Los juristas estadounidenses musulmanes no están de acuerdo sobre el cómo los musulmanes residentes en Occidente y en particular aquellos en los Estados Unidos, deberían ver a las agencias de seguridad de sus países. En los últimos años, las decisiones en esta materia han sido publicadas en el portal de la Asamblea de Juristas Musulmana en Estados Unidos, la cual ofrece respuestas de juristas miembros a preguntas del público sobre ley islámica. Bajo la categoría de «Cuestiones Relativas a las Minorías Musulmanas [en los Países Occidentales]», hubieron respuestas a preguntas sobre la legitimidad de cooperar con las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos en la guerra contra el terrorismo – tanto en suelo norteamericano y en el extranjero – así como también la legitimidad de alistarse en las filas de estas fuerzas.

En sus respuestas, los juristas establecen una distinción entre los diversos organismos encargados de aplicar la ley en los Estados Unidos. Cabe destacar sus reservas hacia el FBI. Por ejemplo, en respuesta a una pregunta sobre si está permitido ayudar al FBI en la prevención de ataques terroristas, el Jeque Walid Ibn Khaled Bassyouni escribe: «Si usted sabe que cierta persona está planeando un ataque terrorista, le corresponde llamar inmediatamente a la policía, con el fin de impedir esas malas acciones». [1] Otro jurista afirma que existe una prohibición en contra de trabajar para el FBI.

A continuación se presentan extractos y resúmenes de estas posturas:

Ambivalencia respecto a musulmanes que ayudan en la guerra contra el terrorismo

Las respuestas antes mencionadas reflejan la ambivalencia de los juristas estadounidenses musulmanes hacia la cuestión de cooperación con las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos en su guerra contra el terrorismo en el extranjero, es decir, en Afganistán e Irak. Un publicado en el portal preguntó si está permitido enseñar árabe a los empleados de las distintas ramas del Departamento de Defensa de los Estados Unidos. El Dr. Muhammad Muwwafaq ‘Abdallah Al-Ghuliani buscó los aspectos positivos: «Fundamentalmente, la enseñanza de la lengua árabe es permisible. La ley islámica no requiere que determinemos las intenciones de cada persona en sus acciones. El estudio de la lengua árabe puede exponer [al estudiante] al Corán y el Sunna, [llevándolo] a convertirse al Islam». [2]

En contraste, los miembros permanentes del portal «comité del fatwa» evitaron dar una respuesta clara a una pregunta formulada por un musulmán quien vive en los Estados Unidos respecto a cooperar con el esfuerzo en la guerra de Estados Unidos. Este preguntó: «Está permitido a un musulmán que posee una empresa de mudanzas transportar suministros desde el almacén de distribución al puerto, sabiendo que los suministros van a ser enviados a los soldados que operan en los países islámicos como parte de las fuerzas de la OTAN?» Los miembros del comité respondieron: «La base son los versos del Corán: ‘Ayúdense mutuamente en bondad y piedad y no se ayuden los unos a otros en el pecado y la agresión (Corán 5:2)’… Si alguien comete un delito y conspira en contra de [los musulmanes], no se le debe incitar en ninguna parte del mundo, sea civil o pertenezca al ejército e independientemente de su afiliación nacional o religiosa. En los días del Profeta, los musulmanes que emigraron a Etiopía ayudaron al rey etíope y lucharon a su lado en contra de sus enemigos [no-musulmanes]. Sobre la base de este principio y su implementación en los días del Profeta, uno puede recibir la respuesta». [3]

Los encuestados evitaron visiblemente el emitir una sentencia clara y le ofrecieron al que pregunta no más que directrices generales para ayudarle a decidir qué acción tomar.

Pros y contras de alistarse en las fuerzas militares estadounidenses y trabajar para la policía

Otra pregunta publicada en el portal era si está permitido como musulmán, alistarse en la Marina de los Estados Unidos, en luz de la posibilidad de que pudiera ser enviado a servir en un país musulmán y si su alistamiento en la Marina pudiera ser considerado «lealtad a los infieles y dejar la fe [del Islam]». En respuesta, Khatem Al-Hajj, clérigo egipcio quien residen en Minnesota, le remitió a un documento detallado de 23 páginas elaborado por Al-Hajj para la quinta convención anual de la Asamblea de Juristas Musulmanes en los Estados Unidos, que se celebró en Bahrein en noviembre, 2007. El documento discute la legitimidad de los musulmanes que sirven en las fuerzas policiales de los países no musulmanes, especialmente en los Estados Unidos. [4]

En la introducción del documento, Al-Hajj, explicó el por qué lo escribió: «Un tercio de todos los musulmanes de hoy viven como minorías en países no islámicos y la mayoría de las otras dos terceras partes viven a la sombra de los regímenes no islámicos, incluso si viven en tierras islámicas. Los dos grupos están sujetos a las leyes hechas por el hombre, que la ley islámica [Sharia] no reconoce, en su totalidad o en parte. Estas leyes son creadas de la siguiente manera: la [etapa] legislativa, llevada a cabo por miembros del parlamento; la fase judicial, llevada a cabo por jueces y la fase de aplicación y cumplimiento, lo cual es la labor que cumple la policía. La policía ejercerá sus funciones…. Aquí, los musulmanes deben preguntarse si se les permite trabajar como policías en esos regímenes] [no-islámicos, [ya sea en los países islámicos] o en países no-islámicos».

Al-Hajj enumera las explicaciones que sugieren que los musulmanes deberían ser alentados a trabajar para la policía, diciendo que la escasez de musulmanes en la fuerza policial llevara «a los residentes de ese país a pensar que la lealtad de los ciudadanos musulmanes al país no era perfecta» así como también una situación en la que «la policía desconoce sobre el Islam y los musulmanes». Además, dijo, la falta de musulmanes en la fuerza policial llevara a los musulmanes a la «ignorancia en relación con el trabajo de la [policía] y a la ignorancia colectiva a las misiones de las fuerzas policiales y la forma de conducirse a si mismo respecto a la policía. [Así], los individuos o instituciones [en esa comunidad musulmana de ese país] podrían [inadvertidamente] violar las leyes del país». Además, este dijo, los musulmanes podrían beneficiarse de tener correligionarios en la policía, por ejemplo mediante la obtención de guardias para las mezquitas y así sucesivamente.

Al-Hajj también presentó los aspectos perjudiciales de los musulmanes en la fuerza policial en un país occidental – el primero de los cuales podrían ser policías musulmanes obligados a «imponer leyes que no son las leyes de Alá», además del debilitamiento de la fe de los musulmanes, lo que conduce al pecado, diciendo: «[Es] probable que el policía renuncie a muchas de sus creencias religiosas y sea presa de muchos pecados, tales como la prohibición de mezclar los sexos» y más.

Al-Hayy, luego dedica cuatro páginas al principio de rechazar la jurisdicción que no esté de acuerdo con las leyes de Alá – es decir, las leyes redactadas por el hombre que no siguen la ley islámica (al-hukm bi-ghair ma anzal Allah). Con este fin, este pasa revista a las declaraciones de los juristas islámicos sobre la materia, incluyendo a Abu Muhammad Ali Ibn Hazm, Ibn Taymiyya, Ibn Kathir, Ahmed Shaker, Muhammad bin Ibrahim Aal Al-Sheikh y Muhammad Amin Al-Shanqiti – todos estudiosos generalmente afiliados a las escuelas más estricta sunitas.

Al-Hajj califica la postura de que servir en las fuerzas policiales significa sometimiento a un sistema de leyes hechas por el hombre, señalando que si un policía musulmán reconoce la supremacía del Islam, este está pecando pero no es un apóstata. Por lo tanto, dice, la cuestión fundamental es si ese servicio significa sometimiento a las leyes hechas por el hombre, lo que equivale a un pecado, o si es permitido como un mal menor.

Lo siguiente son los argumentos de Al-Hajj para prohibirle a los musulmanes la labor policial:

1. Ostensiblemente, servir en la fuerza policial está prohibido, porque el trabajo policial está basado en leyes que no son las leyes de Alá – es decir, son herejes: «Las antes mencionadas evidencias concernientes a la prohibición contra la jurisprudencia que no sea conforme a la religión de Alá y se refieren a la herejía de cualquier persona que se involucra en esta, ya sea como juez o como litigante. Un miembro de la fuerza policial que aplica las leyes de éstos gobernantes [infieles, no-musulmanes] están necesariamente aplicando una ley que no es la ley de Alá». Al-Hajj contrasta esto, diciendo que estas leyes se dividen en dos categorías: las leyes compatibles con los objetivos del Sharia, tales como las leyes del tráfico o drogas y leyes que contradicen el Sharia, pero que el policía no tiene otra opción sino que cumplir. Este dijo que no todos los policías tratan de hacer cumplir el segundo tipo de leyes – por el contrario, un gran número de policías tratan de hacer cumplir las leyes que sirven al interés público, de manera que sea compatible con el espíritu del Islam, tales como los policías de tránsito, agentes en narcóticos, etc.

2. Servir en la fuerza policial constituye también «ayuda a los perpetradores de crímenes y agresión. Policías [musulmanes] [en los países occidentales] podría participar en incriminar a un musulmán al que se le ha hecho una injusticia». Al-Hayy observa que «las comunidades musulmanas en Occidente a menudo hablan de casos presentados arbitrariamente contra sus miembros o sus instituciones» y agrega que «la mayoría de los que buscan [unirse a la fuerza policial] quiere el salario y el rango y no luchan por la verdad o ayudar a los oprimidos».

3. El trabajo policial implica espionaje, pero «el Sharia prohíbe el espionaje, siempre y cuando no haya sospecha [razonable]… No debería haber espionaje contra alguien al que no se le ha demostrado ser malvado. Pero [las autoridades] espían a los musulmanes en esas diásporas [en Occidente] a causa de las sospechas y las dudas que tienen sobre esas diásporas e interfieren en [sus] mezquitas, casas, autos y teléfonos».

4. «El Sunna contiene prohibiciones explícitas para trabajar como policía de un régimen opresivo y corrupto». Sin embargo, Al-Hajj califica esto diciendo que muchos países occidentales no tienen tal régimen.

5. Un policía está obligado a someterse a violaciones de modestia, tales como «la mezcla licenciosa entre los sexos, la reclusión con alguien del sexo opuesto y similares».

Al-Hajj luego examina los argumentos del por qué los musulmanes deberían estar autorizados a participar en una labor policial. Él escribió que tal autorización está basada en el principio de hacer el menor mal – es decir, encontrar el justo medio entre el ideal y la realidad, de acuerdo con lo que cada musulmán trata con la realidad en el que este se encuentra a si mismo en una forma positiva y se esfuerza para cambiarlo en beneficio de los musulmanes.

Al-Hajj también plantea la posibilidad de que los musulmanes puedan ser autorizados a participar en una labor policial a pesar de las violaciones del Sharia que esta implica, basado en el principio de la prevención de peores resultados para el Islam y los musulmanes. Más allá de eso, este presenta dos pruebas que permitan asumir posiciones para los gobiernos infieles de la tradición islámica. El primero de ellos es la historia de José, quien trabajó para el Faraón y la segunda es la tradición de los musulmanes que emigraron a Etiopía en la época del Profeta Mahoma, y lucharon en el ejército del monarca etíope contra sus enemigos, aunque incluso no fue musulmán – un ejemplo también mencionado por los miembros permanentes del comité del fatwa del portal, tal como se mencionó anteriormente.

Las conclusiones de Al-Hajj fueron:

1. Está prohibido trabajar para el FBI o para los servicios de seguridad estadounidenses debido a que estos dañan a los musulmanes y, además, trabajar para estos organismos implica espiar a los musulmanes.

2. Se permite trabajar para cuerpos en funciones de interés general, tales como agencias encargadas de la lucha contra las drogas, alcohol, armas y similares y también se les permite trabajar para organismos que preservan el orden público.

3. Con respecto a la ciudad y la policía estatal, Al-Hajj explica que existe un cierto temor de que un musulmán que trabaje para estos organismos podría verse obligados a arrestar a un musulmán a causa de denuncias falsas, por lo que cada situación debe ser examinada individualmente y con cuidado por los jurisprudentes.

En resumen, se puede entender de este documento que los musulmanes no pueden unirse al ejército – si está prohibido espiar a los musulmanes por razones penales y de seguridad, tanto que está prohibido mucho más reclutar o ayudar en una guerra activa contra ellos.

Fatwas en idioma inglés concernientes a la participación o ayuda al ejército

La divergencia de opiniones respecto a la cooperación con las fuerzas de seguridad de los Estados Unidos y el unirse a estas fuerzas, también puede encontrarse en los decretos emitidos en el portal en idioma Inglés de la Asamblea, en respuesta a las preguntas de los lectores. A continuación se presentan extractos de algunos de los decretos, en su inglés original:

Dr. Salah Al-Sawy, a quien se le preguntó si estaba permitido trabajar como profesor en un colegio militar de Canadá, respondió: «No hay nada malo en trabajar como profesor de civiles en un colegio militar en Canadá, ya que Canadá no es uno de los muchos países que actualmente está en guerra con la comunidad islámica, mientras siempre recuerde que usted es un hombre con una causa, que no olvida su papel en contarle a la gente sobre el Profeta». [5]

Otro jurisprudente, el Dr. Ma’in Khalid Al-Qudah, dijo que es permisible para un musulmán servir en el ejército estadounidense, siempre y cuando no combata contra sus correligionarios: «Lo único que debe tener en cuenta en este aspecto es que se asegure de no participar en combatir, hacer daño o incluso molestar a los musulmanes en lo absoluto. [Aparte de esto], defender a su país sería un trabajo noble del cual uno podría sentirse orgulloso». [6]

El comité permanente del fatwa de la Asamblea se mostró más cauteloso en su respuesta a la siguiente pregunta: «¿Es admisible unirse a la Marina de los Estados Unidos si usted elige ser estacionado en un país no musulmán, como Japón o China?» En este caso, el comité no ha emitido un fallo, pero aconsejó al solicitante llamar «y hablar directamente con uno de nuestros estudiosos, porque la respuesta requiere más detalles e información». [7]

El comité dio más detalles sobre la cuestión de alistarse en el ejército estadounidense, en un fatwa emitido a un ciudadano estadounidense musulmán quien preguntó si podía unirse al ejército, en calidad de no combatiente, a pesar de que este «apoya la agresión contra musulmanes en muchos países alrededor del mundo».

El fallo emitido en respuesta es ambivalente. Por un lado, el comité declara que un musulmán no debe participar en una «batalla injusta», o asistir a un ejército librando tales batallas, lo que implica que unirse al ejército estadounidense en la actualidad está prohibido. Por otra parte, la sentencia declara que es permisible asistir a todos los grupos oprimidos, ya sean musulmanes o no musulmanes. Como ejemplo, menciona que la comunidad musulmana se pronunció en contra de Saddam Hussein cuando este invadió Kuwait. Esto parece implicar que el comité del fatwa no excluye el servicio en las fuerzas armadas de los Estados Unidos en conjunto. Lo siguiente son extractos del fatwa:

«La regla básica es que un musulmán no debe participar en batallas injustas, ya sea bajo el paraguas de los musulmanes o bajo el paraguas de los demás. Ni se le permite que se abstengan de ayudar a cualquier persona oprimida que busca su ayuda cuando es capaz de ayudarle, independientemente de que sea del bando musulmán u otros. Sobre esa base, si un grupo de su Ummah se rebelara en contra de los demás, este no estará con los rebeldes, ni siquiera para agregar a su demostración de fuerza, incluso si son musulmanes! En efecto, ustedes vieron cómo la comunidad islámica se opuso a Saddam Hussein cuando invadió a su vecino, Kuwait. Y no hay nada malo en ayudar a una persona oprimida, incluso si no es musulmán…

«Esta es la regla, por lo que, sobre esa base, si un grupo de personas entrara en una guerra injusta, entonces ningún musulmán debería ayudar a [este en [su] injusticia, ya sea [un grupo de] musulmanes o cualquier otra persona, ya sea que esta ayuda sea directa, a través del combate o indirecta, ofreciendo servicios, logística u otras maneras. Y si un grupo de personas está oprimido en frente de él, tiene que apresurarse a asistirles con todo tipo de ayuda si encuentra una razón para eso, en términos de alianza, proximidad de su ubicación o de lo contrario, ya sea proveniente de musulmanes o cualquier otra persona, ya que en la justicia fueron establecidos los cielos y la tierra! A través de las normas antes mencionadas será conocida la respuesta a la pregunta acerca de esta nueva ocurrencia». [8]


[1] http://amjaonline.com/ar_f_details.php?fid=22558

[2] http://amjaonline.com/ar_f_details.php?fid=1439

[3] http://amjaonline.com/ar_f_details.php?fid=3062

[4] http://amjaonline.com/docs/029.pdf

[5] http://www.amjaonline.com/en_f_details.php?fid=23185

[6] http://www.amjaonline.com/en_f_details.php?fid=21571

[7] http://www.amjaonline.com/en_f_details.php?fid=21625

[8] http://www.amjaonline.com/en_f_details.php?fid=23161