Introducción

Poco antes de los eventos del 30 de junio, 2013 que condujeron al derrocamiento del ex presidente Muhammad Mursi, el popular programa satírico «Al-Barnameg» («El Programa»), a quien tiene como anfitrión al escritor satírico y cómico Bassem Youssef, se tomó un descanso por el mes de Ramadán. El programa, que era altamente popular tanto en Egipto como fuera de este, y se había convertido en un símbolo de la oposición al régimen de la Hermandad Musulmana (HM), estaba destinado a regresar tras el descanso, pero su regreso fue retrasado, debido principalmente a la situación de seguridad del país. A muchos egipcios se les escapó el aliento esperado el regreso del programa, ansiosos por escuchar lo que Bassem Youssef tenía que decir y preguntándose si sus dardos satíricos estaban reservados exclusivamente a Mursi y a la HM, o también serían dirigidos al Ministro de Defensa, General ‘Abd Al-Fattah Al-Sisi – el responsable de la remoción de Mursi – y al ejército egipcio y el régimen actual.[1]

Cuando el programa regresó al aire, el 25 de octubre del 2013, Youssef criticó sin vacilar el discurso radical utilizado por ambos bandos – a los partidarios de la HM y a los simpatizantes de Al-Sisi – y también criticó el culto a la personalidad de Al-Sisi que se ha desarrollado en Egipto y expresó temores sobre la deificación de Al-Sisi.[2]

El programa causó revuelo entre muchos sectores egipcios. Muchos estaban furiosos por las críticas de Youssef al ejército y expresaron su enojo en manifestaciones y llamaron a cancelar su programa, mientras que otros lo alababan por atreverse a abordar temas que son considerados tabú en Egipto, y afirmaron que este había cumplido con sus expectativas, sin miedo en hablar la verdad, defender la libertad de expresión y hacer reír a pesar de la dificultad que esto conlleva.[3] Luego de la transmisión, la cadena de televisión CBC, que transmite el programa, emitió un comunicado en el que expresó reservas acerca de los segmentos del programa y explicó que se oponía a la utilización de pistas o expresiones que ofenden los sentimientos del pueblo egipcio o sus líderes.[4]

Una semana más tarde, minutos antes de que el segundo episodio saliera al aire, el canal anunció que había decidido cancelar el programa debido a dificultades técnicas y comerciales con el creador y presentador del programa, que había insistido en actuar contrario a la política del canal.[5] El 17 de noviembre del 2013, la productora responsable del programa de Youssef anunció que su contrato con el canal CBC había sido cancelado.[6]

Tras la cancelación del segundo episodio Bassem Youssef pasó una semana en los Emiratos Árabes Unidos, durante el cual su columna semanal en el diario Al-Shurouq no apareció y no fueron publicados nuevos mensajes en su cuenta Twitter, que suele ser bastante activa. Sin embargo, el 12 de noviembre del 2013, luego de permanecer en silencio durante casi dos semanas, Youssef publicó un nuevo artículo en Al-Shurouq en el que se refirió indirectamente al asunto, criticando fuertemente a los regímenes que acusan a los artistas y creadores de traición simplemente porque «se niegan a ser conducidos como manada».[7]

La decisión de retirar el programa desató una nueva ola de controversias en la prensa egipcia, donde algunos denunciaron el amordazamiento a los medios de comunicación y otros criticando la cantidad de atención pública que el asunto estaba recibiendo.

Este artículo revisará el episodio de «Al-Barnameg» del 25 de octubre, 2013 junto a las reacciones del público egipcio a este, y el debate público renovado sobre la libertad de expresión desatada por la cancelación del programa.

El programa de Youssef critica el culto a la personalidad de Al-Sisi y la política de intimidación del régimen

El programa del 25 de octubre, 2013 fue inusualmente picante en su ironía y crítica, y desde el principio estaba claro que Youssef estaba satirizando a todo el mundo y burlándose de la hipérbole utilizada por ambos bandos en Egipto – el bando de la HB, así como los partidarios de Al-Sisi y de la revolución del 30 de junio. Por ejemplo, en respuesta a los eventos del 30 de junio, Youssef ridiculizó a ambos bandos por inflar el número de participantes en las manifestaciones (es decir, la afirmación del portavoz de Mursi de que 45 millones de manifestantes protestaron en la Plaza Raba’a Al-‘Adawiya, y la afirmación de los presentadores de los canales independientes que hablaban de 70 millones de personas que protestaban en contra de la HM).

Luego Youssef criticó la preferencia actual de los medios de comunicación egipcios al discurso radical y unidimensional y su reiteración de la consigna «la HM = terrorismo». También señaló que muchos en los medios de comunicación consideran a la revolución del 30 de junio como una verdadera revolución, pero, paradójicamente, descartan la revolución del 25 de enero como un alzamiento liderado por las fuerzas extranjeras encabezadas por Estados Unidos.

Youssef salvó su crítica más audaz al culto a la personalidad de Al-Sisi cultivada en los medios de comunicación egipcios y en la calle egipcia, expresado en canciones escritas en su honor y recitadas en eventos y festivales especiales, en chocolates y tortas decoradas con su imagen, joyería que porta su nombre o imagen, etc. Uno de los segmentos de la serie mostró cómo alguien que se atreve a pronunciar la expresión «golpe de estado militar» y el nombre de Al-Sisi en la misma frase es golpeado y silenciado de inmediato, porque «o a uno te encanta Al-Sisi o es enemigo del estado». Además, el programa afirmó que, durante el gobierno de la HM, Mursi había sido un presidente testaferro mientras que el verdadero presidente había sido el Guía General de la HM Muhammad Badi’, mientras que hoy día ‘Adly Mansour es el testaferro y el verdadero gobernante es Al-Sisi.

Youssef: «Tememos que el fascismo en nombre de la religión ahora se convertirá ahora en fascismo en nombre del patriotismo y la seguridad nacional»

Al cierre del programa Bassem Youssef se dirigió a los espectadores en un tono más serio y dijo que, en los últimos meses, había sentido que el público quería que el programa volviese al aire y la gente tenía interés en escuchar su opinión sobre los acontecimientos en Egipto. Este explicó que el retraso en el regreso del programa tenía su origen en el clima de intolerancia en el país, donde la gente es incapaz de escuchar opiniones diferentes a la suya, ya que «en un clima de temor no hay lugar para la sátira». Youssef aclaró que no tenía intención de declarar a quien apoya, sino sólo a los que no apoya, es decir, aquellos que habían tratado de silenciarlo y llevarlo a juicio (es decir, la HM) y, al mismo tiempo, también rechaza la hipocresía y la deificación de Al-Sisi o tenderle una trampa como el de un faraón moderno, y repitiendo así los errores de los últimos 30 años. Tampoco apoya la política de intimidación, las detenciones arbitrarias y las acusaciones de traición y violencia por parte de los aparatos de seguridad. En la conclusión de su programa, dijo: «Tememos que el fascismo en nombre de la religión se convertirá ahora en fascismo en nombre del patriotismo y la seguridad nacional».

A continuación se muestra un video de MEMRI TV del programa de Youssef del 25 de octubre:

Opositores de Youssef: Este está dañando el honor del ejército

El programa provocó reacciones encontradas en el público egipcio y la prensa. Algunos expresaron rabia a su crítica a los militares y sus comandantes y afirmaron que había cruzado una línea roja, o incluso le llamaron una «quinta columna» al servicio de la HM.[8] Varias ciudadanos, artistas, y personalidades de los medios de comunicación incluso presentaron quejas contra este y al canal CBC exigiendo poner fin al programa por insultar al Presidente Mansour, al Ministro de Defensa Al-Sisi y la seguridad de Egipto.[9]

El experto militar Sameh Seif Al-Yazal se sorprendió por la insinuación sexual respecto a los comandantes militares en el programa, alegando que constituía un ataque directo a Al-Sisi, que sirve a la HM.[10] El ejército en sí no comentó oficialmente sobre el programa, y su portavoz negó todos los informes que citan los comentarios que supuestamente ha hecho.[11]

Además, decenas de simpatizantes de Al-Sisi, los activistas en una de las campañas instándole a postularse a la presidencia, realizaron una protesta frente a los estudios de televisión en el que se quemaron fotos de Youssef y llamaron a que: «Cualquiera que se burle de los militares de su país, que le defienden, es un traidor y colaborador».[12]


Partidarios de Al-Sisi queman foto de Youssef fuera del estudio de televisión (Al-Wafd, Egipto, 30 de octubre, 2013)

El propio Youssef respondió a las reacciones en su cuenta Twitter: «El país no puede hacer frente a la sátira en este momento. Así lo indicó ayer y hace un año y hace dos años. También fue acompañado por maldiciones y acusaciones de traición [por aquellos que no pueden lidiar con la sátira]».


Tweet de Youssef

A raíz de la indignación provocada por el programa, el canal CBC emitió una declaración que leyó: «CBC ha estado siguiendo las reacciones populares al reciente episodio del programa ‘Al- Barnameg’, que tiene como anfitrión a la personalidad mediática del Dr. Bassem Youssef, donde la mayoría se opusieron a algunos [contenidos] del episodio. La Red CBC subraya que continuará apoyando el sentimiento patriótico y la voluntad del pueblo egipcio, y tendrá cuidado en no usar ninguna expresión, alusión o imagen que pueda ofender al pueblo egipcio o a sus líderes. Al mismo tiempo, el canal destaca que se mantiene la plena libertad de prensa y hace hincapié en la importancia [de esta libertad] durante dos revoluciones del pueblo egipcio, la del 25 de enero y la del 30 de junio».[13]

Al-Arabiya TV reportó que durante la grabación del siguiente episodio del programa, que al final no fue puesto al aire, Youssef hizo referencia a la declaración de la CBC y dijo que era altamente hipócrita porque, en el pasado, el canal había transmitido contenido con insinuaciones sexuales. Este agregó: «Mi sueño ahora es no ir a la cárcel… Nosotros no creamos este programa para burlarnos de una cierta parte en favor de la otra. Esto es sólo una hora de risa…»[14]

Editor de Al-Ahram: Faltarle el respeto a los militares es una línea roja

El diario oficial Al-Ahram publicó artículos que expresaban rabia por las declaraciones de Youssef sobre Al-Sisi y los militares. Tres días después de que el show salió al aire, el editor de Al-Ahram, ‘Abd Al- Nasser Salama, publicó un mordaz artículo en el que criticaba las declaraciones de los medios insultando a los militares, en alusión al programa de Youssef pero sin nombrarlo específicamente. Salama escribió: «Debido a que nos permitimos nosotros mismos faltarle el respeto continuamente a los líderes del país… el resultado natural fue la anarquía mediática, elevada a un nivel inaceptable, especialmente en términos de insinuaciones sexuales y falta de respeto a las figuras públicas. La mayor audacia fue el insultar al encabezado del ejercito… ya que el consenso actual en la sociedad es que tenemos un liderazgo al que podemos unirnos todos, y por lo tanto cualquier intento de faltarle el respeto a las habilidades de este liderazgo, ya sea explícita o implícitamente, es inaceptable a cualquier bando…

“Antes de entrar en detalles sobre las libertades, la democracia, etc., debemos convenir en que los militares – desde el soldado más simple al comandante de mayor rango – deben seguir siendo una línea roja, ya que está prohibido bajo cualquier circunstancia y por cualquier motivo dañar la imagen de un soldado que ha dedicado su vida y servicio a su país, por no hablar de sus comandantes, que dedicaron vidas enteras a este fin… Debemos evitar dañar la barrera que rodea a nuestros militares, ya que el ejército es nuestra última fuerza restante y honor… Existen, sin duda, límites a las libertades y a la democracia, incluso en los países más arrogantes que deshonran [estos valores] constantemente.

«La sociedad no aceptará el uso continuo de insinuaciones o expresiones vergonzosas en los medios de comunicación. Además, la opinión pública no debe aceptar ningún insulto a los militares y sus comandantes, especialmente en esta etapa cuando [los militares] están entrando en una verdadera guerra contra el terrorismo en el Sinaí y [lidian] con el caos en Egipto, porque esto seguramente perjudicará su moral. Si el propósito era hacer reír al público y facilitar su sentido de tensión y preocupación, no debería haber sido hecho a expensas del estatus militar y el honor de sus comandantes. Existen muchos otros medios para alcanzar este fin. Y si el objetivo era conseguir altos índices de audiencia, esto [también] no debió haberse hecho a costa de los militares y sus jefes… Pero si el objetivo era quebrar [el honor] del líder y dañar su estatus… entonces estamos frente a un desastre que debe prevenirse de inmediato y no puede continuar bajo ningún nombre o excusa.

«El número de reclamos presentados ante el fiscal general sobre esta materia, así como el escándalo actual en la sociedad sobre este tema, indican que se ha cometido un error. Nuestra sociedad no puede soportar más errores a los que se ha visto forzada a lo largo del tiempo, y todavía se ve obligada a este. No hay necesidad de añadirse a estos, sobre todo porque aumentaría aún más las restricciones a los medios de comunicación, y no necesitamos eso».[15]

Columnistas de Al-Ahram: Nadie se burlará de los símbolos nacionales de Egipto

Otros columnistas de Al-Ahram también atacaron las críticas de Youssef a los militares egipcios y le pidieron que los honrara. El columnista ‘Adel Sabry escribió: «[Al ver el programa] durante unos minutos, vi a Bassem Youssef burlarse de todos. Se burló del régimen anterior de la [HM], al que todos nos burlamos, pero luego pasó a burlarse del Presidente ‘Adly Mansour y del General Abd Al-Fatah Al-Sisi… No, Bassem, nadie se va a burlar de los símbolos nacionales de Egipto. Aquellos a los que te burlaste del régimen anterior son hombres que merecen lo que les está sucediendo, y todo egipcio se burla de ellos… El pueblo [ahora] se da cuenta que este tipo de programa se esfuerza por destruir los símbolos nacionales en un momento en que buscamos al pueblo patriota, convertido en una rareza. Ahora que hemos encontrado una personalidad con estas cualidades, usted va y lo convierte en un objeto de burla por lo que pierde su honor…»[16]

Sami Jairallah, otro columnista de Al-Ahram, defendió a Youssef, pero también hizo hincapié en que el ejército era una línea roja: «Bassem Youssef, has hecho un exitoso regreso tras una larga ausencia. Millones de espectadores dentro y fuera de [Egipto] te esperaban conteniendo la respiración, [pero luego] te atacaron con dureza, [llamándote] colaborador y traidor. Ignora estas opiniones extremas. Tu programa restauró la sonrisa perdida a la calle egipcia. Sin embargo, recuerda siempre que el ejército egipcio es una línea roja, y que su honor es parte del honor de la patria y del ciudadano».[17]

Un tercer columnista de Al-Ahram, Ashraf Mufid, afirmó que Youssef estaba cumpliendo una agenda estadounidense que se opone a la revolución del 30 de junio, y llamó a manejar cualquier insulto hacia los militares con dureza y decisión: «Cualquiera que haya visto sólo diez minutos del programa de Bassem Youssef ‘Al-Barnameg’ [entiende], sin una sombra de duda de que el episodio no había sido escrito por el personal de producción de la serie, sino [más bien] por manos despreciables en una de las habitaciones cerradas del Departamento de Estado estadounidense, y fue enviado por correo electrónico a la embajada de Estados Unidos [en el Cairo]… En este episodio, Bassem Youssef expuso su feo rostro y las caras feas de los no pocos periodistas y activistas que han adoptado el punto de vista estadounidense y su oposición a la revolución del 30 de junio, dándole el tratamiento de «golpe de estado» contra la legitimidad… No debemos permanecer en silencio sobre este indignante programa. No hay más remedio que adoptar una postura firme en contra de aquellos que insisten en cruzar la línea. Estamos en un período de transición que requiere decisión y acciones agresivas contra cualquiera que se permite hacerle daño a la popular revolución del 30 de junio o a las fuerzas armadas, ya sea implícita o explícitamente, o insiste en burlarse de nuestros símbolos nacionales…»[18]

Partidarios de Youssef: Bassem levantó la barrera del miedo

Por otro lado, muchos apoyaron a Youssef por atreverse a decir la verdad sin miedo. El periodista Taha Khalifa escribió: «El nuevo programa de Bassem Youssef fue bueno y exitoso, y no renunció los valores básicos de este – libertad de opinión y de expresión ilimitada – a la sombra del nuevo régimen, sobre todo cuando el éxito del programa se basa en la crítica satírica del régimen, su discurso, sus posturas y conducta, más que críticas a la oposición, que no poseen las riendas del poder… [Youssef] criticó y se burló de todos. Hizo feliz a millones dentro y fuera de Egipto; les hizo pensar, y tal vez hizo que otros reexaminaran sus posturas y opiniones…

«Por primera vez desde que [Al-Sisi llegó al poder], vemos un programa, ya sea en el canal del gobierno o privado, que se dirige a él como un ser humano de carne y hueso, No como un dios o semidios. Vemos que existen aquellos que se atreven a criticarle, incluso ligeramente, y en un canal que lo promueve y le apoya, no menos. Esto es bueno para Al-Sisi, suponiendo que quiera ser un presidente humano y no un rey de la divinidad…

«Ayer por la noche [durante el programa], Bassem alivió ligeramente nuestras preocupaciones en relación al principio de la libertad luego del 25 de enero y el 30 de junio… El hecho de que Bassem alcanzó a decir lo que hizo en una manera tranquila y segura de sí mismo nos hace comprender que ya es difícil, e incluso imposible para cualquier régimen o gobierno dañar la libertad. No importa cuan fuerte [sus adversarios] tocaron los tambores [de guerra], una corriente ha surgido en Egipto que no está dispuesta a renunciar a esto, en aras a la tanta sangre [que ha sido derramada] desde el 25 de enero. Creo que la barrera del miedo ha sido totalmente levantada… Bassem ha creado una nueva voz, que criticó [tanto] la manera de actuar de la HM [y] al [actual] régimen. Este presenta una postura que refleja toda la verdad imparcial, sin el fascismo religioso o el fascismo en nombre del patriotismo y la seguridad nacional, sin acusaciones de herejía o acusaciones de traición a la patria, y sin acusaciones de violencia y de terrorismo o de traición y pertenencia a una quinta columna…

«La HM se encuentra bajo un ataque severo y una guerra sin cuartel. Su voz está totalmente ausente de los medios de comunicación. Por lo tanto, cuando Bassem los critica de una manera responsable, y luego lo equilibra al hablar sobre el régimen… de una manera responsable también, se da cuenta de la noción de justicia en los medios de comunicación… Por eso digo que la HM es el que ganó más del episodio… El régimen está mejor dándole a Bassem total libertad, ya que esto probará dentro y fuera [de Egipto] de que no se opone a la libertad de opinión y de expresión, y que no es un régimen de opresión… Bassem dio voz a la corriente mayoritaria del pueblo egipcio – la corriente media moderada que se opone a la violencia por [tantos] grupos políticos y religiosos, y se opone a la opresión de elementos oficialistas. Esta corriente… trabaja con dedicación para la patria, y sólo desea exaltarla…»[19]

El columnista de Al-Ahram Osama Al-Gahzali Harb dijo que el programa fue una de las indicaciones más importantes de que la revolución egipcia fue democrática: «Bassem Youssef está finalmente de regreso. Su vuelta no es sólo el retorno de un arrebatador programa popular de televisión, sino [un evento], con implicaciones importantes que debemos comprender. En primer lugar, el regreso del programa significa que la democracia, siendo el fundamento y objetivo más importante de la revolución del 25 de enero… es también uno de los fundamentos y objetivos importantes de la revolución del 30 de junio… Me dio pena escuchar las quejas y demandas [presentadas] contra Bassem, acusándolo de difundir información falsa que podría socavar la seguridad pública y dañar el interés público, y de acciones destinadas a extender el caos y el fitna en el país y amenazar la paz y la seguridad social!! Este incluso fue acusado de burlarse de todo el pueblo egipcio y de los militares, y ridiculizar todos los símbolos nacionales honorables en la sociedad y faltarle el respeto a la tradición y las costumbres!

«Por el contrario, afirmo que las acciones de Bassem Youssef, su arte y su burla a todas las instituciones, sin excepción, y a todas las personas sin reservas ni líneas rojas – son uno de los signos más importantes de que la revolución egipcia es democrática… El programa expresa el espíritu de ironía y diversión que sin duda constituye uno de los rasgos más especiales y queridos del pueblo egipcio. No tengo ningún comentario que no sea susurrarle al oído de Youssef que baje el tono de su continua insinuación sexual explícita…»[20]

Diálogo renovado a restricción de la libertad de expresión tras cancelación del programa de Youssef

Tal como se mencionó anteriormente, el 1 de noviembre del 2013, momentos antes de que el próximo episodio del programa de Youssef saliera al aire, CBC anunció que este fue cancelado debido a «dificultades técnicas y comerciales con el creador y presentador del programa».[21]

El anuncio también reunió respuestas mixtas entre el público egipcio. Los periodistas de la CBC emitieron una declaración de solidaridad con Youssef, en la que escribieron: «A pesar de darnos cuenta que el programa no fue cancelado debido a presiones políticas o por el deseo de restringir la libertad de prensa, nos oponemos a la cancelación en principio y esperamos que la empresa de televisión y producción lleguen a un acuerdo pronto».[22] Una encuesta realizada por el Centro de Investigación y Opinión Pública Baseera reveló que el 48% de los egipcios se oponen a la cancelación del show de Youssef.[23] Tras la cancelación, decenas de seguidores de Youssef protestaron frente al estudio de televisión y exigieron el regreso del programa.[24]


Egipcios protestan cancelación del programa: «La revolución continúa», «no al silencio» (Al-Yawm Al-Sabi’, Egipto, 2 de noviembre, 2013)

El mismo Youssef viajó a los Emiratos Árabes Unidos por una semana, durante el cual mantuvo silencio mediático. No utilizó su cuenta Twitter, no filmó ningún episodio de su programa, y no publicó su columna habitual en el diario Al-Shurouq.[25]

La cancelación del programa plantea dudas sobre el compromiso del régimen vigente a la libertad de prensa

Ahmad Sayyid Ahmad, columnista de Al-Ahram, criticó la decisión de dejar de transmitir el programa y afirmó que indica que el régimen actual, al igual que el régimen de la HM, no soporta verdaderamente la libertad de expresión: «[La libertad en Egipto] ha pasado de ser un objetivo que la sociedad debe combatir y uno de los objetivos de la revolución del 25 de enero en una herramienta que algunas personas utilizan y explotan para conseguir objetivos políticos e intereses personales. [Esas personas] apoyarán la libertad si se validan sus puntos de vista y, si alcanza a un grupo específico o corriente a los que se oponen, incluso si alcanza el nivel de crítica excesiva y violación de los [otros] principios. [Al mismo tiempo,] se opondrán a [la libertad] una vez que se utilice [para criticarlos], bajo el pretexto de faltarle el respeto a la tradición y a los valores de la sociedad…

«Poner fin al programa de Bassem Youssef ‘Al-Barnameg’ expone la medida en que la libertad y su aplicación son malentendidas [en Egipto]. Detener el programa bajo el pretexto formal de que le faltó el respeto a los valores sociales y ofendió a la sociedad con insinuaciones sexuales y reclamos inapropiados contra líderes políticos que no pueden ser criticados refleja la hipocresía de muchas de las fuerzas políticas que repetidamente dicen ser civiles y liberales y que apoyan la libertad de opinión y de expresión y la libertad de prensa. [Estas fuerzas] apoyaron a Bassem Youssef cuando atacó a la corriente islamista que gobernó el país, pero ahora lo critican o guardan silencio por la cancelación de su programa [porque] no aprueban las críticas en el programa, a pesar de que fueron expresadas exactamente igual.

«La democracia no puede ser reducida a los aspectos prácticos de las elecciones al parlamento o al presidente. Lo más importante es su aspecto ideológico, que incluye la cultura de la tolerancia, la convivencia y la aceptación del otro [incluso cuando] no esté de acuerdo con él ni política ni ideológicamente. Estos son los valores que aún están ausentes en la cultura de Egipto, debido a décadas de opresión… La verdadera democracia es aquella en la que todas las corrientes políticas coexisten, ya sean islámicas o civiles, y que se oponen a todas las expresiones de odio y exclusión…»[26]

El columnista de Al-Masri Al-Yawm Mohamed Abu Al-Ghar escribió de manera similar: » La cancelación del programa de Bassem Youssef fue como un relámpago que golpeó a todos los egipcios y planteó serias dudas en cuanto a la fiabilidad del régimen actual y la de los propietarios de sus aliados canales de televisión, y en cuanto a su gravedad en la realización de las libertades en Egipto… Los egipcios hoy no están de acuerdo a que se les someta a restricciones o normas que contravienen los valores internacionales de libertad, [ni siquiera] bajo el pretexto de preservar la seguridad nacional… Luego que el episodio del [25 de octubre] fuese transmitido, el ‘estado profundo’,[27]… envió grupos para que ataquen a Bassem Youssef bajo el pretexto de que este había perjudicado a las autoridades y atacado al Ministro de Defensa… Nadie va a faltarle el respeto a los derechos y libertades logradas por el pueblo [egipcio], y nadie nos lo quitará bajo ninguna condición.

«La libertad no significa caos. La libertad en el sentido más amplio, tal como se aplica en los países democráticos, es la garantía fundamental del progreso en Egipto… El beneficiario principal [del programa de Bassem Youssef ] es el pueblo egipcio, que ha demostrado que no abandonará la libertad que ha logrado y que está dispuesto a morir por esta causa. Los gobernantes de Egipto deberían saber que el reloj no puede dar marcha atrás. El segundo beneficiario es el [propio] Bassem Youssef, que ha demostrado ser un excelente artista amado por millones, y que también es un verdadero patriota, tal como se desprende de sus artículos semanales. Cualquiera que quiera regresar a la era Mubarak con un director y paisaje diferente no sabe que Egipto ha cambiado, y que la historia no salvará a nadie que trate de encarcelar al pueblo egipcio…»[28]

Youssef es el propio oportunista interesado

Por otro lado, algunos columnistas afirmaron que hay temas mucho más importantes que deben abordarse que Youssef y su programa. Muhammad Baraka, columnista del diario Al-Yawm Al-Sabi’, acusó a Youssef de buscar nada más que publicidad: «Si Bassem [Youssef] estuviese comprometido con el tema de la libertad de expresión, y [realmente] se vio a sí mismo como un mensajero llamando a aumentar el nivel de crítica hacia el liderazgo político, habría actuado con cierta flexibilidad, y no le habría suministrado a sus oponentes un cuchillo con el que descuartizarían su impresionante logro… Estoy triste por lo que le sucedió a ‘Al-Barnameg’ y avergonzado por la decisión de la CBC, pero no absuelvo a Youssef de responsabilidad. Dios sabe que fue egoísta y sólo pensaba en su propio interés personal. No tenía ningún mensaje. Buscaba la fama personal y [un halo de] heroísmo, queriendo ser un mártir de la libertad de expresión en Egipto…»[29]

Al-Sisi y los militares no están no detrás de la decisión de cancelar el programa

Muhammad Al-Kardusi, columnista del diario Al-Watan, escribió: «No voy a detenerme en Bassem Youssef, ese títere inútil en una cuerda con inclinaciones estadounidenses. No discutiré su inútil programa, que no tiene valor y está por debajo de cualquier debate o discusión, cuando hay muchos otros temas y problemas importantes [que tratar]. Pero me pregunto: ¿Cuál es el interés de los militares en esta marioneta en una cuerda ¿Por qué los militares, que están librando una guerra sin cuartel contra el terrorismo de la HM, lidian con un programa de televisión, cualquiera que pueda ser su contenido? ¿Es concebible que Al-Sisi estuviese detrás de la decisión de impedir [que el programa salga al aire]? Estas son fantasías de la [HM]… Esta es su guerra, a través de la cual quieren dañar la imagen de Al-Sisi y su arrolladora popularidad, [de modo que] lo marginen y allanen el camino a todos los representantes suyos ‘sin valor’ [para que gane] las próximas elecciones presidenciales…

«No creo que la cancelación del programa de Bassem Youssef amerite este alboroto o estas lágrimas. No creo que constituye una amenaza a la libertad de expresión en un país destrozado y colapsado donde reina la anarquía, y donde decenas, si no cientos, de los problemas tienen prioridad al lujo de [tratar con] la ‘libertad de expresión’. Por último, no creo que esta tormenta durará más de dos o tres días… lo que [la gente] no sabe es que la decisión de cancelar el segundo episodio fue exclusivamente de la CBC… Los militares no tenían ninguna recomendación al respecto, incluso si algunos de sus comandantes se indignaron por el programa…»[30]

Bassem Youssef: Los regímenes «acusan a artistas, músicos y escritores de traición y espionaje porque se niegan a ser conducidos como rebaños»

El 12 de noviembre del 2013, luego de casi dos semanas de silencio, Youssef publicó una columna en Al-Shurouq en el que abordó el tema de forma implícita al criticar duramente a los regímenes que acusan de traición a los artistas y creadores «que se niegan a ser llevados como rebaños».[31] Lo siguiente son extractos de una traducción al inglés de la columna publicada el 15 de Noviembre, 2013 en alarabiya.net.[32]

«El difunto Osvaldo Pugliese es el músico de tango más famoso en el mundo. Él y otros artistas [fueron] categorizados como enemigos del estado por oponerse a un régimen militar en Argentina en la década de 1970. Las acusaciones de oponerse a un régimen pueden fácilmente convertirse en acusaciones de conspirar en contra de un régimen, que luego se desarrollan en acusaciones de traición y espionaje, y por último [de] pertenencia a la quinta columna.

«Los regímenes tratan de recuperar lo que han perdido acusando a artistas, músicos y escritores de traición y espionaje porque se niegan a ser llevado como rebaños en un [clima] de histeria de masa – [creada] por los que reclaman virtud, piedad y patriotismo. El senador estadounidense Joseph McCarthy es un ejemplo de alguien que manipula las emociones del pueblo y mal utiliza el patriotismo. Este se hizo tristemente célebre en la década de 1950 por su ofensiva contra presuntos comunistas. Dado que la legislación estadounidense no criminaliza el apoyo intelectual al comunismo, las acusaciones se convirtieron en [acusaciones de] dañar la estabilidad, corromper los valores estadounidenses y, por supuesto, conspirar para derrocar al gobierno. Este interrogó a decenas de escritores en Hollywood, directores y actores sobre presuntos vínculos con el comunismo. Las listas negras surgieron. Gente fue juzgada y encarcelada. Aquellos que no fueron condenados destruyeron sus vidas mientras la sociedad y sus amigos los rechazaron, y todas las grandes compañías de producción se negaron a contratarlos.

«No podemos culpar totalmente a McCarthy. La verdad es [que] hay algún tipo de miedo y la preocupación [existe]… en [toda] sociedad. Vaporicen estos temores, y estos lo llevan a la histeria colectiva que no escucha a los demás, no discute, y no acepta negociaciones. Puede ser miedo [por] el país, [por] la religión, [o] por los valores o la identidad. No importa. El mecanismo es uno, como en la estrategia…

«Crear un enemigo, demonizarlo, ahogar gente en teorías de conspiración, y especificar y exagerar los temores de la gente. Luego disparen sus flechas a quienes quieran. La gente estará lista para atacar, y ustedes no tendrán que hacer [ningún] esfuerzo más. Todo lo que [necesitan hacer es] decirles que hay brujas malvadas en la ciudad, [y] luego apuntar el dedo hacia la víctima. Las airadas masas harán el resto. Nadie le preguntará por sus fuentes o por pruebas irrefutables. Nadie [en Egipto] se pregunta actualmente por qué algunos están siendo difamados y acusados de traición y espionaje [en] nuestros canales vía satélite. Pero nada de esto importa. El veredicto ha sido emitido, y todos [esos] detalles tontos como pruebas no significan nada…

«La decisión de la Corte Suprema estadounidense en 1957 para proteger a ciudadanos de las acusaciones y calumnias al azar sin pruebas es lo único bueno que salió de las acciones de McCarthy. Tal vez necesitemos una ley similar, porque, francamente, nos hemos cansado de las listas [recurrentes] de espías y de los [recurrentes] rostros que reproducen estas acusaciones sin evidencias. Hasta [que tal ley sea aprobada], los diarios y canales vía satélite continuarán alimentándose de la carne del pueblo.

«No hay una gran diferencia entre las prácticas de un régimen militar, un régimen religioso, o un régimen fascista con toque patriótico. Los que afirman la piedad no son menos feroces, ya que pueden añadir las acusaciones de apostasía y enemistad [en] la religión a la lista.

«La mayoría de los científicos y filósofos musulmanes cuyas biografías son utilizadas como prueba de que el califato islámico es la solución eran [en realidad] personas creativas que fueron acusados de apostasía e incluso asesinados en nombre de la religión. Así que si usted es un científico musulmán, un escritor de Hollywood, o un compositor de la mejor música de tango, tal vez la historia le recordará por su trabajo y creatividad. Sin embargo, es probable que viva como un paria, acusado de traición, espionaje, y tal vez de herejía. En ese caso, veamos lo bueno que les hará el tango».

N. Shamni es Compañero de Investigador en MEMRI.


[1] Véase MEMRI Despacho Especial No. 5495, «Satirista egipcio Bassem Youssef en referencia al regreso de su programa al aire: Ni el bando de Mursi ni el de Al-Sisi aguantan una crítica», 25 de octubre, 2013.

[2] Véase MEMRI Despacho Especial No. 5525, «En víspera al cumpleaños de Al-Sisi, su culto a la personalidad alcanza un crescendo», 18 de noviembre, 2013.

[3] Al-Wafd, Al-Misriyyoun (Egipto) 28 de octubre, 2013.

[4] Alarabiya.net, 27 de octubre, 2013.

[5] Alarabiya.net, 2 de noviembre, 2013.

[6] Alarabiya.net, 17 de noviembre, 2013.

[7] Al-Shurouq (Egipto), 12 de noviembre, 2013.

[8] Al-Quds Al-Arabi (Londres) 28 de octubre, 2013.

[9] Al-Hayat (Londres), 27 de octubre, 2013.

[10] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 27 de octubre, 2013.

[11] Al-Masri Al-Yawm (Egipto) 28 de octubre, 2013.

[12] Al-Wafd (Egipto), 30 de octubre, 2013.

[13] Youtube.com/watch?V=SNlRv5XFGPM, 26 de octubre, 2013.

[14] Al-Arabiya (Arabia Saudita), 2 de noviembre, 2013.

[15] Al-Ahram (Egipto) 28 de octubre, 2013.

[16] Al-Ahram (Egipto) 28 de octubre, 2013.

[17] Al-Ahram (Egipto) 28 de octubre, 2013.

[18] Al-Ahram (Egipto) 30 de octubre, 2013.

[19] Al-Misriyyoun (Egipto) 28 de octubre, 2013.

[20] Al-Ahram (Egipto), 31 de octubre, 2013.

[21] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 1 de noviembre, 2013.

[22] Elaph.com 3 de noviembre, 2013.

[23] Al-Quds Al-Arabi (Londres), 3 de noviembre, 2013.

[24] Al-Yawm Al-Sabi’ (Egipto), 2 de noviembre, 2013.

[25] Al-Masri Al-Yawm (Egipto), 1 de noviembre, 2013.

[26] Al-Ahram (Egipto), 6 de noviembre, 2013.

[27] Al-Wafd (Egipto), 4 de noviembre, 2013.

[28] Al-Wafd (Egipto), 4 de noviembre, 2013.

[29] Al-Yawm Al-Sabi’,(Egipto) 5 de noviembre, 2013.

[30] Al-Watan (Egipto), 2 de noviembre, 2013.

[31] Al-Shurouq (Egipto), 12 de noviembre, 2013.

[32] El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad.