Introducción

El Informe de Desarrollo Humano Árabe 2005 (IDHA): Hacia el Ascenso de las Mujeres en el Mundo Árabe es el cuarto en una serie de informes sobre desarrollo humano en el mundo árabe preparado bajo los auspicios, y emitido, por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas. El informe fue presentado en San’a, la capital de Yemen el 7 de diciembre, 2006. [1]

En el Prólogo del informe, el príncipe saudita Talal Bin Abdul Aziz, Presidente del Programa del Golfo Árabe para las Organizaciones de Desarrollo para las Naciones Unidas y un príncipe saudita, hicieron un intento por disociar la religión de las condiciones adversas y, a menudo, los abusos, la discriminación, y los maltrato sufridos por las mujeres en el mundo árabe. El Príncipe Talal escribe:

«La religión no tiene ninguna conexión con las prácticas equivocadas que son llevadas a cabo contra las mujeres. Nuestras sociedades, sin embargo, dan precedencia a la costumbre sobre el verdadero culto y proveen las bases para asumir que no tienen ninguna base en el Santo Corán o en las prácticas autenticadas y refranes del Profeta (Hadith)».

La realidad, por supuesto, es diferente. Existen millones de personas analfabetas sometidas a diario a las presiones de clérigos ignorantes forzando a las mujeres a llevar puesto el velo y, en la mayoría de casos extremos, el niqab (cobertura total del cuerpo de la mujer desde la cabeza hasta el dedo del pie) qué es equivalente a subyugar su identidad por ninguna razón otra que la de preservar a la sociedad patriarcal. [2] El informe bajo consideración ha colocado el asunto de la religión lo suficientemente aceptable: el proceso de reforma, que significa emancipación de la mujer árabe, requiere, sobre todo, de la reconciliación entre la libertad y la fe. (p.1) La historia enseña que la libertad desenfrenada puede conducir a la anarquía; la religión estrictamente interpretada a menudo conduce a la opresión y la ignorancia.

La naturaleza de la reforma

El impacto acumulado de los tres informes anteriores, combinado con las presiones del exterior, particularmente de los Estados Unidos, ha escalado la demanda a reformas en las reformas de los países árabes que «van más allá del vestir decorativamente», que significan reformas que se dirigen a los principales problemas de los cuales los países árabes sufren: «la represión política, la marginalización, y la ausencia de los componentes básicos de una buena gobernabilidad». (p.27)

Mientras denotamos los esfuerzos por las reformas, a menudo inútiles, por tales movimientos como «Kefaya!” [Suficiente!] en Egipto o «la «Declaración de Damasco» por lideres figuras en la vida civil y cultural en Siria, el informe subraya el empeoramiento de las violaciones de los derechos humanos en los países árabes, las violaciones de las libertades públicas y la libertad de opinión y expresión y el apuntar a los reformistas y activistas de los derechos humanos. (pp.34-6)

La ascensión de las mujeres

El fortalecimiento de las mujeres y la mejora de su papel en los países árabes son los temas centrales del informe del PNUD. «[E]l objetivo final», el informe enfatiza, es para las mujeres en el mundo árabe el «disfrutar todos los componentes de los derechos humanos igualmente con los hombres», (p.55) En esta consideración, «la transición hacia la buena gobernabilidad» que es de hecho un orden alto en una región dominada por varios grados de regímenes autoritarios, será un pre-requisito para el avance de las mujeres. (p.64)

Revisión de datos

El informe proporciona una riqueza de datos en muchos aspectos de la vida de las mujeres en el mundo árabe y de cómo ellas se movilizan en comparación con otros países, ambos países en desarrollo y desarrollados. El informe se enfoca en cuatro indicadores principales por los cuales obstáculos para hacer avanzar a las mujeres que adquieren capacidades humanas son medidas: la salud, la educación, la actividad económica y la participación política.

Salud

Comenzando con el nacimiento del niño, las mujeres árabes, particularmente aquéllas en los países no productores de petróleo, soportan el riesgo de una alta morbosidad y mortalidad conectadas con el embarazo y las funciones reproductoras. La proporción media de mortalidad es de 270 muertes por 100,000 nacimientos, elevándose a 1,000 muertes en los países árabes pobres mientras en el caso de Qatar hay sólo 7 muertes por cada 100,000 nacimientos. (p.70)

La proporción media de fertilidad de 3.81 nacimientos en los países árabes es alta comparada con el resto del mundo en vías de desarrollo dónde la proporción, según la Organización Mundial de la Salud, no excede los 2.9 nacimientos. (p.71) En la proporción actual de crecimiento, la población en los países árabes se duplicará cada 20 años. Tal proporción de crecimiento pondrá profundas cargas en los servicios sociales, escuelas, hospitales, infraestructura, y el ambiente y aumentará el desempleo que ya es alto en aproximadamente 20 por ciento de la fuerza laboral, y qué podría generar inestabilidad política y dislocación social.

El informe subraya otro problema, un fenómeno llamado «años de vida perdidos por enfermedad». Este indicador de salud muestra que las mujeres pierden más años de vida por enfermedades que los hombres. Sin embargo, el número de años perdidos por enfermedad en las mujeres en los ricos países productores de petróleo tiene más que ver con el estilo de vida y con discriminación firmemente asentada basada en el sexo que con la riqueza del país. (pp.71-2)

Educación

El informe bosqueja un tétrico cuadro de la educación de las muchachas en los países árabes. En general, el acceso femenino a la educación permanece por debajo a la de los varones (tres cuartas partes de hembras contra cuatro quintos de varones). La excepción está en algunos países productores de petróleo y en el Líbano, el territorio palestino y Túnez, dónde existe una altísima proporción de reclutamiento por mujeres que por hombres. En general, las mujeres árabes están pobremente preparadas en términos de educación para participar eficazmente en la vida pública. Los datos muestran que la región árabe tiene una de las proporciones más bajas del mundo de educación femenina, un hecho que se traduce en una baja proporción de alfabetización. (Tabla 1) De hecho, la mitad de las hembras son analfabetas comparadas con sólo un tercio de los varones. Las limitadas oportunidades de las mujeres para matricularse en educación superior profundizan más la brecha para el avance profesional. A pesar de su riqueza, Arabia Saudita enrola menos mujeres que los hombres en su sistema de educación. (pp.74-5)

Cuadro 1: Desigualdad de sexos en la educación

Tasa alfabetización adulta femenina (% edades 15 y superior) 2003

Tasa alfabetización adulta femenina al % masculino 2003

Tasa alfabetización juvenil femenina (% edades 15-24) 2003

Tasa alfabetización juvenil femenina al % masculina 2003

Todos los países en en desarrollados

69.6

84

81.2

92

Países menos desarrollados

44.6

70

56.8

81

Estados árabes

53-1

71

75.8

87

Asia Oriental y el Pacífico

86.2

91

97.5

99

América Latina y el Caribe

88.9

98

96.3

101

Sur de Asia

46.6

66

63.3

79

África subsahariana

52.6

76

67.9

88

Europa Oriental Central y el CIS

98.6

99

99.6

100

OCDE

Altos ingresos OCDE

Alto desarrollo humano

Desarrollo humano medio

73.3

86

84.1

93

Desarrollo humano bajo

47.9

73

63.6

86

Altos ingresos

Ingresos medios

86.2

93

96.3

99

Altos ingresos

49.9

70

65.4

82

Mundo

Deficiencia educacional

La deficiencia educativa comienza a nivel pre-escolar dónde a un niño en los países árabes se le otorga un promedio de 0.4 años comparado a 1.6 años en América Latina, 1.8 en Europa Central y Oriental y 2.2 años, en América del Norte y Europa Occidental. En general la matriculación pre-escolar en los países árabes es del 20 por ciento, pero sólo es el 5 por ciento en Argelia, Djibouti, Omán, Arabia Saudita y Yemen – tres de los cinco países siendo exportadores de petróleo. En los países en vías de desarrollo en general la tasa en la matriculación es del 42 por ciento. (pp.75-6) El informe sugiere una notable mejora en la matriculación de niños a nivel escolar primaria aunque la matriculación de muchachas es, en término medio, sólo el 90 por ciento de la matriculación de los muchachos. La brecha se ensancha a nivel de secundaria dónde la matriculación de muchachas representa el 80 por ciento de la matriculación de los muchachos. Existen dos razones por la discrepancia: primero, una deficiencia en la política de educación pública que falla en el no concertar una igualdad en la educación y, segundo, una tradición en la sociedad árabe que ve la educación de las muchachas como menos importante que la educación de los muchachos.

En términos de alta educación se ha logrado algún equilibrio, pero las cifras son parciales y, de hecho, no verdaderas. Son parciales debido a un porcentaje aplastante de estudiantes que cursan estudios en el exterior, particularmente de los países ricos en petróleo, son varones y no son incluidos en los datos nacionales. Por ejemplo, Arabia Saudita ha anunciado que 7000 estudiantes asistirán universidades en el exterior para el próximo año escolar. Pero la experiencia sugiere que sólo unos pocos de aquéllos que estudian en el exterior son mujeres.

Existe también la proclividad entre las familias árabes de alentar a las muchachas a su papel reproductor por encima de su continua educación y avance profesional. Es más, existe una creciente discriminación contra mujeres en admisión a ciertas escuelas profesionales. En Kuwait, por ejemplo, un candidato masculino a estudios de ingeniería petrólera es admitido sobre la base de un promedio average de 67.9, mientras que las estudiantes mujeres deben lograr un promedio de 83.5. (p.79) La ironía subyacente de estas cifras es evidencia que las muchachas en los países árabes son estudiantes con más éxito que los muchachos en todos los niveles de educación y probablemente es menos probable que se retiren a mitad de año de la escuela o repitan el año escolar. En otras palabras, la baja proporción de muchachas que asisten a las escuelas en todos los niveles debería atribuirse a la discriminación contra ellas en lugar de la ineptitud escolástica implícita.

El analfabetismo reprime el desarrollo

El informe muestra cifras perturbadoras respecto al analfabetismo en los países árabes, que entran al siglo 21 con 60 millones de adultos analfabetos, representando el 40 por ciento de todos los adultos, la mayoría de ellas mujeres pobres y campesinas. Esta tasa es más alta que el promedio mundial y superior incluso que el promedio en los países en vías de desarrollo. (p.80) (Cuadro 2)

Cuadro 2: Tasas de alfabetización

Tasa alfabetización adulta (% edades 15 y superior) 1990

Tasa alfabetización adulta (% edades 15 y superior) 2003

Tasa alfabetización juventud (% edades 15-24) 1990

Tasa alfabetización juventud (% edades 15-24) 2003

Todos los países en desarrollo

67.0

76.6

81.1

85.2

Países menos desarrollados

44.2

54.2

57.2

64.2

Estados Árabes

50.8

64.1

68.4

81.3

Asia Oriental y el Pacífico

79.7

90.4

95.0

98.0

América Latina y el Caribe

85.1

89.6

92.7

95.9

Sur de Asia

47.7

58.9

61.7

72.2

África subsahariana

51.1

61.3

68.5

73.7

Europa Central y Oriental y el CIS

98.7

99.2

99.7

99.5

OCDE

Altos-ingresos OCDE

Alto desarrollo humano

Desarrollo humano medio

70.6

79.4

83.2

87.5

Bajo desarrollo humano

45.1

57.5

63.7

70.1

Ingresos altos

Ingresos medios

81.2

89.6

93.6

96.8

Bajos ingresos

50.2

60.8

64.4

73.0

Actividades económicas

Al igual que en el caso de la matriculación escolar, las tasas de participación de las mujeres en las actividades económicas en los países árabes son más bajas que en otras regiones en el mundo. (p.85 y Cuadro 3) Existen dos razones para esta situación: Primero, la demanda de trabajo es forzada por el crecimiento económico limitado y la alta proporción resultante de desempleo; y, segundo, existe la percepción tradicional de que los hombres son el sostén de la familia y, como resultado, las mujeres serán las últimas en ser reclutadas durante la expansión económica y las primeras en ser despedidas durante una recesión económica. (p.86) Dado que las mujeres son mejores en el aprendizaje y superiores escolásticamente que los hombres, la discriminación contra las mujeres va contraria a la eficiencia económica. Puesto de una forma diferente, la situación produce «un fenómeno infortunado» donde «una abundancia de capital humano calificada femenina está padeciendo de tasas altas promedio de desempleo». (p.201)

Cuadro 3: Desigualdad de sexos en la actividad económica

Tasa actividad económica femenina (% edades 15 y superior) 2003

Tasa actividad económica femenina (índice, 1990=100, edades 15 y superior) 2003

Tasa actividad económica femenina (% masculino edades 15 y superior) 2003

Todos los países en desarrollo

56.0

102

67

Países menos desarrollados

64.3

100

74

Estados árabes

33.3

119

42

Asia Oriental y el Pacífico

68.9

100

83

América Latina y el Caribe

42.7

110

52

Sur de Asia

44.1

107

52

África subsahariana

62.3

99

73

Europa Central y Oriental y el CIS

57.5

99

81

OCDE

51.8

107

72

Altos ingresos OCDE

52.8

107

75

Alto desarrollo humano

51.1

106

71

Desarrollo humano medio

56.4

101

68

Desarrollo humano bajo

61.3

99

71

Altos ingresos

52.5

107

74

Ingresos medios

59.5

102

73

Bajos ingresos

51.2

103

61

Mundo

55.6

103

69

Mujeres árabes en la vida política

En la inmensa mayoría de los países árabes las mujeres tienen el derecho de votar y participar en las elecciones parlamentarias. En la realidad, sin embargo, la región árabe está en último lugar en términos a la cuota de las mujeres en el parlamento. (pág. 96 y Cuadro 4) Irak es la excepción porque su constitución garantiza la tercera parte de los escaños del parlamento a mujeres. Sin embargo, ninguna de estas parlamentarias femeninas han sido citadas en la prensa iraquí de haber dado algún importante discurso de política durante el debate en el parlamento y quizás se espera que ninguna lo haga.

Cuadro 4: Participación política de mujeres

Rango HDI

Año que las mujeres recibieron derecho al voto

Año que las mujeres recibieron derecho de representar en las elecciones

Año que fue elegida la primera mujer (E) o designada (A) al parlamento

Mujeres en el gobierno a nivel ministerial (% del total) 2005

40 Qatar

0.1

41 EAU

0.1

77 Arabia Saudita

0.0

81 Líbano

1952

1952

1991 A

0.1

89 Túnez

1957, 1959

1957, 1959

1959 E

0.1

90 Jordania

1974

1974

1989 A

0.1

102 Occ. Terr. Palestino

106 República Árabe Siria

1949, 1953

1953

1973 E

0.1

119 Egipto

1956

1956

1957 E

0.1

124 Marruecos

1963

1963

1993 E

0.1

151 Yemen

1967, 1970

1967, 1970

1990 E

(.)

Para que las mujeres estén activas en la vida política deben disfrutar de un grado de libertad que ahora se les está negando. De hecho, el informe señala, que «[S]implemente el hacer una conexión entre las mujeres y la libertad fomenta la controversia y los conflictos en algunos distritos con las costumbres y las tradiciones». (p.114)

Hasta donde le concierne a la rama ejecutiva en los países árabes, el nombramiento de mujeres como ministras del gabinete ha sido raro. La primera mujer ministro fue designada por Egipto en 1956, seguido por Irak en 1959 y Argelia en 1962. Desde entonces por lo menos una mujer sirve como ministro en cada gobierno árabe excepto en el gobierno saudita. La mayoría de las mujeres, sin embargo, han sido nombradas para posiciones ministeriales de segunda categoría; ninguna ha sido nombrada a lo que se refiere en el mundo árabe como ministerios soberanos tales como relaciones exteriores, defensa, interiores (responsables de la policía nacional) o finanzas (asignación de recursos). El informe hace una observación crucial que en ausencia de competitividad política en casi todos los países árabes, el papel de las mujeres, aun cuando fuesen representadas por números mayores, no representaría mucha diferencia en la vida política del país o en el estado de las mujeres. De igual manera, la participación de las mujeres en los partidos políticos es descrita como «simbólica». (p.99) El informe le atribuye este fenómeno al «legado cultural y al sistema patriarcal prevaleciente en los países árabes». (p.100)

Pobreza y sexos

Mientras el informe sugiere de que no existe la «feminización de la pobreza», e.d., ninguna evidencia clara de que las mujeres sufren de niveles más altos de pobreza que los hombres, hay índices-salud, conocimiento e ingresos qué, tal como se ha discutido anteriormente, no le son favorables a las mujeres. (p.113)

En el tema de los ingresos del hogar, no existen datos fidedignos para proporcionar indicadores confiables sobre los grados de pobreza de hogares encabezados por mujeres. El informe parece sugerir que la gran mayoría de los hogares dirigidos por mujeres sin tener otra opción que la suya propia (refiriéndose a la viudez, al divorcio o al abandono) parecen ser más pobres que en otros hogares, particularmente aquéllos encabezados por hombres solteros. (p.113)

En el contexto de la pobreza en áreas rurales, el informe se refiere a la práctica de remover a las muchachas jóvenes del campo y obligarlas a que trabajen como sirvientas “en una forma de neo-esclavitud». Es «una mancha negra» en el desarrollo humano en los países árabes. (p.119) Estas muchachas son analfabetas y probablemente permanecerán así mientras le sirven a sus amos urbanos sin ninguna esperanza de ahorrar suficiente dinero para mejorarse a si mismas en el estatus educativo.

El informe critica el tratamiento «duro y degradante dado a las trabajadoras domésticas extranjeras», que trabajan largas horas, reciben sueldos bajos, y a menudo sufren ataques o abusos sexuales. La cifra de estas trabajadoras domésticas en los países del Golfo es sorprendente:

Cifra del país

(en miles)

Arabia Saudita

426

Emiratos Árabes Unidos

261

Kuwait

241

Omán

145

Bahrein

36

Qatar

38

En el caso de Kuwait, Omán y Qatar los trabajadores domésticos del extranjero representan más del 70 por ciento del trabajo de las mujeres. (p.121)

Una visión estratégica

Una frase introductoria en el último capítulo del informe que busca diseñar una estrategia para el fortalecimiento de las mujeres en los países árabes lo resume todo: «El renacimiento árabe [izdihar] no puede ser logrado sin la ascensión de las mujeres en los países árabes». (219) La estrategia recomienda que las muchachas y mujeres árabes deben adquirir conocimiento «bajo un fundamento igual al de los muchachos y los hombres», de que a ellas debería dársele oportunidades para la «participación efectiva en todos los tipos de actividad humana fuera de la familia», y que a ellas se les de una buena medida de libertad respecto a los derechos de la ciudadanía y libertad por el abuso físico y mental. (pág. 220-1)

Lamentablemente, sin embargo, las recomendaciones para tal renacimiento no van más allá de las generalidades y a menudo caen en banalidades. Después de morar con muchos detalles en lo que se necesita hacer, el informe concede que lo que se ha ofrecido no es «más que molienda intelectual para las fuerzas de la renovación en los países árabes». (p.231)

Conclusión

Discutiendo el «Movimiento de Mujeres Árabes: Luchas y Experiencias», el informe observa, más bien amenazante, que los países árabes «han entrado al siglo veintiuno arrastrando todavía detrás de ellos el peso muerto de tales problemas como el derecho de la mujer a la educación, al trabajo y a la actividad política, asuntos resueltos ya en otras partes». (pág. 123)

Mientras la mayoría de los países árabes ha promulgado constituciones que le conceden a las mujeres iguales derechos que a los hombres, leyes que gobiernan las relaciones domésticas son adjudicadas por clérigos o estudiosos legales religiosos que a menudo le dan preferencia a los hombres por encima de las mujeres asignándole el doble del peso a la evidencia dada por los hombres que las dadas por las mujeres. Las mujeres luchan para elevarse por encima y más allá de su actual estado inferior inexorablemente unido a las amplias reformas políticas que deben tener lugar en sus respectivos países. Desgraciadamente, las señales de tal cambio aparecen sólo en el horizonte distante. Ya que no está claro el por qué las mujeres serían más exitosas disfrutando varias medidas de libertad en un momento cuando el resto de de la sociedad vive bajo un ambiente político autoritario.

* El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior del Programa de Estudios Económicos del Medio Oriente de MEMRI


[1] Véase MEMRI Investigación y Análisis No. 104, «Informe de Desarrollo Humano en el Mundo Árabe», 24 de julio, 2002 http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA10402 ; MEMRI Investigación y Análisis No. 151, «El Fracaso en Establecer una ‘Sociedad de Conocimiento’ en las Naciones Árabes: informe de Desarrollo Humano Árabe, 6 de noviembre, 2003 http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA15103; MEMRI Investigación y Análisis No. 219, «El Informe de Desarrollo Humano Árabe: Una Apelación a la Franqueza y a la Libertad», 29 de abril, 2005 http://www2.memri.org/bin/espanol/articulos.cgi?Page=archives&Area=ia&ID=IA21905.

[2] Véase el excelente artículo de Bilqis Hamid Hassan, «Es el niqab requerido por la religión», Elaf, 16 de enero, 2007.