En un artículo publicado en el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, ‘Abd Al-‘Aziz Hamad Al-Aluwaisheg, subsecretario general del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) para asuntos políticos y de negociaciones, elogió la audaz acción militar realizada recientemente por los Estados Unidos en contra de Irán. Es precisamente esta política, dijo, la que puede frenar la agresión de Irán y hacerlo regresar a la mesa de negociaciones, a diferencia de la política anterior estadounidense de pasar por alto las provocaciones de Irán y evitar una acción militar significativa en su contra, que no logró estos objetivos. Al-Aluwaisheg pidió a los Estados Unidos que consideren la acción militar como parte integral de su estrategia general frente a Irán y no solo como una medida temporal y limitada, ya que la presión combinada militar y económica puede arrojar resultados, al mismo tiempo que muestra a los aliados de Estados Unidos que este ahora es serio y consistente en sus políticas.
‘Abd Al-Aziz Hamad Al-Aluwaisheg (Fuente: Al-Sharq Al-Awsat, Londres)
Lo siguiente son extractos de su artículo:[1]
Una acción militar decisiva hará disuadir a Irán y también convencerá a los aliados de Estados Unidos de que sus intenciones son serias
«Los Estados Unidos realizo dos acciones significativamente importantes últimamente que pueden afectar los desarrollos en la región al disuadir a Irán y llevarlo [de vuelta] a la mesa de negociaciones luego que este trató de evitar que tal situación fuese llevada a cabo. El 29 de diciembre, 2019 Estados Unidos bombardeó cinco instalaciones militares de las Brigadas de Hezbolá, una organización iraquí muy cercana a Qassem Soleimani, en represalia por el fuego de 30 misiles disparados por esta milicia a las bases de la coalición en Kirkuk, causando la muerte de un contratista estadounidense y varios soldados fueron heridos. El 3 de enero, 2020 un [ataque] efectuado con drones puso fin a la vida de Qassem Soleimani, comandante de la así llamada Fuerzas Qods y autor intelectual de las acciones por parte de Irán en la región, así como también a varios de sus ayudantes, luego que sus agentes atacaran la embajada estadounidense en Bagdad.
«Estos dos eventos fueron sorpresivos, ya que fueron notables en su audaz, atrevida y directa confrontación con Irán y porque ocurrieron después de varios meses en los que Estados Unidos evitó responder a las provocaciones de Irán. Una respuesta decisiva de este tipo es crucial para demostrar la sinceridad de Estados Unidos y convencer a Irán de que habrá consecuencias devastadoras por sus provocaciones y sus obstinados [intentos] de determinar el futuro político de Irak, Siria, el Líbano y Yemen en contra de la voluntad de sus pueblos e incluso si esto requiere el utilizar la fuerza.
«Pero para que estos golpes sean efectivos a fin de disuadir a Irán, la presión militar estadounidense debe persistir, junto a la presión económica, cada vez que Irán y sus agentes realicen otra de sus escapadas y esto debe ir acompañado de esfuerzos diplomáticos más enérgicos que los hechos hasta ahora. Un principio aceptado en política exterior es que la diplomacia no es efectiva a menos que vaya acompañada de una presión militar y económica (en este caso sanciones y otras herramientas económicas). Del mismo modo, los logros militares no producirán los resultados deseados a menos que vayan acompañados de una acción diplomática que los traduzca en beneficios políticos
«El debilitamiento de las Brigadas Hezbolá [iraquíes] y el asesinato de Qassem Soleimani son dos buenos ejemplos de lo que denominamos la diplomacia de la fuerza, pero estos no serán suficientes para cambiar el comportamiento de Irán a menos que este último esté convencido de que representan una estrategia a largo plazo con objetivos muy claros, en lugar de eventos aislados en respuesta a una provocación específica.
«La política estadounidense considera que la negociación es la única forma de resolver la crisis en las [relaciones] de Irán con los Estados Unidos y sus aliados en el Golfo y más allá. Paradójicamente, los ataques estadounidenses en Irak [en realidad], incrementarán la probabilidad de que esto si suceda. Irán ha estado intensificando [la crisis] durante años y especialmente en este último, pero nunca encontró una respuesta significativa, por lo que no tenía ningún incentivo de negociar y nada que perder al utilizar la violencia y negarse a negociar. En otras palabras, la política de voltear la mirada [a las acciones de Irán] y guardar silencio no hizo nada para frenar el apetito de Irán a sus aventuras, siendo Soleimani el representante en mayor grado de esta aventura.
Ahora que Soleimani se ha ido, es muy posible debilitar a los de línea dura que este representó
«Pero ahora la situación ha cambiado y si las respuestas de Estados Unidos continúan al mismo nivel de intensidad, Irán verá [de repente] el beneficio de las negociaciones como una alternativa al método de la fuerza, la agresión y destrucción».
«Algunos observadores señalan los sentimientos de tristeza y furia por la muerte de Soleimani, e infieren que Irán ahora solo está interesado en cobrar venganza y no piensa racionalmente. Eso es cierto, pero debemos considerar que las ceremonias fúnebres y las muestras de apoyo [por Soleimani] fueron coordinadas y orquestadas a nivel oficial, y no reflejan necesariamente el apoyo entusiasta [popular] por Soleimani y de continuar en su camino. No debemos confundir estas demostraciones temporales [de apoyo] con los intereses a largo plazo del régimen iraní.
«Es un hecho bien conocido que Soleimani era una figura vergonzosa para los iraníes moderados y no es ningún secreto que algunos funcionarios del gobierno le consideraron un obstáculo en sus esfuerzos de promulgar una política exterior diferente. Algunos iraníes lo vieron como un instrumento de opresión en el ámbito interno y un instrumento de guerra en lo externo. Además, lo responsabilizaron de perpetrar crímenes de guerra que socavaron las relaciones históricas de Irán con el [resto de] la región. Los oponentes de Soleimani obviamente no pueden expresar sus verdaderos sentimientos en la ya cargada atmósfera presente, pero [ahora] que este se ha ido de la arena política, es muy posible debilitar a los elementos radicales que este representó…
«En otras palabras, la atmósfera en Irán e Irak no hace de la negociación la [opción] que Trump de hecho favorece, sea muy difícil de realizar. Al contrario, puede hacer que [esta opción] sea aun más fácil de lograr, ahora que Trump ha puesto en el tapete la opción de la expansión iraní y la negativa a negociar como no-rentables [para Irán]. Muy cierto, el líder de la revolución iraní [Ali Jamenei] rechazó [la opción del] diálogo con Trump, pero lo que se necesita no son negociaciones abiertas, que las otras partes rechazan también, sino más bien negociaciones sobre temas específicos, basados en principios acordados por todos.
«Las negociaciones no tienen que ser bilaterales, entre Estados Unidos e Irán, sino que deben ser multilaterales, entre Irán y todas las partes perjudicadas por su política. El CCG ya ha aclarado los principios que deberían sustentar las relaciones entre los países de la región e Irán fue informado de esto cuando propuso [llevar a cabo] un diálogo regional. Estos principios incluyen el compromiso con la carta magna de la ONU, que exige respetar las fronteras internacionales, la independencia política y la integridad territorial de los estados-nación vecinos. También incluye el compromiso de abstenerse de interferir en los asuntos internos [de otros países] y de utilizar la fuerza y la guerra civil para alcanzar objetivos políticos.
«Para aumentar las posibilidades de unas negociaciones exitosas en todos los temas y no solo en el tema nuclear, es crucial mantener la presión militar y económica [sobre Irán], junto a una continua vía diplomática con objetivos claros que serán determinados mediante consultas, especialmente con los países de la región.
«Las actividades diplomáticas de la actual administración estadounidense son claramente limitadas, en comparación con la de la [administración] anterior y esto ha provocado que la política [estadounidense] respecto a Irán obtenga un apoyo insuficiente, [ambos] dentro como fuera del relanzar [esta política] por parte de los Estados Unidos inicialmente será difícil, dado el período electoral que se avecina, ya que muchos [estadounidenses] ven las acciones de la administración con cierto escepticismo, pero el apoyo interno es crucial [dada la naturaleza desafiante de las tareas que restan por delante]. Por ejemplo, la diplomacia estadounidense se enfrenta a la difícil tarea de convencer a algunos de sus aliados y socios del [carácter] serio y continuo de su estrategia respecto a Irán y la efectividad de sus medios en lograr tal objetivo. En días recientes ha recorrido un largo camino para convencer a los escépticos demostrando que es capaz de tomar medidas militares audaces y directas en contra de Irán».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 8 de enero, 2020.