La Dra. Nawal Al-Sa’dawi, destacada escritora y activista egipcia de los derechos de las mujeres, criticó la ausencia de jóvenes y mujeres en la comisión judicial creada para el proyecto de cambios a la constitución de Egipto. En un editorial que apareció en la edición en la red del diario gubernamental egipcio en idioma inglés Al-Ahram, escribió que los que habían participado en el alzamiento y arriesgaron sus vidas para garantizar su éxito se han ganado el derecho de ser representados en el comité. Negó que el derecho a modificar la constitución sea privilegio exclusivo de los legisladores, señalando de que «existen cientos de pensadores en las filas [de los jóvenes] que están calificados en todos los sectores, incluidas las leyes”. También señaló que el comité incluye a representantes de diversos sectores que conforman un porcentaje mucho más pequeño de la población de Egipto que sus mujeres, tales como la comunidad copta y la Hermandad Musulmana.

Al-Sa’dawi pidió la reinstauración de la Unión de Mujeres de Egipto, que fue disuelta por el régimen de Hosni Mubarak, después de su ascenso al poder en la década de 1980.

Cabe señalar que los Estados Unidos también han expresado su preocupación por la falta de mujeres en el comité de la constitución. [1]

Los siguientes son extractos del artículo, en su original en inglés: [2]

El comité no representa a la gente que protagonizó la revolución

Al-Sa’dawi escribió que se sorprendió por la composición de la comisión formada para redactar enmiendas a la constitución egipcia, ya que no parecen representar a la revolución: «Me sorprendí cuando leí sobre el nuevo comité de enmiendas constitucionales, encabezado por [el juez y escritor egipcio] Tareq Al-Bishri [así como otros] legisladores, un representante copto y otro de la Hermandad Musulmana. Pensé que después de la gloriosa revolución popular, que sacó a relucir las banderas de la libertad, la justicia y la dignidad… se crearía un comité formado para reescribir toda la constitución (y no sólo modificarla), para que corresponda [a] los objetivos y las exigencias de la revolución. Pero, por desgracia, la composición del comité no tiene nada que ver con lo que millones de revolucionarios egipcios – jóvenes, hombres, mujeres y niños – habían pedido.

«El comité debería haber incluido a intelectuales honorables, que combinen tanto las cualidades de la aptitud y la integridad, [gente] de todo el espectro político, jurídico, económico, social, intelectual y cultural. También deben incluir a representantes de todos los estratos de la sociedad, incluyendo a los jóvenes, mujeres, coptos y musulmanes. Modificar la constitución no es un [derecho] exclusivo de los hombres de la ley, sino [de] toda la población – todos [sus] sectores y [especialmente] los pensadores avanzados progresivos, que van al paso de la revolución del pueblo egipcio, que exigieron el derrocamiento del régimen – no sólo la remoción del presidente y una reordenación de los miembros de su régimen.

«No sé cuáles son los criterios para la elección de los miembros de la comisión, ¿cómo no incluir a los jóvenes, después de que ellos son los que hicieron que esta revolución se disparara y se mantuvieron firmes sacrificando su sangre, para que esta tuviese éxito. Existen cientos de pensadores entre sus filas que están calificados en todos los sectores, incluyendo las leyes».

¿Cómo pueden las mujeres ser excluidas de la construcción de la nueva sociedad y régimen?

Al-Sa’dawi procedió a centrarse específicamente en la ausencia de mujeres de la comisión, cuestionando la forma en que se pudieran excluir a pesar de su papel en la revolución: «Ni tampoco incluyo el comité a una sola mujer de [entre] los intelectuales en la vida política, social y otros campos, o incluso una profesora de derecho mujer, consejera o jueza, si bien Egipto tiene cientos de ellas. La gran revolución fue llevada a cabo por hombres y mujeres, no solamente hombres y basada en la libertad y la justicia. ¿Cómo es que, entonces, que a las mujeres se les [niega] su derecho a participar en la redacción de una nueva constitución cívica que no discrimine entre los ciudadanos sobre la base de su sexo, religión, etnia, credo, clase, o cualquier otro criterio?

«Las mujeres constituyen la mitad de la sociedad (un porcentaje muy superior a la Hermandad Musulmana o coptos), que participaron en la revolución popular lado a lado con los hombres, su sangre fue derramada también y pasaron 20 noches de frío bajo la lluvia en la Plaza Tahrir desde el 25 de enero, hasta que fue derrocado Mubarak… Entonces ¿cómo es que se les niega el derecho a participar en la construcción de la sociedad y el nuevo régimen? ¿Es esta la justicia que la revolución exigió?»

Al-Sa’dawi atribuyó el éxito de la revolución a su eficaz organización, llamando a las mujeres a tomar esto como una lección de cómo hacer avanzar su propia causa: «El éxito de la revolución popular de Egipto [del] 25 [de] enero se basó en la unidad, la conciencia y la organización. El poder de millones de personas organizadas y conscientes dominaron todas las armas del régimen, entre ellos a una policía brutal y a unos medios de comunicación engañosos difamatorios de los hombres y las mujeres de la revolución etiquetándolos de traidores y agentes del enemigo…

«En consecuencia, el [re]establecimiento de la Unión de la Mujer Egipcia es necesaria para unir y organizar a las mujeres, con el fin de que se conviertan en una fuerza política capaz de imponer sus derechos y presencia en todas las instituciones, desde lo más alto hasta lo más bajo. Estos representaran a las mujeres de una manera justa en todos los nuevos comités, entre ellos el de modificar la constitución, con el fin de redactar una nueva constitución cívica que trate a todos los ciudadanos por igual, sin discriminación alguna por razón de sexo, religión, o cualquier otro criterio».

Al-Sa’dawi concluyó advirtiendo a los egipcios contra el apurarse en el proceso de reforma constitucional y haciendo hincapié en que este proceso debe involucrar a todos los sectores que habían efectuado la revolución: «Hoy, exigimos que las mujeres egipcias calificadas y honorables formen parte del comité de enmiendas constitucionales… ¿Por qué [el proceso de enmienda] sólo dura diez días? ¿Por qué el apuro? Modificar la constitución es el paso más importante en esta etapa y ésta debe realizarse con la diligencia y la contribución de los representantes [en nombre de] todos los revolucionarios». [3]


[1] El portavoz del Departamento de Estado Philip Crowley escribió en su página de Twitter, «Las mujeres en Egipto protestaron por el cambio. Se trata de una preocupación de que las mujeres fueron excluidas de la comisión constitucional lo que debe garantizar todos sus derechos». AFP (Francia), 20 de febrero, 2011.

[2] El texto ha sido ligeramente editado para mayor claridad.

[3] http://english.ahram.org.eg, 21 de febrero, 2011.