‘Atallah Abu Subh, quien dirige la Unión de Escritores Palestinos en Gaza y es columnista en el diario de Gaza Filastin y quién se desempeñó como Ministro de Cultura en el gobierno de Hamas, escribió una serie de artículos sobre el «Talmud judío» y Los Protocolos de los Sabios de Sión. Este escribió que estos libros, escritos por «rabinos», exponen el plan judío de dominar el mundo por diversos medios, incluyendo el control de los países y gobiernos, instigar las crisis y revoluciones, corromper a las sociedades, sembrar la división interna, socavar la educación y la religión, amasar enormes arsenales de armas, el robo y la confiscación de la propiedad y por otros medios. Este afirmó que los judíos son mentirosos y opresores, por lo que no tiene sentido negociar con ellos y la única manera de tratar con ellos es a través de la lucha y la resistencia.
Los siguientes son extractos de sus artículos:
El Talmud «presenta la más despreciable de las constituciones racistas»
El primer artículo de ‘Atallah Abu Subh explica la naturaleza del Talmud y sus «principios». El Talmud, dice Subh, establece una «constitución racista», y puesto que los judíos se adhieren a este, no hay posibilidad de hacer la paz con ellos: «… [Los judíos] caracterizan al Talmud como la ley oral que los designa como los descendientes de Dios, así como un hijo es el hijo de su padre. El Corán [de hecho] cita a los judíos, diciendo: «Somos hijos de Alá, y sus amados [Corán 5:18]’. [El Talmud] presenta la más despreciable de todas las constituciones racistas, sin paralelos con ninguna ley, régimen o [código de] conducta… Ya los judíos aceptaron sus principios, es imposible hacer la paz o coexistir con ellos, o creer cualquier cosa [que digan]. Una lectura breve de algunos de estos principios le revelan a los palestinos el sentido, propósito y alcance de las negociaciones con los judíos y necesariamente lo llevaran a la conclusión de que tales negociaciones son inútiles y son una pérdida de tiempo y energía».
«[Algunos de estos principios son]:
«1. No le des carne a un no-judío. Dáselo en [lugar] a un perro, que es mejor [que un no judío]. Los gentiles no son perros, sino burros (y cabe señalar que [en la cultura judía] los perros son considerados mejores que los burros). Los judíos son los únicos que merecen la vida eterna, mientras que los otros son burros, y por lo tanto no son dignos [de la vida eterna]. Por otra parte, el Talmud dice que la relación entre un niño no-judío y su familia es como la relación entre un burro y sus padres, es decir, no existe un [vínculo significativo] de la familia y es por eso que viven en corrales. [También], un judío no puede casarse con una mujer-no judía, porque quien lo hace se casa con una bestia!
«2. Los no-judíos tienen creencias paganas y por lo tanto son cerdos, mientras que los hombres y las mujeres judías son humanos y humanas.
«3. A pesar de que [los no-judíos] son burros y cerdos, Dios los creó a ellos en forma humana por consideración a los judíos. Estos sólo existen para servir constantemente a los judíos, quienes son príncipes y sería inconcebible que un príncipe sea servido por una criatura cuya forma es repulsiva para [el príncipe].
«4. Aquellos que se adhieren al Talmud creer que el ‘no matarás’ se aplica solo a los judíos, mientras que los no-judíos deben ser exterminados uno a uno. Si no asesinados, por lo menos deberían ser calumniados… Historiadores cristianos cuentan que en el año 214 [DC] los judíos asesinaron a 200.000 cristianos en Roma y en el mismo período [también] exterminaron a todos los cristianos que vivían en Chipre. En 1717 asesinaron a masas de cristianos en Ámsterdam.
«5. El Talmud agrega que las mujeres no judías son presa fácil para los hombres judíos y que las relaciones sexuales con una mujer no judía no constituyen adulterio. De esta manera han difundido la promiscuidad y debilitan la [moral] alrededor del mundo, y han violado todo lo que es sagrado. También permiten atrapar a espías utilizando la homosexualidad y otras desviaciones sexuales…
«6. Su conducta está basada en la mentira (porque le mienten a los animales [es decir, a los no-judíos]). Si un judío le hace una promesa a un no-judío, este no tiene que mantener [la promesa] o ser honesto… [y] este está exento de cualquier remordimiento de conciencia o auto-recriminaciones.
«En este momento siento la necesidad de hacer una pausa y preguntar: ¿Qué beneficio puede obtener un palestino de las negociaciones con los judíos, cuando esto es lo que creen?… No está [el palestino] familiarizado con estas creencias y principios?… Por supuesto que lo esta, porque los centros de investigación de la OLP han publicado enciclopedias que exponen estas creencias secretas y [los palestinos] sin duda, cuentan con expertos calificados [en este campo]. Estos [hechos] son bien conocidos para los investigadores de la religión, la historia y las escuelas [de] filosofía… ¿Entonces cuánto tiempo continuarán [los palestinos] [negociando con los judíos]?…» [1]
Los judíos creen que son dueños del mundo
Abu Subh escribe en un artículo el 8 de abril, 2010 de que el Talmud dice que el mundo le pertenece a los judíos y por lo tanto se les permite tomar lo que quieran: «Los judíos se robaron nuestra tierra y nuestra propiedad y hasta la sonrisa de nuestros hijos y nuestro propio pan. Se robaron la ropa a espaldas de mi madre y mi padre, se robaron nuestras mezquitas, nuestra herencia y nuestra historia. Hicieron todo esto basados en el Talmud, que les ordena no robar… Uno de sus rabinos ha interpretado que uno no puede robarle a un judío, pero a un no-judío se le puede robar sin escrúpulos.
«Los palestinos han sufrido durante mucho tiempo de esta conducta [de los judíos]… Cada vez que un grupo de soldados entra en [un hogar palestino] para requisarla, [los soldados] robar cualquier cosa que puedan agarrar en sus manos, incluso los pendientes de una niña. Justifican esto basado en uno de sus principios más peligrosos, que establece que ‘todo el mundo le pertenece a [los hijos de Israel]’, así que cuando roban en realidad no es robar, porque uno no puede robar su propia propiedad. Para facilitarle las cosas a uno que duda en robarle a los gentiles… el Talmud da un ejemplo: «Así como una ama de casa vive del dinero de su marido, los hijos de Israel deberían vivir de las riquezas de las tierras de los gentiles sin hacer nada del trabajo’. Ahora entendemos el por qué los judíos [siempre] quieren dejarle el trabajo más inferior a los palestinos. Estos concentran a [los palestinos] en patios llamados ‘mercados de esclavos’, y luego los mandan a recoger la basura, purificar las aguas residuales, ordenar la basura, limpiar las mesas [en los bares llenos] de borrachos, barrer las calles y construir [casas], aprovechándose de su necesidad de ganarse la vida…» [2]
El proceso de paz – parte del plan judío para dominar al mundo
A continuación, Abu Subh discute los Protocolos de los Sabios de Sión en un artículo el 10 de abril, 2010, en el que dice que los Protocolos establecen el plan judío para la dominación del mundo y también orientan el proceso de paz con los árabes: «Los Protocolos fueron escritos por rabinos para los jefes líderes sionistas… a fin de que puedan aprovecharse de las riquezas de las naciones [y controlar las mentes de] los filósofos no-judíos así como también a los países [no-judíos], las sociedades, los medios y [sistemas] de educación y también la toma de decisiones en los principales países y organizaciones internacionales. [Los] Protocolos establecieron los mecanismos para la realización de los objetivos principales del sionismo global, conduciendo en última instancia a una toma completa del mundo….
«Cada paso [en el plan] pone a [los sionistas] más cerca [a sus metas finales] y estos no van a renunciar cualquier logro a menos que estén seguros de avanzar… hacia metas adicionales…. En este sentido podemos interpretar su avance en el proceso de paz y las metas que lograron en los [Acuerdos] de Camp David, en el acuerdo Wadi ‘Araba [es decir, el acuerdo de paz con Jordania] y en los [Acuerdos] de Oslo. Aunque al parecer se retiraron, realizando progresos considerables y lograron lo que habían planeado [lograr] e incluso más. En cuanto a Oslo, se llevaron todo sin dar nada [a cambio]… Gaza sigue bajo asedio y nada lo liberara de los humillantes acuerdos firmados por la OLP [en los ámbitos del] comercio, la economía, la educación y la salud, salvo el establecimiento de una autarquía o algo [así], pero por desgracia no hay ni una autarquía ni nada más. El entendimiento de esta verdad es una condición necesaria para la aplicación del plan de reactivación árabe-musulmán, que despertará el ummah y hará realidad las aspiraciones de sus pueblos por una vida de libertad y honor». [3]
Los judíos coronan reyes e instigar revoluciones
Al-Sabah escribe más adelante que los Protocolos fueron aprobados en el Congreso Sionista en Basilea y explica cómo hacen los judíos para implementarlos:
«1. La toma del poder del mundo se logrará por medio del terror y el uso [de la] fuerza, no a través de debates y discusiones académicas. Es por eso que Israel posee el mayor arsenal en el Medio Oriente y se esfuerza por [alcanzar la supremacía militar] en el aire, en tierra y en el mar, [y superar] a todos los países árabes juntos. También tiene las plantas de energía nuclear que se contraponen a la de las superpotencias, y tal vez incluso reemplace a muchas de ellas. Esto también explica el por qué las negociaciones de paz con la OLP nunca fueron concluidas, incluso después de casi 20 años de debates «académicos». Por el contrario, Israel se aprovecho de [las negociaciones] para su propio beneficio. Esto coloca a la OLP ante una decisión crucial y no hay duda de que el regreso al camino de la resistencia es la mejor opción.
«2. Los judíos consideran la liberación política como una tontería con el que atrapan a las masas. Esto explica la infiltración de Israel a África y Asia durante los años 50 y 60 con el pretexto de ayudar a los movimientos de liberación a alcanzar sus metas, mientras que en la práctica [Israel] se infiltró en [estas regiones] sólo para saquear y explotar los recursos y lugares importantes, como parte del plan para crear la Gran Israel. Israel no se abstiene de instigar revoluciones y golpes de estado en el mundo árabe. Este coloca a un [líder] en el trono y remueve a otro, de acuerdo con sus objetivos. En los últimos 60 años hemos visto [varias] repúblicas árabes, regímenes y reinos que más tarde resultaron ser leales a Israel.
«3. Por medio de estos Protocolos, el objetivo de los judíos es imponer su tiranía sobre las naciones. [Su objetivo es mantener] a estas naciones bajo el dominio de un solo [tirano] que pudiese usurpar su libertad e impedirles realizar sus aspiraciones y esperanzas, masacrar a los libres [mientras que] promueven a los traidores y reprimir a los más capaces mientras promueven la ignorancia. De esta forma, los [pueblos árabes] no se desarrollarán y amenazaran a Israel. El tirano se referirá a [personas capaces] como una amenaza a su gobierno, [para] cortejar a Israel y pedirle que coopere con ella a fin de consolidar su [control]…»
[1] Filastin (Gaza), 7 de abril, 2010.
[2] Filastin (Gaza), 8 de abril, 2010.
[3] Filastin (Gaza), 10 de abril, 2010.