En una columna publicada el 7 de febrero del presente año 2022 titulada «La paz ya no es una opción, sino una necesidad» en el portal de noticias saudita Elaph, el periodista palestino Fadel Al-Manasfeh escribió que la paz y la coexistencia son la única forma de resolver el conflicto palestino-israelí y esto requiere de concesiones por parte de Israel pero también de un sincero reconocimiento palestino al derecho de los judíos de convivir junto a ellos. En la columna, que también fue publicada dos días después en el portal de noticias palestino Amad Media, Al-Manasfeh sugirió hacer de Jerusalén una capital religiosa apolítica de paz y convivencia y no descartó la opción de establecer un estado binacional israelí-palestino llamado Isratine, tal como propuso el líder libio Mu’ammar Qadhafi en el año 2002.

Fadel Al-Manasfeh (Fuente: Elaph.com)
Fadel Al-Manasfeh (Fuente: Elaph.com)

Lo siguiente es una traducción de su columna:[1]

“Ya no podemos contemplar una solución integral en Palestina sin hablar de una paz que satisfaga a ambas partes y permita la creación de un estado palestino con Jerusalén como su capital. El discurso de la exclusión y la fuerza de las armas solo exacerbarán el sufrimiento en ambas partes.

«La guerra de opresión racial y de apartheid en Sudáfrica duró mucho tiempo, pero la política de esclavización y de mantenimiento del estatus quo, practicada por los blancos contra los africanos, le trajo a los blancos nada más que vergüenza y desgracia. Las ametralladoras y fusiles en Congo-Brazzaville,[2] en Sudán y en las dos Coreas sólo lograron dividir a cada uno de estos países en dos estados que comparten la misma identidad y el mismo destino.

“Aunque la situación de los israelíes y los palestinos es muy diferente, ya que no comparten la misma identidad, religión o destino nacional, Jerusalén fue y sigue siendo un tema central que impide alcanzar una paz integral entre la Autoridad Palestina e Israel. Otro factor es que la guerra no terminará mientras Hamás se niegue a reconocer al estado llamado Israel y mientras Israel vea a Hamás como nada más que una organización terrorista a la que debe oponerse firmemente, porque de lo contrario este no permitirá que un solo israelí viva en paz, ya sea que este israelí sea algún fanático o un ser humano que tiene derecho a vivir donde desee.

«¿Qué sucede si las dos partes acuerdan convertir a Jerusalén en una capital religiosa, sin determinar a quién le pertenece y también involucrando los factores políticos, sectarios, étnicos y teológicos en este tema? ¿No podemos imaginar a Jerusalén, o Al-Quds, como una capital conjunta de paz y convivencia humana, que garantice los derechos de todos? ¿No podemos hacer realidad el sueño de ‘Isratine’, propugnado por el difunto líder libio Mu’ammar Gadafi en el año 2002, del que todos se burlaron a pesar de que es una idea que si posee merito?

«¿Deben perecer y morir de hambre cientos de palestinos para hacer realidad la visión de Hamás, que no considera que los judíos tengan ningún lugar en Palestina? ¿Deben vivir cientos de miles de israelíes con temor y en previsión de ataques con misiles desde Gaza? ¡¿Dónde está el sentimiento humano frente a todo lo que está sucediendo?! ¿Hasta cuándo seguiremos por los mismos caminos, que llevan a los mismos resultados? ¿Hasta el fin de los días?

“La paz y la coexistencia son la única opción y la única forma de resolver el problema del Medio Oriente. En cualquier otro escenario, ni los israelíes ni los palestinos pueden imponer la lógica de la fuerza, la violencia y el racismo. Aunque yo he hablado largo y tendido sobre ideas que algunos pueden considerar despreciables, estas ideas son de hecho las más realistas. El estado independiente de Palestina solo será anunciado después de considerables concesiones israelíes. Al mismo tiempo, las concesiones israelíes no se harán a menos que los palestinos reconozcan sinceramente el derecho que poseen los judíos de vivir junto a ellos y de ninguna manera los excluya o niegue su derecho a vivir en Tierra Santa».


[1] Elaph.com, 7 de febrero, 2022; amad.ps, 9 de febrero, 2022.

[2] El Congo se divide en Congo-Brazzaville, también llamada la República del Congo, cuya capital es Brazzaville y la República Democrática del Congo, cuya capital es Kinshasa.