En un artículo titulado «El Incidente Khan Al-Khalili: Causas y Consecuencias,» publicado en el diario del gobierno egipcio Al-Ahram, Ahmad Naji Kamha, investigador del Centro Al-Ahram para Estudios Políticos y Estratégicos, analiza las causas del ataque terrorista del 7 de abril, 2005 en Kan Al-Khalili y propone el cómo lidiar con tales fenómenos.
El escritor da énfasis al hecho que el ataque terrorista fue llevado a cabo por un unico ciudadano egipcio y que esto es lo que resalta la naturaleza seria del problema, Kamha explica «el aparato de seguridad no tiene suficientes personal para seguir a cada ciudadano… Fue sorprendente [encontrar] que los perpetradores del ataque a Taba fueron ciudadanos comunes [egipcios] no afiliados a Al-Qa’ida, ni al Al-Jama’a Al-Islamiya [egipcio], o a la [organización] Jihad [egipcia]».
Kamha critica a las autoridades por no permitir a las organizaciones egipcias liberales en llevar un mensaje de apertura al pueblo egipcio, y por haber permitido a varias facciones «que viven con la mentalidad del pasado» de esparcir incitación anti-occidental y llamar al Jihad contra cualquier cosa americana. Él llama en las autoridades a permitir la actividad de las organizaciones liberales porque ésta, a su manera de ver, sería la respuesta más eficaz a la incitación nacionalista y religiosa. Lo siguiente son extractos del articulo: [1]
Para prevenir tales incidentes, debemos admitir primero que hemos fracasado en cumplir con nuestro deber
«… Si queremos realmente combatir tales incidentes e impedirles que ocurran en el futuro, debemos admitir que todos nosotros – como estado, como intelectuales, y como pueblo – hemos fracasado en cumplir con nuestro deber… Permítanme comenzar con el estado. Por casi treinta años, Egipto ha decidido… jugar un papel activo y primario en establecer la paz en el Medio Oriente como una opción estratégica y para el beneficio de todos sus ciudadanos, incluyendo la región árabe y los tres estados en proximidad estratégica (Irán, Turquía, e Israel). Además, [Egipto] ha optado por relaciones especiales y distintivas con los Estados Unidos, tomando precedencia sobre los otros países… desde entonces vemos que no ha podido mover hacia adelante a la sociedad, excepto recientemente, y para ser más preciso, desde el 2002.
«Vemos que [Egipto] también ha fracasado en traer el cambio sustancial al conocimiento del ciudadano común. En esto, el estado tiene sus justificaciones. Siempre que las cosas se tranquilicen y se muevan hacia las verdaderas reformas, [el estado] fue tomado por sorpresa por actos políticos de violencia, comenzando con el asesinato del difunto Presidente Muhammad Anwar Al-Sadat, el cual empujó el estado hacia el vórtice de los actos de terrorismo, que continuaron hasta 1997. Por consiguiente, el estado tomó los correctivos de imponer leyes de emergencia y otras leyes que restringen las libertades civiles…
«Sin embargo, el estado no comprendió que haciendo esto le estaba impidiendo a las organizaciones liberales no-gubernamentales de la sociedad de realizar sus deberes y de transmitir un nuevo mensaje de apertura a los ciudadanos… Estas organizaciones podrían ayudar a generar interacción dinámica entre el ciudadano y el estado, a través del cual un estado liberal puede confrontar la violencia política de grupos islámicos sin acudir a las leyes de emergencia. Esta tendencia liberal fue el soporte principal de los cambios que han tenido lugar desde el 2002 hasta ahora».
El estado se comporta como si tuviese temor en decirle a sus ciudadanos acerca de sus decisiones de tener una alianza estratégica con los Estados Unidos
«[Restringiendo las actividades de las organizaciones liberales] no es el único error del estado. Su más grande error yace en la discrepancia entre la política [del estado] y las decisiones por una parte] y lo qué le llega a la [consciencia del ciudadano por la otra].
«La consecuencia de esta [discrepancia] está manifestada de la manera en que [el estado] lidió con la paz en el Medio Oriente y con nuestras relaciones con los Estados Unidos. A pesar de las opciones estratégicas respecto a estos dos asuntos que el país ha adoptado abiertamente durante los últimos treinta años, hay todavía una tendencia en el país que se adhiere a los puntos de vista del pasado.
«Esta tendencia controla la orientación [política] de ciertas publicaciones. Ha ayudado a esparcir el odio de cualquier cosa americana y diseminar la teoría conspiracional de que Israel está detrás de cada incidente [violento] que ocurre en Egipto. Así, el estado ha fallado en transmitir su mensaje respecto a su alianza estratégica con los Estados Unidos, como si tuviese temor de confrontar a los ciudadanos con esta verdad.
«Sí, somos los aliados de los [Estados Unidos], y esto no constituye una traición a ningún principio. Ésta es una alianza apuntada a reformar a la región entera sobre la base de libertad e igualdad, y para cambiar y despertar sociedades que merecen una mejor vida. ¿Que hay de malo en presentar este mensaje fuerte y claro? Sí, nosotros somos los aliados de [los Estados Unidos], y esta alianza crece con cada crisis en la región. Esta alianza está basada en principios los cuales no permiten que nadie interfiera en nuestros asuntos. Es nuestra política y nuestra reforma sola la que nos lleva a unir las líneas de política de nuestro aliado más fuerte – política, económica, y socialmente – para la causa de una sociedad que es libre en cada sentido de la palabra.
«Además, nosotros de hecho constituimos un factor mayor en el [proceso] de paz en el Medio Oriente. La paz [en el Medio Oriente] nunca será lograda sin que Egipto juegue un papel activo como mediador y como un actor que ayuda a los otros actores a alcanzar una posición segura».
«El estado ha cometido un error permitiendo que su voz sea más débil que las publicaciones que incitan… al Jihad en contra de cualquier cosa americana u occidental»
«El estado ha cometido un error permitiendo que su voz sea más débil que las voces de las publicaciones que incitan… al Jihad contra cualquier cosa americana u occidental, sobre la base de actitudes formadas en una época [pasada], en que los autores de estas publicaciones se niegan a creer que se ha ido, para nunca volver.
«Es por consiguiente el deber de las fuerzas liberales ahora de entrar en el pleito ideológico contra los autores de estas publicaciones, para clarificar el pasado, presente, y los cambios futuros en el estado, y para explicar que la incitación, el idioma inflamatorio y violento es el idioma de uno que es incapaz de desarrollar y de mantener un diálogo con intelectuales en el mundo».
«La mentira detrás de las denuncias de incitación de que los Estados Unidos es el gran Satanás debe ser expuesta»
«Uno debe exponer la mentira detrás de la denuncia de incitación de que los Estados Unidos es el gran Satanás con visión exclusiva para los intereses israelíes, que los cambios y reformas que están actualmente teniendo lugar son meramente el resultado de presiones externas, y que los Estados Unidos está buscando [sólo] alguna apertura que le permitiría ejercer presiones adicionales sobre el estado egipcio e intervenir en sus decisiones políticas. Exponiendo todas éstas [mentiras] es el primer acto para la fase de una brecha ideológica que le permitiría a la mente egipcia examinar todo racionalmente y llegar a conclusiones racionales en lugar de ser empujado hacia una política de suicidio, sacrificando la sociedad y a sus ciudadanos, como el mercado Kan Al-Khalili».
«Los escritos incitantes y la agitación yacen en las dimensiones nacionalistas religiosas y [pan-árabes]»
«En cuanto al pueblo: los ciudadanos fueron barridos colectivamente y muy cercano a sus corazones, debido a que las escrituras de incitación y de agitación yacen en las dimensiones nacionalistas religiosas y [pan-árabes]. Es por eso que el momento ha llegado para todos y cada uno de nosotros de abandonar el pensamiento colectivo e investigar, con una mente individual, lo que llevará a la realización de los intereses del estado egipcio, así como también a sus [propios] intereses…
«Se nos requiere hoy el pensar racionalmente e imaginar hacia donde tales publicaciones de [incitación] podrían llevarnos, [y preguntarnos a nosotros mismos] si estamos listos para aceptar que cada uno de nosotros lleva por dentro a un terrorista latente que destruirá la propiedad del estado y la de los ciudadanos, uno en que no se puede confiar que no matará a aquéllos quienes cuentan con nosotros para protegerlos [e.d. a los turistas].
«También es incumbente en cada uno de nosotros el albergar dentro de uno mismo a un ciudadano ilustrado moderno, quien se comporta con franqueza hacia los otros, quién está interesado en adquirir una educación e interesado en la modernización, y quién no le teme a Occidente, pero que tiene influencia y está influenciado por el.
«De lo anterior, uno no debería concluir – como han indicado algunos de los canales de noticias por satélite – de que el estado puede ser la causa [de los actos de terrorismo], para poder darle fuerza a más restricciones en los ciudadanos, en un esfuerzo por refrenar y dirigir el proceso de reforma, el cual fue impuesto desde fuera.
«Ha habido desafortunadamente, [gente] que ha aceptado esta [denuncia].
«Nosotros, por otro lado, concluimos que el estado debe completar los pasos de su reforma, por la vía de la legislación y de la implementación mejor adecuada… [además], el estado debe contar con las organizaciones liberales no-gubernamentales para establecer una nueva elite que desarrollaría mejor el discurso oficial y llevaría simple y enérgicamente mejor el mensaje a los ciudadanos. Todas Las organizaciones políticas de toda la sociedad deben permitírsele auto-expresarse. De esta manera el estado respondería más enérgicamente a los incitadores y protegería las mentes de otros de caer en las garras de este tipo de pensamiento destructivo. Así, el estado comenzaría a confrontar los obstáculos más serios [previniendo] la comunicación entre estos y sus ciudadanos, de quienes todos se oponen a acciones delictivas como éstas».
[1] Al-Ahram (Egipto), 11 de abril, 2005.