El juicio pendiente al anterior presidente de Irak Saddam Hussein ha despertado mucho interés y controversia entre los iraquíes y la comunidad árabe en grande. Esto es lo esperado, dadas las emociones que Saddam evoca entre sus partidarios y sus detractores. Su reciente captura por las fuerzas de la coalición ha sólo intensificado el debate sobre su juicio y ha planteado muchas preguntas sobre la manera en la cual el juicio debería ser conducido. Los Estados Unidos, que han recientemente declarado a Saddam prisionero de guerra, no han hecho ninguna declaración pública sobre dónde y cómo debería ser procesado. Sin tener en cuenta los muchos resguardos que serán tomados para asegurar que sea justo, el juicio espera generar una inmensa cobertura en los medios de comunicación. El evento fue caracterizado oportunamente por el periodista kuwaití Khalid Al-Mutairi como «la madre de todos los crímenes en la madre de todas las cortes.» [1]

Hay varios problemas legales y prácticos que tendrán que ser resueltos antes de que el verdadero juicio pueda tener lugar. Deben tomarse decisiones sobre el tipo de corte ante el cual Saddam deberá ser procesado, así como su sitio de acción; la manera en que el juicio deberá ser conducido – en público o ante las cámaras; y la mejor manera de garantizar la seguridad de Saddam durante el juicio.

Hay un enorme cuerpo de evidencia que debe ser recolectado. Los kuwaitíes solo, víctimas de la agresión de Saddam, han preparado aproximadamente 200 acusaciones. En palabras de un estudioso de leyes iraquí, cualquiera de los crímenes mayores de los cuales Saddam es acusado es suficiente para enviarlo al patíbulo o, como mínimo, a prisión de por vida. Estos crímenes incluyen el usar armas químicas contra civiles kurdos, cortarle las orejas a desertores en el ejército, y cometer genocidio en contra de los Shi’a.

Opciones de Cortes

El Concejo de Gobierno ha establecido una corte criminal especial comprendida por cinco juristas iraquíes para juzgar a Saddam y a aquellos miembros de su gobierno acusados de cometer ofensas importantes y crímenes mayores. Wa’il Abd Al-Latif, miembro del Concejo de Gobierno y candidato para presidir sobre la corte, dijo en una entrevista con el diario de Londres Al-Sharq Al-Awsat, que a Saddam se le dará un juicio abierto y justo. Acerca de la imposición de la pena de muerte, Abd Al-Latif fue cuidadoso de no prejuzgar el caso. Como asunto de registro, el administrador civil para Irak, Embajador L. Paul Bremer, ha suspendido la pena de muerte en Irak. Sin embargo, Al-Latif dijo Irak es un país musulmán dónde la pena de muerte es permisible bajo Shari’a (la ley islámica). [2] Él denota que mientras la pena de muerte fue suspendida por Bremer, esta no fue abolida. [3]

Otras opciones para juzgar a Saddam han sido sugeridas, pero todas ellas parecen inaceptables a los iraquíes. Una opción es un juicio en la Corte Criminal Internacional en La Haya. Sin embargo, esta corte no considera los casos de crímenes de guerra cometidos antes de su establecimiento en julio del 2002. Es más, sólo puede tratar con casos traídos ante ella por ciudadanos de países que son firmantes al Acuerdo de Roma la cual creó la corte. Ya que ni los Estados Unidos ni Irak han ratificado el acuerdo, la opción de ir ante la corte en La Haya no es válida.

Una segunda opción es el establecimiento de una corte especial de juristas internacionales similar a la congregada por los Naciones Unidas para juzgar a aquellos que cometieron crímenes de guerra en Yugoslavia y Ruanda. El problema principal con estas cortes es de que son caras, distantes de la escena de los supuestos crímenes, y sus procedimientos son lentos y a menudo entendidos sólo por unos pocos. Tampoco, estas cortes pueden imponer la pena de muerte.

Una tercera opción es el establecimiento de una corte especial comprendida de juristas internacionales e iraquíes, también apoyada por los Naciones Unidas. Tales cortes fueron establecidas para juzgar a oficiales acusados de crímenes de guerra en Camboya y Sierra Leone. Ellas podrían proveer un precedente útil para los juicios de oficiales iraquíes, incluyendo a Saddam, acusado de crímenes de guerra. [4]

Para la mayoría de los iraquíes, así como fue evidenciado por los editoriales en la mayoría de los diarios iraquíes, el juicio a Saddam debe ser conducido en Irak y ante jueces iraquíes. Una encuesta conducida por el Centro Iraquí para Estudios Estratégicos muestra que sesenta por ciento de los iraquíes quieren que Saddam sea juzgado por jueces iraquíes. [5]

Los Defensores de Saddam

Mientras las preguntas sobre el método, cronograma, y el sitio de acción para juzgar a Saddam están siendo debatidas todavía, muchos abogados, particularmente de fuera de Irak y por razones que tienen que ver más con el nacionalismo que con la búsqueda de justicia, han ofrecido sus servicios para defender a Saddam.

La Asociación de Tribunales Arabe organizó un simposio de abogados árabes de Egipto, Jordania, Siria, y Marruecos en un esfuerzo por alcanzar un acuerdo general sobre el método de juzgar a Saddam. Los puntos de vista estaban divididos entre aquellos que consideraron a Saddam «un héroe nacionalista y un prisionero en manos del colonialismo» y aquellos que lo ven como un criminal de guerra que cometió crímenes contra la humanidad el cual merece la pena de muerte. [6]

Liderizando el grupo de defensores de Saddam está el presidente de la Asociación de Tribunales Jordanos, Hussein Al-Majali quién clama que 600 abogados jordanos se han registrado para defender a Saddam hasta ahora. Él está buscando reunir el panel más grande de abogados de defensa congregado para defender a un individuo. Pero Al-Majali no está meramente satisfecho con defender a Saddam; él cree que sus abogados deberian considerar enjuiciar al Presidente George W. Bush y al Primer Ministro Tony Blair como criminales de guerra. [7]

Comentarios sobre el Entusiasmo para Defender a Saddam

Escribiendo una columna en Al-Sharq Al-Awsat, Loui Abd Al-Ilah invita a los abogados jordanos a mirar la película que muestra a Saddam, inmediatamente ante su ascendencia a la presidencia de Irak, reuniéndose con el liderazgo del Partido Ba’ath y llamando a individuos por nombre a ser sacados para ser ejecutados. Él los invita a venir y ver las tumbas en masa o hablar con las familias de las víctimas. La posición de estos abogados, escribe Abd Al-Ilah, refleja «el total descuido de los dolores y desastres de un pueblo que necesita a alguien que escuche su voz después de 25 años de prisión absoluta de silencio.» El redactor concluye tristemente de que el pueblo iraquí está en una posición similar al del cochero en el libro de Chekhov quien ha perdido a su hijo y, es incapaz de encontrar a alguien propenso a escuchar su historia, y termina contando su tragedia personal a su caballo. [8]

El redactor en el diario de Londres Al-Hayat, Abdallah Iskandar, considera el entusiasmo de los abogados árabes para defender a Saddam como arraigado en el nacionalismo árabe. Para estos abogados, Saddam no es la cabeza de un régimen que cometió crímenes, sino el enemigo principal de los Estados Unidos e Israel. Es esta enemistad la cual justifica tratarlo como «inocente.» Así, si a Saddam se le preguntara durante su juicio por el uso de armas químicas contra los kurdos en Halabja, los abogados defensores argumentarían que Saddam fue un combatiente en contra del sionismo tanto que amenazó destruir Israel, y eso lo absuelve del crimen de quemar a su propio pueblo. Y si a él se le preguntara por las tumbas en masa, sus abogados defensores dirían que Saddam estaba de pie como un héroe ante los viciosos ataques americanos sobre los árabes y musulmanes, y tales tumbas no disminuyen su heroica posición. [9]

También escribiendo en Al-Hayat, Nabil Yassin sugiere que Saddam sea juzgado por traición hacia el pueblo árabe por violar su promesa de que él no se rendiría, de que lucharía sólo si fuese necesario, y que se dispararía la última bala sobre él.

Contra aquellos que se ofrecerían en masa para defender a Saddam, hay aquellos que han amenazado tomar acción contra cualquier abogado que lo hiciera. Los leales al clérigo Shi’a Muqtada Al-Sadr advirtieron que aquellos que defienden a Saddam serán el blanco de arrestos. «Cualquier abogado que intente defenderlo», predicó Ra´d Al-Sa’di en su sermón del Viernes, «arruinaría su carrera, y se expondría al castigo de Dios.» [10] La Asociación de Tribunales Kurdos desafió a los abogados jordanos, preguntando por sus paraderos cuando Saddam estaba derramando la sangre de su pueblo. [11]

Saddam – Prisionero de Guerra

En lo que parece ser una súbita movida descoordinada con los miembros del concejo de gobierno iraquí, el Departamento de Defensa Americano declaró a Saddam Hussein prisionero de guerra (PDG) sujeto a lo estipulado en la Cuarta Convención de Ginebra que regula a los prisioneros de guerra. El Comité de la Cruz Roja Internacional recibió la decisión como «aceptable desde un punto de vista legal.» Como prisionero de guerra, Saddam será protegido por el Artículo 18 de la Convención de Ginebra de «tortura física o mental» si él se negase a responder preguntas. [12] También se le titulará a visitas regulares por la Cruz Roja; irónicamente, las oficinas de la organización en Bagdad fueron voladas por partidarios de Saddam.

Miembros del concejo de gobierno expresaron su sorpresa y desanimo a la decisión porque ellos creen que Saddam es un criminal de guerra que debe ser juzgado en Irak por crímenes cometidos en contra del pueblo iraquí. [13]

La mayoría de los periódicos iraquíes han reaccionado con enojo a la designación de Saddam como prisionero de guerra debido a la preocupación, así como un diario lo ha puesto, de que así él escapará del patíbulo. Así como es común en eventos de este tipo, las teorías de conspiración abundan. Se dice que Saddam no fue capturado; más bien, como parte de un trato secreto entre las fuerzas de la coalición y emisarios de Saddam, se rindió a los americanos para evitar enfrentar la ira del pueblo iraquí. [14]

El diario Al-Mu’tamar del Partido del Congreso Iraquí, cuyo líder es Ahmad Chalabi, se refiere a «un trato secreto» entre los Estados Unidos y G. Bretaña según el cual Saddam seria procesado en secreto y sentenciado a unos pocos años en prisión para impedirle revelar en detalles públicos respecto al papel de los Estados Unidos en la guerra entre Irak e Irán en los años 80s. [15] El diario iraquí Al-Watan dice que clasificar a Saddam como prisionero de guerra confirma la existencia de un trato. Luego el periódico va más allá, llamando en los movimientos nacionalistas en Irak a desafiar esta clasificación y prevenir que sea implementado. [16] Otro diario iraquí, el cual está estrechamente asociado con la Autoridad Provisional de la Coalición (APC), expresó el desaliento de los miembros del Concejo de Gobierno a la clasificación de prisionero de guerra. El Presidente de la Asociación de Abogados Iraquí, Malek Duhan Al-Hassan, es citado diciendo que Saddam no puede ser tratado ni como prisionero de guerra ni como un criminal de guerra porque los crímenes que él cometió contra el pueblo iraquí no fueron crímenes que él cometió durante la guerra con los americanos; por consiguiente él debería ser juzgado en una corte iraquí. [17]


[1] Al-Siyassah (Kuwait), diciembre 20, 2003.

[2] Al-Zaman (Irak), diciembre 21, 2003.

[3] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), enero 4, 2004.

[4] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), enero 11, 2004.

[5] Al-Zaman (Irak), diciembre 27, 2003.

[6] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), enero 3, 2004.

[7] Al-Sharq (Qatar), diciembre 30, 2003.

[8] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), enero 9, 2004.

[9] Al-Hayat (Londres), diciembre 30, 2003.

[10] Al-Mashriq (Bagdad), diciembre 20, 2003.

[11] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), diciembre 31, 2003.

[12] Al-Sharq Al-Awsat (Londres), enero 11, 2004.

[13] Al-Adala (Bagdad), enero 12, 2004.

[14] Al-Mashriq (Bagdad), enero 11, 2004.

[15] Al-Mu’tamar (Bagdad), enero 12, 2004.

[16] Al-Watan (Bagdad), enero 13, 2004.

[17] Al-Sabah (Bagdad), enero 11, 2004.

Artículo anteriorLos Arabes desde una perspectiva Japonesa
Artículo siguienteRevista de Al-Qa’ida ‘La Voz del Jihad’: Edición No. 9
El Instituto de Investigación de Medios de Información del Medio Oriente (MEMRI) explora el Medio Oriente a través de los medios informativos de la región. MEMRI establece un puente entre el vacío idiomático existente entre Occidente y el Medio Oriente, proporcionando traducciones oportunas de los medios árabes, hebreos y farsi, así como un análisis genuino de las tendencias políticas, ideológicas, intelectuales, sociales, culturales y religiosas del Medio Oriente. Fundado en Febrero de 1998 para informar sobre el debate de la política estadounidense en el Medio Oriente, MEMRI es una organización 501 (c)3, independiente, no partidista, sin fines de lucro. MEMRI mantiene oficinas en Berlín, Londres y Jerusalén y traduce su material al inglés, alemán, italiano, francés, hebreo, español, turco y ruso.