En un sermón del Viernes siguiendo a la caída de Bagdad, el Líder Supremo de Irán ‘Ali Khamenei se enfocó en los recientes eventos en Irak. Su sermón, dado en Arabe en la Universidad de Teherán, fue aparentemente dirigido hacia el pueblo Iraquí y el mundo Arabe entero.

Mientras Khamenei continuaba haciendo declaraciones hostiles acerca de los Estados Unidos – el anterior presidente Iraní Ali Akbar Hashemi Rafsanjani, quien actualmente encabeza el poderoso Concejo Conservador de Conveniencia, tomó un punto de vista realista de las nuevas circunstancias y mostró pragmatismo. En una entrevista, él le dijo al periódico Iraní Rahbord [«Estrategia»], publicado por el Centro de Investigación Estratégica de Irán, de que él no excluyó cambios en la actitud tradicionalmente hostil de Irán hacia los Estados Unidos (y Egipto), y notó que aunque los Estados Unidos fue percibido por Irán como una amenaza – o quizás precisamente debido a esto – un cambio en las tácticas podría ser una buena manera de mejorar las posiciones de Irán.

Al parecer, este acercamiento pragmático respecto a los Estados Unidos es el globo de ensayo para las reacciones de los altos oficiales conservadores Iraníes a la caída de Bagdad (Irak, se recordará, fue el primero de los tres países del «eje de mal»). La posición de Rafsanjani surgió también al parecer como resultado de las crecientes aprehensiones de Irán con respecto a la posición de los Estados Unidos hacia sus esfuerzos por adquirir armas nucleares.

Incluso antes de la guerra, la política Iraní fue apuntada a prepararse para cualquier eventualidad[1]– pero las declaraciones de Rafsanjani fueron más extensas que cualquier declaración anterior por líderes Iraníes con respecto a los Estados Unidos. Aunque Rafsanjani es mejor conocido por sus puntos de vista conservadores extremistas, él ha sido el primer lider pos-revolucionario Iraní de emitir declaraciones pragmáticas, empezando en 1983.

Rafsanjani sobre el Futuro de las Relaciones con los Estados Unidos.

«Es verdad de que en los primeros años después de la Revolución Islámica de Irán en 1979, los expertos experimentados del Ministerio del [Exterior] huyeron del país o fueron despedidos… Entonces un grupo de jóvenes tomó los asuntos del ministerio. Pero ejecutar los asuntos del ministerio requiere conocimiento, especialización, y prudencia… Nosotros no debemos estar predispuestos. Hemos perdido muchas oportunidades en el pasado, hemos tomado medidas impropias o nunca hemos hecho ningún movimiento, y también hemos tardado las decisiones.»[2]

Rafsanjani mencionó comentarios por el Ayatola Ruholla Khomeini al efecto de que podrían pasarse por alto los deberes religiosos más importantes de los Iraníes siempre que el sistema lo requiera, y aplicó ese principio a las circunstancias contemporáneas: «Siempre que venga a nuestra experiencia, podemos resolver desde el punto de vista del Islam cualquier problema extranjero que esté amenazándonos… Nuestra ideología es flexible. Nosotros podemos escoger nuestra conveniencia en base al Islam. Todavía, para poner al país en riesgo en el terreno en que estamos actuando en una base Islámica no es del todo Islámico.»[3]

Rafsanjani agregó que el problema de relaciones con los Estados Unidos pudiera resolverse en una de dos maneras. La primera es por referéndum, con la aprobación del Majlis (el Parlamento) y el Líder Supremo ‘Ali Khamenei, y la segunda es «referir el problema al Concejo de Conveniencia, y lo discutiremos y anunciaremos lo que es ventajoso [es decir lo que es de mayor interés para el país]. Claro, el líder tiene que aprobarlo, también… Cuando un asunto se convierte en un problema se le refiere al Concejo de [Conveniencia] para tomar una decisión sobre esta… Cuando nosotros aprobamos un asunto, lo enviamos al [Supremo] Líder, quien normalmente lo acepta. Si el asunto de las relaciones con los Estados Unidos y Egipto es considerado un problema, el Concejo puede estudiarlo.»[4]

Rafsanjani agregó que el Líder Supremo Khamenei habitualmente no interfiere directamente en la toma de decisiones con respecto a la constitución, o incluso la actuación de las instituciones estatales, excepto en casos muy especiales: «Está claro que los problemas con los Estados Unidos y Egipto existen, y hemos tenido estos problemas desde la era del difunto fundador de la Revolución Islámica, Imán Khomeini. Sin embargo, el Líder Supremo tiene sus propias consideraciones con respecto a estos casos.» Rafsanjani agregó que el proceso de la toma de decisiones del Ministerio del Exterior debe acelerarse «cuando es obvio lo que estamos a punto de hacer.»[5]*Ayelet Savyon es Director del Proyecto de los Medios de Comunicación Iraní


[1]Véase Información y Análisis de MEMRI No. 128,

http://www2.memri.org./bin/articles.cgi?Page=countries&Area=iran&ID=IA12803

[2]IRNA, 12 de abril del 2003. Rafsanjani dijo en una entrevista que en el pasado, el Ministerio del Exterior Iraní consultaría con el Líder Supremo al tomar decisiones, pero agregó que esto era innecesario y que el ministerio era capaz de dirigir sus asuntos por si mismo sin transferirlos a otros cuerpos ministeriales..

[3]IRNA, 12 de abril del 2003..

[4]IRNA, 12 de abril del 2003.

[5]IRNA, 12 de abril del 2003..

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