En su columna del 1 de marzo, 2016 en el diario bahreiní Al-Wasat, titulado «La Ilusión del Estado Califato», el redactor Jamil Al-Mahari condenó a aquellos que sueñan establecer un califato islámico a través del terrorismo y las decapitaciones, llamándolos la gente «más extremista, reaccionaria y brutal». Este sostuvo que ISIS es sólo una de muchas organizaciones islamistas que rechazan la convivencia con el otro y que estas organizaciones, así como también las multitudes que los apoyan en las redes sociales, están muy lejos de Islam y «no poseen ningún objetivo humano o religioso – nada sino un vacío moral».
Lo siguiente son extractos de su artículo:
Jamil Al-Mahari (Imagen: alwasatnews.com)
«Decenas de miles o tal vez cientos de miles de personas han sido asesinadas hasta ahora y cientos de miles o tal vez millones de inocentes han sido desplazados de sus hogares, [todo] en nombre del sueño de establecer un estado califato a través de todas las tierras árabes y musulmanas, [un estado] gobernado por el califa musulmán bajo la protección de Alá.
«El sueño de establecer un estado califato islámico, o un imperio islámico, sobre las ruinas de los gobiernos árabes e islámicos modernos nació luego de la caída del estado otomano en la década de 1920. Esta fue una nueva idea de figuras y organizaciones islámicas que emprendieron reinstaurar el sharia islámico en la vida cotidiana y restablecer el imperio islámico. Hasta el día de hoy, la mayoría de las organizaciones islámicas predican alguna versión de esta idea, de alguna u otra manera. Algunos creen [en su implementación] de manera gradual, mientras que otros creen en imponerla por la fuerza.
«Aquellos que sueñan con el regreso del califato islámico, tal como los vemos a [ellos] hoy, puede ser mucho más numeroso de lo que pensamos y por lo tanto el EIIS es sólo [una] de muchas organizaciones políticas del [Islam] que son proyectados dentro del mismo molde, [los cuales] adoptan esta percepción ensangrentada que no acepta la posibilidad de tolerar ninguna opinión diferente [a la suya].
«Históricamente, el estado califato existió durante un corto periodo de tiempo, durante el reinado de los cuatro Califas Justos. Luego, el régimen político cambió, reflejando la dirección tomada por el estado umayyad, el estado abasí y finalmente el estado otomano. Ninguna de aquellos que ahora presumen establecer un estado califato puede afirmar que cualquiera de los modelos de gobierno que existieron después de la era de los califas justos era digno de ser emulados en términos de su promulgación del sharia islámico. Por lo tanto, [estas personas] no tienen un modelo claro al cual aspirar, sólo teorías utópicas selectivas sobre [su] patrimonio.
«Hoy, la gente más extremista, reaccionaria y brutal que ha surgido, [tratando] de establecer un estado califato islámico por medio del terrorismo, las decapitaciones y el volar por los aires mezquitas usando cinturones explosivos, [e intentando] establecer el esperado futuro califato estado sobre los restos de [sus víctimas]. [Esto, mientras que] el estado califato islámico se supone debe adoptar el sharia islámico, el cual está repleto de compasión y justicia divina. Estos individuos quieren difundir el Islam alrededor del mundo por medio de la espada y [emprendiendo] el yihad por la causa de Alá, asesinando gente y volándolos por los aires [y todo esto] con el fin de dominar el mundo en nombre del Islam, implementar la ley de Alá y recaudar el yizya [impuestos] sobre cualquiera que se niegue acogerse al Islam. Es decir, los Estados Unidos, Rusia, Alemania y Gran Bretaña se supone deben todos pagar el yizya a este estado islámico putativo, mientras se encuentren en estado de sumisión.
«Lo más extraño de todo esto es que entre los que se han hecho cargo de algunos pueblos aislados y pueblos de los países plagados de caos tales como Siria, Irak y Libia – aquellos que han esclavizado al pueblo [de aquellas ciudades y pueblos] y capturaron a sus mujeres – existen algunos que creen hasta el día de hoy de que si un estado islámico surge en estas regiones, será capaz de hacer lo que le plazca con los habitantes locales en todas partes, en nombre de la religión. Y más extraño aún es [el hecho] de que algunas personas de manera abierta y orgullosa los apoyan – a pesar de que están sumamente alejados de la trayectoria del Islam, tal como puede verse en las redes sociales… La agenda [de estos individuos] es clara. No tienen ninguna meta humana o religiosa – nada sino un vacío moral».