La desaparición del periodista saudita Jamal Khashoggi, quien ingresó al Consulado saudita en Estambul el 2 de octubre, 2018 y nunca fue visto saliendo de este, es un tema con tendencia actual en la prensa árabe, particularmente en la prensa saudita. Khashoggi, a quien algunos elementos turcos suponen fue asesinado por los sauditas dentro del consulado, es un veterano periodista saudita muy conocido en el mundo árabe, especialmente por sus críticas hacia el régimen saudita y su apoyo a la Hermandad Musulmana. En el último año Khashoggi incluso se mudó a los Estados Unidos temiendo por su vida y comenzó a escribir una columna en el diario Washington Post; en este, fue duramente crítico del Príncipe Heredero a la Corona saudita Muhammad bin Salman.

(Jamal Khashoggi. Fuente: Jamalkhashoggi.com)

Antes de la desaparición de Khashoggi y desde su traslado a los Estados Unidos, hubo numerosos artículos en la prensa saudita que le atacaron, particularmente en el diario ‘Okaz. Los artículos le acusaron de traicionar a su país, lo igualaron con los líderes de Al-Qaeda y del EIIS y lo describieron como el estar al servicio de los enemigos de Arabia Saudita, comenzando con Turquía, Irán y Qatar, por codicia. Tres días después de su desaparición, un artículo similar lo llamó «conspirador con ideas reaccionarias» leal a los enemigos del estado y está trabajando «para influir en la opinión pública [en contra de Arabia Saudita] y de socavar la seguridad y la estabilidad en el país».

Sin embargo, aproximadamente una semana después de su desaparición, justo cuando las acusaciones de que Arabia Saudita decían que lo habían asesinado en el consulado de Estambul llegaron a su punto máximo, hubo un cambio en el tono de los artículos publicados en la prensa saudita sobre su persona. Los artículos ahora expresaban la preocupación del país por él y la esperanza de saber que se encontraba vivo y bien. Estos artículos también niegan que Arabia Saudita haya intervenido en su presunto asesinato, argumentando que el país no tenía antecedentes de eliminar a los opositores de esa manera y que tal acto en cualquier caso causaría más daño que bien. También declararon que Turquía, Irán y Qatar y el canal de televisión qatarí Al-Jazeera TV, al tratar de involucrar a Arabia Saudita en un asesinato, se implicaban esencialmente a sí mismos.

Este informe establecerá el cambio de tono en la prensa saudita respecto a Khashoggi, antes e inmediatamente después de su desaparición y una semana después.

Prensa saudita sobre Khashoggi antes e inmediatamente después de su desaparición: Traidor y colaborador

Columnista de ‘Okaz Ahmad Al-Shamrani: «Uno que nos traiciona, Jimmy no tiene lugar entre nosotros»

El 15 de junio, 2018 Ahmad Al-Shamrani escribió en su columna del diario saudita ‘Okaz: «No tengo nada que decir sobre Jamal Khashoggi, excepto que es un traidor y se ha convertido en lo mismo que el apóstata ‘Abd Al-Bari ‘Atwan [el editor de Raialyoum.com y conocido por sus críticas al régimen saudita]. Pero ‘Atwan no tiene nada que ver con nosotros, excepto porque una vez trabajó en un diario saudita,[1] mientras que Jimmy [Jamal Khashoggi] solía predicar el patriotismo y veía a los que confrontaban al líder y a la patria como traidores que debían ser procesados. Eso es lo que dijo. Y ahora se ha convertido en el tipo de persona contrario a la que nos advirtió. Pobre desolado, Jamal… Te has convertido en un sirviente de Turquía y Qatar y quizás también del tercer bando [de este triángulo], Irán. Esto no es de sorprender, porque cualquiera que traicione a la patria donde vive y estudia es fácilmente [tentado por] el dinero…

«Tus maestros te agotan, te arrastran de un podio al otro para que calumnies a Arabia Saudita y sus costumbres. En realidad, me compadezco cuando te veo respirar con dificultad al micrófono, repitiendo lo mismo una y otra vez, mientras que la mitad de lo que yo digo no puede ser escuchado por tu pesada respiración, Oh Jimmy. Fue Arabia Saudita, a la que tú maldices, que te enseñó y te sacó de las cuevas de Afganistán [donde eras un combatiente yihadista] para convertirte en una personalidad de los medios de comunicación y editor jefe de varios artículos. Son nuestros líderes quienes colocaron el ‘iqal[2] sobre tu cabeza y te enseñaron que la nacionalidad es la primera prioridad y no se debe negociar en base a ello. ¿Cómo fue que cambiaste tu ‘iqal por un turbante [utilizado por los turcos e iraníes] y tu túnica saudita por unos pantalones que posiblemente fueron elegidos para ti [por otra persona]?… Uno que nos traiciona, Jimmy, no tiene lugar entre nosotros… Nuestro honor como sauditas, incluyendo a tus familiares, no nos permite aceptar que seas parte de nuestra patria…»[3]

Columnista de ‘Okaz Muhammad Al-Sa’ed: Khashoggi es parte de una alianza satánica que busca perjudicar a Arabia Saudita

En su columna del 17 de septiembre, 2018 en el diario ‘Okaz, el columnista saudita Muhammad Al-Sa’ed clasificó a Jamal Khashoggi con los líderes del EIIS y Al-Qaeda como parte de una alianza que intenta dañar y perjudicar a Arabia Saudita y al Príncipe Heredero Muhammad bin Salman: «Estimado [lector] saudita, hay quienes desean que crean con todo su corazón que Qatar, Turquía, Irán, los houthis, la Hermandad [musulmana], Hezbolá, Al-Qaeda, [los disidentes sauditas] Sa’d Al-Faqih y [Muhammad] Al-Mas’ari, el Al-‘Ahed Al-Jadid [la cuenta Twitter anti-saudita], Al-Maffak [«el Destornillador», un nombre peyorativo dado al opositor Dr. Ahmad bin Sa’id], el [líder de Al-Qaeda] Al-Zawahiri, Jamal Khashoggi y [el líder del EIIS] Abu Bakr Al-Bagdadí, todos desean solo la prosperidad, el crecimiento y un futuro [feliz] para el reino [saudita] y que permanezcan despiertos por la noche buscando [formas] para realizar los intereses y aspiraciones de los sauditas y [salvaguarden] su seguridad y protección…

«¿Saben que [Sa’d] Al-Faqih, [Muhammad] Al-Mas’ari, Ghanem Al-Dosari, Madawi [Al-Rashid] y los otros traidores en Londres reciben un flujo constante de dinero por su ‘traición’, ‘sin ningún tipo de dificultad?… Oh, [lector] saudita… ¿realmente crees que la hostilidad de Qatar, Irán, los houthis, la Hermandad Musulmana… y los exiliados [es decir, los disidentes sauditas] en Londres, Berlín y Washington… hacia el Príncipe a la [Corona] Muhammad bin Salman nace de su preocupación por los intereses del reino? [¿Realmente creen] que no planean convertirnos en una nación apátrida, en refugiados sin hogar [acampando] en las fronteras de Turquía y Somalia o ahogándose en las aguas de Europa en busca de un lugar para nosotros y nuestros hijos…?

«Hoy intentan demonizar al Príncipe Muhammad bin Salman y asesinar moralmente [su figura]… y quieren que creamos que lo hacen todo por nuestro bien y por nuestro futuro…

«Esta satánica alianza libra una guerra [contra Arabia Saudita] alimentada por un billón de dólares tomados de los ingresos del petróleo y del gas de Qatar, [por los sueños turcos] de construir un [nuevo] imperio otomano y por el odio de la Hermandad Musulmana y su aspiración de tomar Meca y Medina para de esta manera poder actualizar sus agendas y esclavizar a la población de [este] reino. Y todo esto [está sucediendo] mientras el Medio Oriente atraviesa momentos difíciles llenos de traiciones, fraudes, conspiraciones y peligros. En esta guerra [contra los enemigos de Arabia Saudita] no existe lugar para la buena voluntad, acuerdos o una diplomacia blanda, ya que es cuestión de vida o muerte».[4]

Columnista de ‘Okaz Ahmad ‘Ajab Al-Zahrani: Khashoggi conspira con los enemigos del estado

En su columna del 5 de octubre, 2018, solo tres días después de la desaparición de Khashogli, Ahmad ‘Ajab Al-Zahrani escribió: «Cuando Jamal Khashoggi apoyaba las ideas equivocadas del yihad y fue un entusiasta seguidor de la ideología de Al-Qaeda y cuando pasó tiempo con los líderes de esta organización y les entrevistaron en los frentes de batalla de Afganistán, nadie se levantó y preguntó: «¿Quién secuestró a Khashoggi?» Cuando este se alió absolutamente con la Hermandad Musulmana terrorista y comenzó a promocionar los «logros del Islam tolerante» en Turquía, pidiendo a todos los demás que aprendieran una lección de su experiencia, nadie se puso de pie y preguntó: «¿Quién secuestró a Khashoggi?» Incluso cuando de repente este se marchó de [Arabia Saudita] y se estableció en el exilio, en los Estados Unidos, cuando mostró lo afilado de su pluma disidente contra el país donde creció y estudió, [escribiendo una columna] para El Washington Post, nadie se puso de pie y preguntó: ‘¿Quién secuestró a Khashoggi?’ Pero cuando entró libremente en la Embajada de Arabia Saudita por segunda vez, para obtener documentos relacionados a su matrimonio y luego emergió de ella, aparecieron informes e historias sobre él, titulados ‘¿Quién secuestró a Khashoggi?’

«Jamal Khashoggi ya fue secuestrado hace muchos años por las organizaciones musulmanas extremistas y se convirtió en un hombre diferente: un conspirador con ideas reaccionarias que no dudan ni por un momento en mostrar lealtad y respeto por los enemigos del estado, sean estas facciones o los así llamados estados como Qatar. Cuando nuestro hermano [país] Bahréin le permitió transmitir su canal Al-Arab desde su tierra, este lanzó al aire [ese canal] con un programa en el que apuñaló por la espalda a [Bahréin] con su daga envenenada: Este recibió al opositor Khalil Marzouq y le dio la oportunidad de acusar y atacar a las autoridades de Bahréin por revocar su ciudadanía, junto a la de otras 72 personas. Esto forzó a Bahréin a tomar medidas para cerrar el canal y despedir a sus trabajadores, 24 horas luego de su lanzamiento.

«En uno de sus artículos disidentes, [escrito] fuera de los limites de Arabia Saudita, Jamal Khashoggi escribió: «Me siento triste cuando hablo con amigos sauditas en Estambul y Londres, quienes [como yo] también han elegido vivir en el exilio. Somos al menos 7 de nosotros. ¿Nos convertiremos en el núcleo de una diáspora saudita?’ Esta fue una admisión implícita de que este está en contacto con traidores contra la patria que han huido a esos países, principalmente Sa’d Al-Faqih[5] y Ghanem Al-Dosari.[6] Además, una vez más este expresó de manera explícita sus objetivos terroristas, es decir, sacudir a la opinión pública [contra Arabia Saudita] y socavar la seguridad y estabilidad en el país en aras de objetivos personales y sectarios.

«No sé por qué solo existe una opción, es decir, que Khashoggi fue secuestrado, cuando todas las opciones son igualmente posibles, por ejemplo, que fue recibido de una manera civilizada [en el consulado], tal como corresponde a su [prominente] condición, a pesar de sus opiniones disidentes. Tal vez se dio cuenta de su error y sintió que huir constantemente no le salvaría de sus dolores de conciencia y que todas las leyes internacionales que protegen a los solicitantes de asilo político no le brindarán la tranquilidad que disfrutó en su tierra natal. Así que abandonó el consulado en secreto y contempló en silencio regresar a Arabia Saudita y entregarse, para así recibir una sentencia mucho más ligera. Esta es la decisión que lo liberará de sus ataduras e ideas equivocadas y de las organizaciones extremistas que lo han mantenido como rehén en las últimas décadas. Esta es la decisión que proveerá un final feliz a la historia titulada «¿Quién liberó a Khashoggi y lo regresó a la patria?»[7]

Tras acusaciones de que Arabia Saudita es culpable de asesinato, la prensa saudita cambia su tono: Preocupación por Khashoggi, hay esperanza de que esté vivo y se encuentre bien

Editorial del diario Al-Riyadh: Arabia Saudita se le ve más preocupada por Khashoggi que cualquiera; las acusaciones son falsas y están desconectadas de la realidad

El editorial del 8 de octubre, 2018 del diario Al-Riyadh objetó los informes que sugirieron la participación de Arabia Saudita en la desaparición de Khashoggi, especialmente los informes de Al-Jazeera TV cuya señal se origina desde Qatar: «Los medios de comunicación que pretenden ser profesionales, pero que los hechos muestran que están lejos de cualquier apariencia de profesionalismo, confiabilidad o equilibrio [en la presentación de sus informes] caen en desconcertantes contradicciones en sus informes sobre la desaparición del periodista Jamal Khashoggi en Estambul. Esto se debe a que no informan los hechos, tal como se supone deben hacer, sino que los ignoran e inventan [hechos] que corresponden a sus inclinaciones y metas de perjudicar al reino [saudita] en todas las formas posibles.

«[Esto es] especialmente [cierto] del canal qatarí Al-Jazeera, que pretende ser profesional y confiable en su cobertura de eventos, pero prueba una y otra vez que está muy distante de ser profesional y confiable… En cambio de cumplir con su verdadero deber en los medios de comunicación, este comenzó a buscar información, interesándose menos en la fuente o la confiabilidad de esta información que en su [capacidad de] crear un alboroto que solo existe en la imaginación enfermiza de los que toman las decisiones del canal. Este concluyo sus investigaciones sin ninguna evidencia tangible que probara lo que este trataba de probar. Los programas que se transmitieron en el canal y los invitados a comentar sobre la desaparición del periodista Jamal Khashoggi estaban repletos de relatos falsos, en un intento desesperado por exagerar acusaciones que no guardan relación con la realidad.

«El reino saudita es un estado muy preocupado por sus ciudadanos y tiene un rico historial de cuidado por ellos y de manejar sus asuntos, dondequiera que se encuentren. Este no emplea la política de otros países que actúan en secreto. Al contrario. Todos sus asuntos son llevados a cabo de forma abierta y a la vista, especialmente cuando se refieren a la seguridad del estado y a sus ciudadanos, ya que no tenemos nada de qué avergonzarnos ni nada que ocultar. En cuanto a la desaparición del periodista Jamal Khashoggi Arabia Saudita exigió develar lo que le sucedió antes que otros, porque está más preocupado por su destino que nadie y no aceptará negociar sobre la seguridad y los intereses de sus ciudadanos».[8]

Columnista de ‘Okaz expresa su esperanza de que Jamal se encuentre bien y dice que Qatar, Turquía e Irán están tratando de tejer un escenario, pero ese mismo escenario los implica

Hamoud Abu Talib escribió en su columna del 8 de octubre en ‘Okaz que para este momento la preocupación por la seguridad de Khashogui eclipsa naturalmente las disputas ideológicas con él. Al mismo tiempo, este subrayó que Arabia Saudita no recurre al asesinato político, sino que cumple con sus obligaciones morales hacia sus ciudadanos, a pesar del hecho de que el «eje del mal» qatarí-turco-iraní intenta presentar una imagen diferente. Este escribió: «Tuve numerosos y profundos desacuerdos con Jamal Khashoggi junto a muchas disputas con él cuando escribí para [el diario saudita] Al-Watan y él tenía el cargo de editor jefe del diario… A pesar de esto, mi única esperanza en este momento es que este se encuentra bien y que pronto escucharemos noticias de que está sano y salvo. Después de todo, es un hombre de familia con esposa e hijos y como ciudadano de mi país tiene derecho a vivir allí y a disfrutar de la solidaridad [de sus compañeros sauditas]. En cualquier caso, este no es el momento de recordar nuestras diferencias y sus ofensas contra [su] país.

«El ruido y alboroto por su desaparición sospechosa en Turquía tras su visita al consulado saudita, indica que existe un misterio peligroso en torno a su desaparición, que no le sirve a nadie más que a aquellos que desean distorsionar el buen nombre de Arabia Saudita. Arabia Saudita ya ha anunciado oficialmente, en más de una manera, que está interesado en descubrir qué le sucedió a su correligionario [Khashoggi]. El Consulado de Arabia Saudita en Estambul ha abierto sus oficinas a los medios de comunicación; Arabia Saudita ha enviado un equipo oficial para que investigue el misterio de su desaparición; y todos los elementos relevantes cumplen con su obligación moral y nacional hacia este ciudadano saudita. Pero el eje del mal, representado por el triángulo qatarí-turco-iraní junto a las milicias y mercenarios que le siguen, está tratando de crear un escenario diferente, implicando de lleno, antes que nadie [a estos tres países].

«La historia de Arabia Saudita no conoce asesinatos por parte de los [aparatos] de inteligencia. De lo contrario, hubiesen utilizado [este método] contra aquellos que representaban una mayor amenaza en varios períodos. Arabia Saudita aún recurre a [medios] pacientes y de moral y no le presta atención a alguien que los critica desde fuera [de su territorio], incluso si este se considera a sí mismo opositor y lo lastima severamente…»[9]

Columnista del diario Makkah: «El daño causado por lastimar a periodistas o hacer que estos desaparezcan es mucho peor que el daño que pudiesen causar sus palabras»

En su columna el 8 de octubre en el diario Makkah, el periodista Abdallah Al-Mazhar argumentó que las acusaciones de que Arabia Saudita había de alguna manera lastimado a Khashoggi no tienen sentido, ya que atacar a Khashoggi le causaría más daño a su reputación que cualquier artículo que un periodista pudiese escribir. Este escribió: «Creo que es absurdo y poco profesional pensar que el gobierno saudita se encuentra entre los elementos que se benefician en lastimar a [Khashoggi], tal como afirman los medios de comunicación. Lo contrario es cierto: es el gobierno saudita y su reputación que sufren más por incidentes tales como estos. El daño causado por atacar a periodistas y hacer que desaparezcan es mucho mayor que cualquier daño que pueda ocasionar un artículo de cualquier periodista o pensador. Si la idea es que se pueda decir que un artículo u opinión distorsionan la reputación de la patria, entonces torturar o causar la desaparición de los autores [de tales artículos] oscurece la reputación [de la patria] en su totalidad…

«Desde que sucedió la desaparición de [Khashoggi], aquellos que lloran por él anhelan el momento en que se demuestre que se ha ido para siempre y no lo contrario, porque su desaparición es mucho más útil para ellos que su presencia. Más aun, su reaparición o retorno será obviamente inútil [para ellos], revisándolo minuciosamente de antemano.

«Es posible que todo el tema sea un asunto criminal que no tiene nada que ver con política o los políticos, pensamientos u opiniones. Tal vez aquellos que lastimaron a Khashoggi o lo hicieron desaparecer ni siquiera le conocían. Sin embargo, fue [solo] después que [las partes interesadas] pensaron en cómo aprovecharse de la desaparición e inventaron historias que se adaptaban a sus agendas obvias a cualquiera con 3 dedos de frente medio…»[10]


[1] ‘Atwan escribió para el diario saudita Al-Madina y también para el diario en Londres Al-Sharq Al-Awsat.

[2] La banda solía asegurar el tocado al cabello kefiyya, siendo este un símbolo del arabismo.

[3]Okaz (Arabia Saudita), 15 de junio, 2018.

[4]Okaz (Arabia Saudita), 17 de septiembre, 2018.

[5] Sa’d Al-Faqih, disidente islamista saudita, fundó el Comité para la Defensa de los Derechos Legítimos en Arabia Saudita (CDDL) en 1993 y luego huyó a Londres, donde fundó el Movimiento para la Reforma Islámica en Arabia. Se encuentra muy activo en las redes sociales, expresando posturas que se oponen al régimen saudita y a sus políticas.

[6] Ghanem Al-Dosari es un activista saudita de los derechos humanos, satírico político y opositor al régimen, muy conocido por sus críticas a la familia real saudita.

[7]Okaz (Arabia Saudita), 5 de octubre, 2018.

[8] Al-Riyadh (Arabia Saudita), 8 de octubre, 2018.

[9]Okaz (Arabia Saudita), 8 de octubre, 2018.

[10] Makkah (Arabia Saudita), 8 de octubre, 2018.