ocupación Saddam Hussein dejó de ser un prisionero de guerra y será juzgado en adelante ante un tribunal iraquí, según las leyes iraquíes.

Entre estricta seguridad, Saddam Hussein, con grilletes en ambas manos y pies, fue llevado ante un juez iraquí para la formulación de los cargos el 1 de julio. El acto tuvo lugar en el centro de Radhwaniyah, donde Saddam había construido uno de sus palacios más lujosos. El emplazamiento estaba lleno de animales para que Saddam y su séquito inmediato pudieran practicar su deporte favorito – la caza.

La acusación estaba programada para durar unos minutos; duró más de 40 minutos. Disfrutando de la atención de la televisión, como siempre, Saddam fue arrogante y desafiante. Insistió en ser tratado como el presidente legítimo de Irak al tiempo que cuestionaba la legitimidad del proceso, llamó a su juicio «una pantomima de Bush», y se refirió a los kuwaitíes como «perros». Respecto al bombardeo químico de la aldea kurda de Halabja, dijo haber oído de ello en la radio.

Respondiendo a la argumentación de los abogados árabes de que Saddam no puede ser procesado por un gobierno no electo, el columnista iraquí Khaled Al-Kishtainy escribió: «El hecho es que todos estos abogados árabes y todos esos intelectuales y escritores que continúan defendiendo a Saddam Hussein y proporcionando explicaciones de su conducta y glorificando su persona, han comenzado a plantar en mi corazón las semillas del racismo y a hacerme creer que hay un defecto real en nuestros genes que nos priva de usar nuestro cerebro y lógica y dar consideración a los valores humanos y a los intereses de nuestras naciones y su futuro». [1]

Lo siguiente son citas completas y exactas de las reacciones de la prensa iraquí al juicio de Saddam Hussein:

El juicio a Saddam no es productivo

El diario independiente Al-Mashriq publica los puntos de vista de los clérigos chiíes con respecto al juicio de Saddam Hussein. El trasfondo: el juicio no es productivo y Saddam debería ser colgado, y rápido. El joven clérigo chií Muqtada Al-Sadr, cuyo padre, dos hermanos, y tío fueron asesinados por Saddam Hussein, lideró la reclamación de una ejecución rápida de Saddam. Un portavoz de Al-Sadr, Aus al-Khaffaji, dijo en su sermón del viernes: «Saddam no necesita un juicio. Los que deben ser llevados a juicio son los que instaron a Saddam a que cometiera estos crímenes, empezando por la administración americana del mal».

También se dirigieron amenazas contra los abogados de Saddam. El Jeque Ra’id al-Kadhemi, en su sermón del viernes en una de las mayores mezquitas chiíes de Bagdad, Moussa Al-Khadhem, dijo: «Yo le aconsejo a los monos, a los hijos de los monos, a los abogados mercenarios que desean defender a Saddam, que no vengan a Irak porque los iraquíes les vigilarán con el ojo de un águila». También se dirigió a los partidarios de Saddam: «Yo le digo a los partidarios de Saddam y a cualquiera que intente exonerarlo que no escapará al castigo. Hemos jurado por Alá que Saddam no escapará al castigo». [2]

Saddam versus el juez

El mismo diario publicó otro artículo titulado ‘El juez y el acusado en el juicio de Saddam’. Rezaba: «Desde el aspecto técnico y propagandístico la acusación de Saddam no tuvo éxito porque proporcionó réditos negativos a aquellos que buscan desdeñar a Saddam, deshonrarlo, y le hizo parecer un acusado desconcertado que sólo podría ver la soga de ahorcar alrededor de su cuello… el juicio sirvió a Saddam más de lo que le dañó. Le mostró fuerte mientras el tribunal quería que apareciera débil y arrepentido. El juez fue el eslabón débil en el tribunal porque ni su personalidad, ni su entrenamiento legal, ni su experiencia le cualifican para interrogar a alguien como Saddam que fue moldeado por la política, pulido por la experiencia y su naturaleza sanguinaria le hizo mantenerse firme en las peores circunstancias y arrogante en las situaciones más críticas». [3]

Igualmente, en un editorial titulado ‘El acusado y los testigos ausentes’, el diario independiente Al-Mada escribió: «Saddam Hussein en carne y hueso pero sin su autoridad… El hombre que emitió veredictos colectivos con un movimiento de su dedo sin escuchar al acusado ni a los testigos y amenazó con cortar a sus víctimas en cuatro pedazos. Este hombre que nunca ha conocido en su vida ley alguna excepto la ley del terror está sentado en el banquillo de los acusados. ¿Quién lo hubiera dicho?».

Respecto a quiénes serían los testigos, el diario escribe: «…Nadie se merece más aparecer en este momento sorprendente que el medio millón de muertos en la guerra contra Irán que terminó en punto muerto. Seis mil gaseados en Halabja por gas con olor a manzana, 182 mil en la operación de Anfal [expulsión a la fuerza y a menudo asesinato de kurdos] que ya no existen más, ni siquiera en tumbas, y fosas comunes de decenas de miles de personas por todo el país tras el levantamiento de 1991. Todos ellos no pueden testificar por la simple razón de que ya no existen.

Nos preguntamos qué es lo que los abogados dirán:

«¿La guerra?. Empezada por Jomeini, y Saddam defendía la frontera oriental».

«¿Halabja?. Fue bombardeada por Irán».

«¿Y la guerra en Kuwait?. Comenzó como resultado de las provocaciones de Kuwait».

«¿Anfal?. No hay ningún testigo».

«¿Los cementerios en el sur y centro [de Irak]?. Se rebelaron y se merecían el castigo».

Qué vergüenza para el sistema legal árabe y la justicia árabe que tantos abogados se ofrecieran voluntarios para defender a un déspota, pero ninguno de ellos moviera un dedo para defender a decenas de miles de sus víctimas». [4]

Abogados iraquíes pueden defender a Saddam solos

El diario iraquí Bagdad (asociado al Partido de Acuerdo Nacional del Primer Ministro Allawi o Al-Wifaq Al-Watani ) informó que el jefe jordano del equipo de defensa deSaddam Hussein, Muhammad Al-Rashdan, «recibió una llamada telefónica de Salem Al-Chalabi, el presidente del tribunal especial iraquí que juzga a Saddam, en un intento de ‘facilitar la tarea del equipo de defender a su cliente…» Según Al-Rashdan, Al-Chalabi le informó que «de acuerdo con el derecho iraquí solamente un abogado iraquí puede exponer un caso [ante una corte iraquí], pero agregó que no estaba de acuerdo con Al-Chalabi en esta materia. También dijo que Al-Chalabi sugirió que el equipo de defensa nombrara un abogado iraquí, o permitiera al tribunal iraquí designar a uno… Al-Rashdan dijo que el equipo de defensa ya ha comenzado sus contactos para seleccionar un abogado iraquí que le acompañe en Irak …» [5]

El mismo periódico publicó un editorial del Dr. Rif’at Sayid Ahmad acerca del proceso judicial televisado, en el que lamentaba el hecho de que algunos de los iraquíes que vieron el proceso «se sintieran identificados con este déspota cuando respondió a las preguntas de un juez mucho más joven (…) ¿Es el masoquismo psicológico de las víctimas?… ¿Es el odio a la ocupación y sus consecuencias y resultados, de los cuales – en su opinión – este juicio es uno?. ¿Es el verdadero amor a lo que quiera que sea ‘árabe’ aun si es más letal e inmoral que cualquier invasor extranjero?… Y aunque no descarto esas cuestiones, sólo me queda afrontar [la explicación de que] la ignorancia de lo que este tirano ha cometido es la razón de la empatía entre los espectadores, y la cual se disipará cuando el juicio exponga gradualmente los crímenes y escándalos [que Saddam perpetró] …» [6]

El diario independiente Al-Sabah Al-Jadeed sostuvo en su editorial que «los iraquíes no serán capaces de lograr la tarea histórica de juzgar a su ex dictador sin la asistencia de la experiencia internacional y humanitaria obtenida en juicios contra el Nazismo o el Fascismo y sus herederos, tales como el derrocado dictador Slobodan Milosevic, el verdugo de los Balcanes y de las naciones yugoslavas…» El diario señala que hay varios jueces árabes excelentes, «tales como Muhammad Bajawi, el ex director del Tribunal Internacional [en La Haya] y autor de la constitución argelina, o el juez Fouad Riad, un egipcio que es un genio en derecho internacional y uno de los fundadores del tribunal internacional para los crímenes de guerraen Yugoslavia…» El diario continúa diciendo: «También necesitamos una tremenda autoconfianza para superar los precoces obstáculos que preceden al actual juicio del peor criminal en la historia internacional… En este sitiado y comprometido mundo árabe e islámico, los conspiradores y ladrones de fortunas y soberanías todavía están haciendo estragos. No están avergonzados de sus crímenes y no tienen miedo de enfrentarse a su Creador. [Por consiguiente] necesitamos una magistratura inteligente que no sólo procese a los verdugos, sino que sentará a sus colaboradores directos e indirectos en el banquillo de los acusados, porque contribuyen a la derrota de la nación y a denigrar al pueblo que es el [verdadero] dueño de [su] soberanía y fortuna …» [7]

El diario Al-Sabah, publicado por la Red de Información Iraquí, dijo en su editorial que «el juicio del depuesto tirano representa enormes cambios políticos, informativos y judiciales en Irak… Uno de esos cambios ha sido nuestra necesidad de un ‘ex soberano’, porque todos los soberanos iraquíes durantes cientos de años, con algunas honrosas excepciones, permanecieron en el poder de por vida… y no abandonaron su posición excepto al morir, o al ser asesinados a manos de revolucionarios… Desearía que hubiéramos tenido muchas más ‘excepciones’, y muchos más ‘ex presidentes’ que se unirían de nuevo a las filas de la ciudadanía al final de su presidencia, para ser seguidos por otros – no a través de un golpe militar, sino mediante elecciones libres, honestas y periódicas (…)» [8]

¿Es Saddam inocente?

El diario independiente Al-Shira’ planteó la cuestión de la inocencia de Saddam en un editorial de Qahtan Al-Shimri, quién señaló que las cadenas de televisión por cable y las magistraturas árabes consideran a Saddam inocente y mantienen que no debía haber sido arrestado o juzgado. El artículo continúa enumerando los crímenes de Saddam contra Irak y contra el pueblo iraquí y dice que despilfarró territorios iraquíes en su guerra contra Irán, regalándoselos a Kuwait, Arabia Saudí, Turquía y Jordania y que causó la muerte de tres millones de civiles iraquíes y miembros del ejército. Además de eso, dice el periódico, las ejecuciones y el uso de armas químicas le hicieron peor que cualquier «Faraón» [léase tirano] en la historia. El escritor lanza una crítica despiadada al equipo de abogados jordanos y a otros árabes «que, con su lógica, condenan al inocente y embellecen al criminal. Y dado que el nuevo gobierno no es legítimo [en su opinión], porque no fue electo, animan a los criminales y ladrones a que se aprovechen de esta oportunidad dorada para seguir descuartizando, matando, y robando con impunidad…» [9]

En otro editorial, el mismo diario se refiere al equipo de defensa de Saddam como «mercenarios que vendieron su conciencia y traicionaron el honor de su profesión… estos mercenarios conocen exactamente la dimensión de los crímenes de su cliente, pero menosprecian la justicia, el honor y la moralidad…» El autor del artículo, ‘Adel Al-Samawi, también ataca a los abogados jordanos y a otros árabes que son miembros del equipo de defensa y dice que «no se dan cuenta que el nacionalismo árabe significa el pueblo y no un soberano criminal que terminó en el vertedero de la historia…» El escritor continúa diciendo que «la Mafia de Tikrit» ha estado intentando movilizar activamente a los musulmanes en países occidentales, que no tienen conocimiento alguno del pueblo iraquí, e intentando extender su veneno y convencerles de que el pueblo iraquí está «derramando lágrimas por la partida de su comandante…» Al final de su artículo, el escritor defiende la prohibición «a estos mercenarios de venir a Irak nunca más». [10]


[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 6 de julio del 2004.

[2] Al-Mashriq (Bagdad), 3 de julio del 2004.

[3] Al-Mashriq (Bagdad), 3 de julio del 2004.

[4] Al-Mada (Bagdad), 3 de julio del 2004.

[5] Baghdad (Irak), 5 de julio del 2004.

[6] Baghdad (Irak), 4 de julio del 2004.

[7] Al-Sabah Al-Jadeed (Bagdad), 5 de julio del 2004.

[8] Al-Sabah (Bagdad), 5 de julio del 2004.

[9] Al-Shira’ (Bagdad), 5 de julio del 2004.

[10] Al-Shira’ (Bagdad), 5 de julio del 2004.

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