El 24 de mayo del 2010, Al-Jazeera TV puso al aire un programa que informó sobre una escuela de mujeres en la provincia de Kandahar, a través del cual surgió un panorama desolador en la educación de las mujeres en Afganistán. Las mujeres arriesgan sus vidas a diario para adquirir una educación. Muchos maestros y estudiantes son atacados por quienes se oponen a la educación de las niñas pashtun en Kandahar y amenazas se suceden a diario.
Sin embargo, las mujeres muestran una fuerte voluntad y deseo por un futuro mejor. Un maestro dijo: «Cada minuto y cada día, sufro como consecuencia de las noticias de asesinatos, amenazas y humillaciones. Sin embargo, seguiré saliendo de mi hogar hasta el último día de mi vida… estoy aquí por el bien de mi pueblo oprimido y quebrantado».
Para ver este segmento de video en MEMRI TV, visite http://www.memritv.org/clip/en/0/0/0/0/0/0/2508.htm.
Las mujeres vienen a la escuela arriesgando sus vidas
Reportero: «Una mujer que decide ya sea estudiar o enseñar en Kandahar debe mantenerlo en secreto, porque su vida depende de ello. Deben llevar puesto el chador para evitar el peligro. Llegar a la escuela Zarghona Ana cada mañana es un logro en sí mismo. En el interior, por fin podemos verles los rostros.
«Unas 1.800 alumnas estudian aquí – desde primaria hasta secundaria. No vimos a muchas con el rostro descubierto. La presencia de la cámara significa que otros pueden saber que asisten a la escuela. Estos ‘otros’ son personas que se oponen a la educación de las niñas pashtún en Kandahar y por lo general, expresan su oposición con violencia.
«En el 2008, 70 profesores y profesoras fueron asesinados en Afganistán. En abril del 2008, el director de educación en la provincia de Kandahar fue asesinado. El maestro Zakiyya Jalal está consciente de la situación, pero no está dispuesto a darse por vencido».
Estudiante: «Nunca abandonaremos el sendero de la educación»
Zakkiya Jalal, maestra en la escuela: «Es demasiado peligroso para mí salir de mi casa todos los días en esta ciudad. Estoy consciente de esto, pero la vida debe continuar. Es mi deber enseñar lo que he aprendido. Yo mismo me gradué en esta escuela.
«Cada minuto y cada día, sufro como consecuencia de las noticias de asesinatos, amenazas y humillaciones. Sin embargo, seguiré saliendo de mi casa hasta el último día de mi vida. Lo haré para enseñar a otros. Estoy aquí por el bien de mi oprimido y quebrantado pueblo».
Reportero: «Entendemos muy bien el por qué sólo una estudiante de esta clase ha acordado hablar con nosotros».
Estudiante: «En nuestra religión, la adquisición de conocimiento es el deber de todo musulmán, hombre o mujer. Salimos de nuestras casas con miedo, y nuestras familias se preocupan por nosotros hasta que regresamos. Nunca abandonaremos el sendero o la educación».
Reportero: «52 profesores trabajan aquí en una atmósfera muy inusual. Su número ha ido disminuyendo en los últimos tres años, ya que nadie aquí es inmune a los problemas de seguridad».
Un profesor de inglés: «Mis dos amigos que también son de esta escuela han recibido amenazas por parte de militantes y no sé si vinieron hoy. Debemos continuar viniendo a este lugar. Kandahar está en la vanguardia de esta guerra, pero debemos seguir enseñando».
Estudiantes femeninas fueron atacadas con ácido por militantes
Reportero: «Los afganos no pueden olvidar a las estudiantes que fueron atacadas con ácido por militantes, pero estos ataques no han distorsionado la mente de las chicas que quieren un cambio».
Estudiante, hablando en inglés: «Me estoy tomando un gran riego viniendo a la escuela en estas condiciones. La situación es mala, pero este es nuestro destino. Quiero ser una buena periodista en el futuro. Estoy haciendo todo lo que posible para conseguirlo».
Reportero: «Desafortunadamente, las preocupaciones y lo complicado por la seguridad de las mujeres afganas no han cesado desde hace décadas. ¿Qué depara el futuro para el sector educación? A pesar de todo, no pierden la esperanza de un futuro mejor».