En una entrevista con el diario saudita ‘Okaz el 28 de junio del 2014, Saad Mehio, gerente editorial en el Centro Carnegie del Medio Oriente, dijo que Irán enfrenta tanto el colapso económico y división a causa de su participación en Irak y Siria – este último a los cuales se refiere como «el Vietnam o Afganistán de Irán». Este expresó su opinión de que «la política del régimen iraní de auto-defensa mediante la expansión de su influencia regional ya no puede continuar y desarrollarse, teniendo en cuenta lo costoso que es para que Teherán mantener su influencia regional en Siria, Líbano, Palestina e Irak… Los regímenes en Irak y Siria están convirtiéndose en una carga financiera para la economía iraní, [y] si esto sigue así, [Irán] se verá obligado a hacer concesiones considerables sobre estos ámbitos. «También evaluó que «Irán, en sus actuales circunstancias económicas, superará [la lista de los países de la región] que enfrenta una división potencial».

Mehio agregó que la crisis en Irak es el resultado de los fracasos del Primer Ministro Nouri Al-Maliki, quien continúa aferrándose tercamente a su curul, aunque la mayoría de los iraquíes, incluyendo a los chiitas, se oponen a sus políticas.

La entrevista fue realizada por el escritor saudita Khalid Tashkandi; Al día siguiente, 29 de junio Tashkandi publicó comentarios sobre la entrevista titulada «Irán El Primer [País] en Dividirse». Lo siguiente son extractos del comentario:


Saad Mehio (imagen: twitter.com/ SaadMehio)

«[Mehio dice que] existen temores de que Irak será dividido y fragmentado en mini estados al norte, sur y centro, debido a la incapacidad del gobierno de Nouri Al-Maliki y su política, expresada por la discriminación sectaria y por la marginación de los sectores de la población con el apoyo de la influencia iraní en Irak. Esto se dice todo el tiempo, y se ha convertido en un estribillo en las conversaciones sobre Irak.

«Sin embargo, de acuerdo a serias evaluaciones, el colapso de todo el régimen iraní está mucho más cerca, junto con la división de Irán en un grupo de mini-estados, encabezados por las minorías étnicas que sufren de una severa discriminación. Esto es lo que me dijo el analista político Saad Mehio, [un funcionario] del Centro Carnegie del Medio Oriente, en una conversación telefónica respecto a la crisis de Irak hace unos días, los segmentos de los cuales fueron publicados en el diario ‘Okaz.

«Mehio es un destacado analista en psicología política árabe, y sus evaluaciones [aclaran] desarrollos futuros. Uno de sus puntos más importantes fue que las revoluciones, las guerras, la violencia, y los trastornos – especialmente en Irak, Siria, Líbano y Palestina – no eran más que el resultado de la erosión de la influencia iraní en la región, sobre todo después de la apertura de dos frentes militares en Irak y Siria. Este último [frente] está costándole a Irán cerca de 25 billones al año, y no hay indicios de que la balanza se esté inclinando a favor de su aliado, el régimen de Assad. Esta carga financiera se suma a la serie de crisis económicas que han abatido sobre Irán como resultado de las sanciones económicas dirigidas contra este debido a su programa nuclear, daños que incluyen la reducción de los ingresos de petrodólares. Todo esto conduce a Irán al borde del colapso económico, que sería seguido por la caída de todo el régimen iraní.

«[Mehio] dijo además, que el papel político de Irán en la región árabe es como el de una superpotencia, pero sus capacidades son como los de un país tercer o cuarto-mundista. Mientras este desea reforzar su influencia en una postura geoestratégica con vista al Mediterráneo… este plan aún no se ha concretado… [Irán] no ha tenido beneficios económicos en sus intentos por ampliar su influencia, que ya son injustificadas. Sin embargo, Irán quiere revivir el prestigio político histórico del cual gozó durante el Imperio Persa.

«Irán se está hundiendo en el frente sirio – [un frente], convertido en ‘el Vietnam iraní’. Se hundirá aún más si insiste en apoyar al gobierno de Al-Maliki en Irak. [Al-Maliki] se ha convertido en un paria en Irak, incluso entre los chiitas, y especialmente entre los grupos de [Musa] Al-Sadr y [‘Ammar] Al-Hakim. [Pero] este se aferra a la política de Irán de extender su influencia. Manos influyentes iraníes dentro de Irak evitan expulsar a Al-Maliki, quien es considerado el último bastión de la influencia iraní en la región. Por lo tanto, Irán se enfrenta a un conflicto real y a la apertura de otro frente en Irak – pero no va a ser capaz de gestionar este frente, ni militar ni económicamente.

«Nadie sabe cómo Irán está librando estas batallas y trata de expandir su influencia más allá de sus fronteras en un momento tan inestable como en casa. Informes del Banco Central de Irán, tal como se publican en los diarios iraníes, principalmente Sarmayeh, muestran que el promedio de [inflación anual] Irán encabeza un 30% y que su economía se está contrayendo. Según otros informes, más de un tercio de los iraníes viven por debajo del umbral de la pobreza – y esto se suma a las sanciones económicas internacionales dirigidas contra esta todos los meses. Las exportaciones de petróleo de Irán este año apenas han llegado a un promedio de 700.000 barriles por día, y también posee una escasez de productos básicos y aumento del desempleo, ya que muchas fábricas están frenando sus operaciones.

«Está claro que esta política iraní no va durará mucho tiempo, y que la influencia de Irán en la región árabe se está muriendo. Si Irán no da marcha atrás de esta política, necesariamente colapsará desde dentro, en todos los niveles – políticos, de seguridad, económico y social. Será uno de los primeros países que serán divididas, especialmente teniendo en cuenta los cambios étnicos en la región. Algunas minorías en Irán han sufrido históricamente de duras discriminaciones, mayormente los azeríes, de origen azerbaiyano-turco…»