La ciudad de Kirkuk con su población kurda, árabe y turcomana de 700,000 habitantes servirá como una prueba crítica a la habilidad del gobierno democrático emergente en Irak para idear compromisos laborables entre las diversas poblaciones y demandas conflictivas mientras preserva la integridad nacional del país.

Los kurdos mantienen que la ciudad es el corazón de Kurdistán y debería ser integrada a la región del Kurdistán en Irak, la cual comprende actualmente los tres ayuntamientos de Dahouk, Irbil y Sulaymaniya. Las dos minorías en la ciudad, los árabes y los turcomanos, desean mantener a Kirkuk como parte del Ayuntamiento de Ta’mim, el cual no es parte del Kurdistán iraquí. Algunas fuerzas políticas claves iraquíes, así como también tres países vecinos con las minorías kurdas – principalmente Turquía pero también, en menor grado, Irán y Siria – favorecen la exclusión de Kirkuk del control kurdo. La controversia alrededor de Kirkuk está bien resumida en una declaración del diario de Londres Al-Hayat: «Kirkuk es la joya en el trono kurdo y un barril de pólvora respecto a la unidad de Irak.» [1]

La historia reciente del kurdistán iraquí

Los dos partidos principales kurdos, la Unión Patriótica de Kurdistán a manos de Jalal Talabani y el Partido Democrático de Kurdistán a manos de Mas’oud Barzani, llevó una lista conjunta de candidatos en las recientes elecciones iraquíes celebradas el 30 de enero, 2005. La lista conjunta recibió algo más del 25 por ciento de los votos, los cuales se tradujeron en 75 escaños en la Asamblea Nacional de los 275 escaños. El grupo kurdo surgió como el segundo mayor en la nueva Asamblea Nacional, segundo sólo a la Alianza Iraquí Unida shi’ita, la cual ganó 140 escaños.

Los dos partidos kurdos no siempre han estado de buenas. De hecho, en 1994 los dos bandos batallaron entre si por el control de la región kurda. En agosto de 1996, Barzani buscó la ayuda de Saddam Hussein, quien prontamente envió un ejército de 30,000 hombres en apoyo al bando de Barzani. Luego, bajo presión de los Estados Unidos, el cual había estado proporcionando cobertura aérea bajo la política de zona de vuelo no permitida al norte de Irak desde la derrota militar de Saddam en 1991, los dos partidos kurdos firmaron un acuerdo en Washington en 1998 para poner fin a la guerra civil. Bajo el acuerdo Kurdistán fue dividido en dos zonas: una zona occidental, con su capital en Irbil, la cual llegó al mando de Barzani, y una zona oriental, con su capital en Sulaymania, la cual llegó al mando de Talabani. Cada zona tenía su propio gobierno, su primer ministro y un parlamento democráticamente electo. Eventualmente un parlamento conjunto surgió de cuyos miembros fueron también electos democráticamente. A todas estas, las dos zonas kurdas han prosperado económicamente bajo gobiernos democráticamente electos. Kurdistán también sigue siendo la única área en Irak que ha podido protegerse a si misma, casi en su totalidad contra actos de terrorismo. Kurdistán sigue siendo un sitio de popular de veraneo para muchos bagdadis que buscan escapar al calor debilitante de los meses de verano en su ciudad.

La arabización de Kirkuk

Tradicionalmente kurda, la ciudad de Kirkuk comenzó a sufrir un proceso de arabización a mediados de los años 30 cuando el descubrimiento de petróleo en la ciudad generó un flujo de árabes y turcomanos a la efervescente industria del crudo. El proceso de arabización, a saber el establecimiento de árabes iraquíes en la ciudad para cambiar su estructura demográfica, continuó a lo largo del reino de la monarquía Hashemita, pero fue mayormente acelerada bajo el régimen Baathista de Saddam Hussein con la introducción de nuevas y extremas medidas para destruir a los pueblos kurdos y forzar la deportación de sus pueblos a otras partes de Irak bajo la operación «Anfal» en los años 90. [2]

En plenitud a la operación Anfal, Saddam expulsó tanto como a 150,000 (algunos dicen 250,000) kurdos y turcomanos a las regiones del sur de Irak y los reemplazó con árabes iraquíes. Aquellos que se resistieron a la reagrupación fueron tratados con severidad, tal como fue evidenciado por las tumbas en masa descubiertas seguido al colapso del régimen.

Como resultado a la política de arabización, cientos de miles de kurdos y turcomanos han sido obligados a vivir en tiendas de campaña durante varios años y muchos de ellos, hasta el día de hoy, viven en condiciones paupérrimas esperando ser restaurados a sus antiguos hogares. Para los kurdos, esto es un asunto de derechos humanos.

Como resultado a la política de arabización, cientos de miles de kurdos y turcomanos han sido obligados a vivir en tiendas de campaña durante varios años y muchos de ellos, hasta el día de hoy, viven en condiciones paupérrimas esperando ser restaurados a sus antiguos hogares. Para los kurdos, esto es un asunto de derechos humanos. Los kurdos insisten en que las consecuencias de la arabización deben ser revertidas reagrupando a los árabes en sus provincias de origen, principalmente al sur de Irak; esto restauraría a los kurdos su peso demográfico histórico. En palabras de Mahmoud Othman, miembro kurdo del anterior Concejo de Gobierno iraquí, la anexión de Kirkuk en una región kurda no significa «kurdicidar» a la ciudad sino remover las reliquias de su arabización. Según Othman, el censo de 1959 había mostrado una mayoría de kurdos en Kirkuk y esa mayoría debería ser el único criterio en determinar su futuro. [3] Por contraste, los turcomanos, trabajando estrechamente con los árabes, argumentan de que Kirkuk es una ciudad predominantemente turcomana y debería seguir siendo parte de un Irak unificado. Turquía apoya sus demandas y ha amenazado con usar la fuerza para frustrar las denuncias kurdas por Kirkuk.

La importancia simbólica de Kirkuk

En una declaración llevada por el semanario iraquí Al-Shahid Al-Mustaqill («El Testigo Independiente»), Talabani argumentó que Kirkuk tuvo «una importancia simbólica» debido a las políticas de limpieza étnica practicadas por el régimen anterior. «Nuestra lucha por Kirkuk», afirmó, «es una lucha por el destino» para restaurar a todas las áreas kurdas liberadas, incluyendo Kirkuk y sus alrededores, «hasta el corazón de Kurdistán». Enfatizando el recientemente adquirido peso político de los kurdos, sostenido en parte por su alianza con los Estados Unidos, Talabani dijo, «El momento de traicionar a los kurdos se ha ido para siempre.» [4] Una fotografía de Talabani quien le despliega al Consejo de Gobierno de Irak un primer mapa del siglo veinte donde muestra a Kirkuk como parte de Kurdistán adorna muchas paredes y edificios públicos en Kurdistán. [5]

Mas’oud Barzani, el otro líder kurdo, ha ido incluso más lejos. En una reunión con miembros de su partido, Barzani ha dicho que Kirkuk es «el corazón de Kurdistán» y expresó su buena voluntad de los kurdos para ir a la guerra «por la causa de proteger a esta identidad y [retener] los beneficios que los kurdos han ganado desde finales de la guerra del [2003].» [6]

En una entrevista con el diario de Londres Al-Hayat, Barzani declaró: «Mi padre se sacrificó a si mismo y a su revolución en 1974 por la causa de Kirkuk. Si fuésemos forzados a combatir y perder todo lo que hemos logrado nosotros no negociaríamos [aun] sobre la identidad de Kirkuk de ser el corazón de Kurdistán.» [7]

La base legal para las denuncias kurdas

Aparte de sus demandas históricas por Kirkuk, los kurdos invocan el Artículo 58 de la «Ley de Administración del Estado de Irak para el Período de Transición», también conocida como la Ley Administrativa Estatal, del 8 de marzo, 2004 la cual es considerada la constitución interina de Irak, aprobada por el ahora disuelto Concejo de Gobierno iraquí.

El artículo 58 declara en parte: «El Gobierno de Transición Iraquí… actuará eficazmente en tomar medidas para remediar la injusticia causada por las prácticas del anterior régimen alterando el carácter demográfico de ciertas regiones, incluyendo a Kirkuk, deportando y expulsando a individuos de sus lugares de residencia, forzando la migración dentro y fuera de la región, estableciendo a individuos foráneos a la región, privando a los habitantes de trabajo y cambiándoles la nacionalidad.»

El artículo recomienda cuatro medidas específicas:

  • Restaurar a los residentes de origen a sus casas y propiedades
  • Compensar a aquellos que fueron introducidos a regiones específicas [por ejemplo, árabes en Kurdistán] y les reagruparon en o cerca del distrito del cual vinieron
  • Proporcionar compensación para aquellos quienes perdieron sus trabajos siendo forzados a emigrar
  • Permitir a individuos determinar su propia identidad nacional y afiliación étnica libre de coerción y coacción [de nuevo, esto aplica principalmente a kurdos que fueron forzados a declararse a si mismos como árabes con el único propósito del censo a la población] [8]
La dimensión económica

Hay también razones prácticas que resaltan la posición kurda respecto a Kirkuk. La ciudad y sus alrededores está asentada en aproximadamente 15-20 por ciento de las inmensas reservas de crudo de Irak estimadas en un mínimo de 112 billones de barriles de petróleo. El área podría producir tanto como 800,000 barriles de crudo al día y así generar una significante corriente de ingresos para la población kurda al norte de Irak. Si los kurdos se separaran de Irak necesitarían de los ingresos públicos del petróleo para proteger y sostener su independencia. Sin los ingresos públicos propios del crudo (igual de opuestos a los ingresos públicos destinados a ellos por el gobierno central) el espacio de los kurdos para maniobrar se reduciría considerablemente. Los vecinos del Kurdistán – Turquía, Irán y Siria – preocupados por los efectos de un Kurdistán independiente llevarían a sus propias poblaciones kurdas, opuestos a los kurdos iraquíes que tienen el control de éstos ingresos públicos del petróleo. A los ojos de un diario iraquí, la controversia sobre Kirkuk tiene que ver con su petróleo: «El petróleo sólo es la razón para la insistencia kurda, la negativa árabe, las protestas turcomanas y la austeridad regional. Si Kirkuk no fuera una ciudad de petróleo no habríamos escuchado todos los argumentos históricos y geográficos desde todos los ángulos.» [9]

Mientras los kurdos puedan negociar con el gobierno central un acuerdo que les garantizaría un porcentaje razonable de ingresos públicos de crudo ganado en su totalidad por Irak y consistente con su tamaño en la población, tal acuerdo los haría dependientes sobre las fuerzas políticas que podrían volverse en contra de ellos tal como los kurdos han experimentado a menudo durante su afiliación con Irak.

Nombramiento de un comité independiente

Las facciones chi’itas y kurdas en la Asamblea Nacional iraquí han estado negociando un acuerdo de coalición que establecería la forma y modalidad del nuevo gobierno y la distribución de sus portafolios. Entretanto, el gobierno saliente del Primer Ministro Ayad Allawi ha nombrado un comité independiente para resolver los asuntos que rodean el futuro de Kirkuk. El comité está presidido por el Secretario del Partido Comunista iraquí Hamid Majid Mousa. Mousa le dijo recientemente al diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat que su comité había sido establecido «para asegurarle a las fuerzas políticas en Kurdistán de que el gobierno iraquí central es serio y está comprometido a la normalización de la situación en el área de Kirkuk de acuerdo con el artículo 58 de la Ley Administrativa Estatal». Él indicó que el comité buscará resolver los problemas en cuatro pasos: eliminar las consecuencias de la dictadura de Saddam; remendar los (resultados de) la limpieza étnica; delinear los límites del área; y llevar a cabo un censo de población, «seguido por un referéndum de la población local» para calibrar sus preferencias políticas. [10]

Otras demandas kurdas

El asunto de Kirkuk debería ser considerado dentro del contexto de otras exigencias kurdas. En el centro a estas demandas está la creación de un sistema federal de gobierno para la región kurda dentro de alguna estructura que garantizaría esencialmente la soberanía de los kurdos en todo menos en el nombre, y les dejaría la opción de ganar plena independencia en el futuro. Los kurdos piden garantías de que ese federalismo será fijado en la nueva constitución que tiene todavía que ser delineada y no debería ser cambiada o enmendada arbitrariamente.

Federalismo regional y federalismo provincial

Mientras haya un acuerdo general entre la mayoría de los grupos políticos iraquíes sobre el establecimiento de una forma federal de gobierno a ser fijada en la nueva constitución, existe la desacuerdo acerca de la exacta naturaleza de este arreglo federal. Sin excepción, la mayoría de los iraquíes no-kurdos favorecen un federalismo basado en provincias. Irak está dividido en 18 provincias y, según este punto de vista, cada provincia debería tener algún grado de autonomía dentro de un esquema de trabajo federal que deja mucho del poder al centro en Bagdad. Ya que la mayoría de las provincias, especialmente aquéllas al norte, tienen una mezcla de grupos étnicos incluyendo a árabes, kurdos, turcomanos, asirios y cristianos, este esquema limitaría de alguna manera el control kurdo de tres provincias – Sulaymaniya, Irbil y Dahouk – que han disfrutado de la autonomía política desde 1991. [11]

En contraste, los kurdos han insistido en el federalismo regional o étnico que llevaría a una región, y a un esquema de trabajo político, a todas las provincias con poblaciones sustanciales kurdas incluyendo a la ciudad productora de crudo de Kirkuk. La idea de la federación de provincias es rechazada, según Jalal Talabani, debido a que «a lo largo de su historia, el pueblo kurdo ha luchado para prevenir la separación de cada una de las provincias kurdas y de proteger la integridad de las fronteras históricas kurdas…». [12]

La integración del Peshmerga al ejército iraquí

Los kurdos exigen la integración de 100,000 Peshmerga (fuerzas de la milicia kurda) al ejército iraquí, lo que significa que sus sueldos deberían ser pagados por la tesorería iraquí mientras que al mismo tiempo restringen la entrada del ejército iraquí en Kurdistán sin la aprobación a priori del parlamento regional. En palabras del líder kurdo Barzani, » Peshmerga es un árbol que ha dado frutos por la sangre y las lágrimas de un pueblo. No fue establecido por orden de un estado, un partido político o un individuo. Sin este, los kurdos no hubieran existido». [13]

Legislación secular

Los kurdos también son persistentes en su exigencia por un estado secular en lugar de un estado islamista. Exigen que el Islam se convierta en una fuente de legislación, pero no sólo la única. De una forma ideal, les gustaría la separación del estado y la religión. [14]

El retorno de los kurdos a sus ciudades y pueblos

Mientras la discusión sobre el futuro de Kirkuk todavía continua, los kurdos han estado intentando crear una nueva realidad en el suelo. Para septiembre del 2004, 80,000 kurdos iraquíes han regresado de Irán y otros 30,000 han regresado de Turquía. [15] Podría asumirse que muchos otros se han subsecuentemente reubicado en la región kurda, y en Kirkuk en particular, de otras partes de Irak y a través de la frontera. Los líderes kurdos han buscado continuamente un proceso legal para el retorno de los Pueblos Internamente Desplazados – PIDs – sin un proceso legal algunos de estos pueblos podrían tomárselas por si mismos al restaurar su propiedad perdida con medidas extra-legales..

Relaciones entre los iraquíes kurdos y los países vecinos

Los kurdos entienden el peligro potencial para si mismos que resultaría de la acción militar emprendida separada o conjuntamente por Turquía, Irán y Siria. Turquía ha anunciado repetidamente de que está comprometida a la protección de la gran minoría de turcomanos en Kirkuk y ha amenazado con intervenir militarmente si Kirkuk se anexase a Kurdistán o si Kurdistán declarara la independencia. Preocupaciones turcas sobre un Kurdistán independiente han sido eco de Irán y Siria. Todos los tres países tienen minorías kurdas con grados variantes de aspiraciones separatistas. [16] Sin embargo, recientemente, Turquía ha mostrado una nueva flexibilidad en tratar con el asunto de Kirkuk.

Una comisión que representa a ambos el ministerio del exterior turco y la alta orden militar encabezada por el Embajador Othman Kurtuk visitó Sulaymaniya al norte de Irak para conversaciones con Jalal Talabani, quien fue visto en el momento como el candidato emergente del consenso para el puesto de presidente de Irak. Talabani instó a Turquía a que se abstuviera de convertir su preocupación sobre el futuro de Kirkuk en amenazas para intervenir en Irak y recordó a la delegación turca de que los turcomanos son iraquíes, no ciudadanos turcos. Por su parte, la delegación turca estaba de acuerdo con sus interlocutores kurdos sobre la necesidad de establecer un régimen secular en Irak apoyado por los kurdos y por otros políticos importantes como Ayad Allawi y el líder político sunni Adnan al-Pachachi. Los dos partidos también han acordado en intentar suavizar sus diferencias. [17]

Existen por lo menos tres razones para que Turquía se comporte con restricciones respecto al Kurdistán iraquí. Primero, Turquía tendrá que medir las consecuencias de cualquier acción militar al norte de Irak contra el daño que esto haría a sus esperanzas de obtener la membresía en la Unión europea. Segundo, en un momento de severa presión en el suministro de petróleo, el crudo de Kirkuk podría proporcionarle a Turquía una fuente fiable de suministro. Tercero, los kurdos con sus bien armados y batalladores Peshmerga podrían proporcionar problemas hasta para el gran ejército turco. En palabras del General alemán del siglo 19 Helmut von Moltke: «Es imposible triunfar sobre los kurdos cuando están unidos.» [18]

En cuanto a Siria, esta no está en ninguna posición, por lo menos por ahora, para emprender cualquier aventura fuera de sus fronteras. Irán por su parte probablemente escogerá influir en las políticas de un gobierno chi’ita en Irak a través de la subversión y en otros medios no-militares. Para abreviar, las amenaza s de acciones militares extranjeras contra un Kurdistán independiente al final pueden demostrar ser vacías.

*El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior del Programa de Estudios Económicos del Medio Oriente de MEMRI.


[1] Al-Hayat (Londres), febrero 4, 2004.

[2] Nouri Talabani, «La Arabización de Kirkuk,» Uppsala (Sweden), 2001, pp.20-38.

[3] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), enero 12, 2004.

[4] Al-Shahid Al-Mustaqill (Bagdad), octubre 30, 2004.

[5] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), febrero 23, 2005.

[6] Al-Hayat (Londres), septiembre 9, 2004.

[7] Al-Hayat (Londres), octubre 20, 2004.

[8] El gobierno de Saddam Hussein emitió una orden el 6 de septiembre, 2001 permitiendo el cambio de nacionalidad de no-árabe a árabe en un esfuerzo por cambiar la estructura demográfica de Kirkuk. Al-Zaman (Bagdad), octubre 24, 2004.

[9] Al-Shiraa (Bagdad), enero 10, 2004.

[10] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), marzo 14, 2005.

[11] Al-Zaman (Bagdad), enero 9, 2004.

[12] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), diciembre 21, 2003.

[13] Al-Hayat (Londres), marzo 16, 2005.

[14] Al-Zaman (Bagdad), febrero 16, 2005.

[15] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), septiembre 21, 2004.

[16] Al-Furat (Bagdad), noviembre 30, 2004.

[17] Al-Hayat (Londres), febrero 25, 2005.

[18] Al-Hayat (Londres), octubre 14, 2002.

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