Introducción

Después de haber sido tabulada en la agenda del parlamento iraquí (Cámara de Diputados) algo más de dos años, la ley del proyecto petrolero iraquí permanece en una encrucijada, propiciada por la amarga disputa entre Bagdad y el Gobierno Regional Kurdo (GRK). Los peligros son de hecho grandes, con políticas que continúan nublando la situación. El tema principal de disputa es quién finalmente controlara los campos petroleros y cómo serán compartidos los ingresos fiscales.

La ley de hidrocarburos kurda

Sin querer ser desjarretados por el fracaso del gobierno federal en pasar una ley de hidrocarburos, el parlamento del GRK aprobó su propia ley regional de hidrocarburos en agosto del 2007, señalando que los kurdos estaban dándole continuidad a su propia política de hidrocarburos mientras la ley federal languideció en Bagdad. La ley regional le otorga el derecho al GRK de explotar su petróleo y gas en su territorio así como también en lo que se describe como los «territorios disputados», una referencia a Kirkuk, la cual yace sobre inmensas reservas de petróleo. Haciendo un comentario sobre el estatuto de la ley, el ministro para los recursos naturales kurdo Ashti Hawrami dijo significativamente, «Nosotros no hemos pasado esta ley para no hacer nada». [1] La ley de hidrocarburos conecta las aspiraciones políticas kurdas en una fuente estratégica de ingresos fiscales y constituye otro paso en el movimiento de los kurdos fuera del gobierno federal.

Desde el principio, el GRK ha afirmado que su ley de hidrocarburos regional está en conformidad con la constitución iraquí. El Artículo 108 de la constitución iraquí dice, «El petróleo y el gas son propiedad de todo el pueblo de Irak» y serán administrados por el gobierno federal junto con las gobernaciones regionales. El GRK ha argumentado que el Artículo 108 sólo se refiere a los campos petroleros «actuales» que son controlados por el gobierno central, no cualquier campo que fuese descubierto en el futuro. La redacción proporciona un gigantesco vacío constitucional que los kurdos han aprovechado mientras buscan controlar los «futuros campos petroleros».

El GRK firma tratados de crudo y gas

Insistiendo en que tienen el derecho constitucional de hacerlo, una opinión no compartida por el ministerio federal de hidrocarburos en Bagdad, el GRK ha firmado una variedad de acuerdos de exploración y de desarrollo con compañías extranjeras – incluyendo compañías de Noruega, Turquía, Suiza, Canadá, Corea, el Reino Unido y Austria. Pero quizás el acuerdo más significativo ha sido el firmado a comienzos de abril del 2007 con las dos compañías Dana Gas e Hilal (Crescent) Petreleum, ambos de los EAU, un país árabe. Las dos compañías son socios en un 50:50 en un importante proyecto de gas natural y se dice que están invirtiendo $650 millones, mientras lo hacen ser la mayor inversión del sector privado y uno de los mayores proyectos de gas y petróleo en Irak en varias décadas. El proyecto llama al establecimiento de industrias petroquímicas integradas y pesadas que laboran con gas natural. [2]

Falta de instalaciones petroleras en los campos kurdos

El GRK ha enfrentado considerables dificultades con su emprendedora política de petróleo. Una región rodeada por vecinos hostiles, el GRK no tenía instalaciones físicas para tratar su petróleo y su gas natural hasta hace poco. Turquía había anunciado en el pasado que no le permitiría al GRK enviar el petróleo a través del gasoducto Kirkuk-Ceyhan (el puerto turco en el mediterráneo) sin la antes aprobación del gobierno iraquí. Y tal aprobación no se veía venir. El 1 de junio, 2009 la situación cambió de repente, si no dramáticamente.

La exportación de petróleo de los campos petroleros kurdos

Después de años de negarle el derecho al GRK de exportar los recientemente encontrados campos petroleros explorados por las compañías extranjeras bajo el contrato con el GRK, el gobierno iraquí acordó repentinamente permitir la exportación de 100,000 barriles diarios desde el territorio del GRK. El gobierno no ofreció ninguna explicación pública por este cambio en la política, pero los observadores han argumentado que con los déficits presupuestales en aumento, el gobierno central estaba ansioso de ponerle las manos a tantos ingresos fiscales adicionales como pudiera. [3] Un antiguo funcionario en el ministerio de hidrocarburos iraquí, Abdul Karim Lu’aibi, afirmaría que la discordancia principal entre su ministerio y el GRK no tiene nada que ver con la exportación de petróleo o la retención de los ingresos fiscales del gobierno central (el GRK recibe 17% de tales ingresos garantizados constitucionalmente a las provincias/regiones productoras de petróleo) pero tiene que ver con los acuerdos firmados por el GRK con las compañías de petróleo que operan en su territorio. [4]

Para ver el despacho en su totalidad en inglés por favor haga clic en el siguiente enlace:

http://www2.memri.org/bin/latestnews.cgi?ID=IA52709

* El Dr. Nimrod Raphaeli es Analista Senior (eméritas) en MEMRI.


[1] www.iraqdirectory.comDisplay/News.aspx/id=4272

[2] Al-Sharq, Qatar, 29 de julio, 2008.

[3] Al-Manarah, Irak, 25 de mayo, 2009.

[4] Al-Sharq Al-Awsat, 10 de mayo, 2009.