En un reciente artículo, titulado «Las autoridades afganas y los talibanes son dos caras de una misma moneda», el escritor afgano Maiwand Habibi examinó el legado del régimen del presidente Hamid Karzai en Afganistán durante los últimos ocho años.

Habibi señaló que debido a la corrupción generalizada y la incapacidad del Presidente Karzai de cumplir sus promesas, los sabios tribales en la militancia de las provincias afectadas se están alineando con los talibanes.

Lo siguiente son algunos extractos del artículo: [1]

«Los caudillos, quienes fueron en gran parte responsables de asistir al derrocamiento de los talibanes por los Estados Unidos en el 2001, están ahora profundamente arraigados en la sociedad afgana, tienen cargos en el gobierno, en la policía, en el ejército y en los negocios»

«Afganistán celebró las elecciones presidenciales el 20 de agosto con la esperanza y expectativa de poner fin al caudillismo afgano. Los señores de la guerra, quienes fueron en gran parte responsables de asistir a la expulsión de los talibanes por los Estados Unidos en el 2001, están ahora profundamente arraigados en la sociedad afgana. Tienen posiciones en el gobierno, en la policía, en el ejército y en los negocios. Aunque han renunciado en gran parte a sus tanques y artillería pesada, la mayoría han podido mantener sus milicias centrales en la forma de empresas de seguridad privadas, partidos políticos o redes de empresas libres.

«Las denuncias de robos de tierras, violaciones, asesinatos y secuestros son algo común [contra los señores de la guerra]. Sin embargo, resultó ser un fraude electoral espectacular y pleno que ha dañado totalmente la credibilidad de Karzai, [también] por el hecho de que el poder del gobierno sigue en manos de los corruptos y señores de la guerra respaldados por funcionarios del gobierno. Esta elección marca el regreso de los caudillos militares que habían dominado el gobierno afgano a principios de la era post 2001.

«Karzai una vez más traza acuerdos con muchos señores de la guerra para asegurar su reelección. Por ejemplo, reclutó al notorio… señor de la guerra Muhammad Fahim como uno de sus compañeros de fórmula en un intento por dividir la base de apoyo de su [rival] Dr. Abdullah Abdullah. Fahim ha sido acusado de un sinnúmero de violaciones de derechos humanos. Además, Karzai obtuvo el apoyo del famoso violador de derechos humanos General Abdul Rashid Dostum en su intento por reelegirse…»

«[La confianza de Karzai en los señores de la guerra], ha llevado a la potenciación de los talibanes…»

«[La dependencia de Karzai en los señores de la guerra], ha llevado a la potenciación de los talibanes quienes están compuestos de varias capas: en primer lugar, un fuerte núcleo central de antiguos comandantes talibanes (incluyendo al mulá Omar), que opera fuera de los santuarios en la frontera con Pakistán y que mantiene vínculos con los servicios de inteligencia Inter Services de Pakistán; en segundo lugar, las bandas vinculadas a Al-Qaeda, cuyas filas han crecido recientemente con combatientes árabes, chechenios y uzbecos que operan en las escarpadas gamas del noreste de Afganistán y un tercer grupo, probablemente el mayor, compuesto por tribus locales que se han aliado a si mismos ligeramente con los talibanes como resultado de funcionarios provinciales usualmente corruptos del presidente Hamid Karzai haciendo que una tribu se enfrente a otra.

«Por ejemplo, Mullah Salam, un sabio de una tribu de la provincia de Helmand, el escenario de intensos combates entre los talibanes y las fuerzas de la OTAN, le dijo a Times Online ¿Por qué se pasó a [apoyar] a los talibanes?: ‘la gente de Karzai me prometió, y yo a su vez los hice mi tribu, pero éstos nunca fueron honrados’. Este de hecho, [ha] traído la idea a los bastiones pashtun de Afganistán, de que podría ser una buena idea para una tribu el comenzar a alinearse con los talibanes, a pesar de que los miembros de la tribu puedan no estar de acuerdo con su riguroso medievalismo».

«Los sabios que pertenecían a tribus que fueron una vez neutrales en la provincia de Kandahar están ahora diciéndole a su juventud que tomen las armas contra los invasores extranjeros, tal como lo hicieron sus padres a principios de la década de los 1980 contra el Ejército Rojo»

«Una masa crítica se está reuniendo, dicen los expertos. Sabios que pertenecían a tribus que una vez fueron neutrales en la provincia de Kandahar le están diciendo ahora a su juventud que tomen las armas contra los invasores extranjeros, tal como lo hicieron sus padres en la década de los 80s contra el [antiguo Ejército Rojo de la URSS]».

«[Un clérigo] se ha negado recientemente a presidir el funeral de un soldado fallecido del gobierno afgano, un muchacho local; Mientras tanto, un talibán que murió combatiendo contra los estadounidenses o los británicos, fue honrado como un mártir valiente»

«En Tahkt-e-Pul, sobre los bordes de la ciudad de Kandahar, un influyente mulá [clérigo] se negó recientemente a presidir el funeral de un soldado muerto del gobierno afgano, un chico local. Mientras tanto, un talibán, que murió combatiendo contra los estadounidenses o británicos, fue honrado como un mártir valiente. Es un cambio inquietante entre los afganos quienes en el 2001, después de los años oscuros de los talibanes, acogieron con satisfacción a los extranjeros que acudieron en ayuda y ofrecieron el progreso.

«Los talibanes están surgiendo en el vacío creado por el gobierno de Karzai, el cual está basado en el clientelismo en lugar de la competencia, junto con la distribución caótica y torpe de la ayuda por la comunidad internacional. Los ciudadanos afganos están ahora experimentando incidentes intolerables de violaciones a los derechos humanos tales como asesinatos, atentados, secuestros y violaciones ya que ambos el gobierno caudillo y los talibanes son en realidad caras de la misma moneda».


[1] www.kabulpress.org, Afganistán, 27 de octubre, 2009. El artículo ha sido ligeramente editado para mayor claridad.