En un artículo publicado en el diario kuwaití Al-Qabas, el periodista Ahmad Al-Sarraf escribió acerca de la Ley Internacional de Libertad Religiosa de Frank Wolf que recientemente fue aprobada por la administración estadounidense. La ley, promulgada en diciembre, 2016, es una enmienda a la Ley Internacional de Libertad Religiosa de 1998, que autoriza a los Estados Unidos a imponer sanciones a países extranjeros en respuesta a violaciones a la libertad religiosa[1]. La enmienda amplía la aplicación de la Ley Internacional de Libertad Religiosa al extender específicamente la protección a los no teístas, así como también a aquellos que no profesan o practican ninguna religión en particular.[2]
Al-Sarraf escribió que hoy, luego de la aprobación de la Ley Internacional de Libertad Religiosa de Frank Wolf, los estados árabes y musulmanes serán más vulnerables a las sanciones estadounidenses. Este agregó que la aprobación de la ley en este momento indica que el mundo se hartó del extremismo religioso de los musulmanes y su participación en los ataques terroristas y llamó a «poner fin a toda esta locura». Este afirmó que la ley no hubiese pasado si los países musulmanes hubieran comprendido y aplicado el principio de los derechos humanos y hubieren expresado la creencia de que esta ayudaría a promover la libertad religiosa en todo el mundo.
Ahmad Al-Sarraf (imagen: Alqabas.com)
«Escribir es cumplir con un deber y advertirle [a la gente de los peligros], así como también una forma de dejar que el vapor ventile y expresar sus pensamientos». Al igual que otros cientos de personas, [los periodistas] advirtieron sobre el subestimar [el peligro representado por] el extremismo religioso. Yo también he exigido muchas veces que los programas escolares prioricen la enseñanza de la ciencia sobre la enseñanza de las humanidades, incluida la religión, la cual se ha convertido en un tema común en el estudio de temas humanísticos tales como las lenguas, alfabetización, historia y geografía. Ya sea por ignorancia respecto a la gravedad del problema o por el deseo de complacer a las fuerzas religiosas que se han convertido en partidos políticos, tales como la Hermandad [Musulmana] y otros.
«También escribimos que los gobiernos están ventilándose del extremismo religioso, que nos traerá desastres y perjudicará nuestros intereses y los de los árabes y los musulmanes que viven en Occidente. Un día el mundo perderá su paciencia y los países desarrollados se serán obligados a limitar la entrada de musulmanes o [iniciar] una vigilancia permanente de los residentes musulmanes, prohibiéndolos de ejercer ciertas profesiones o enviarlos de vuelta a sus países de origen.
«Sin embargo, parece ser que las cosas progresaron aún más rápido de lo que pensamos, porque el Congreso de Estados Unidos aprobó recientemente la Ley Internacional de Libertad Religiosa de Frank R. Wolf, mediante la cual los Estados Unidos obligarán a los gobiernos del mundo a concederle a sus pueblos libertad para permitirles construir casas de culto a su antojo y abstenerse de castigar a ciudadanos o a cualquier otra persona por convertirse de una fe a otra o expresar sus creencias religiosas. La ley entró en vigor cuando el Presidente estadounidense Barack Obama lo firmó como ley. El significado de esta ley es que nosotros en los países musulmanes y especialmente en los países árabes, seremos más vulnerables a ser perseguidos por la administración estadounidense. Tenemos un comercio y una industria pobres y un sistema de salud débil y si nos obstinamos en insistir abstenernos de desarrollar y mejorar, estaremos expuestos a sanciones que no podremos soportar.
«La nueva ley sin lugar a duda contribuirá a promover la libertad religiosa en todo el mundo, fortalecerá a las minorías, acabara con el extremismo religioso y reducirá el sectarismo, aunque sea gradualmente. Liberará a los musulmanes, cristianos, hindúes, judíos y a otros de la opresión y les impedirá oprimir a otros, luego que matanzas, asesinatos, expulsiones y discriminaciones motivadas por motivos religiosos se extendieron en muchos países que alguna vez fueron libres de este tipo de extremismo.
«Esto es un tema muy serio y sería una tontería responder a esta ley diciendo que preferimos morirnos de hambre antes que capitular [a los dictados estadounidenses], o retornar al desierto y vivir con solo leche y dátiles. De hecho debemos contemplar profundamente este tema y darnos cuenta de que el mundo está harto de nosotros, de nuestro extremismo y de nuestra participación en la mayoría de las operaciones terroristas que suceden a diario. Es hora de acabar con toda esta locura. Esta ley no hubiese sido aprobada de esta manera, que muchos consideran una injerencia contundente en los asuntos internos de otros países, si realmente hubiésemos comprendido la esencia de los derechos humanos en nuestros países y aplicado los principios [de derechos humanos] a todos, sin ningún tipo de discriminación».[3]
[1] State.gov, 27 de enero, 1998.
[2] Congress.gov, 16 de mayo, 2016.
[3] Alqabas.com, 25 de diciembre, 2016.