En un artículo el 8 de septiembre, 2010 en el diario Al-Hayat, el periodista y escritor saudí ‘Abdallah Nasser Al-‘Otaibi llamó a un cambio en el reino saudita que permita a los saudíes moverse con los tiempos y lograr la autosuficiencia en el rápido mundo en desarrollo de hoy día. Este sostuvo que el cambio no sólo debe implicar la renuncia a los intolerantes puntos de vista religiosos a favor de una visión pluralista y tolerante, sino que debería abarcar todas las áreas de la vida – incluyendo la economía, la educación, ciencia y el arte. Destacó, sin embargo, que los programas de reforma no pueden ser exitosos de la noche a la mañana y que también deben adaptarse al carácter de las comunidades en las que estas serán implementadas.
Lo siguiente son extractos del artículo: [1]
«Es crucial que nos esforcemos por cambiar, para que podamos vivir en el mundo del futuro»
«Todos queremos un cambio… Los salafistas, que piensan que la tradición académica islámica representa la mejor manera de proteger a la religión… los liberales, que todavía no saben el por qué son liberales, porque no tienen las características con el cual ser denominados y sin programas que los puedan distinguir de los demás… los progresistas, que creen que el cuerpo de la nación sólo puede ser curado despojándolo de los remanentes del pasado… y los reaccionarios, que piensan que el futuro es pura maldad!
«Todo el mundo habla del cambio desde su propia perspectiva. Aquellos que son fanáticos, tanto en sus puntos de [vista] religiosos y sociales quieren que las sociedades se encierren a si mismas en una burbuja en la que no haya pensamiento, investigación ni creatividad…
«Y aquellos que son religiosos y socialmente abiertos de mente quieren que [nuestra] sociedad adopte instantáneamente el modo de vida occidental. – [un proceso] que requiere cientos de años y muchos sacrificios, incluso para la [propia] Occidente. Esta [gente] quiere] transferir [instantáneamente] la experiencia occidental, que sitúa al individuo en el centro y a las sociedades árabes, que han santificado un colectivo que perpetuamente apabulla al individuo.
«Todo el mundo quiere un cambio y eso es algo bueno. Pero, ¿qué tipo de cambio se ajusta a la naturaleza de la gente y a los tiempos? ¿Es suficiente reevaluar las leyes generales que rigen nuestras vidas? ¿Es suficiente para nosotros [emplear], el ‘método directo’, o deberíamos tratar de lograr un cambio a través del ‘método indirecto’? ¿Es suficiente para que los individuos llamen al cambio, o existe una necesidad a la participación del gobierno mediante el uso de equipos especializados? ¿Aceptará la gente el cambio que se les impone como un hecho consumado, o [sólo lo aceptarán] a través de la persuasión y la negociación…? ¿Es suficiente considerar el cambio social y religioso, o tenemos que considerar el cambio en la economía, los deportes, las artes, las ciencias, etc.?
«[Pero] las dos cuestiones más importantes son: ¿Realmente necesitamos cambiar y que nos espera en el futuro si no cambiamos?
«Para comenzar con estas dos últimas preguntas, yo diría que… es crucial que nos esforcemos por cambiar, para que podamos vivir en el mundo del futuro. Si nuestra situación continua como lo está hoy, entonces nuestros hijos y nietos no serán capaces de marchar junto con el resto de los pueblos de la tierra, porque, sencillamente, no tendrán las herramientas para vivir en un mundo cambiante y en desarrollo…
«Tenemos que cambiar para que comamos [alimentos] que nosotros mismos cosechamos, usar [ropa] y viajar [en] vehículos que fabricamos nosotros mismos, volar [aviones] que nosotros mismos desarrollamos y comunicarnos [usando dispositivos que son el fruto] de nuestra propia innovación».
«El cambio verdadero se aplica a todos los aspectos de nuestras vidas – incluyendo la transición desde la intolerancia a una verdadera comprensión del Islam»
«La palabra ‘cambio’, en el contexto saudita, por ejemplo, no sólo significa que el Dr. Salman Al-Odeh [debe] abandonar sus posturas de línea dura y avanzar hacia el Islam moderado. No se trata sólo de que el Dr. Ayed Al-Qarni [debe] renunciar a su famoso planteamiento excluyente y adoptar una postura de respeto a los demás y valorar sus opiniones y creencias. [Y] no sólo significa que muchas de las principales figuras del período del despertar [islámico] saudita [deben] cambiar de su postura de línea dura a la dirección de tolerancia y [libre] pensamiento que entiende las necesidades de la realidad y sus determinantes.
«[Más bien], el verdadero cambio se aplica a todos los aspectos de nuestras vidas, incluyendo la transición desde la intolerancia a una verdadera comprensión del Islam. [Además], cuando hablamos de cambio no deberíamos limitarnos al entendimiento de la religión. Más bien, debemos saber que… el Islam [del Profeta] Mahoma – no el [Islam] sunita o chiíta, o de cualquier otro tipo – es la religión de la razón, que nos reforma en este mundo y luego inevitablemente, nos conduce al Paraíso…
«Este es el verdadero cambio que debemos buscar. Es bueno que el Dr. Salman Al-Odeh reconociera, en su conocido programa de televisión ‘Cornerstone’… que el cambio no sólo significa hablar sobre el cambio que ha ocurrido desde su [punto de vista], sino que significa una transformación positiva en todos los ámbitos de la vida… Pero son [en realidad] suficientes los intentos de Al-Odeh para lograr un cambio a través de un programa de televisión?
«La respuesta es obviamente no. La cuestión es más grande que los debates de televisión que se desvanecen rápidamente de la memoria del público. Si queremos cambiar, necesitamos llevar a cabo una serie de medidas duraderas a largo plazo que garanticen una transformación duradera en nuestras sociedades. Este significa que debemos transformar el pensamiento de [la gente], no [sólo su] conducta.
«La primera medida a adoptar será la de tratar de manera diferente con las diferentes áreas de Arabia Saudita. Un cambio que se adapte a la gente de Hiyaz no necesariamente se adapta a la gente de Al-Najd. Las medidas de cambio que pueden [actualmente] ser aplicadas de manera realista en el norte puede que sean imposibles de aplicarse al sur del Reino.
«Por otra parte, la introducción exitosa de un cambio específico en una región puede tentar a la gente de otra región, que en principio se negó a este cambio, de adoptarlo. [Por ejemplo, la noción de] la educación de las muchachas… fue [una vez] opuesta por mucha gente, pero adoptada por los demás. Años más tarde, los opositores [comenzaron] a educar a sus hijas [también]…
«En segundo lugar, existen algunas políticas de cambio que el gobierno debe imponer por la fuerza. En principio, la gente los acepta por miedo al castigo, pero con el tiempo se convertirán en parte de las [normas generalmente aceptadas] – si no en [nuestro] tiempo de vida entonces en la vida de [nuestros] hijos y nietos.
«La tercera medida [a tomar] es cambiar las políticas del gobierno respecto a las escuelas, fábricas y departamentos gubernamentales, así como el establecer un calendario definitivo para alcanzar una transformación completa en [nuestro] panorama económico, educativo y científico, de manera que garantice la transición del país… de una [sociedad] de consumo que depende de un recurso [natural]… a un país cuya existencia se basa [en las capacidades de] su propio pueblo…
«En cuarto lugar, sobre la base de este [principio], el gobierno debe establecer un plan de reforma de cinco años, guiado por una serie de pensadores en varios campos, cuya tarea será la de hacer interactuar los planes de desarrollo con los planes para el cambio.
«La quinta y más importante medida es activar la función general de los [aparatos] de censura – y espero que esta se convierta en un ministerio independiente del [gobierno] – con el fin de asegurar un proceso exitoso de cambio libre de los efectos nocivos de los chismosos, ladrones y de los egoístas oportunistas y con el fin de hacer que los [radicales] de línea dura, los liberales pretendientes, los progresistas y los reaccionarios no controlen el destino del país y el del pueblo».
[1] Al-Hayat (Londres), 8 de septiembre, 2010.