En una entrevista el 8 de septiembre, 2008 con el diario egipcio Al-Masri Al-Yawm, [1] el Jeque Yousef Al-Qaradhawi, jefe de la Asociación Internacional de Estudiosos Musulmanes, llamó en el Presidente egipcio Hosni Mubarak a renunciar y también a no cederle la presidencia a su hijo Gamal. Él se extendió en varios otros temas, entre ellos la relación entre la religión y política y la actividad política de la Hermandad Musulmana. Sus declaraciones en la entrevista de que la expansión del chiísmo en los países sunni era un fenómeno peligroso recibieron la atención en los medios de comunicación, principalmente debido a las reacciones vehementes por parte de elementos iraníes que esta activó.
A continuación se presentan extractos de la entrevista con Al-Qaradhawi:
Religión y política deben ir de la mano
Entrevistador: «… Algunos islamistas comparten la creencia secular de que la religión debe estar separada de la política, ya que [la última] es impura; [en consecuencia], si la religión es mezclada con política, puede llegar a ser asociada con los pecados de la política y los políticos».
Al-Qaradhawi: «El problema es que en nuestra generación, la gente define política con una estima baja, [creyendo que esta] descansa en alevosía, fraude e inmoralidad. También piensan mal de los políticos, percibiéndolos como poco escrupulosos… La Religión debe estar entretejida con la política y jugar un papel en el gobierno, para salvaguardarla de la impureza, y purgarla en caso de que se contamine. Ésta es la tarea de la religión – rectifica cualquier cosa en la que esté incorporada. Eso es preferible a dejar la política en manos del que no es religioso…»
Mubarak no debería continuar en la búsqueda de otro periodo en el cargo, no debería cederle la presidencia a Gamal
Entrevistador: «… Al igual que un ciudadano común, cómo puedo yo [esperar que] mis opiniones converjan al líder?»
Al-Qaradhawi: «[Cada ciudadano] tiene ciertos mecanismos disponibles a este [para llegar hasta el líder]. En los países occidentales, hay mecanismos que pueden [incluso] asegurar despedir a un jefe de gobierno que ha violado la constitución, proveyendo que la mayoría en el parlamento [acepte esto]. Nosotros también debemos tener este tipo de capacidad.
«El primer paso sería escoger a nuestros miembros del parlamento a través de [elecciones] genuinas, para que tengamos un parlamento verdadero, que pueda decirle ‘no’ al gobernante. Sin embargo, si el gobernante tiene el parlamento en su bolsillo, y espera que siempre acepte y aplauda todo lo que él quiera, como es el caso hoy – cómo podemos despedirle si yerra?»
Entrevistador: «Seria posible [hacer que un gobernante renuncie a su cargo]?»
Al-Qaradhawi: «Pakistán, a través de presiones populares y protestas no violentas, forzó al presidente a renunciar. Nosotros, sin embargo, no hemos alcanzado el nivel democrático de Pakistán todavía. En nuestro país, no existe ni un solo líder que esté satisfecho con uno o incluso dos periodos en la presidencia. Todos quieren aferrarse a su posición para siempre, o, si decide dejarla, entonces [por lo menos] pasarla a sus hijos».
Entrevistador: «En ese caso, cual sería su consejo al Presidente Mubarak?»
Al-Qaradhawi: «Sugiero que se someta a [la voluntad del] pueblo y se olvide de la idea de cederle la presidencia [a su hijo], o de servir otro periodo como presidente. Él no debe pasarle la presidencia a su hijo, sino más bien darle la opción al pueblo de elegir al próximo presidente…»
La Hermandad Musulmana es un partido político – y más
Entrevistador: «Por qué cree usted que existe aprehensión sobre la [posibilidad] de grupos musulmanes [e.d. grupos políticos del Islam] que lleguen al poder?»
Al-Qaradhawi: «La sociedad musulmana no se opone a estos grupos, pero son bienvenidos con los brazos abiertos. No hace tiempo, [en las elecciones parlamentarias del 2005], la gente votó en masa por los representantes islámicos de [la Hermandad Musulmana], y estos ganaron 88 escaños en el Parlamento egipcio…»
Entrevistador: «Está usted convencido de que [los grupos islamistas] pueden llegar al poder?»
Al-Qaradhawi: «Sí, mientras basen su mandato en el shari’a. Pero permítame dar énfasis en que yo apoyo a la democracia y al pueblo que elige a sus líderes – sean ellos islamistas, demócratas o pan-árabes. Lo importante es que la gente tenga el derecho a escoger – y si escogen mal, tendrán que cargar con las consecuencias de su opción».
Entrevistador: «Como lo que sucedió con Hamas?»
Al-Qaradhawi: «Hamas no ha podido realizar su visión, porque desde el día que [fue elegido, varias fuerzas] la han sitiado y no le han permitido hacer nada…»
Entrevistador: «Usted ha criticado a la Hermandad Musulmana por haberse sumergido en la política y por consiguiente malgastar la mayor parte de la energía que este [una vez] consagró a la actividad social».
Qaradhawi: Cierto. Fracasaron en prepararse a si mismos en conectarse con el pueblo, y no percibieron las necesidades de la gente, pero [en cambio] se sumergieron totalmente en la política…»
Entrevistador: «En las circunstancias presentes, considera usted a la Hermandad Musulmana un partido político?»
Al-Qaradhawi: «Mientras estén preocupados con los problemas de la nación, las elecciones y [obtener un lugar] en el gobierno, son un partido político así a los otros les guste o no. [Ya que] tienen relación con los partidos en [la política], yo los considero un partido [político]. [Sin embargo,] pueden ser más que [sólo] un partido… porque además de la política, también están preocupados con la educación y la moral, y eso es lo que los distingue de otros partidos… [El establishment egipcio no los reconoce como una fuerza política legítima], pero la verdadera legitimidad es concedida por el pueblo y no por el gobernante. Los otros partidos [egipcios] ni siquiera son genuinos… [Son partidos ficticios] creados por el gobierno».
Wahhabismo es fanatismo ciego; La infiltración del chiísmo a países sunni es una amenaza
Entrevistador: «Cual piensa usted tiene más influencia y [constituye] un mayor peligro – wahhabismo o el chiísmo?»
Al-Qaradhawi: «En años recientes, la ideología wahhabista ha obtenido ímpetu, y adquirido [muchos] partidarios y defensores. Su falla es su intolerancia ciega de [todos] los otros puntos de vista. El wahhabismo está basado en la escuela Hanbali, [y sus seguidores] creen que sólo ellos tienen la razón, y que [de hecho], son infalibles…
«En cuanto a los chiítas, son musulmanes, pero se han apartado [de la verdad]. El peligro que ellos proponen yace en su esfuerzo por infiltrarse en la sociedad sunni. Están [bien] provistos para esta [tarea], teniendo una gran riqueza, estimada en billones [de dólares], así como también una legión de misioneros entrenados para esparcir el chiísmo en los países sunni… Yo recientemente descubrí para mi pesar [que existen] egipcios chiítas. En décadas pasadas, los chiítas no podían ni siquiera conseguir que un sólo egipcio [abrazara el chiísmo]. Desde los días de Salah Al-Din Al-Ayyoubi [del siglo 12] a no hace más de 20 años, no había ni un solo chiíta en Egipto. Hoy escriben en los diarios y aparecen en televisión, y públicamente profesan su chiísmo…»
Despejen la vía de [clérigos] quiénes escupen fatwas para complacer el gobierno»
Entrevistador: «Cómo podemos nosotros saber cuales [clérigos] están calificados para ejercer el ijtihad [e.d., un juicio religioso independiente], cuándo los canales por satélite están repletos de jeques y predicadores [proponiendo sus puntos de vista]?»
Al-Qaradhawi: «Si alguien tiene un niño enfermo, pregunta cual doctor es el mejor, y escoge uno que es ampliamente considerado de ser un experto. Entonces por qué no ejercemos nosotros los mismos esfuerzos en lo referente a la religión? Debemos aprender de aquéllos quienes sabemos [tienen] el conocimiento y experticia, y despejar el camino a aquéllos que regurgitan fatwas para agradar al gobierno…»
Entrevistador: «Cómo fue que el clérigo cesó de ser la mano derecha del gobernante para convertirse en un mero funcionario civil?»
Al-Qaradhawi: «En el pasado, los ulama eran poderosos ya que controlaban dotes [religiosos], y sus sueldos eran pagados por estas dotaciones. Hoy día, Al-Azhar y sus ulama no tienen dotaciones, pero son [financiados] por el estado. [Ahora], cualquiera que pague su sueldo [tiene el poder de] controlarlo a usted. Esto explica el por qué los ulama chiítas son más poderosos que los sunni. No son funcionarios civiles sino que reciben sus sueldos directamente del pueblo…»
[1] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 8 y 9 de septiembre, 2008