La investigadora reformista tunecina Dra. Amel Grami de la Universidad Manouba en Tunes es miembro de un combinado grupo de investigación internacional musulmán-cristiano. Ella ha publicado libros en varios temas islámicos tales como la libertad de fe en el Islam y el riddah (abandonando la fe musulmana) en el pensamiento islámico, así como también muchos artículos en árabe, francés e italiano sobre la reforma en el Islam, la condición de las mujeres, y el dialogo entre el Cristianismo y el Islam.

En noviembre del 2005, participó en una conferencia celebrada en Washington, D.C. para adelantar los derechos de los coptos en Egipto; a la conferencia también asistieron otros reformistas y activistas de los derechos humanos del mundo árabe y musulmán.

En la conferencia, ella presentó un escrito que incluyó críticas a la persecución de la población cópta cristiana en Egipto y sugirió maneras de tratar con el asunto. [1]

Lo siguiente son extractos:

«La política de discriminación de un país es uno de los factores centrales mayores en perjudicar a aquéllos de diferente fe»

«Cualquiera que examine la persecución, la exclusión, y la marginalización que los coptos han sufrido en años recientes encontrará que el rechazo al otro que pertenece a una religión diferente ha tomado muchas formas – tales como la repulsión, el desprecio, la difamación, las maldiciones, y la dificultad pública en tolerar la existencia del otro. En algunos casos, la situación ha alcanzado el punto de revocar el derecho del otro a la libertad, a la expresión, y a la existencia, e incluso ha [llevado] a su eliminación.

«Está claro que la política de un país de discriminación es uno de los factores centrales mayores en perjudicar a aquéllos de diferente fe… Cualquiera que siga las palabras de los antiguos oficiales [egipcios] descubre que alardean incesantemente sobre las reglas [puestas en Corán 9:29] que obligan al ahl al-dhimma a pagar el jizya [impuesto] ‘con sumisión deseosa’, y que ellos nunca dejan de alabar los contratos que restringen a los no-musulmanes en las áreas de vivienda, apariencia externa, actuación de sus rituales religiosos, y el mantenimiento de sus casas de culto. Así que, luego, que las leyes que imparten el culto continúan siendo manejadas como fue hace cientos de años atrás, y que se diferencian entre los derechos de la ‘mayoría’ y los derechos de la ‘minoría’…

«La insistencia del estado que la construcción, renovación, y decoración de las iglesias son actividades que requieren del permiso del [gobierno] significa que el estado es incapaz de aceptar los cambios de la historia y de la cultura moderna – incluyendo [el principio de] respetar el derecho del ciudadano a escoger su fe y de rendir culto… Parece ser que la decisión para prevenir [el culto libre] no refleja sino el deseo de la ‘mayoría’ a ser prominentes a expensas de la ‘minoría’ – la cual es obligada a reducir su presencia si [esta presencia] preocupa, avergüenza, o intimida a [la mayoría]…

«En concordancia… [la realidad en Egipto es] que hay muy pocas iglesias pero muchas mezquitas; Las casas de culto [cristianas] tienden a ser pobremente construidas, con luces oscuras y descoloridas, en contraste con las elevadas mezquitas que [son construidas para] parecer durables de por vida, ya que el ‘Islam’, después de todo, ‘es supremo por encima de otros y los otros no son supremos por encima de este’. Así, el estado controla los símbolos físicos que expresan la identidad religiosa… Las exigencias de los coptos de que el estado les permita establecer y mantener las iglesias es recibido [por el pueblo egipcio] como la prueba de su deseo a competir con los musulmanes… [como si] éstas fuesen demandas molestas apuntadas sólo a los miembros dificultosos del régimen…

«[Pero] en un país donde existen monasterios, y en el cual la voz del almuecín vibra junto al sonido de la campanilla llamando a la oración, uno no puede blandir el lema ‘Islam es la solución’ o llamar al retorno del ‘califato islámico’ – y es inconcebible para la constitución definir que el estado es islámico.

«El hostigamiento ha aumentado y la discriminación entre los musulmanes y los cristianos ha empeorado»

«El segundo ejemplo de la violación de los derechos de la religión de los coptos se manifiesta en la coerción religiosa, es decir, empujar a las mujeres, particularmente a muchachas muy jóvenes, a convertirse al Islam bajo presión… En este contexto, hay casos de muchachas jóvenes raptadas y obligadas a convertirse al Islam…

«El estado [egipcio] favorece a un grupo a expensas del otro, y sus varios aparatos se han enredado en actos de violencia… Egipto no ha podido ser objetivo [respecto a todos sus ciudadanos], y, al igual que los otros países árabes, ha fracasado en asegurar la soberanía de la ley y la implementación del acuerdo social entre todos los [elementos de su sociedad]. Esto es debido, a los ojos de los políticos y los que toman las decisiones, que gobernar significa represión, coerción, y castigo a aquéllos que no obedecen. Ésta es una clara violación de uno de los artículos más importantes de la Convención de los Derechos Humanos…

«Parece ser que el estado no reconoce el derecho de un individuo a disfrutar de la libertad religiosa que incluye no sólo el derecho a escoger una fe y una religión, sino también el derecho a cambiar su religión – o de no creer en absoluto. La conversión al Islam no puede ser por la violencia, ya que la fe no puede ser inducida a través de la compulsión y la coerción… la intervención del estado en la cuestión de fe es prueba de su responsabilidad – sea consciente o inconsciente – por esparcir [la acusación] de abandonar el Islam [riddah, la multa por el cual el castigo es la muerte]… Esto significa que la expropiación de la libertad religiosa y la persecución y eliminación de cualquiera que es diferente no sólo aplica a los coptos, sino también a musulmanes que tienen un punto de vista diferente de la religión, o quiénes buscan adoptar otra religión…

«Las instituciones estatales emplean una política de lo ‘visible y lo oculto'»

«Hoy, la ‘mayoría’ le permite a un individuo que cree en una religión diferente de tener un lugar en la sociedad, pero [sólo] mientras se le recuerda que su valor no es igual al del musulmán, y mientras se le está constantemente dando el sentimiento de que él no es un elemento útil [en la sociedad] y que le faltan las calificaciones necesarias. Tal como sabemos, las calificaciones requeridas no son calificaciones científicas, sino religiosas. [Incluso] si el discurso oficial [e.d. el estado] clama que este no es el caso, cómo podemos nosotros explicar [el hecho de que] los coptos se están distanciando de los puestos donde son tomadas las decisiones? Y qué significa cuándo un estado no le permite a un copto mantener una alta posición en la sociedad?…

«Las varias instituciones estatales emplean una política de lo ‘visible y lo oculto’. Públicamente, ellas implican que el estado no rechaza a los coptos – que condena su persecución y nunca deja de proponer recomendaciones importantes a todos los aparatos en el cómo manejar la crisis sabiamente. Y de hecho, en años recientes los medios de comunicación han resaltado alguna historia [cópta] que en el pasado había sido marginalizada. Varias obras de arte han enfatizado la coexistencia que una vez prevaleció entre los musulmanes y los cristianos, y el alcance de la contribución de los coptos a la lucha nacional ha sido revelado. El número de encuentros entre el Papa Shenouda III… y el establishment islámico oficial representado por el jeque de Al-Azhar se ha doblado, y las declaraciones políticas se han multiplicado respecto a las relaciones fraternales que prevalecen entre los miembros de ambas religiones, y respecto a la realización de la unidad nacional en Egipto.

«Pero cualquiera que siga los eventos y los hechos de la vida diaria ha notado lo que los discursos oficiales esconden. El hostigamiento ha aumentado y la discriminación entre los musulmanes y los cristianos ha empeorado… El estado no ha alzado un dedo [para detener] la escalada en el discurso de los extremistas, que apoyan a los movimientos islamistas y controlan las varias instituciones – particularmente las instituciones de los medios de comunicación…

«Un número no insignificante de coptos… se someterían más bien al poderoso régimen en lugar de combatirlo»

«Así los coptos admitan que están siendo perseguidos, negados, o menospreciar la importancia de los ataques en contra de ellos, no existe ninguna duda de que se están violando los derechos humanos fundamentales en Egipto y en otros países árabes, tal como la persecución de las ‘minorías’ es un hecho de vida que no puede ser negado – aun si algunos coptos claman que están satisfechos con su situación y que están en contra de ‘escalar [la lucha]’. ¿Pero no es [su misma] insistencia en ocultar la discriminación religiosa [contra ellos] una señal de las restricciones y presión a la que están sujetas, y [una señal de] las amenazas que reciben para que no revelen este secreto local? El minimizar de los incidentes en los cuales las iglesias fueron saqueadas y destruidas, y la sangre cristiana fue derramada, evidencia del estado de sitio en contra de ‘la minoría?’

«La debilidad, el temor, y un sentido de opresión e impotencia se ha infiltrado en las almas de un número no insignificante de coptos, y ellos más bien permanecerían callados que revelar el secreto. Ellos más bien se someterían al poderoso régimen en lugar de combatirlo. Esta opresión los ha llevado a aceptar los hechos de la clase gobernante, y de someterse a la realidad que es aceptada como ‘natural’ en la sociedad de la mayoría…

«Los coptos están divididos en opinión no [sólo] respecto al tiempo apropiado para tratar con esta materia, pero también con respecto a la manera [apropiada] de defenderse [a sí mismos],… y con respecto a la terminología: Es permisible hablar de ‘persecución’, ‘discriminación’, y ‘violación [de los derechos],’ o es necesario usar las expresiones tales como ‘siendo ignorado’ y ‘abandonado’ por el estado, o ‘[el estado] se hace la vista gorda?’ Similarmente, discrepan en los métodos de lucha contra la discriminación… y si el problema de los coptos debería ser presentado como un problema de una ‘minoría que es perseguida y sitiada’ o considerada dentro del amplio esquema de trabajo de la falta de democracia en Egipto y la violación de los derechos humanos fundamentales?…

«La defensa de la libertad religiosa no puede ser aislada de la defensa del resto de las libertades fundamentales»

«La defensa de la libertad religiosa no puede ser aislada de la defensa del resto de las libertades fundamentales. Es importante que cada persona en la sociedad, sin importar el sexo, el color, la raza, y la religión, disfrute de los derechos que se merece – tal como el derecho a la libertad, al respeto, y a la protección de su integridad física, mental, y espiritual… El común denominador que debe unir todos los niveles de la sociedad es la ciudadanía. Algunas de las estructuras de la ciudadanía son: la igualdad en los derechos y obligaciones, y la igualdad de todos ante la ley… [Igualmente] uno de los méritos del estado democrático es que este no considera a la gente según su fe, y no los evalúa según su afiliación con una religión u otra, o según su devoción. La meta que el estado debe perseguir es que el individuo sea capaz de jugar un papel activo en la sociedad mientras mantiene relaciones constructivas mutuas con otros…»

Sugerencias para resolver el problema de la discriminación contra los cristianos en Egipto

En resumen, el Dr. Grami declaró: «Las circunstancias globales y locales ya no permiten que la situación continué tal como es… y aunque algunos elementos han objetado el hacer surgir el asunto cópto en la actualidad, el debate público en este sensible problema egipcio mayor ya no puede ser aplazado por más tiempo.

El Dr. Grami agregó que ya existe un discurso público respecto a un numero de soluciones prácticas al problema, y enumeró algunas de ellas: «Construyendo un gobierno verdaderamente democrático en el cual el gobierno de la ley prevalecerá en lugar del mandato tribal, en el cual la afiliación nacional y humana reemplazará el enfoque sobre la afiliación religiosa, con una separación entre la religión y el estado; cambiando la constitución y las leyes para que estas garanticen plena igualdad para todos…; implementando la justicia social proporcionando oportunidades de trabajo y a través de la [justa] distribución de recursos entre todos [los ciudadanos]…; apoyando la educación moderna… y los planes de estudios capaces de desarrollar un sentido crítico…; acabando la hegemonía del establishment religioso en todas las áreas de la vida…; oponiéndose a los movimientos religiosos extremistas que llevan a cabo actos de coerción y violencia y no respetan la libertad de religión; desechando el criterio de afiliación religiosa para establecer una consciencia colectiva que pueda unir los esfuerzos de todos al servicio de la patria…; y reexaminar las bases para la operación de los medios de comunicación… El establishment de los medios de comunicación debe esparcir los valores de la modernidad y reflejar la riqueza del sistema cultural…»


[1] Éste es el segundo informe en el recientemente lanzado proyecto MEMRI: Pensadores Reformistas de África del Norte. Para más, véase el primer informe de la serie: «Autor Progresista Marroquí Francés sobre ‘Los Nuevos Pensadores Islámicos,'» http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA26406.