El Dr. Soheib Bencheikh nació en Jeddah, Arabia Saudita en 1961, estudió teología islámica en la Universidad Al-Azhar y recibió su doctorado del prestigioso Ecole Parisiense Pratique des Hautes Etudes (EPHE). Anteriormente fue mufti de Marsella, Francia, es miembro del Concejo Francés para la Religión Musulmana [1] y encabezado del Instituto Francés para la Ciencia Islámica. [2] Recientemente, anunció su candidatura para las elecciones presidenciales francesas de abril del 2007, y lanzó su portal para las elecciones (http://www.elanrepublicain.net ). Además, uno de sus partidarios mantiene un blog (http://soheib.bencheikh.over-blog.com) que incluye entrevistas que él ha dado a la prensa, así como enlaces a otros portales reformistas musulmanes franceses.

Bencheikh cree que el secularismo al estilo francés es una condición previa necesaria para la reforma del Islam, y llama en los musulmanes y no-musulmanes a participar en la crítica al Islam, reinterpretando sus textos santos, combatir el fundamentalismo, y ayudar al Islam a adaptarse a la era moderna.

Lo siguiente son extractos de entrevistas que Bencheikh dio a los diarios franceses y argelinos que fueron anunciados en su portal oficial:

El Islam se vuelto obsoleto

Bencheikh dice que el Islam llegó a existir en las sociedades tribales y todavía se enfoca en el estilo de vida tribal. Por consiguiente, él dice, debería ser reformado para dirigirse a las necesidades de la vida moderna: «… Las enseñanzas religiosas fueron desarrolladas y formuladas entre los siglos octavo y doceavo, y no han sufrido ninguna reforma o actualización desde esa época… En los años sesenta, la mayoría de los países musulmanes escogió la modernidad política. La mayoría de ellos se convirtieron o en repúblicas o en monarquías constitucionales. Pero estas opciones permanecieron completamente teóricas. [No] hubo ninguna reforma para [adaptar] la teología musulmana a esta transformación histórica. Por consiguiente, [los musulmanes hoy] experimentan una peligrosa discrepancia entre su condición de ciudadanos y su condición de creyentes…

«Esta teología estática que heredamos fue concebida para un Islam que era la religión de la mayoría y tenía soberanía sobre sus tierras. Es más, fue concebida para las sociedades tribales. Esta teología fue creada para épocas cuando las naciones apenas entraban en contacto [entre sí] – y si lo hacían, era en un espíritu de rivalidad por dominios. Esta teología no podría impórtales mucho el vivir en armonía con otras culturas, y no saber nada de pluralismo basado en los principios universales tales como el secularismo y la libertad religiosa – [principios que son] aplicables a todas las religiones y concedidos a todos». [3]

Bencheikh también explica que esa jurisprudencia islámica tenía como objetivo el ordenar la vida musulmana en una sociedad tribal y por consiguiente debía ser reformada: «[El tomar] la jurisprudencia islámica – la cual fue heredada de las sociedades [tribales] – y la convierte en un tipo de jurisprudencia universal aplicable a todos los períodos significa ‘beduinizar’ al Islam e impedirle a las sociedades islámicas evolucionar… En Argelia, por ejemplo, el fiqh [jurisprudencia islámica] todavía es aplicado… Si yo me divorcio de mi esposa, ella tendrá que dejar nuestro apartamento con sus hijos. ¿Por qué es así? Porque para el momento cuando la vida estaba organizada en tribus – y no en ciudades [como en los tiempos modernos] – la esposa divorciada tenía que dejar el clan de su marido para regresar al clan de su padre. [En el fiqh] nada ha cambiado, aunque el esquema de trabajo social ha cambiado completamente».

El Islam político es herejía

Bencheikh declara que el Islam político es una herejía promovida por los estados árabes: «La primera herejía en el Islam en el siglo 20 fue la politización del Islam. Tan pronto los países musulmanes se volvieron independientes vino el nacimiento del Islam político – e.d. un tipo de Islam que es dictado por el estado, obedece sólo al estado, y es meramente un órgano del estado – ya que ayuda al estado a aumentar su poder y oprimir al pueblo… Nosotros estamos familiarizados con los fracasos y las sangrientas [inclinaciones] del Islam político.

«En los países musulmanes, el estado todavía paga los sueldos de los imams. Es el estado que promueve al Islam – pero qué tipo de Islam? El tipo de Islam que no está familiarizado con [el concepto de] ciudadanía, sino sólo con [el concepto de] contenido; el tipo de Islam que no está familiarizado con [el concepto de] un estado [basado en los derechos de los ciudadanos], sino sólo en los derechos del príncipe; el tipo de Islam que no está familiarizado con elecciones democráticas o con la expresión libre de un pueblo soberano, sino sólo con el juramento de obediencia [al gobernante].

«Estoy convencido de que el estado islámico promueve su propia destrucción enseñando un tipo de Islam que no se reforma a si mismo, y que todavía se relaciona a las sociedades tradicionales, patriarcales y tribales». [4]

Bencheikh arrastra una distinción entre el Islam como religión humanista y el Islam como una herramienta política, declarando que los teólogos musulmanes tienen una responsabilidad en promover el Islam humanista: «Depende de nosotros los musulmanes que estamos versados en la ciencia religiosa de hacer la distinción, en las mentes de los musulmanes y no-musulmanes por igual, entre una religión basada en la espiritualidad, el humanismo, y la civilización [por una parte], y el uso completamente instrumental [de la religión] que apunta a adjuntarse el poder mundano y material [por la otra]…» [5]

«Cualquier intento por reformar al Islam debe descartar su santidad y releer los textos en luz del pensamiento moderno, en búsqueda de una [nueva] orientación»

Bencheikh trae otra distinción: entre el eterno mensaje del Corán y su aspecto violento – el cual, dice, se deriva del contexto histórico del conflicto en el que fue revelado. Él escribe: «El Corán contiene aproximadamente 10 versos que fomentan a que los musulmanes porten armas con el propósito de la autodefensa… Existen versos que promueven el respeto a los judíos y cristianos, junto con versos que defienden el uso de la libre violencia contra los politeístas. Sin embargo, la mayoría de estos versos deben ser… vistos en [luz de] su contexto histórico… Yo no seré tan cruel como para recordarles a [los lectores] que el Antiguo Testamento también… incluye versos cargados con violencia. Sin embargo, esto no me lleva decir que la Biblia fomenta una teología de conquista y dominación. Sólo significa que los textos sagrados deben verse siempre en [luz del] contexto en el que fueron revelados y pasados [a las próximas generaciones]. Debemos reinterpretarlos para extraer su valor eterno, universal – en lugar de [usarlos para] legitimar las agendas políticas y personales». [6]

Según Bencheikh, «cualquier esfuerzo por reformar al Islam – y la jurisprudencia musulmana en particular – debe desechar su santidad y releer los textos en luz del pensamiento moderno, en la búsqueda de una [nueva] orientación…» [7]

Él agrega que el no criticar al Islam es equivalente al despido despectivo de este: «El Islam debe ser criticado, así como fue [criticado] el Cristianismo durante la Iluminación. El Islam es un mensaje para toda la humanidad. Por consiguiente, este no es propiedad [única] de los musulmanes. Todos tenemos derecho a ser fascinados por esta religión, adherirnos a ella, ser críticos de ella, e incluso ser hostil a ella… El evitar criticar al Islam es una forma de segregación. Debemos admitir que Muhammad era un ser humano. [Como tal] era falible, y su mensaje está abierto a la interpretación». [8]

Bencheikh agrega que «la mayoría de los musulmanes – el pueblo común – quiere un Islam abierto, moderado. Quieren escuchar un discurso innovador, moderno. Esta es [la tendencia] que yo quiero promover… [Los musulmanes] moderados son la mayoría, pero ellos no toman acciones. Éste siempre es el caso con las mayorías silentes. Los movimientos radicales, por otro lado, se benefician de los grupos de activistas [organizados en] partidos… Existe una necesidad de una organización totalmente nueva [que promoverá el Islam moderado]». [9]

El secularismo es la llave para un Islam reformado; La experiencia francesa… proporciona la posibilidad de un Islam reformado, pero Francia podrá criar el nuevo Islam reformado sólo si se adhiere a los valores seculares de la República Francesa

Según Bencheikh, el releer los textos «en luz del pensamiento moderno» sólo puede tener lugar en un contexto secular. Él dice que la experiencia francesa proporciona en particular la posibilidad de un Islam reformado, [10] pero que Francia podrá criar al nuevo Islam reformado sólo si se adhiere a los valores seculares de la República Francesa: «El Islam… debe adaptarse a la modernidad, siglo tras siglo. Yo llamo en los franceses a permanecer fieles a la misión histórica de Francia. Llamo en los musulmanes a hacer lo único que los salvará: mantenerse apegados a los principios básicos [del Estado francés], tales como el secularismo». [11]

Bencheikh explica que el secularismo no es ateísmo, sino un juego de leyes que habilitan la tolerancia: «Yo creo que el entendimiento inter-religioso es otra palabra para el secularismo… Creo que la religión vive bajo la [protección] del secularismo». [12] Él agrega que la Izquierda debe permanecer fiel a su misión de proteger el secularismo: «Yo soy izquierdista, y estoy espantado por el colapso de los ideales de la Izquierda [en Francia]…» [13] Él agrega: «No estoy contra la Izquierda. Al contrario, deploro su ausencia… La Izquierda fue siempre menos tímida [que la derecha]…, más receptiva a la igualdad y a las causas universales. ¿Hacia dónde se ha ido esta Izquierda? [La Izquierda hoy día] gasta sus energías buscando la figura más carismática, por el cual la gente votará. ¿Dónde están las ideas? Dónde están los planes [para el futuro]? Existe [todavía] una Izquierda que cree en su propio mensaje?» [14]


[1] El Concejo Francés para la Religión Musulmana fue establecido en el 2003, con el apoyo del Ministro del Interior Nicolás Sarkozy, como una organización paraguas para las asociaciones islámicas que trabajan vis-à-vis con el gobierno francés.

[2] Institut Supérieur des Ciencias Islamiques (Instituto Superior de Ciencias Islámicas): http://www.institut-issi.fr/Niv_Sens_Gd_Pub.htm.

[3] Extractos de Marianne et le Prophète, l’Islam dans la France Laïque (Marianne y el Profeta, El Islam en la Francia Laica ), París: Grasset, 2006.

[4] Le Monde (Francia), 19 de noviembre, 2001.

[5] Le Soir d’Algérie (Argelia), 27 de octubre, 2002.

[6] Le Monde (Francia), 19 de noviembre, 2001.

[7] «Citas por Soheib Bencheikh»: http://soheib.bencheikh.over-blog.com/categorie-733578.html.

[8] Le Parisien (Francia), 3 de octubre, 2006.

[9] Le Parisien (Francia), 21 de enero, 2004.

[10] Marianne et le Prophète, l’Islam dans la France Laïque (Marianne y el Profeta, El Islam en la Francia Laica ), París: Grasset, 2006.

[11] La Nouvelle République d’Alger (La Nueva Republica de Argelia ) (Argelia), 8 de julio, 2006.

[12] Le Dauphiné Libéré (Francia), 16 de octubre, 2002.

[13] Charlie Hebdo (Francia), 4 de octubre, 2006.

[14] La Nouvelle République d’Alger (La Nueva Republica de Argelia ) (Argelia), 8 de julio, 2006.

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