En respuesta a las declaraciones hechas por el Presidente estadounidense Barack Obama en una entrevista con el diario londinense Al-Sharq Al-Awsat el 13 de mayo, 2015 de que un acuerdo en materia nuclear fortalecería a los líderes moderados en Irán, el ex editor del diario y ex director de Al-Arabiya ‘Abd Al-Rahman Al-Rashed, escribió que el acuerdo es probable que logre lo contrario es decir, potenciar la línea dura de Irán. Al-Rashed señaló que los halcones del régimen iraní ya se estaban jactando de que Occidente había capitulado y acordaron levantar las sanciones, mientras que el programa nuclear iraní estaba casi completo. Su confianza actual también es evidente en una feroz represión reciente sobre rivales políticos y disidentes, dijo. Al-Rashed agregó que los moderados en el régimen iraní pueden haber salido fortalecidos si Washington hubiese vinculado el acuerdo de Teherán de detener su perjudicial intervención en otros países.
Lo siguiente son extractos de su artículo, tal como apareció el 13 de mayo, 2015 en la edición en inglés de Al-Sharq Al-Awsat:
‘Abd Al-Rahman Al-Rashed (Imagen: English.alarabiya.net)
«Es una ilusión de que el acuerdo prometido con Irán respecto a su programa nuclear la empujará hacia la moderación, así como también la apertura económica y política. Lo que probablemente sucederá es todo lo contrario. El acuerdo le dará poder a los halcones de Teherán, que se están comercializando actualmente en Irán y que presumen de que la mayoría del programa nuclear se ha logrado y que Occidente se ha finalmente entregado y abandonado las sanciones.
«Durante los últimos meses de negociaciones internacionales, el puño de seguridad de Irán fue apretado contra sus rivales estatales, expresando la auto-confianza del régimen. La rebelión kurda hace una semana en la ciudad de Mahabad, al noroeste de Irán, fue para protestar las prácticas de las fuerzas de seguridad. Una chica a quien un oficial militar trató de violar saltó de un balcón y la minoría kurda – cuya población es de 8 millones – se rebeló. La crueldad está detrás de la creciente ira en las afueras de este estado multiétnico. Además de la oposición armada iraní (el Pueblo Muyahidín de Irán), el número de grupos armados anti-régimen se ha incrementado.
«La oposición civil en Teherán teme que la firma del acuerdo nuclear con Occidente, a diferencia de lo que está siendo promovido en Washington, sirve a los intereses de los de la línea dura del régimen. La lucha entre moderados y extremistas de línea dura dentro del estado no es ningún secreto. El único caso en que Irán fue dirigido por un moderado fue bajo el líder popular Mohammed Jatami, quien fue presidente desde 1997 hasta el 2005. Jatami se reunió con clérigos que expandieron la guerra contra la totalidad del movimiento moderado. Este fue reemplazado por el extremista Mahmoud Ahmadinejad, quien dirigió a Irán a su situación actual de más extremismo y militarismo y así participando en guerras en Irak, Siria y Yemen.
«Los Guardianes de la Revolución iraní también están activos domésticamente tratando de reprimir la sedición, tal como lo han hecho en Mahabad y en la provincia de Beluchistán en el suroeste. También han incrementado su presencia en la provincia de Juzestán, donde existe una población árabe inquieta. El gobierno se ha enfrentado previamente a considerables dificultades en domar a sus ciudadanos azeríes.
«Teherán aún recuerda la enorme revuelta que estalló después de las amañadas elecciones en el 2009, que duró hasta febrero, 2010. Esa revuelta fue liderada por reformistas de dentro del régimen y todos ellos terminaron en la cárcel.
«Con la firma del acuerdo nuclear, los de la línea dura se sentirán con más confianza, conscientes de que las amenazas extranjeras hayan sido neutralizadas y que nadie será capaz de enfrentarse a ellos. Si Washington hubiese vinculado el acuerdo a las condiciones que obliga a Teherán a detener sus aventuras militares a cambio de poner fin a las sanciones internacionales y la promesa de que Occidente no apuntará militarmente a Irán, la situación de los moderados dentro del régimen teocrático puede haber sido mejorada.
«El acuerdo le otorgará a los de línea dura dos regalos. El primero es que el levantamiento de las sanciones económicas llenará su tesorería con fondos para gestionar sus batallas. La segunda es que tendrán un estatus más fuerte dentro del régimen y contra los clérigos moderados y políticos».