En un artículo publicado por el diario saudí en Londres Al-Sharq Al-Awsat, el periodista jordano y ex-ministro de cultura e información Saleh Al-Qallab escribió que la percepción que poseen los estados árabes sobre Israel ha experimentado recientemente un cambio histórico. Cansados ya ??del conflicto de décadas con este país, la mayoría de los estados árabes no consideran a Israel como el «enemigo sionista» sino como parte integral de la región. Al-Qallab instó a Israel a aprovechar este cambio y actuar hacia la creación de un estado palestino, proporcionando así a su propio pueblo estabilidad y seguridad. Este también abogó por formar un campo de paz regional que defienda los cambios que se han venido produciendo contra los extremistas que buscan sabotearlos, siendo el principal de estos Hamás, la Hermandad Musulmana, Irán y las milicias leales a este.
Lo siguiente son extractos traducidos del artículo de Al-Qallab:[1]
Israel aparentemente ha comenzado a darse cuenta de que quien se beneficia por el debilitamiento de Fatah y de la Autoridad Palestina es Hamás y los otros minúsculos y miserables movimientos terroristas que no tienen más que un nombre y son apoyados por Irán, Siria y algunos también dicen que están siendo apoyados por las milicias iraquíes. Habiéndose convertido en parte del Medio Oriente, con una importante presencia diplomática y política en varios países árabes, Israel debe dejar de perjudicar a la Autoridad Palestina y debilitar el liderazgo palestino encabezado por el presidente palestino Mahmoud ‘Abbas (Abu Mazen), quien estuvo y sigue estando más dispuesto a llevar a cabo negociaciones históricas con Israel que cualquier otro líder palestino, pasado o futuro, incluyendo al presidente Yasser ‘Arafat (Abu’ Amar).
«Los líderes israelíes, encabezados por Binyamin Netanyahu y su grupo de extremistas, que corean la consigna de ‘Israel desde el río hasta el mar y mucho más allá del río, se opusieron a toda solución al tema palestino, incluyendo las soluciones propuestas por elementos del ámbito internacional y se mantuvo sujeto a Jerusalén, Al-Aqsa y a la Cúpula de la Roca. Esta situación continuó hasta que quedó claro que los principales beneficiarios de ello son ??Hamás y las otras organizaciones extremistas, cuyo papel ha sido levantar barreras y crear malestar social, así como también algunos países árabes rechacistas, algunos de los cuales utilizaron y continúan utilizando la negativa política palestina de excusa para oponerse a las fuerzas que favorecen la paz, tanto palestinas como israelíes. Los extremistas israelíes ya lograron eliminar los símbolos del proceso de paz, es decir, el difunto presidente palestino Yasser ‘Arafat y el difunto primer ministro israelí Yitzhak Rabin. Rabin fue asesinado primero y Arafat le siguió después…
«Cuando la presión israelí sobre el presidente palestino Mahmoud ‘Abbas (Abu Mazen) llegó a un punto crítico, Hamás pensó que podía ‘con todo el peso y la carga’, tal como dice el refrán. La filial de la Hermandad Musulmana, Hamás, que todavía busca eliminar a Fatah y a la OLP, comenzó a prepararse para suplantar a Fatah, la Autoridad Nacional Palestina y a todo lo demás. Pero la comunidad internacional y Estados Unidos intervinieron, tratando de convencer a los israelíes de que su conducta se ataviaba de insensatez política e histórica y que si se mantenían firmes en su política y posturas, encaminadas a «descongelar» las relaciones con el movimiento de resistencia palestino Hamás, esto los colocaría cara a cara con el más extremista de todos los elementos palestinos y organizaciones rechacistas.
«Esto convenció a Binyamin Netanyahu y a los israelíes de extrema derecha de que deben aprovechar este momento histórico, darle la espalda a Hamás y tratarlo a este y a otras organizaciones similares como organizaciones terroristas. Estos entendieron que deben aprovechar la situación palestina, que ahora estaba preparada para un cambio histórico a su postura sobre este conflicto que ha desestabilizado al Medio Oriente a lo largo de todos estos largos años.
«En el mismo período, Israel también logró superar la situación que lo caracterizó desde la década de los años 1980 – de un país atrapado entre el río y el mar, tal como a este le gustaba decir – cuando embajadas israelíes fueron abiertas en varios estados árabes y se desarrollaron buenas relaciones económicas y de seguridad con ellos.
«Por lo tanto, será una tontería política por parte de Israel el no aprovechar este momento histórico y convertirse en parte del Medio Oriente, como ya sucede en el terreno hoy día, porque la narrativa del ‘enemigo israelí’ ha desaparecido por completo. De hecho, algunos tratan a Israel como un país árabe porque los árabes de 1948 (es decir, los árabes israelíes) se han convertido en elemento importante en el escenario político israelí.[2]
«En la práctica, los que se beneficiaron de todo esto, además del propio Israel, son el presidente Mahmoud ‘Abbas, la Autoridad Palestina y por supuesto Fatah y las organizaciones palestinas afiliadas a estas, ya que Israel ahora trata a Hamás como organización terrorista y sus miembros son ??perseguidos y acosados ??en toda la Palestina histórica. Al mismo tiempo, los israelíes han comenzado a tratar a los otros palestinos como socios presentes y futuros, partiendo del supuesto de que no existe otra alternativa para establecer un estado palestino independiente en las fronteras de 1967, con Jerusalén Oriental como su capital.
«El esperado estado palestino… se ha convertido en una firme convicción y seguramente será establecido junto al Estado de Israel. Esto es muy cierto, porque la mayoría de los estados árabes ya apoyan este cambio histórico. Aquellos rechacistas ahora cuentan con Hamás, la Hermandad Musulmana, Irán y todas las organizaciones y facciones sectarias subordinadas a este, que controlan muchos de los principales países árabes, tales como Irak, Siria y Yemen…
«Lo que sí es cierto es que los que se benefician de todos estos cambios son el pueblo palestino, cuyo esperado estado seguramente será establecido ahora y los israelíes, que han comenzado a obtener reconocimiento y se han liberado de este conflicto histórico. Aquellos beneficiarios adicionales a esto son los propios árabes, que están ya cansados ??de este conflicto y que han sido extorsionados por los países de Europa occidental, los Estados Unidos y varios otros países musulmanes y no-musulmanes.
«Este es un punto de inflexión verdaderamente histórico y los israelíes deben entender que ellos se han convertido en parte de esta región y del Medio Oriente y que los más sabios entre ellos deben defender este cambio y no permitir que elementos desenfrenados dentro del movimiento sionista destruyan todos estos logros obtenidos. Por primera vez en muchos años, durante los cuales hubo muchas guerras destructivas, Israel se ha convertido en parte del Medio Oriente y en un estado ya aceptado por la mayoría de los países árabes. Este logro debe ser mantenido. Israel posee embajadas en muchos países árabes y el pueblo israelí tiene derecho a disfrutar de estabilidad y no seguir viviendo en tanques. Esto requiere que Israel reconozca un estado palestino independiente en las fronteras de 1967, cuya capital sea Jerusalén Oriental, con Al-Aqsa, la Cúpula de la Roca y la Iglesia del Santo Sepulcro incluidos dentro de su territorio.
«Debe existir un bando de paz regional genuino, que defienda todos estos logros históricos teniendo en cuenta que aquellos rechacistas tales como – Hamás, la Hermandad Musulmana y los países y organizaciones que están de su parte – siempre seguirán intentando destruir este histórico cambio. Las superpotencias orientales y occidentales deberían también defenderlo, ya que las fuerzas de la maldad continuarán oponiéndose a este cambio histórico, que ha llegado luego de todos estos largos y costosos años».
[1] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), 16 de diciembre, 2021.
[2] Aparentemente es en referencia a la incorporación del partido Ra’am, liderado por Mansour ‘Abbas, en la coalición gobernante de Israel.