El 26 de octubre del 2009, el ex decano de ley islámica en la Universidad de Qatar y prominente intelectual liberal Dr. Abd ‘Al-Hamid Al-Ansari publicó un artículo en el diario kuwaití Al-Jarida llamando a condenar el ataque terrorista suicida del 18 de octubre 2009 en la provincia de Baluchistán-Sistán en Irán, el cual fue llevado a cabo por la organización de oposición iraní sunita-baluchi Jundallah; en este, fueron asesinados varios antiguos funcionarios del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI). En su artículo, titulado «Debemos Condenar los Atentados en Irán», Al-Ansari afirma que a pesar de la política interior y exterior de Irán, los actos terroristas en su contra no están justificados y deben ser condenados por todos los países árabes y musulmanes. [1]

Lo siguiente son extractos del artículo:

«Nos solidarizamos con el pueblo iraní, su gobierno y su liderazgo»

«Criticamos a Irán por ciertas acciones [motivadas por su] política vis-à-vis con el pueblo iraní y los países de la región, sin embargo, debemos apoyarlo ante los mortales atentados que costaron la vida de decenas de ciudadanos inocentes, en su mayoría dirigentes y miembros del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Debemos condenar este ataque terrorista al igual que condenamos todo tipo de terrorismo en todos los países, y no debemos considerar ningún justificativo para ello, ya que las víctimas del terrorismo son siempre personas inocentes.

«[Jundallah] clama que está luchando contra el gobierno iraní para proteger los derechos de los sunnis y del pueblo baluchi… para poner fin a la discriminación de la minoría sunita [en Irán], [asegurar] la distribución justa de los recursos nacionales, y permitir a los sunitas establecer mezquitas y escuelas [allí]. Jundallah acusa al gobierno de Irán de perseguir a los sunnis, asesinar a sus clérigos, destruir sus mezquitas y el cierre de sus escuelas. [Sin embargo], sin importar los justificativos, objetivos y motivos de [Jundallah], ninguna es aceptable y ninguna justifica el derramamiento de sangre.

«Terrorismo es [siempre] terrorismo, es indefendible, tanto desde la [perspectiva] política, social, económica o teológica. Un grupo político o religioso que se esfuerza por lograr objetivos legítimos debe emplear medios legítimos – de lo contrario, pierde su legitimidad. Todo lo que es cierto para los grupos extremistas que siguen los principios de Al-Qaeda, el cual ha causado estragos en el mundo, también es cierto para Jundallah. Todos nosotros, y especialmente los clérigos y predicadores en las mezquitas… y en los portales, debemos condenar inequívocamente este criminal ataque [terrorista]…

«Nos solidarizamos con el pueblo iraní, su gobierno y su liderazgo, así como también con las familias de las víctimas; Nos solidarizamos con su dolor y le rezamos a Alá por sus familiares asesinados y heridos…»

El terrorismo debe ser despojado de todo su revestimiento político, social y económico

«No existe justificación política para un acto terrorista. Hemos argumentado esto con los que defienden los problemas políticos [con el fin de defender al terrorismo], por ejemplo, el tema de Palestina, o la discriminación contra los árabes y los musulmanes o sus organizaciones en Occidente y en América. Hemos sostenido [esto] con aquellos que utilizan la situación de deterioro económico y los problemas sociales como una [excusa] política para el terrorismo.

«El terrorismo debe ser despojado de todos sus revestimientos políticos, sociales y económicos. Este no se puede ser justificado, excepto por ‘la cultura del odio’ que se ha inculcado desde hace muchos años en los corazones y las mentes de [nuestros jóvenes] – dados en los púlpitos de las [mezquitas], en las escuelas y a través de [otros] canales religiosos y culturales de incitación, que han transformado a algunos de los jóvenes entusiastas en bombas vivientes que creen que los [atentados suicidas] son el camino más corto al Paraíso…»

Los ganadores del concurso de Corán recibieron explosivos, dispositivos anti-tanques, granadas de mano y otras armas como premios

«Han escuchado hablar de los premios otorgados a los ganadores del concurso de Corán y estudios islámicos [celebrado] en la ciudad somalí de Kismayo, al sur de Mogadiscio, el cual está controlado por Al-Shabab Al-Mujahideen? Durante el mes de Ramadán, la ciudad fue sede de una competencia en estudios y memorización del Corán, en el que un gran número de estudiantes participaron. Los ganadores fueron anunciados en una gran ceremonia, y se les otorgaron premios tales como explosivos, dispositivos anti-tanques, granadas de mano y [otras] armas.

«Así es como las organizaciones extremistas educan a las generaciones más jóvenes, y afianzan la violencia en sus corazones, el odio al otro y la falta de respeto por la vida humana. La letal explosión en Irán es [sólo un ejemplo de] lo que está sucediendo en todos los países árabes e islámicos. Los actos terroristas son utilizados para [alcanzar] objetivos políticos y la religión es utilizada como excusa para los ataques terroristas.

«Cabe aclarar que no es del interés de los árabes o los sunitas el seguir insistiendo en la cuestión étnica, o fomentar una división en las filas de Irán, mediante la realización de un ataque terrorista bajo la bandera del Sunna. Este sería un juego muy peligroso para cualquier país árabe de aceptar o condenar».

Jundallah se opone a cualquier acercamiento o cooperación entre sunitas y chiítas

«Tampoco [debemos] aceptar la afirmación de que a Irán finalmente se le ha dado a saborear de su propia medicina – implicando que Irán está otorgando refugio a varios líderes de Al Qaeda. Las excusas de Jundallah no son más válidas que las excusas de Al-Qaeda de que está defendiendo a los sunitas. El [reciente] ataque suicida [en Irán] fue llevado a cabo con el fin de [eliminar] suelo común entre los sunitas y chiítas, ya que Jundallah se opone a cualquier acercamiento o cooperación entre ellos. Esto refuta la afirmación de [Jundallah] de que [sólo] busca acabar con la discriminación en contra de los sunitas.

«Nuestros desacuerdos políticos y sectarios con Irán no [nos impiden] condenar atentados terroristas en ese territorio. El Consejo de Seguridad ya ha condenado estos atentados y los Estados Unidos han añadido a Jundallah a la lista de organizaciones terroristas. Es nuestro deber condenar este acto criminal y ofrecer nuestras condolencias al pueblo y al gobierno iraní. Esto es lo mínimo que podemos hacer para [defender] los derechos del pueblo iraní».


[1] Al-Jarida (Kuwait), 26 de octubre, 2009.